LECTURA PARA LA MAÑANA
MARCOS 3:1-19
Mar 3:1 Jesús entró de nuevo en la sinagoga y vio a un hombre que tenía una mano deforme.
Mar 3:2 Como era el día de descanso, los enemigos de Jesús lo vigilaban de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso.
Mar 3:3 Jesús le dijo al hombre con la mano deforme: «Ven y ponte de pie frente a todos».
Mar 3:4 Luego se dirigió a sus acusadores y les preguntó: «¿Permite la ley hacer buenas acciones en el día de descanso o es un día para hacer el mal? ¿Es un día para salvar la vida o para destruirla?». Pero ellos no quisieron contestarle.
Mar 3:5 Jesús miró con enojo a los que lo rodeaban, profundamente entristecido por la dureza de su corazón. Entonces le dijo al hombre: «Extiende la mano». Así que el hombre la extendió, ¡y la mano quedó restaurada!
Mar 3:6 Los fariseos salieron enseguida y se reunieron con los partidarios de Herodes para tramar cómo matar a Jesús.
Mar 3:7 Jesús fue al lago con sus discípulos, y una gran multitud lo siguió. La gente llegaba de toda Galilea, Judea,
Mar 3:8 Jerusalén, Idumea, del este del río Jordán y de lugares tan al norte como Tiro y Sidón. Las noticias sobre sus milagros corrían por todas partes, y una enorme cantidad de personas llegó para verlo.
Mar 3:9 Jesús encargó a sus discípulos que prepararan una barca para que la multitud no lo apretujara.
Mar 3:10 Ese día sanó a tanta gente, que todos los enfermos empujaban hacia adelante para poder tocarlo.
Mar 3:11 Y, cuando los que estaban poseídos por espíritus malignos* lo veían, los espíritus los arrojaban al suelo frente a él y gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».
Mar 3:12 Pero Jesús ordenó severamente a los espíritus que no revelaran quién era él.
Mar 3:13 Tiempo después Jesús subió a un monte y llamó a los que quería que lo acompañaran. Todos ellos se acercaron a él.
Mar 3:14 Luego nombró a doce de ellos y los llamó sus apóstoles.* Ellos lo acompañarían, y él los enviaría a predicar
Mar 3:15 y les daría autoridad para expulsar demonios.
Mar 3:16 Estos son los doce que escogió: Simón (a quien llamó Pedro),
Mar 3:17 Santiago y Juan (los hijos de Zebedeo, a quienes Jesús apodó «hijos del trueno»*),
Mar 3:18 Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago (hijo de Alfeo), Tadeo, Simón (el zelote*),
Mar 3:19 Judas Iscariote (quien después lo traicionó).
Mar 3:2 Como era el día de descanso, los enemigos de Jesús lo vigilaban de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso.
Mar 3:3 Jesús le dijo al hombre con la mano deforme: «Ven y ponte de pie frente a todos».
Mar 3:4 Luego se dirigió a sus acusadores y les preguntó: «¿Permite la ley hacer buenas acciones en el día de descanso o es un día para hacer el mal? ¿Es un día para salvar la vida o para destruirla?». Pero ellos no quisieron contestarle.
Mar 3:5 Jesús miró con enojo a los que lo rodeaban, profundamente entristecido por la dureza de su corazón. Entonces le dijo al hombre: «Extiende la mano». Así que el hombre la extendió, ¡y la mano quedó restaurada!
Mar 3:6 Los fariseos salieron enseguida y se reunieron con los partidarios de Herodes para tramar cómo matar a Jesús.
Mar 3:7 Jesús fue al lago con sus discípulos, y una gran multitud lo siguió. La gente llegaba de toda Galilea, Judea,
Mar 3:8 Jerusalén, Idumea, del este del río Jordán y de lugares tan al norte como Tiro y Sidón. Las noticias sobre sus milagros corrían por todas partes, y una enorme cantidad de personas llegó para verlo.
Mar 3:9 Jesús encargó a sus discípulos que prepararan una barca para que la multitud no lo apretujara.
Mar 3:10 Ese día sanó a tanta gente, que todos los enfermos empujaban hacia adelante para poder tocarlo.
Mar 3:11 Y, cuando los que estaban poseídos por espíritus malignos* lo veían, los espíritus los arrojaban al suelo frente a él y gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».
Mar 3:12 Pero Jesús ordenó severamente a los espíritus que no revelaran quién era él.
Mar 3:13 Tiempo después Jesús subió a un monte y llamó a los que quería que lo acompañaran. Todos ellos se acercaron a él.
Mar 3:14 Luego nombró a doce de ellos y los llamó sus apóstoles.* Ellos lo acompañarían, y él los enviaría a predicar
Mar 3:15 y les daría autoridad para expulsar demonios.
Mar 3:16 Estos son los doce que escogió: Simón (a quien llamó Pedro),
Mar 3:17 Santiago y Juan (los hijos de Zebedeo, a quienes Jesús apodó «hijos del trueno»*),
Mar 3:18 Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago (hijo de Alfeo), Tadeo, Simón (el zelote*),
Mar 3:19 Judas Iscariote (quien después lo traicionó).
1 CORINTIOS 6:12-20
1Co 6:12 Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo les conviene. Y, aunque: «Se me permite hacer cualquier cosa», no debo volverme esclavo de nada.
1Co 6:13 Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago, para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo.
1Co 6:14 Y Dios nos levantará de los muertos con su poder, tal como levantó de los muertos a nuestro Señor.
1Co 6:15 ¿No se dan cuenta de que sus cuerpos en realidad son miembros de Cristo? ¿Acaso un hombre debería tomar su cuerpo, que es parte de Cristo, y unirlo a una prostituta? ¡Jamás!
1Co 6:16 ¿Y no se dan cuenta de que, si un hombre se une a una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Pues las Escrituras dicen: «Los dos se convierten en uno solo»*.
1Co 6:17 Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con él.
1Co 6:18 ¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como éste, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo.
1Co 6:19 ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos,
1Co 6:20 porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
1Co 6:13 Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago, para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo.
1Co 6:14 Y Dios nos levantará de los muertos con su poder, tal como levantó de los muertos a nuestro Señor.
1Co 6:15 ¿No se dan cuenta de que sus cuerpos en realidad son miembros de Cristo? ¿Acaso un hombre debería tomar su cuerpo, que es parte de Cristo, y unirlo a una prostituta? ¡Jamás!
1Co 6:16 ¿Y no se dan cuenta de que, si un hombre se une a una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Pues las Escrituras dicen: «Los dos se convierten en uno solo»*.
1Co 6:17 Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con él.
1Co 6:18 ¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como éste, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo.
1Co 6:19 ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos,
1Co 6:20 porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
SALMO 78:40-72
Sal 78:40 Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto y entristecieron su corazón en esa tierra seca y baldía.
Sal 78:41 Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios y provocaron al Santo de Israel.
Sal 78:42 No se acordaron de su poder ni de cómo los rescató de sus enemigos.
Sal 78:43 No recordaron las señales milagrosas que hizo en Egipto ni sus maravillas en la llanura de Zoán.
Sal 78:44 Pues él convirtió los ríos en sangre, para que nadie pudiera beber de los arroyos.
Sal 78:45 Envió grandes enjambres de moscas para que los consumieran y miles de ranas para que los arruinaran.
Sal 78:46 Les dio sus cultivos a las orugas; langostas consumieron sus cosechas.
Sal 78:47 Destruyó sus vides con granizo y destrozó sus higueras con aguanieve.
Sal 78:48 Dejó su ganado a merced del granizo, sus animales, abandonados a los rayos.
Sal 78:49 Desató sobre ellos su ira feroz, toda su furia, su enojo y hostilidad. Envió contra ellos a un grupo de ángeles destructores.
Sal 78:50 Se enfureció contra ellos; no perdonó la vida de los egipcios, sino que los devastó con plagas.
Sal 78:51 Mató al hijo mayor de cada familia egipcia, la flor de la juventud en toda la tierra de Egipto.*
Sal 78:52 Pero guió a su propio pueblo como a un rebaño de ovejas, los condujo a salvo a través del desierto.
Sal 78:53 Los protegió para que no tuvieran temor, pero sus enemigos quedaron cubiertos por el mar.
Sal 78:54 Los llevó a la frontera de la tierra santa, a la tierra de colinas que había conquistado para ellos.
Sal 78:55 A su paso expulsó a las naciones de esa tierra, la cual repartió por sorteo a su pueblo como herencia y estableció a las tribus de Israel en sus hogares.
Sal 78:56 Pero ellos siguieron tentando al Dios Altísimo y rebelándose contra él; no obedecieron sus leyes.
Sal 78:57 Le dieron la espalda y fueron tan infieles como sus padres; eran tan poco fiables como un arco torcido.
Sal 78:58 Hicieron enojar a Dios al construir santuarios a otros dioses; con sus ídolos lo pusieron celoso.
Sal 78:59 Cuando Dios los oyó, se enojó mucho, y rechazó a Israel por completo.
Sal 78:60 Entonces abandonó su morada en Silo, el tabernáculo donde había vivido en medio de su pueblo.
Sal 78:61 Permitió que el arca de su poder fuera capturada; cedió su gloria a manos enemigas.
Sal 78:62 Entregó a su pueblo para que los masacraran a espada, porque estaba muy enojado con su propio pueblo, su posesión más preciada.
Sal 78:63 A los jóvenes los mataron con fuego; las muchachas murieron antes de entonar sus canciones de boda.
Sal 78:64 Masacraron a los sacerdotes, y sus viudas no pudieron llorar su muerte.
Sal 78:65 Entonces el Señor se levantó como si despertara de un sueño, como un guerrero que vuelve en sí de una borrachera.
Sal 78:66 Derrotó a sus enemigos en forma aplastante y los mandó a la vergüenza eterna.
Sal 78:67 Pero rechazó a los descendientes de José; no escogió a la tribu de Efraín.
Sal 78:68 En cambio, eligió a la tribu de Judá, y el monte Sión, al cual amaba.
Sal 78:69 Allí construyó su santuario tan alto como los cielos, tan sólido y perdurable como la tierra.
Sal 78:70 Escogió a su siervo David y lo llamó del redil.
Sal 78:71 Tomó a David de donde cuidaba a las ovejas y los corderos y lo convirtió en pastor de los descendientes de Jacob: de Israel, el pueblo de Dios;
Sal 78:72 lo cuidó con sinceridad de corazón y lo dirigió con manos diestras.
Sal 78:41 Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios y provocaron al Santo de Israel.
Sal 78:42 No se acordaron de su poder ni de cómo los rescató de sus enemigos.
Sal 78:43 No recordaron las señales milagrosas que hizo en Egipto ni sus maravillas en la llanura de Zoán.
Sal 78:44 Pues él convirtió los ríos en sangre, para que nadie pudiera beber de los arroyos.
Sal 78:45 Envió grandes enjambres de moscas para que los consumieran y miles de ranas para que los arruinaran.
Sal 78:46 Les dio sus cultivos a las orugas; langostas consumieron sus cosechas.
Sal 78:47 Destruyó sus vides con granizo y destrozó sus higueras con aguanieve.
Sal 78:48 Dejó su ganado a merced del granizo, sus animales, abandonados a los rayos.
Sal 78:49 Desató sobre ellos su ira feroz, toda su furia, su enojo y hostilidad. Envió contra ellos a un grupo de ángeles destructores.
Sal 78:50 Se enfureció contra ellos; no perdonó la vida de los egipcios, sino que los devastó con plagas.
Sal 78:51 Mató al hijo mayor de cada familia egipcia, la flor de la juventud en toda la tierra de Egipto.*
Sal 78:52 Pero guió a su propio pueblo como a un rebaño de ovejas, los condujo a salvo a través del desierto.
Sal 78:53 Los protegió para que no tuvieran temor, pero sus enemigos quedaron cubiertos por el mar.
Sal 78:54 Los llevó a la frontera de la tierra santa, a la tierra de colinas que había conquistado para ellos.
Sal 78:55 A su paso expulsó a las naciones de esa tierra, la cual repartió por sorteo a su pueblo como herencia y estableció a las tribus de Israel en sus hogares.
Sal 78:56 Pero ellos siguieron tentando al Dios Altísimo y rebelándose contra él; no obedecieron sus leyes.
Sal 78:57 Le dieron la espalda y fueron tan infieles como sus padres; eran tan poco fiables como un arco torcido.
Sal 78:58 Hicieron enojar a Dios al construir santuarios a otros dioses; con sus ídolos lo pusieron celoso.
Sal 78:59 Cuando Dios los oyó, se enojó mucho, y rechazó a Israel por completo.
Sal 78:60 Entonces abandonó su morada en Silo, el tabernáculo donde había vivido en medio de su pueblo.
Sal 78:61 Permitió que el arca de su poder fuera capturada; cedió su gloria a manos enemigas.
Sal 78:62 Entregó a su pueblo para que los masacraran a espada, porque estaba muy enojado con su propio pueblo, su posesión más preciada.
Sal 78:63 A los jóvenes los mataron con fuego; las muchachas murieron antes de entonar sus canciones de boda.
Sal 78:64 Masacraron a los sacerdotes, y sus viudas no pudieron llorar su muerte.
Sal 78:65 Entonces el Señor se levantó como si despertara de un sueño, como un guerrero que vuelve en sí de una borrachera.
Sal 78:66 Derrotó a sus enemigos en forma aplastante y los mandó a la vergüenza eterna.
Sal 78:67 Pero rechazó a los descendientes de José; no escogió a la tribu de Efraín.
Sal 78:68 En cambio, eligió a la tribu de Judá, y el monte Sión, al cual amaba.
Sal 78:69 Allí construyó su santuario tan alto como los cielos, tan sólido y perdurable como la tierra.
Sal 78:70 Escogió a su siervo David y lo llamó del redil.
Sal 78:71 Tomó a David de donde cuidaba a las ovejas y los corderos y lo convirtió en pastor de los descendientes de Jacob: de Israel, el pueblo de Dios;
Sal 78:72 lo cuidó con sinceridad de corazón y lo dirigió con manos diestras.
LECTURA PARA LA NOCHE
JOSUÉ 18-19
Jos 18:1 Ahora que la tierra estaba bajo el control de los israelitas, toda la comunidad de Israel se reunió en Silo y levantó el tabernáculo.*
Jos 18:2 Sin embargo, aún había siete tribus a las que no se les había asignado sus porciones de tierra.
Jos 18:3 Entonces Josué les preguntó: «¿Cuánto tiempo más van a esperar para tomar posesión del resto de la tierra que el SEÑOR, Dios de sus antepasados, les ha dado?
Jos 18:4 Elijan a tres hombres de cada tribu, y yo los enviaré a que exploren la tierra y tracen un mapa de ella. Cuando regresen, me traerán un informe escrito con la división que proponen para repartir la nueva tierra que será su hogar.
Jos 18:5 Que dividan la tierra en siete partes sin incluir el territorio de Judá, en el sur, ni el de José, en el norte.
Jos 18:6 Y cuando tengan por escrito las siete divisiones de la tierra y me las traigan, haré un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR nuestro Dios para asignarle tierra a cada tribu.
Jos 18:7 »Sin embargo, los levitas no recibirán ninguna porción de tierra. Su porción consiste en ser sacerdotes del SEÑOR. Y la tribu de Gad, la tribu de Rubén y la media tribu de Manasés no recibirán más tierra, porque ya recibieron sus respectivas porciones, las cuales Moisés, siervo del SEÑOR, les dio al oriente del río Jordán».
Jos 18:8 Al comenzar los hombres su recorrido para trazar el mapa de la tierra, Josué les ordenó: «Vayan y exploren la tierra y hagan una descripción de ella por escrito. Después, vuelvan a verme, y yo repartiré la tierra entre las tribus por medio de un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR aquí, en Silo».
Jos 18:9 Así que los hombres hicieron lo que se les ordenó y trazaron un mapa de todo el territorio dividido en siete partes, con una lista de las ciudades que había en cada una de las partes. Pusieron todo por escrito y luego regresaron a ver a Josué, al campamento de Silo.
Jos 18:10 Y allí, en Silo, Josué hizo un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR para determinar a qué tribu le correspondía cada parte.
Jos 18:11 La primera porción de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Benjamín. Se encontraba entre el territorio asignado a la tribu de Judá y el territorio de José.
Jos 18:12 El límite norte de la tierra de Benjamín comenzaba en el río Jordán, pasaba por el norte de la ladera de Jericó y, hacia el occidente, atravesaba la zona montañosa y el desierto de Bet-avén.
Jos 18:13 De allí, el límite iba al sur, hasta la ciudad de Luz (también llamada Betel), y descendía a Atarot-adar, en la colina que está al sur de Bet-horón de abajo.
Jos 18:14 Luego el límite daba un giro hacia el sur por la cima occidental de la colina que está frente a Bet-horón y terminaba en la aldea de Quiriat-baal (también llamada Quiriat-jearim), la cual pertenecía a la tribu de Judá. Ese era el límite occidental.
Jos 18:15 El límite sur comenzaba en las afueras de Quiriat-jearim. Desde ese punto occidental, se dirigía* al manantial de las aguas de Neftoa*
Jos 18:16 y bajaba al pie de la montaña que está junto al valle de Ben-hinom, en el extremo norte del valle de Refaim. De allí, descendía por el valle de Hinom, cruzaba por el sur de la ladera donde vivían los jebuseos y continuaba en descenso hasta En-rogel.
Jos 18:17 De En-rogel, el límite seguía en dirección norte, llegaba a En-semes y continuaba hacia Gelilot (que está al otro lado de las laderas de Adumín). Después bajaba a la peña de Bohán. (Bohán fue hijo de Rubén).
Jos 18:18 De allí, pasaba por el norte de la ladera que mira al valle del Jordán.* El límite luego descendía al valle,
Jos 18:19 recorría y pasaba la ladera norte de Bet-hogla y terminaba en la bahía norte del mar Muerto,* que corresponde al extremo sur del río Jordán. Ese era el límite sur.
Jos 18:20 El límite oriental era el río Jordán. Esa fue la frontera de la tierra asignada a los clanes de la tribu de Benjamín para que fuera su hogar.
Jos 18:21 Las siguientes son las ciudades que se le entregaron a los clanes de la tribu de Benjamín: Jericó, Bet-hogla, Emec-casís,
Jos 18:22 Bet-arabá, Zemaraim, Betel,
Jos 18:23 Avim, Pará, Ofra,
Jos 18:24 Quefar-haamoni, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 18:25 También: Gabaón, Ramá, Beerot,
Jos 18:26 Mizpa, Cafira, Mozah,
Jos 18:27 Requem, Irpeel, Tarala,
Jos 18:28 Zela, Elef, Jebús (también llamada Jerusalén), Guibeá y Quiriat;* catorce ciudades con sus aldeas vecinas. Esa fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Benjamín para que fuera su hogar.
Jos 19:1 La segunda asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Simeón para que fuera su hogar. Su territorio estaba rodeado por el de Judá.
Jos 19:2 El territorio de Simeón incluía las ciudades de Beerseba, Seba, Molada,
Jos 19:3 Hazar-sual, Bala, Ezem,
Jos 19:4 Eltolad, Betul, Horma,
Jos 19:5 Siclag, Bet-marcabot, Hazar-susa,
Jos 19:6 Bet-lebaot y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:7 También incluía: Aín, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas,
Jos 19:8 entre ellas, todas las aldeas vecinas hacia el sur hasta Baalat-beer (también conocida como Ramat del Neguev). Esa fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Simeón para que fuera su hogar.
Jos 19:9 La porción provino de una parte de la tierra que se le había entregado a Judá, porque el territorio de la tribu de Judá era demasiado grande para ellos. Así que la tribu de Simeón recibió su porción de tierra, dentro del territorio de Judá.
Jos 19:10 La tercera asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Zabulón para que fuera su hogar. El límite del territorio de Zabulón comenzaba en Sarid.
Jos 19:11 De allí, se dirigía al occidente, pasaba Marala, tocaba Dabeset y seguía hasta el arroyo situado al oriente de Jocneam.
Jos 19:12 En dirección opuesta, el límite iba al oriente, desde Sarid hasta la frontera de Quislot-tabor, y desde allí, a Daberat, de donde subía hasta Jafía.
Jos 19:13 Continuaba por el oriente hasta Gat-hefer, Itacazín y Rimón, y luego giraba hacia Nea.
Jos 19:14 El límite norte de Zabulón pasaba Hanatón y terminaba en el valle de Jeft-el.
Jos 19:15 Algunas de las ciudades que se incluían eran: Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; en total eran doce ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:16 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Zabulón para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:17 La cuarta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Isacar.
Jos 19:18 Su territorio incluía las siguientes ciudades: Jezreel, Quesulot, Sunem,
Jos 19:19 Hafaraim, Sihón, Anaharat,
Jos 19:20 Rabit, Quisión, Abez,
Jos 19:21 Remet, En-ganim, En-hada y Bet-pases.
Jos 19:22 El límite también tocaba Tabor, Sahazima y Bet-semes, y terminaba en el río Jordán; en total eran dieciséis ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:23 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Isacar para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:24 La quinta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Aser.
Jos 19:25 Su territorio incluía las siguientes ciudades: Helcat, Halí, Betén, Acsaf,
Jos 19:26 Alamelec, Amad y Miseal. El límite occidental tocaba Carmelo y Sihor-libnat,
Jos 19:27 luego giraba al oriente, hacia Bet-dagón, se extendía tan lejos como Zabulón, en el valle de Jefte-el, e iba al norte, hasta Bet-emec y Neiel. Después continuaba al norte, hacia Cabul,
Jos 19:28 Abdón,* Rehob, Hamón y Caná tan lejos como Gran Sidón.
Jos 19:29 Luego el límite giraba en dirección a Ramá y a la fortaleza de Tiro, donde daba un giro hacia Hosa y llegaba al mar Mediterráneo.* El territorio también incluía Majaleb, Aczib,
Jos 19:30 Uma, Afec y Rehob; en total eran veintidós ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:31 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Aser para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:32 La sexta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Neftalí.
Jos 19:33 Su límite iba desde Jélef, desde el roble de Saananim, y se extendía por Adami-neceb y Jabneel tan lejos como Lacum, y terminaba en el río Jordán.
Jos 19:34 El límite occidental pasaba Aznot-tabor, luego Hucoc y tocaba la frontera con Zabulón al sur; la frontera con Aser al occidente; y el río Jordán* al oriente.
Jos 19:35 Las ciudades fortificadas que se incluían en ese territorio eran: Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret,
Jos 19:36 Adama, Ramá, Hazor,
Jos 19:37 Cedes, Edrei, En-hazor,
Jos 19:38 Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes; en total eran diecinueve ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:39 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Neftalí para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:40 La séptima asignación se entregó a los clanes de la tribu de Dan.
Jos 19:41 La tierra asignada para que fuera su hogar incluía las siguientes ciudades: Zora, Estaol, Irsemes,
Jos 19:42 Saalabín, Ajalón, Jetla,
Jos 19:43 Elón, Timnat, Ecrón,
Jos 19:44 Elteque, Gibetón, Baalat,
Jos 19:45 Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón,
Jos 19:46 Mejarcón, Racón y el territorio situado al otro lado de Jope.
Jos 19:47 Pero los de la tribu de Dan tuvieron dificultades para tomar posesión de su tierra,* así que atacaron la ciudad de Lais.* La tomaron, masacraron a todos sus habitantes y se establecieron allí. Entonces cambiaron el nombre de la ciudad y le pusieron Dan en honor a su antepasado.
Jos 19:48 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Dan para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:49 Una vez que toda la tierra quedó dividida entre las tribus, los israelitas le dieron una porción a Josué.
Jos 19:50 Pues el SEÑOR había dicho que Josué podía tener la ciudad que quisiera. Entonces él eligió Timnat-sera en la zona montañosa de Efraín. Reconstruyó la ciudad y vivió allí.
Jos 19:51 Esos son los territorios que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de las tribus les asignaron a las tribus de Israel como porciones de tierra mediante un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR a la entrada del tabernáculo,* en Silo. Así se dio por terminada la división de la tierra.
Jos 18:2 Sin embargo, aún había siete tribus a las que no se les había asignado sus porciones de tierra.
Jos 18:3 Entonces Josué les preguntó: «¿Cuánto tiempo más van a esperar para tomar posesión del resto de la tierra que el SEÑOR, Dios de sus antepasados, les ha dado?
Jos 18:4 Elijan a tres hombres de cada tribu, y yo los enviaré a que exploren la tierra y tracen un mapa de ella. Cuando regresen, me traerán un informe escrito con la división que proponen para repartir la nueva tierra que será su hogar.
Jos 18:5 Que dividan la tierra en siete partes sin incluir el territorio de Judá, en el sur, ni el de José, en el norte.
Jos 18:6 Y cuando tengan por escrito las siete divisiones de la tierra y me las traigan, haré un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR nuestro Dios para asignarle tierra a cada tribu.
Jos 18:7 »Sin embargo, los levitas no recibirán ninguna porción de tierra. Su porción consiste en ser sacerdotes del SEÑOR. Y la tribu de Gad, la tribu de Rubén y la media tribu de Manasés no recibirán más tierra, porque ya recibieron sus respectivas porciones, las cuales Moisés, siervo del SEÑOR, les dio al oriente del río Jordán».
Jos 18:8 Al comenzar los hombres su recorrido para trazar el mapa de la tierra, Josué les ordenó: «Vayan y exploren la tierra y hagan una descripción de ella por escrito. Después, vuelvan a verme, y yo repartiré la tierra entre las tribus por medio de un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR aquí, en Silo».
Jos 18:9 Así que los hombres hicieron lo que se les ordenó y trazaron un mapa de todo el territorio dividido en siete partes, con una lista de las ciudades que había en cada una de las partes. Pusieron todo por escrito y luego regresaron a ver a Josué, al campamento de Silo.
Jos 18:10 Y allí, en Silo, Josué hizo un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR para determinar a qué tribu le correspondía cada parte.
Jos 18:11 La primera porción de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Benjamín. Se encontraba entre el territorio asignado a la tribu de Judá y el territorio de José.
Jos 18:12 El límite norte de la tierra de Benjamín comenzaba en el río Jordán, pasaba por el norte de la ladera de Jericó y, hacia el occidente, atravesaba la zona montañosa y el desierto de Bet-avén.
Jos 18:13 De allí, el límite iba al sur, hasta la ciudad de Luz (también llamada Betel), y descendía a Atarot-adar, en la colina que está al sur de Bet-horón de abajo.
Jos 18:14 Luego el límite daba un giro hacia el sur por la cima occidental de la colina que está frente a Bet-horón y terminaba en la aldea de Quiriat-baal (también llamada Quiriat-jearim), la cual pertenecía a la tribu de Judá. Ese era el límite occidental.
Jos 18:15 El límite sur comenzaba en las afueras de Quiriat-jearim. Desde ese punto occidental, se dirigía* al manantial de las aguas de Neftoa*
Jos 18:16 y bajaba al pie de la montaña que está junto al valle de Ben-hinom, en el extremo norte del valle de Refaim. De allí, descendía por el valle de Hinom, cruzaba por el sur de la ladera donde vivían los jebuseos y continuaba en descenso hasta En-rogel.
Jos 18:17 De En-rogel, el límite seguía en dirección norte, llegaba a En-semes y continuaba hacia Gelilot (que está al otro lado de las laderas de Adumín). Después bajaba a la peña de Bohán. (Bohán fue hijo de Rubén).
Jos 18:18 De allí, pasaba por el norte de la ladera que mira al valle del Jordán.* El límite luego descendía al valle,
Jos 18:19 recorría y pasaba la ladera norte de Bet-hogla y terminaba en la bahía norte del mar Muerto,* que corresponde al extremo sur del río Jordán. Ese era el límite sur.
Jos 18:20 El límite oriental era el río Jordán. Esa fue la frontera de la tierra asignada a los clanes de la tribu de Benjamín para que fuera su hogar.
Jos 18:21 Las siguientes son las ciudades que se le entregaron a los clanes de la tribu de Benjamín: Jericó, Bet-hogla, Emec-casís,
Jos 18:22 Bet-arabá, Zemaraim, Betel,
Jos 18:23 Avim, Pará, Ofra,
Jos 18:24 Quefar-haamoni, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 18:25 También: Gabaón, Ramá, Beerot,
Jos 18:26 Mizpa, Cafira, Mozah,
Jos 18:27 Requem, Irpeel, Tarala,
Jos 18:28 Zela, Elef, Jebús (también llamada Jerusalén), Guibeá y Quiriat;* catorce ciudades con sus aldeas vecinas. Esa fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Benjamín para que fuera su hogar.
Jos 19:1 La segunda asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Simeón para que fuera su hogar. Su territorio estaba rodeado por el de Judá.
Jos 19:2 El territorio de Simeón incluía las ciudades de Beerseba, Seba, Molada,
Jos 19:3 Hazar-sual, Bala, Ezem,
Jos 19:4 Eltolad, Betul, Horma,
Jos 19:5 Siclag, Bet-marcabot, Hazar-susa,
Jos 19:6 Bet-lebaot y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:7 También incluía: Aín, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas,
Jos 19:8 entre ellas, todas las aldeas vecinas hacia el sur hasta Baalat-beer (también conocida como Ramat del Neguev). Esa fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Simeón para que fuera su hogar.
Jos 19:9 La porción provino de una parte de la tierra que se le había entregado a Judá, porque el territorio de la tribu de Judá era demasiado grande para ellos. Así que la tribu de Simeón recibió su porción de tierra, dentro del territorio de Judá.
Jos 19:10 La tercera asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Zabulón para que fuera su hogar. El límite del territorio de Zabulón comenzaba en Sarid.
Jos 19:11 De allí, se dirigía al occidente, pasaba Marala, tocaba Dabeset y seguía hasta el arroyo situado al oriente de Jocneam.
Jos 19:12 En dirección opuesta, el límite iba al oriente, desde Sarid hasta la frontera de Quislot-tabor, y desde allí, a Daberat, de donde subía hasta Jafía.
Jos 19:13 Continuaba por el oriente hasta Gat-hefer, Itacazín y Rimón, y luego giraba hacia Nea.
Jos 19:14 El límite norte de Zabulón pasaba Hanatón y terminaba en el valle de Jeft-el.
Jos 19:15 Algunas de las ciudades que se incluían eran: Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; en total eran doce ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:16 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Zabulón para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:17 La cuarta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Isacar.
Jos 19:18 Su territorio incluía las siguientes ciudades: Jezreel, Quesulot, Sunem,
Jos 19:19 Hafaraim, Sihón, Anaharat,
Jos 19:20 Rabit, Quisión, Abez,
Jos 19:21 Remet, En-ganim, En-hada y Bet-pases.
Jos 19:22 El límite también tocaba Tabor, Sahazima y Bet-semes, y terminaba en el río Jordán; en total eran dieciséis ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:23 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Isacar para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:24 La quinta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Aser.
Jos 19:25 Su territorio incluía las siguientes ciudades: Helcat, Halí, Betén, Acsaf,
Jos 19:26 Alamelec, Amad y Miseal. El límite occidental tocaba Carmelo y Sihor-libnat,
Jos 19:27 luego giraba al oriente, hacia Bet-dagón, se extendía tan lejos como Zabulón, en el valle de Jefte-el, e iba al norte, hasta Bet-emec y Neiel. Después continuaba al norte, hacia Cabul,
Jos 19:28 Abdón,* Rehob, Hamón y Caná tan lejos como Gran Sidón.
Jos 19:29 Luego el límite giraba en dirección a Ramá y a la fortaleza de Tiro, donde daba un giro hacia Hosa y llegaba al mar Mediterráneo.* El territorio también incluía Majaleb, Aczib,
Jos 19:30 Uma, Afec y Rehob; en total eran veintidós ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:31 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Aser para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:32 La sexta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Neftalí.
Jos 19:33 Su límite iba desde Jélef, desde el roble de Saananim, y se extendía por Adami-neceb y Jabneel tan lejos como Lacum, y terminaba en el río Jordán.
Jos 19:34 El límite occidental pasaba Aznot-tabor, luego Hucoc y tocaba la frontera con Zabulón al sur; la frontera con Aser al occidente; y el río Jordán* al oriente.
Jos 19:35 Las ciudades fortificadas que se incluían en ese territorio eran: Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret,
Jos 19:36 Adama, Ramá, Hazor,
Jos 19:37 Cedes, Edrei, En-hazor,
Jos 19:38 Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes; en total eran diecinueve ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:39 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Neftalí para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:40 La séptima asignación se entregó a los clanes de la tribu de Dan.
Jos 19:41 La tierra asignada para que fuera su hogar incluía las siguientes ciudades: Zora, Estaol, Irsemes,
Jos 19:42 Saalabín, Ajalón, Jetla,
Jos 19:43 Elón, Timnat, Ecrón,
Jos 19:44 Elteque, Gibetón, Baalat,
Jos 19:45 Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón,
Jos 19:46 Mejarcón, Racón y el territorio situado al otro lado de Jope.
Jos 19:47 Pero los de la tribu de Dan tuvieron dificultades para tomar posesión de su tierra,* así que atacaron la ciudad de Lais.* La tomaron, masacraron a todos sus habitantes y se establecieron allí. Entonces cambiaron el nombre de la ciudad y le pusieron Dan en honor a su antepasado.
Jos 19:48 La tierra asignada a los clanes de la tribu de Dan para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 19:49 Una vez que toda la tierra quedó dividida entre las tribus, los israelitas le dieron una porción a Josué.
Jos 19:50 Pues el SEÑOR había dicho que Josué podía tener la ciudad que quisiera. Entonces él eligió Timnat-sera en la zona montañosa de Efraín. Reconstruyó la ciudad y vivió allí.
Jos 19:51 Esos son los territorios que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de las tribus les asignaron a las tribus de Israel como porciones de tierra mediante un sorteo sagrado en presencia del SEÑOR a la entrada del tabernáculo,* en Silo. Así se dio por terminada la división de la tierra.
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