APOSENTO ALTO

sábado, 7 de abril de 2018

LECTURA BÍBLICA 7 DE ABRIL

LECTURA PARA LA MAÑANA

MARCOS    2:18-28

Mar 2:18 Cierta vez que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, algunas personas se acercaron a Jesús y le preguntaron: —¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los fariseos?
Mar 2:19 Jesús les contestó: —¿Acaso los invitados de una boda ayunan mientras festejan con el novio? Por supuesto que no. No pueden ayunar mientras el novio está con ellos.
Mar 2:20 Pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.
Mar 2:21 »Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior.
Mar 2:22 »Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues el vino reventaría los cueros, y tanto el vino como los cueros se echarían a perder. El vino nuevo necesita cueros nuevos.
Mar 2:23 Cierto día de descanso, mientras Jesús caminaba por unos terrenos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas de grano para comer.
Mar 2:24 Pero los fariseos le dijeron a Jesús: —Mira, ¿por qué tus discípulos violan la ley al cosechar granos el día de descanso?
Mar 2:25 Jesús les dijo: —¿Acaso no han leído en las Escrituras lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre?
Mar 2:26 Entró en la casa de Dios (en el tiempo que Abiatar era sumo sacerdote) y violó la ley al comer los panes sagrados que sólo a los sacerdotes se les permite comer. También les dio una porción a sus compañeros.
Mar 2:27 Después Jesús les dijo: —El día de descanso se hizo para satisfacer las necesidades de la gente, y no para que la gente satisfaga los requisitos del día de descanso.
Mar 2:28 Así que el Hijo del Hombre es Señor, ¡incluso del día de descanso!


1 CORINTIOS 6:1-11

1Co 6:1 Cuando uno de ustedes tiene un conflicto con otro creyente, ¡cómo se atreve a presentar una demanda y pedirle a un tribunal secular que decida sobre el asunto, en lugar de llevarlo ante otros creyentes*!
1Co 6:2 ¿No se dan cuenta de que algún día nosotros, los creyentes, juzgaremos al mundo? Y, dado que ustedes van a juzgar al mundo, ¿no son capaces de resolver esas pequeñas cuestiones entre ustedes?
1Co 6:3 ¿No se dan cuenta de que juzgaremos a los ángeles? Así que, deberían ser capaces de resolver los conflictos comunes y corrientes que pasan en esta vida.
1Co 6:4 Si tienen conflictos legales acerca de tales asuntos, ¿por qué acuden a jueces que son de afuera y no son respetados por la iglesia?
1Co 6:5 Digo esto para que se avergüencen. ¿No hay nadie en toda la iglesia con suficiente sabiduría para decidir sobre esos temas?
1Co 6:6 Pero, en cambio, un creyente* demanda a otro, ¡justo frente a los incrédulos!
1Co 6:7 El hecho de que tengan semejantes demandas legales unos contra otros es en sí una derrota para ustedes. ¿Por qué mejor no aceptar la injusticia y dejar el asunto como está? ¿Por qué no se dejan estafar?
1Co 6:8 En cambio, son ustedes mismos los que hacen lo malo y estafan aun a sus propios hermanos en Cristo.*
1Co 6:9 ¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad
1Co 6:10 o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de ésos heredará el reino de Dios.
1Co 6:11 Algunos de ustedes antes eran así. Pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

SALMO 78:1-39

Sal 78:1 
Salmo* de Asaf.
Oh pueblo mío, escucha mis enseñanzas; abre tus oídos a lo que digo,
Sal 78:2 porque te hablaré por medio de una parábola. Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado,
Sal 78:3 historias que hemos oído y conocido, que nos trasmitieron nuestros antepasados.
Sal 78:4 No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del SEÑOR, de su poder y de sus imponentes maravillas.
Sal 78:5 Pues emitió sus leyes a Jacob; entregó sus enseñanzas a Israel. Les ordenó a nuestros antepasados que se las enseñaran a sus hijos,
Sal 78:6 para que la siguiente generación las conociera —incluso los niños que aún no habían nacido—, y ellos, a su vez, le enseñaran a sus propios hijos.
Sal 78:7 De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos.
Sal 78:8 Entonces no serán obstinados, rebeldes e infieles como sus antepasados, quienes se negaron a entregar su corazón a Dios.
Sal 78:9 Los guerreros de Efraín, aunque estaban armados con arcos, dieron la espalda y huyeron el día de la batalla.
Sal 78:10 No cumplieron el pacto de Dios y se negaron a vivir según sus enseñanzas.
Sal 78:11 Se olvidaron de lo que él había hecho, de las grandes maravillas que les había mostrado,
Sal 78:12 de los milagros que hizo para sus antepasados en la llanura de Zoán, en la tierra de Egipto.
Sal 78:13 Partió en dos el mar y los guió a cruzarlo, ¡mientras sostenía las aguas como si fueran una pared!
Sal 78:14 Durante el día los guiaba con una nube, y toda la noche, con una columna de fuego.
Sal 78:15 Partió las rocas en el desierto para darles agua como de un manantial burbujeante.
Sal 78:16 Hizo que de la roca brotaran corrientes de agua, ¡y que el agua fluyera como un río!
Sal 78:17 Sin embargo, ellos siguieron pecando contra él, al rebelarse contra el Altísimo en el desierto.
Sal 78:18 Tercamente en el corazón, ellos pusieron a Dios a prueba al exigirle la comida que tanto ansiaban.
Sal 78:19 Hasta hablaron en contra de Dios al decir: «Dios no puede darnos comida en el desierto.
Sal 78:20 Por cierto, puede golpear una roca para que brote agua, pero no puede darle pan y carne a su pueblo».
Sal 78:21 Cuando el SEÑOR los oyó, se puso furioso; el fuego de su ira se encendió contra Jacob. Sí, su enojo aumentó contra Israel,
Sal 78:22 porque no le creyeron a Dios ni confiaron en su cuidado.
Sal 78:23 Pero él ordenó que se abrieran los cielos; abrió las puertas del cielo.
Sal 78:24 Hizo que lloviera maná para que comieran; les dio pan del cielo.
Sal 78:25 ¡Se alimentaron con comida de ángeles! Dios les dio todo lo que podían consumir.
Sal 78:26 Soltó el viento del oriente en los cielos y guió al viento del sur con su gran poder.
Sal 78:27 ¡Hizo llover tanta carne como si fuera polvo y cantidad de aves como la arena a la orilla del mar!
Sal 78:28 Hizo caer las aves dentro del campamento y alrededor de sus tiendas de campaña.
Sal 78:29 El pueblo comió hasta saciarse; él les dio lo que se les antojaba.
Sal 78:30 Pero antes de que saciaran su antojo, mientras aún tenían la comida en la boca,
Sal 78:31 la ira de Dios aumentó contra ellos, e hirió de muerte a sus hombres más fuertes; derribó a los mejores jóvenes de Israel.
Sal 78:32 Sin embargo, el pueblo siguió pecando; a pesar de sus maravillas, se negaron a confiar en él.
Sal 78:33 Entonces, hizo que la vida de ellos terminara en fracaso, y sus años en horror.
Sal 78:34 Cuando Dios comenzó a matarlos, finalmente lo buscaron. Se arrepintieron y tomaron en serio a Dios.
Sal 78:35 Entonces recordaron que Dios era su roca, que el Dios Altísimo* era su redentor.
Sal 78:36 Pero todo fue de dientes para afuera; le mintieron con la lengua;
Sal 78:37 con el corazón no eran leales a él. No cumplieron su pacto.
Sal 78:38 Sin embargo, él tuvo misericordia y perdonó sus pecados, y no los destruyó a todos. Muchas veces contuvo su enojo y no desató su furia.
Sal 78:39 Se acordó de que eran simples mortales que desaparecen como una ráfaga de viento que nunca vuelve.

LECTURA PARA LA NOCHE

JOSUÉ 15-17

Jos 15:1 La asignación de tierra para los clanes de la tribu de Judá se extendía hacia el sur hasta la frontera con Edom y llegaba al desierto de Zin.
Jos 15:2 La frontera sur comenzaba en la bahía sur del mar Muerto,*
Jos 15:3 se extendía al sur del paso del Escorpión* por el desierto de Zin y seguía por el sur de Cades-barnea hasta Hezrón. Luego subía hasta Adar, donde giraba hacia Carca.
Jos 15:4 De allí, pasaba a Asmón hasta que finalmente alcanzaba el arroyo de Egipto y lo seguía hasta el mar Mediterráneo.* Ésa era la frontera sur de ellos.*
Jos 15:5 El límite oriental se extendía por todo el mar Muerto hasta la desembocadura del río Jordán. La frontera norte comenzaba en la bahía donde el río Jordán desemboca en el mar Muerto,
Jos 15:6 de allí subía a Bet-hogla, luego seguía por el norte de Bet-arabá hasta la peña de Bohán. (Bohán era hijo de Rubén).
Jos 15:7 Desde allí, atravesaba el valle de Acor hasta Debir y giraba al norte, hacia Gilgal, que está al otro lado de las laderas de Adumín, en el sur del valle. De allí, el límite se extendía a los manantiales de En-semes y seguía hasta En-rogel.
Jos 15:8 Luego atravesaba el valle de Ben-hinom por las laderas sureñas de los jebuseos, donde está situada la ciudad de Jerusalén. La frontera luego se extendía hacia el occidente, a la cima de la montaña que está sobre el valle de Hinom, y subía hasta el extremo norte del valle de Refaim.
Jos 15:9 De allí, se extendía desde la cima de la montaña hasta el manantial que hay en las aguas de Neftoa,* y de allí, a las ciudades del monte Efrón. Después giraba hacia Baala (también llamada Quiriat-jearim).
Jos 15:10 El límite rodeaba el occidente de Baala hacia el monte Seir, pasaba por la ciudad de Quesalón, en la ladera norte del monte Jearim, y bajaba a Bet-semes y luego a Timna.
Jos 15:11 Después seguía hasta la ladera de la colina que está al norte de Ecrón, donde giraba hacia Sicrón y el monte Baala. Pasaba Jabneel y terminaba en el mar Mediterráneo.
Jos 15:12 La frontera occidental era la costa del mar Mediterráneo.* Esos son los límites para los clanes de la tribu de Judá.
Jos 15:13 El SEÑOR le ordenó a Josué que le asignara una parte del territorio de Judá a Caleb, hijo de Jefone. Así que Caleb recibió la ciudad de Quiriat-arba (también llamada Hebrón), que llevaba el nombre del antepasado de Anac.
Jos 15:14 Caleb expulsó a los tres grupos de anaceos, que son descendientes de Sesai, de Ahimán y de Talmai, hijos de Anac.
Jos 15:15 De allí, salió a luchar contra los habitantes de la ciudad de Debir (antiguamente llamada Quiriat-sefer).
Jos 15:16 Caleb dijo: «Daré a mi hija Acsa en matrimonio al que ataque y tome Quiriat-sefer».
Jos 15:17 Otoniel, hijo de Cenaz, un hermano de Caleb, fue quien conquistó la ciudad; así que Acsa pasó a ser esposa de Otoniel.
Jos 15:18 Cuando Acsa se casó con Otoniel, ella insistió* en que le pidiera un campo a su padre. Mientras ella se bajaba de su burro, Caleb le preguntó: —¿Qué te pasa?
Jos 15:19 Ella contestó: —Concédeme otro regalo. Ya me regalaste tierras en el Neguev; ahora te ruego que también me des manantiales. Entonces Caleb le entregó tanto los manantiales de la parte alta como los de la parte baja.
Jos 15:20 Esta fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Judá para que fuera su hogar.
Jos 15:21 Las ciudades de Judá situadas a lo largo de la frontera con Edom, en el extremo sur eran: Cabseel, Edar, Jagur,
Jos 15:22 Cina, Dimona, Adada,
Jos 15:23 Cades, Hazor, Itnán,
Jos 15:24 Zif, Telem, Bealot,
Jos 15:25 Hazor-hadata, Queriot-hezrón (también llamada Hazor),
Jos 15:26 Amam, Sema, Molada,
Jos 15:27 Hazar-gada, Hesmón, Bet-pelet,
Jos 15:28 Hazar-sual, Beerseba, Bizotia,
Jos 15:29 Baala, Iim, Esem,
Jos 15:30 Eltolad, Quesil, Horma,
Jos 15:31 Siclag, Madmana, Sansana,
Jos 15:32 Lebaot, Silhim, Aín y Rimón; veintinueve ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:33 Las siguientes ciudades situadas en las colinas occidentales* también se le entregaron a Judá: Estaol, Zora, Asena,
Jos 15:34 Zanoa, En-ganim, Tapúa, Enam,
Jos 15:35 Jarmut, Adulam, Soco, Azeca,
Jos 15:36 Saaraim, Aditaim, Gedera y Gederotaim; catorce ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:37 También estaban incluidas: Zenán, Hadasa, Migdal-gad,
Jos 15:38 Dileán, Mizpa, Jocteel,
Jos 15:39 Laquis, Boscat, Eglón,
Jos 15:40 Cabón, Lahmam, Quitlis,
Jos 15:41 Gederot, Bet-dagón, Naama y Maceda; dieciséis ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:42 Además de ésas, estaban: Libna, Eter, Asán,
Jos 15:43 Jifta, Asena, Nezib,
Jos 15:44 Keila, Aczib y Maresa; nueve ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:45 El territorio de la tribu de Judá también incluía la ciudad de Ecrón con los asentamientos y las aldeas que la rodeaban.
Jos 15:46 De Ecrón, el límite se extendía al occidente e incluía las ciudades cercanas a Asdod con sus aldeas vecinas.
Jos 15:47 También incluía Asdod con los asentamientos y las aldeas que la rodeaban, y Gaza con sus respectivos asentamientos y aldeas, tan lejos como el arroyo de Egipto y a lo largo de la costa del mar Mediterráneo.
Jos 15:48 Judá también recibió las siguientes ciudades en la zona montañosa: Samir, Jatir, Soco,
Jos 15:49 Dana, Quiriat-sana (también llamada Debir),
Jos 15:50 Anab, Estemoa, Anim,
Jos 15:51 Gosén, Holón y Gilo; once ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:52 También estaban incluidas las siguientes ciudades: Arab, Duma, Esán,
Jos 15:53 Janum, Bet-Tapúa, Afeca,
Jos 15:54 Humta, Quiriat-arba (también llamada Hebrón) y Sior; nueve ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:55 Además de esas, estaban: Maón, Carmelo, Zif, Juta,
Jos 15:56 Jezreel, Jocdeam, Zanoa,
Jos 15:57 Caín, Guibeá y Timna; diez ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:58 Además estaban: Halaul, Bet-sur, Gedor,
Jos 15:59 Maarat, Bet-anot y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:60 También estaban: Quiriat-baal (también llamada Quiriat-jearim) y Rabá; dos ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:61 En el desierto se encontraban las ciudades de Bet-arabá, Midín, Secaca,
Jos 15:62 Nibsán, la Ciudad de la Sal y En-gadi; seis ciudades con sus aldeas vecinas.
Jos 15:63 Sin embargo, la tribu de Judá no pudo expulsar a los jebuseos, que vivían en la ciudad de Jerusalén; así que los jebuseos viven entre el pueblo de Judá hasta el día de hoy.
Jos 16:1 La porción de tierra asignada a los descendientes de José se extendía desde el río Jordán, cerca de Jericó, en el oriente de los manantiales de Jericó, atravesaba el desierto y seguía por la zona montañosa de Betel.
Jos 16:2 De Betel (también llamada Luz),* iba hacia Astarot, en el territorio de los arquitas.
Jos 16:3 Descendía hacia el occidente, al territorio de los jafletitas, hasta Bet-horón de abajo, luego a Gezer y llegaba al mar Mediterráneo.*
Jos 16:4 Esa fue la tierra asignada a las familias de Manasés y de Efraín, los hijos de José, para que fuera su hogar.
Jos 16:5 El siguiente territorio se le entregó a los clanes de la tribu de Efraín para que fuera su hogar: el límite comenzaba en Atarot-adar, al oriente. De allí, iba a Bet-horón de arriba
Jos 16:6 y seguía hacia el mar Mediterráneo. Desde Micmetat, en el norte, el límite formaba una curva hacia el oriente y pasaba Taanat-silo, al oriente de Janoa.
Jos 16:7 De Janoa, giraba hacia el sur hasta Atarot y Naarat, tocaba Jericó y terminaba en el río Jordán.
Jos 16:8 Desde Tapúa, el límite se extendía hacia el occidente a lo largo del barranco de Caná y luego al mar Mediterráneo. Esa es la tierra asignada a los clanes de la tribu de Efraín para que fuera su hogar.
Jos 16:9 Además, algunas ciudades con sus aldeas vecinas en el territorio asignado a la media tribu de Manasés fueron separadas para la tribu de Efraín.
Jos 16:10 Los de Efraín, sin embargo, no expulsaron a los cananeos de la ciudad de Gezer, así que sus habitantes viven como esclavos entre el pueblo de Efraín hasta el día de hoy.
Jos 17:1 La siguiente porción de tierra se le entregó a la media tribu de Manasés, los descendientes del hijo mayor de José. Maquir, el hijo mayor de Manasés, fue el padre de Galaad. Dado que sus descendientes eran soldados con experiencia, ya se les había asignado la región de Galaad y la región de Basán, al oriente del Jordán.
Jos 17:2 Así que la porción de tierra al occidente del Jordán quedó asignada a las familias restantes dentro de los clanes de la tribu de Manasés: Abiezer, Helec, Asriel, Siquem, Hefer y Semida. Estos clanes representan a los descendientes varones de Manasés, hijo de José.
Jos 17:3 Sin embargo, Zelofehad, un descendiente de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos varones. Sólo tuvo hijas, las cuales se llamaban Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa.
Jos 17:4 Ellas se presentaron ante el sacerdote Eleazar, ante Josué, hijo de Nun, y ante los líderes israelitas y les dijeron: «El SEÑOR le ordenó a Moisés que nos diera una porción de tierra al igual que a los hombres de nuestra tribu». Así que Josué les dio una porción de tierra junto con la de sus tíos, como el SEÑOR había ordenado.
Jos 17:5 Por lo tanto, todo el territorio asignado a la tribu de Manasés llegó a ser de diez porciones de tierra, además de la tierra de Galaad y de Basán, que estaba al otro lado del río Jordán,
Jos 17:6 porque las descendientes de Manasés también recibieron una porción de tierra al igual que los descendientes varones. (La tierra de Galaad se les entregó a los otros descendientes varones de Manasés).
Jos 17:7 El límite de la tribu de Manasés se extendía desde la frontera con Aser hasta Micmetat, cerca de Siquem. Luego se dirigía al sur, desde Micmetat hasta el asentamiento que está cerca del manantial de Tapúa.
Jos 17:8 Los alrededores de la tierra de Tapúa pertenecían a Manasés, pero la ciudad de Tapúa en sí, situada en la frontera de Manasés, era de la tribu de Efraín.
Jos 17:9 Desde el manantial de Tapúa, la frontera de Manasés seguía por el barranco de Caná hasta el mar Mediterráneo.* Varias ciudades al sur del barranco estaban dentro del territorio de Manasés, pero en realidad pertenecían a la tribu de Efraín.
Jos 17:10 En términos generales, la tierra situada al sur del barranco pertenecía a Efraín y la tierra al norte del barranco era de Manasés. El límite de Manasés se extendía por el norte de la barranca y terminaba en el mar Mediterráneo. Al norte de Manasés, se encontraba el territorio de Aser, y hacia el oriente, estaba el territorio de Isacar.
Jos 17:11 Sin embargo, las siguientes ciudades dentro del territorio de Isacar y del de Aser se le entregaron a Manasés: Bet-sán,* Ibleam, Dor (también llamada Nafot-dor),* Endor, Taanac y Meguido, cada una con sus asentamientos vecinos.
Jos 17:12 Pero los descendientes de Manasés no pudieron conquistar esas ciudades. Fueron incapaces de expulsar a los cananeos, quienes siguieron viviendo allí.
Jos 17:13 Sin embargo, tiempo después, cuando los israelitas se hicieron más poderosos, forzaron a los cananeos a que trabajaran como esclavos; pero no los expulsaron de la tierra.
Jos 17:14 Los descendientes de José se presentaron ante Josué y le preguntaron: —¿Por qué nos diste solamente una porción de tierra para habitar si el SEÑOR nos bendijo con tanta gente?
Jos 17:15 Josué contestó: —Si ustedes son tantos y la zona montañosa de Efraín no les alcanza, despejen sectores de tierra en el bosque, donde viven los ferezeos y los refaítas.
Jos 17:16 Los descendientes de José respondieron: —Es cierto que la zona montañosa no es lo suficientemente grande para nosotros. Pero todos los cananeos de las tierras bajas tienen carros de combate hechos con hierro, tanto los que viven en Bet-sán y en sus asentamientos vecinos como los que habitan el valle de Jezreel. Son demasiado poderosos para nosotros.
Jos 17:17 Entonces Josué dijo a la tribu de Efraín y a la de Manasés, los descendientes de José: —Ya que ustedes son tan fuertes y numerosos, se les dará más de una porción de tierra.
Jos 17:18 Los bosques de la zona montañosa también serán suyos. Despejen toda la tierra que quieran de allí y tomen posesión de sus extremos más lejanos. Y también expulsarán a los cananeos de los valles, aunque ellos sean fuertes y tengan carros de combate hechos con hierro.

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