APOSENTO ALTO

martes, 18 de abril de 2023

EL PENSAMIENTO DE LOS ARROGANTES EN LA IGLESIA

 

1Co 4:7 Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?

1Co 4:8 Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!

1Co 4:9 Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres.

1Co 4:10 Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, más vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, más vosotros fuertes; vosotros honorables, más nosotros despreciados.

1Co 4:11 Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.

1Co 4:12 Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos.

1Co 4:13 Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.

 

Del versículo 1 al versículo 13 del capítulo 4 Pablo hace un contraste entre la arrogancia de los corintios y la humildad de los apóstoles.

¿Quién te distingue? O ¿Quién les puso a ustedes por jueces para decidir quiénes de los predicadores es mejor o peor? Es la primera pregunta que Pablo les hace a esta iglesia para enseñarles que nadie los ha puesto por grupos decidiendo que grupo es mejor, esas divisiones provienen del hombre y no del Señor.

¿Qué tienes que no hayas recibido? En esta pregunta les hace ver que todas las habilidades que  habían recibido, no venían de ellos, venían de Dios, así que no tenían que portarse de manera arrogante creyéndose, mejores cristianos o más sabios que sus hermanos en la fe. Estas palabras hacen recordar las palabras dadas a Israel:

“Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,  y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;  y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios…  y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza” Deuteronomio 8:11-17

Los de Corinto creían que poseían todo lo que necesitaban, de tal manera que su orgullo era tal que pensaban que no necesitaban los unos de los otros y algunos que no necesitaban de Pablo y otros que no necesitaban de Apolos, habían llegado a creer que se dirigían solos, porque pensaban que tenían todo el conocimiento que habían adquirido del mejor apóstol según su propio juicio.

En contraste Pablo les hace ver que mientras ellos estaban en comodidad envanecidos, los apóstoles a quienes ellos admiraban, para nada se enorgullecían creyéndose mejores que los demás. Ellos padecían persecución, sufrían hambre y sed, eran despreciados, en ocasiones tenían que trabajar pues no todas las iglesias les daban el sustento. Pablo llega a comparar a los apóstoles como la escoria del mundo.

Así que el apóstol les dice a los corintios: mientras ustedes están envanecidos creyéndose superiores a sus hermanos porque se sienten orgullosos que tienen mucha sabiduría y siguen al mejor evangelista, los apóstoles son humildes, no se creen superiores a nadie, están conscientes que todo lo han recibido de Dios y saben que solo son hombres al servicio del Señor y que es necesario colaborar juntos para la causa de Él y no la del hombre.

Podemos decir que los arrogantes en la iglesia

1.       Creen que saben más que sus maestros

2.       Deciden según su propio juicio cuál grupo es mejor

3.       Deciden según su opinión quién es verdadero cristiano y quién no

4.       No respetan la autoridad en la iglesia a menos que ellos juzguen que son merecedores de su sujeción

5.       Piensan que no necesitan aprender más, pues creen que lo saben todo

miércoles, 12 de abril de 2023

LOS SERVIDORES DE CRISTO EN LA IGLESIA

 

1Co 4:1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.

1Co 4:2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.

1Co 4:3 Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.

1Co 4:4 Porque, aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.

1Co 4:5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

1Co 4:6 Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que, por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros.

 

En 1 corintios 4:3 Debido a las divisiones existentes en la iglesia de Corinto, Pablo pasa a decirles que a los predicadores del evangelio se les considere como siervos sometidos a Cristo, y también como administradores de los misterios de Dios, es decir, los encargados de enseñar el evangelio del Señor y esto, con suma responsabilidad y fidelidad a la palabra de Él.

Los corintios estaban juzgando a Pablo y a Apolos con juicio según el razonamiento humano, según algunos, era Pablo quien mejor enseñaba. Para otros era Apolos quien tenía mejor elocuencia, es por esto que pasa a decirles, “Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo” 1 corintios 4:3. Pablo no se consideraba perfecto, pero esperaba el juicio del señor y no el humano. Algunos miembros de esta iglesia se sentían orgullosos por seguir a Pablo y menospreciaban a Apolos, y otros se sentían orgullosos de seguir a Apolos y menospreciaban a Pablo, menospreciándose así, un grupo al otro.

Es el propio Señor quien evaluaría el trabajo de Pablo y el de Apolos, por esto no debían juzgar qué predicador era mejor o peor, ya que eso era trabajo de Dios.

Pablo les explica en los primeros cuatro capítulos quién es él y quién es Apolos:

En 1 corintios 1:1 Apóstol, ἀπόστολος, comisionado o enviado

En 1 corintios 3:5 Diácono, διάκονος, servidor, ministro

En 1 corintios 3:9 sunergós συνεργός, colaborador en la obra de Dios

En 1 corintios 4:1 juperétes, ὑπηρέτης, Que está al servicio de alguien superior

El apóstol es un enviado, no hay nada de misterioso en la palabra, todos hemos sido enviados a predicar el evangelio, por ende, somos apóstoles, no para ostentar un título, sino que debemos entender que debemos cumplir la encomienda. La diferencia con Pablo es que él fue comisionado directamente por Cristo y nosotros por medio del evangelio. Nadie puede decir hoy que fue enviado directamente por Cristo a predicar el evangelio.

El diácono es alguien que desempeña un servicio, predicando, limpiando etc. todos los que prestamos un servicio en la iglesia de cualquier tipo (incluye los predicadores) están desempeñándose como diáconos. Esto tampoco se trata de nombrar personas con el título de “diácono”

El sunergós es alguien que colabora con otros. Todos los que colaboran en la iglesia para lograr un objetivo son sunergós

El juperétes es un servidor subordinado a otro. Todos debemos servir en subordinación a Dios.

Entonces, Pablo dice sí mismo, en los primeros cuatro capítulos, soy comisionado por Cristo para desempeñarme como diácono predicando las buenas nuevas, colaborando con Apolos en la obra de Dios, sirviendo en subordinación al Señor

Podemos afirmar que los servidores en la iglesia

  • 1.       Son quienes sirven enseñando las buenas nuevas del evangelio
  • 2.       Son responsables de llevar la palabra fiel a la iglesia
  • 3.       Serán juzgados por Dios para darles su recompensa de acuerdo a su labor
  • 4.       No debían ser admirados a tal grado de menospreciar a los demás
  • 5.       No deben ser menospreciados sino respetados como trabajadores de Dios

LA IGLESIA, TEMPLO DE DIOS

 1Co 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

1Co 3:17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

1Co 3:18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.

1Co 3:19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.

1Co 3:20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.

1Co 3:21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro:

1Co 3:22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro,

1Co 3:23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

 

La palabra templo se emplea para denotar un lugar de culto. En el tabernáculo, así como después, en el templo de  Salomón se manifestaba la presencia de Dios de una manera especial a Israel, debido a que el Señor siempre quiso habitar en medio de su pueblo. El templo era el lugar para llevar las ofrendas y ofrecer sacrificios por medio de un sacerdote. Solo los sacerdotes podían entrar al interior para rociar la sangre, encender el candelabro, cambiar los panes de la proposición. Por ende, no era un lugar en donde entraran las personas para escuchar un sermón o realizar cantos. Las enseñanzas y demás actividades se hacían en las afueras del templo, no adentro.

En 1 corintios 3:16 La iglesia es descrita como el templo de Dios, porque el Espíritu santo se manifiesta en la iglesia. Ya no hay templos en el sentido de construcciones en dónde se manifieste la presencia de Dios de una manera especial, puesto que Él lo hace en dónde se reúna la iglesia y mientras que está en reunión.                

Por todo esto, cuando la iglesia está reunida, no hay lugares o espacios más sagrados que otros. El lugar en donde el predicador da su sermón no es más santo que el lugar en donde las personas están sentadas, ni es un altar. Tampoco se le puede llamar a ninguna construcción como casa de Dios, puesto que la casa de Dios es la iglesia.

Pablo les advierte a los corintios que las divisiones atentan contra la casa de Dios, por tanto, quienes las causen serán destruidos por el Señor.

Las divisiones eran causadas por dejarse llevar por el razonamiento humano. El mundo es una competencia de quien sobresale más, de quien es el mejor, quién pertenece al mejor grupo etc. Pero en la sabiduría de Dios, todos somos iguales delante de Él y pertenecemos al mismo grupo, no a varios grupos. Para poder entender esto, se les dice a los corintios que se hagan ignorantes para que puedan aprender esta sabiduría divina.

Pablo les enseña que no se deben sentir orgullosos por creer que siguen al mejor predicador, porque los predicadores estaban para servirles a ellos, en la enseñanza.

Así que tenían que entender que todas las bendiciones de Dios eran para ellos y ellos pertenecían a Cristo y Cristo a Dios

Afirmamos que la iglesia como templo de Dios

  • .       Es la casa del Señor
  • .       Es en donde se manifiesta el Espíritu Santo
  • .       Es protegida por Dios de tal manera que destruirá a quienes causen divisiones
  • .       Es pertenencia de Cristo
  • .       Es el lugar en donde los predicadores sirven a las personas en la enseñanza
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Gracias al don que Pablo había recibido, predicó en Corinto y el fundamento de esa enseñanza había sido Cristo. Apolos llegó después y también enseñó en esta iglesia acerca de Jesús, en otras palabras, Apolos edificó sobre el fundamento que Pablo había enseñado, así que ni Pablo, ni Apolos buscaron su propia gloria y causar divisiones en la iglesia, sino que fueron los corintios quienes no habían entendido, que tanto Pablo, Cefas y Apolos tenían el mismo objetivo de enseñar acerca del plan de salvación, la iglesia y toda bendición celestial y con ello fueran siendo cada vez  más como el Señor Jesús.

Así que la iglesia de Corinto estaba fundada sobre la enseñanza de la persona y obra de Cristo. Una iglesia que no esté fundada en esta enseñanza, no es una iglesia de Dios.

Los corintios al ser carnales y no espirituales se dejaban guiar por sus propios razonamientos admirando a los predicadores y así causando división en la iglesia, en otras palabras, sobreedificaban con hojarascas. Al contrario, debían ver a la iglesia como una unidad y contribuir a que se mantuviera unida, admirando y siguiendo a Cristo, esto es, sobreedificar con oro, plata y piedras preciosas.

 

La salvación de los corintios no estaba en juego porque les dice que si la obra de alguno se quemara sufriría pérdida, es decir, perdería su recompensa, pero no la salvación, puesto que les dice que serán salvos como escapando del fuego, y en 1 corintios 1:8  les dice “el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo”.

En contraste  los que la obra que hicieron fuere aprobada, recibirían recompensa.

 

Podemos entender que la iglesia es como un edificio

1.       Que está siendo edificado

2.       Que tiene un solo fundamento que es Jesús el Cristo

3.       Sobre el que se está construyendo con las obras de los creyentes

4.       En el que, si se construye procurando la unidad en Cristo se recibirá recompensa

5.       En el que,  si se construye con divisiones y orgullo se recibirá pérdida

LA IGLESIA, EDIFICIO DE DIOS

 

1Co 3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

1Co 3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.

1Co 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

1Co 3:12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,

1Co 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.

1Co 3:14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.

1Co 3:15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

 

Recordemos que el término ekklesia (ἐκκλησία), son los llamados fuera, es decir, todos los nacidos de nuevo, son la iglesia, porque fueron llamados de las tinieblas a la comunión con Jesús el Cristo. La iglesia es la reunión de las personas que han sido adoptados como hijos de Dios.

En 1 corintios 3:9 La iglesia es descrita como campo de cultivo de Dios, como un terreno en el que se está labrando la tierra para que la semilla que se siembre dé abundante fruto y es descrita también como un edificio en construcción.

Gracias al don que Pablo había recibido, predicó en Corinto y el fundamento de esa enseñanza había sido Cristo. Apolos llegó después y también enseñó en esta iglesia acerca de Jesús, en otras palabras, Apolos edificó sobre el fundamento que Pablo había enseñado, así que ni Pablo, ni Apolos buscaron su propia gloria y causar divisiones en la iglesia, sino que fueron los corintios quienes no habían entendido, que tanto Pablo, Cefas y Apolos tenían el mismo objetivo de enseñar acerca del plan de salvación, la iglesia y toda bendición celestial y con ello fueran siendo cada vez  más como el Señor Jesús.

Así que la iglesia de Corinto estaba fundada sobre la enseñanza de la persona y obra de Cristo. Una iglesia que no esté fundada en esta enseñanza, no es una iglesia de Dios.

Los corintios al ser carnales y no espirituales se dejaban guiar por sus propios razonamientos admirando a los predicadores y así causando división en la iglesia, en otras palabras, sobreedificaban con hojarascas. Al contrario, debían ver a la iglesia como una unidad y contribuir a que se mantuviera unida, admirando y siguiendo a Cristo, esto es, sobreedificar con oro, plata y piedras preciosas.

 

La salvación de los corintios no estaba en juego porque les dice que si la obra de alguno se quemara sufriría pérdida, es decir, perdería su recompensa, pero no la salvación, puesto que les dice que serán salvos como escapando del fuego, y en 1 corintios 1:8  les dice “el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo”.

En contraste  los que la obra que hicieron fuere aprobada, recibirían recompensa.

 

Podemos entender que la iglesia es como un edificio    Que está siendo edificado

  1.        . Que tiene un solo fundamento que es Jesús el Cristo
  2.        . Sobre el que se está construyendo con las obras de los creyentes
  3.       .  En el que, si se construye procurando la unidad en Cristo se recibirá recompensa
  4.        . En el que,  si se construye con divisiones y orgullo se recibirá pérdida

martes, 4 de abril de 2023

LA LABOR DE LOS SERVIDORES DEL SEÑOR (Diáconos, διακονοι) EN LA IGLESIA

 

1Co 3:5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.

1Co 3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

1Co 3:7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.

1Co 3:8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

1Co 3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

 

Pablo y Apolos solo eran diáconos, es decir, servidores. El servicio que ellos prestaban era predicar a Jesucristo crucificado, así que, no había motivos para que los de la iglesia de Corinto se proclamaran seguidores de Pablo o Apolos o Cefas.

Pablo les deja en claro que ellos solamente eran el medio para dar a conocer el plan de salvación,  y los que creyeren le dieran la gloria al Señor y no a quienes les habían predicado.

Los corintios debían entender también que cada diácono o servidor, sirve de acuerdo a los dones que Dios le ha dado, es decir, lo que le faltara a un predicador lo tendría otro, porque el único completo es Jesucristo y por ello el único digno de seguir.

Pablo “…visitó por primera vez Corinto entre mayo del a. 51 y mayo del a. 52, durante su segundo viaje apostólico…” (YLARRI., 1991)  

Es aquí donde la iglesia de Corinto fue fundada Hechos 18:1-18. Apolos llega a Corinto y predica en esa iglesia Hechos 19:1, por ello Pablo dice que él plantó y Apolos regó, pero ellos no dieron el crecimiento, es decir, la salvación no la dieron ellos ni provino de ellos sino de Dios, por tanto, si el Señor no hubiera dado crecimiento, la iglesia de Corinto no se hubiera formado.

Pablo les dice, ni el que planta, ni el que riega es algo porque sin Dios no hay salvación, así que todos somos servidores del Señor. Por esto, no debían sentirse superiores por seguir a Pablo o Apolos.

El apóstol pasa a explicarles que todos los servidores, sin importar sus dones, son iguales, esto es, ningún servidor es mayor a otro, porque todos trabajan para el Señor, colaboran para el propósito de Él. Pablo no era mayor a Apolos ni Apolos mayor que Pablo. Sin embargo, la diferencia que hay entre los servidores, es la recompensa que recibirán de acuerdo a su labor.

Así que debemos decir de los que sirven en la enseñanza y predicación del evangelio

  •        Que son el medio para predicar y enseñar a la iglesia el mensaje de Dios, de acuerdo a los dones que han recibido
  •        Que son colaboradores, con otros servidores, para el propósito de Dios
  •        Que no son mayores unos que otros
  •        Que ellos no dan la salvación
  •        Que recibirán su recompensa de acuerdo a su labor
  •        Que debemos respetarlos y estimarlos, más no idolatrarlos