LECTURA PARA LA MAÑANA
LUCAS 20:1-8
Luc 20:1 Cierto día, mientras Jesús enseñaba a la gente y predicaba la Buena Noticia en el templo, los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos se le acercaron.
Luc 20:2 —¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? —le reclamaron —. ¿Quién te dio el derecho?
Luc 20:3 —Primero, déjenme hacerles una pregunta —les respondió él —.
Luc 20:4 La autoridad de Juan para bautizar, ¿provenía del cielo o era meramente humana?
Luc 20:5 Ellos discutieron el asunto unos con otros. «Si decimos que provenía del cielo, preguntará por qué nosotros no le creímos a Juan.
Luc 20:6 Pero, si decimos que era meramente humana, la gente nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».
Luc 20:7 Entonces finalmente contestaron que no sabían.
Luc 20:8 Y Jesús respondió: —Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.
Luc 20:2 —¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? —le reclamaron —. ¿Quién te dio el derecho?
Luc 20:3 —Primero, déjenme hacerles una pregunta —les respondió él —.
Luc 20:4 La autoridad de Juan para bautizar, ¿provenía del cielo o era meramente humana?
Luc 20:5 Ellos discutieron el asunto unos con otros. «Si decimos que provenía del cielo, preguntará por qué nosotros no le creímos a Juan.
Luc 20:6 Pero, si decimos que era meramente humana, la gente nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».
Luc 20:7 Entonces finalmente contestaron que no sabían.
Luc 20:8 Y Jesús respondió: —Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.
TITO 3:9-15
Tit 3:9 No te metas en discusiones necias sobre listas de linajes espirituales* o en riñas y peleas acerca de la obediencia a las leyes judías. Todo esto es inútil y una pérdida de tiempo.
Tit 3:10 Si entre ustedes hay individuos que causan divisiones, dales una primera y una segunda advertencia. Después de eso, no tengas nada más que ver con ellos.
Tit 3:11 Pues personas como ésas se han apartado de la verdad y sus propios pecados las condenan.
Tit 3:12 Tengo pensado enviarte a Artemas o a Tíquico. Tan pronto como uno de ellos llegue, haz todo lo posible para encontrarte conmigo en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno.
Tit 3:13 Haz todo lo que puedas para ayudar al abogado Zenas y a Apolos en su viaje. Asegúrate de que se les dé todo lo que necesiten.
Tit 3:14 Los nuestros tienen que aprender a hacer el bien al satisfacer las necesidades urgentes de otros; entonces no serán personas improductivas.
Tit 3:15 Todos aquí te envían saludos. Por favor, da mis saludos a los creyentes, a todos los que nos aman. Que la gracia de Dios sea con todos ustedes.
Tit 3:10 Si entre ustedes hay individuos que causan divisiones, dales una primera y una segunda advertencia. Después de eso, no tengas nada más que ver con ellos.
Tit 3:11 Pues personas como ésas se han apartado de la verdad y sus propios pecados las condenan.
Tit 3:12 Tengo pensado enviarte a Artemas o a Tíquico. Tan pronto como uno de ellos llegue, haz todo lo posible para encontrarte conmigo en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno.
Tit 3:13 Haz todo lo que puedas para ayudar al abogado Zenas y a Apolos en su viaje. Asegúrate de que se les dé todo lo que necesiten.
Tit 3:14 Los nuestros tienen que aprender a hacer el bien al satisfacer las necesidades urgentes de otros; entonces no serán personas improductivas.
Tit 3:15 Todos aquí te envían saludos. Por favor, da mis saludos a los creyentes, a todos los que nos aman. Que la gracia de Dios sea con todos ustedes.
PROVERBIOS 16:17-33
Pro 16:17 El camino de los íntegros lleva lejos del mal; quien lo siga estará a salvo.
Pro 16:18 El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la caída.
Pro 16:19 Es mejor vivir humildemente con los pobres, que compartir el botín con los orgullosos.
Pro 16:20 Los que están atentos a la instrucción prosperarán; los que confían en el SEÑOR se llenarán de gozo.
Pro 16:21 Los sabios son conocidos por su entendimiento, y las palabras agradables son persuasivas.
Pro 16:22 La discreción es fuente que da vida para quienes la poseen, pero la disciplina se desperdicia en los necios.
Pro 16:23 De una mente sabia provienen palabras sabias; las palabras de los sabios son persuasivas.
Pro 16:24 Las palabras amables son como la miel: dulces al alma y saludables para el cuerpo.
Pro 16:25 Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte.
Pro 16:26 Es bueno que los trabajadores tengan hambre; el estómago vacío los motiva a seguir su labor.
Pro 16:27 Los sinvergüenzas crean problemas; sus palabras son un fuego destructor.
Pro 16:28 El alborotador siembra conflictos; el chisme separa a los mejores amigos.
Pro 16:29 Los violentos engañan a sus compañeros, los llevan por un camino peligroso.
Pro 16:30 Con los ojos entrecerrados se trama el mal; con una sonrisita se planean las maldades.
Pro 16:31 Las canas son una corona de gloria que se obtiene por llevar una vida justa.
Pro 16:32 Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.
Pro 16:33 Podremos tirar los dados, pero el SEÑOR decide cómo caen.
Pro 16:18 El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la caída.
Pro 16:19 Es mejor vivir humildemente con los pobres, que compartir el botín con los orgullosos.
Pro 16:20 Los que están atentos a la instrucción prosperarán; los que confían en el SEÑOR se llenarán de gozo.
Pro 16:21 Los sabios son conocidos por su entendimiento, y las palabras agradables son persuasivas.
Pro 16:22 La discreción es fuente que da vida para quienes la poseen, pero la disciplina se desperdicia en los necios.
Pro 16:23 De una mente sabia provienen palabras sabias; las palabras de los sabios son persuasivas.
Pro 16:24 Las palabras amables son como la miel: dulces al alma y saludables para el cuerpo.
Pro 16:25 Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte.
Pro 16:26 Es bueno que los trabajadores tengan hambre; el estómago vacío los motiva a seguir su labor.
Pro 16:27 Los sinvergüenzas crean problemas; sus palabras son un fuego destructor.
Pro 16:28 El alborotador siembra conflictos; el chisme separa a los mejores amigos.
Pro 16:29 Los violentos engañan a sus compañeros, los llevan por un camino peligroso.
Pro 16:30 Con los ojos entrecerrados se trama el mal; con una sonrisita se planean las maldades.
Pro 16:31 Las canas son una corona de gloria que se obtiene por llevar una vida justa.
Pro 16:32 Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.
Pro 16:33 Podremos tirar los dados, pero el SEÑOR decide cómo caen.
LECTURA PARA LA NOCHE
ESTER 5-6
Est 5:1 Al tercer día del ayuno, Ester se puso las vestiduras reales y entró en el patio interior del palacio, que daba justo frente a la sala del rey. El rey estaba sentado en su trono real, mirando hacia la entrada.
Est 5:2 Cuando vio a la reina Ester de pie en el patio interior, ella logró el favor del rey y él le extendió el cetro de oro. Entonces Ester se acercó y tocó la punta del cetro.
Est 5:3 Entonces el rey le preguntó: —¿Qué deseas, reina Ester? ¿Cuál es tu petición? ¡Te la daré, aun si fuera la mitad del reino!
Est 5:4 Y Ester contestó: —Si al rey le agrada, venga el rey con Amán hoy al banquete que preparé para el rey.
Est 5:5 El rey se dirigió a sus asistentes y dijo: «Díganle a Amán que venga de prisa a un banquete, como lo ha solicitado Ester». Así que el rey y Amán fueron al banquete preparado por Ester.
Est 5:6 Mientras bebían vino, el rey le dijo a Ester: —Ahora dime lo que realmente quieres. ¿Cuál es tu petición? ¡Te la daré, aun si fuera la mitad del reino!
Est 5:7 Ester contestó: —Mi petición y mi más profundo deseo es que,
Est 5:8 si he logrado el favor del rey y si al rey le agrada conceder mi petición y hacer lo que le pido, le ruego que venga mañana con Amán al banquete que prepararé para ustedes. Entonces explicaré de qué se trata todo este asunto.
Est 5:9 ¡Amán salió muy contento del banquete! Sin embargo, cuando vio a Mardoqueo sentado a la puerta del palacio y que no se puso de pie ni tembló de miedo ante su presencia, se enfureció mucho.
Est 5:10 No obstante, se contuvo y se fue a su casa. Luego Amán reunió a sus amigos y a Zeres, su esposa,
Est 5:11 y se jactó ante ellos de su gran riqueza y sus muchos hijos. Hizo alarde de los honores que el rey le había dado y de la forma en que lo había ascendido por encima de todos los otros nobles y funcionarios.
Est 5:12 Amán también añadió: «¡Y eso no es todo! La reina Ester nos invitó exclusivamente al rey y a mí a un banquete que preparó para nosotros. ¡Y me invitó a cenar mañana nuevamente con ella y con el rey!
Est 5:13 Sin embargo, todo eso no vale nada mientras vea al judío Mardoqueo sentado allí, a la puerta del palacio».
Est 5:14 Entonces Zeres, la esposa de Amán, y todos sus amigos sugirieron: «Levanta un poste afilado que mida veintidós metros y medio de altura* y, mañana por la mañana, pídele al rey que atraviese a Mardoqueo en el poste. Después de eso, podrás seguir alegremente tu camino al banquete con el rey». A Amán le gustó la idea, y ordenó que colocaran el poste.
Est 6:1 Esa noche el rey no podía dormir, entonces ordenó a un asistente que le trajera el libro de la historia de su reino para que se lo leyeran.
Est 6:2 En los registros descubrió el relato de cuando Mardoqueo informó del complot que Bigtana y Teres, dos de los eunucos que cuidaban la puerta de las habitaciones privadas del rey, habían tramado para asesinar al rey Jerjes.
Est 6:3 —¿Qué recompensa o reconocimiento le dimos a Mardoqueo por este acto? —preguntó el rey. Sus asistentes contestaron: —Nunca se ha hecho nada.
Est 6:4 —¿Quién está en el patio exterior? —preguntó el rey. Resulta que Amán acababa de llegar al patio exterior del palacio para pedirle al rey que atravesara a Mardoqueo en el poste que había preparado.
Est 6:5 Entonces los asistentes contestaron al rey: —Es Amán el que está en el patio. —Háganlo pasar —ordenó el rey.
Est 6:6 Entonces Amán entró, y el rey dijo: —¿Qué debo hacer para honrar a un hombre que verdaderamente me agrada? Amán pensó para sí: «¿A quién querría honrar el rey más que a mí?».
Est 6:7 Así que contestó: —Si el rey desea honrar a alguien,
Est 6:8 debería sacar uno de los mantos reales que haya usado el rey y también un caballo que el propio rey haya montado, uno que tenga un emblema real en la frente.
Est 6:9 Que el manto y el caballo sean entregados a uno de los funcionarios más nobles del rey y que esta persona se asegure de que vistan con el manto real al hombre a quien el rey quiere honrar y lo paseen por la plaza de la ciudad en el caballo del rey. Durante el paseo, que el funcionario anuncie a viva voz: “¡Esto es lo que el rey hace a quien él quiere honrar!”.
Est 6:10 —¡Perfecto! —le dijo el rey a Amán—. ¡Rápido! Lleva mi manto y mi caballo, y haz todo lo que has dicho con Mardoqueo, el judío que se sienta a la puerta del palacio. ¡No pierdas ni un detalle de lo que has sugerido!
Est 6:11 Entonces Amán tomó el manto y se lo puso a Mardoqueo, lo hizo montar el caballo del rey, y lo paseó por la plaza de la ciudad, gritando: «¡Esto es lo que el rey hace a quien él quiere honrar!».
Est 6:12 Después Mardoqueo regresó a la puerta del palacio, mientras que Amán se apresuró a volver a su casa desalentado y totalmente humillado.
Est 6:13 Cuando Amán le contó a su esposa, Zeres, y a todos sus amigos lo que había sucedido, sus sabios consejeros y su esposa dijeron: «Ya que Mardoqueo —este hombre que te ha humillado— es de origen judío, jamás tendrás éxito con tus planes contra él. Será tu ruina seguir oponiéndote a él».
Est 6:14 Mientras estaban hablando, llegaron los eunucos del rey y enseguida se llevaron a Amán al banquete que Ester había preparado.
Est 5:2 Cuando vio a la reina Ester de pie en el patio interior, ella logró el favor del rey y él le extendió el cetro de oro. Entonces Ester se acercó y tocó la punta del cetro.
Est 5:3 Entonces el rey le preguntó: —¿Qué deseas, reina Ester? ¿Cuál es tu petición? ¡Te la daré, aun si fuera la mitad del reino!
Est 5:4 Y Ester contestó: —Si al rey le agrada, venga el rey con Amán hoy al banquete que preparé para el rey.
Est 5:5 El rey se dirigió a sus asistentes y dijo: «Díganle a Amán que venga de prisa a un banquete, como lo ha solicitado Ester». Así que el rey y Amán fueron al banquete preparado por Ester.
Est 5:6 Mientras bebían vino, el rey le dijo a Ester: —Ahora dime lo que realmente quieres. ¿Cuál es tu petición? ¡Te la daré, aun si fuera la mitad del reino!
Est 5:7 Ester contestó: —Mi petición y mi más profundo deseo es que,
Est 5:8 si he logrado el favor del rey y si al rey le agrada conceder mi petición y hacer lo que le pido, le ruego que venga mañana con Amán al banquete que prepararé para ustedes. Entonces explicaré de qué se trata todo este asunto.
Est 5:9 ¡Amán salió muy contento del banquete! Sin embargo, cuando vio a Mardoqueo sentado a la puerta del palacio y que no se puso de pie ni tembló de miedo ante su presencia, se enfureció mucho.
Est 5:10 No obstante, se contuvo y se fue a su casa. Luego Amán reunió a sus amigos y a Zeres, su esposa,
Est 5:11 y se jactó ante ellos de su gran riqueza y sus muchos hijos. Hizo alarde de los honores que el rey le había dado y de la forma en que lo había ascendido por encima de todos los otros nobles y funcionarios.
Est 5:12 Amán también añadió: «¡Y eso no es todo! La reina Ester nos invitó exclusivamente al rey y a mí a un banquete que preparó para nosotros. ¡Y me invitó a cenar mañana nuevamente con ella y con el rey!
Est 5:13 Sin embargo, todo eso no vale nada mientras vea al judío Mardoqueo sentado allí, a la puerta del palacio».
Est 5:14 Entonces Zeres, la esposa de Amán, y todos sus amigos sugirieron: «Levanta un poste afilado que mida veintidós metros y medio de altura* y, mañana por la mañana, pídele al rey que atraviese a Mardoqueo en el poste. Después de eso, podrás seguir alegremente tu camino al banquete con el rey». A Amán le gustó la idea, y ordenó que colocaran el poste.
Est 6:1 Esa noche el rey no podía dormir, entonces ordenó a un asistente que le trajera el libro de la historia de su reino para que se lo leyeran.
Est 6:2 En los registros descubrió el relato de cuando Mardoqueo informó del complot que Bigtana y Teres, dos de los eunucos que cuidaban la puerta de las habitaciones privadas del rey, habían tramado para asesinar al rey Jerjes.
Est 6:3 —¿Qué recompensa o reconocimiento le dimos a Mardoqueo por este acto? —preguntó el rey. Sus asistentes contestaron: —Nunca se ha hecho nada.
Est 6:4 —¿Quién está en el patio exterior? —preguntó el rey. Resulta que Amán acababa de llegar al patio exterior del palacio para pedirle al rey que atravesara a Mardoqueo en el poste que había preparado.
Est 6:5 Entonces los asistentes contestaron al rey: —Es Amán el que está en el patio. —Háganlo pasar —ordenó el rey.
Est 6:6 Entonces Amán entró, y el rey dijo: —¿Qué debo hacer para honrar a un hombre que verdaderamente me agrada? Amán pensó para sí: «¿A quién querría honrar el rey más que a mí?».
Est 6:7 Así que contestó: —Si el rey desea honrar a alguien,
Est 6:8 debería sacar uno de los mantos reales que haya usado el rey y también un caballo que el propio rey haya montado, uno que tenga un emblema real en la frente.
Est 6:9 Que el manto y el caballo sean entregados a uno de los funcionarios más nobles del rey y que esta persona se asegure de que vistan con el manto real al hombre a quien el rey quiere honrar y lo paseen por la plaza de la ciudad en el caballo del rey. Durante el paseo, que el funcionario anuncie a viva voz: “¡Esto es lo que el rey hace a quien él quiere honrar!”.
Est 6:10 —¡Perfecto! —le dijo el rey a Amán—. ¡Rápido! Lleva mi manto y mi caballo, y haz todo lo que has dicho con Mardoqueo, el judío que se sienta a la puerta del palacio. ¡No pierdas ni un detalle de lo que has sugerido!
Est 6:11 Entonces Amán tomó el manto y se lo puso a Mardoqueo, lo hizo montar el caballo del rey, y lo paseó por la plaza de la ciudad, gritando: «¡Esto es lo que el rey hace a quien él quiere honrar!».
Est 6:12 Después Mardoqueo regresó a la puerta del palacio, mientras que Amán se apresuró a volver a su casa desalentado y totalmente humillado.
Est 6:13 Cuando Amán le contó a su esposa, Zeres, y a todos sus amigos lo que había sucedido, sus sabios consejeros y su esposa dijeron: «Ya que Mardoqueo —este hombre que te ha humillado— es de origen judío, jamás tendrás éxito con tus planes contra él. Será tu ruina seguir oponiéndote a él».
Est 6:14 Mientras estaban hablando, llegaron los eunucos del rey y enseguida se llevaron a Amán al banquete que Ester había preparado.
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