APOSENTO ALTO

miércoles, 2 de agosto de 2017

LECTURA BÍBLICA 2 DE AGOSTO

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    13:10-21

Luc 13:10 Cierto día de descanso, mientras Jesús enseñaba en la sinagoga,
Luc 13:11 vio a una mujer que estaba lisiada a causa de un espíritu maligno. Había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha.
Luc 13:12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: «Apreciada mujer, ¡estás sanada de tu enfermedad!».
Luc 13:13 Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella al Señor!
Luc 13:14 Pero el líder a cargo de la sinagoga se indignó de que Jesús la sanara en un día de descanso. «Hay seis días en la semana para trabajar —dijo a la multitud —. Vengan esos días para ser sanados, no el día de descanso».
Luc 13:15 Pero el Señor respondió: «¡Hipócritas! Cada uno de ustedes trabaja el día de descanso. ¿Acaso no desatan su buey o su burro y lo sacan del establo el día de descanso y lo llevan a tomar agua?
Luc 13:16 Esta apreciada mujer, una hija de Abraham, estuvo esclavizada por Satanás durante dieciocho años. ¿No es justo que sea liberada, aun en el día de descanso?».
Luc 13:17 Esto avergonzó a sus enemigos, pero toda la gente se alegraba de las cosas maravillosas que él hacía.
Luc 13:18 Entonces Jesús dijo: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿Cómo puedo ilustrarlo?
Luc 13:19 Es como una pequeña semilla de mostaza que un hombre sembró en un jardín; crece y se convierte en un árbol, y los pájaros hacen nidos en las ramas».
Luc 13:20 También preguntó: «¿A qué otra cosa se parece el reino de Dios?
Luc 13:21 Es como la levadura que utilizó una mujer para hacer pan. Aunque puso sólo una pequeña porción de levadura en tres medidas de harina, la levadura impregnó toda la masa».







1 TIMOTEO 1:12-20

1Ti 1:12 Le doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, quien me ha dado fuerzas para llevar a cabo su obra. Él me consideró digno de confianza y me designó para servirlo,
1Ti 1:13 a pesar de que yo antes blasfemaba el nombre de Cristo. En mi insolencia, yo perseguía a su pueblo. Pero Dios tuvo misericordia de mí, porque lo hacía por ignorancia y porque era un incrédulo.
1Ti 1:14 ¡Oh, qué tan generoso y lleno de gracia fue el Señor! Me llenó de la fe y del amor que provienen de Cristo Jesús.
1Ti 1:15 La siguiente declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores», de los cuales yo soy el peor de todos.
1Ti 1:16 Pero Dios tuvo misericordia de mí, para que Cristo Jesús me usara como principal ejemplo de su gran paciencia con aun los peores pecadores. De esa manera, otros se darán cuenta de que también pueden creer en él y recibir la vida eterna.
1Ti 1:17 ¡Qué todo el honor y toda la gloria sean para Dios por siempre y para siempre! Él es el Rey eterno, el invisible que nunca muere; solamente él es Dios. Amén.
1Ti 1:18 Timoteo, hijo mío, te doy estas instrucciones, basadas en las palabras proféticas que se dijeron tiempo atrás acerca de ti. Espero que te ayuden a pelear bien en las batallas del Señor.
1Ti 1:19 Aférrate a tu fe en Cristo y mantén limpia tu conciencia. Pues algunas personas desobedecieron a propósito lo que les dictaba su conciencia y, como resultado, su fe naufragó.
1Ti 1:20 Himeneo y Alejandro son dos ejemplos. Yo los expulsé y se los entregué a Satanás, para que aprendieran a no blasfemar contra Dios.






PROVERBIOS 2

Pro 2:1 Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos.
Pro 2:2 Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento.
Pro 2:3 Clama por inteligencia y pide entendimiento.
Pro 2:4 Búscalos como si fueran plata, como si fueran tesoros escondidos.
Pro 2:5 Entonces comprenderás lo que significa temer al SEÑOR y obtendrás conocimiento de Dios.
Pro 2:6 ¡Pues el SEÑOR concede sabiduría! De su boca provienen el saber y el entendimiento.
Pro 2:7 Al que es honrado, él le concede el tesoro del sentido común. Él es un escudo para los que caminan con integridad.
Pro 2:8 Él cuida las sendas de los justos y protege a los que le son fieles.
Pro 2:9 Entonces comprenderás lo que es correcto, justo e imparcial y encontrarás el buen camino que debes seguir.
Pro 2:10 Pues la sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento te llenará de alegría.
Pro 2:11 Las decisiones sabias te protegerán; el entendimiento te mantendrá a salvo.
Pro 2:12 La sabiduría te salvará de la gente mala, de los que hablan con palabras retorcidas.
Pro 2:13 Estos hombres se alejan del camino correcto para andar por sendas tenebrosas.
Pro 2:14 Se complacen en hacer lo malo y disfrutan los caminos retorcidos del mal.
Pro 2:15 Sus acciones son torcidas, y sus caminos son errados.
Pro 2:16 La sabiduría te librará de la mujer inmoral, de las palabras seductoras de la mujer promiscua.
Pro 2:17 Ella abandonó a su marido y no hace caso del pacto que hizo ante Dios.
Pro 2:18 Entrar a su casa lleva a la muerte; es el camino a la tumba.*
Pro 2:19 El hombre que la visita está condenado; nunca llegará a los senderos de la vida.
Pro 2:20 Tú, en cambio, sigue los pasos de los hombres buenos y permanece en los caminos de los justos.
Pro 2:21 Pues sólo los justos vivirán en la tierra y los íntegros permanecerán en ella.
Pro 2:22 Pero los perversos serán quitados de la tierra, y los traidores serán arrancados de raíz.

LECTURA PARA LA NOCHE

ESDRAS 3

Esd 3:1 A comienzos del otoño,* cuando los israelitas ya se habían establecido en sus ciudades, todo el pueblo se reunió en Jerusalén con un mismo propósito.
Esd 3:2 Entonces Jesúa, hijo de Jehosadac,* se unió a sus hermanos sacerdotes y a Zorobabel, hijo de Salatiel, con su familia, para reconstruir el altar del Dios de Israel. Querían sacrificar ofrendas quemadas sobre el altar, según las instrucciones de la ley de Moisés, hombre de Dios.
Esd 3:3 A pesar de que tenían miedo de los lugareños, reconstruyeron el altar en su sitio original. Luego, cada mañana y cada tarde, comenzaron a sacrificar ofrendas quemadas al SEÑOR sobre el altar.
Esd 3:4 Celebraron el Festival de las Enramadas como está establecido en la ley y sacrificaron la cantidad específica de ofrendas quemadas para cada día del festival.
Esd 3:5 También ofrecieron las ofrendas quemadas habituales y las ofrendas requeridas para las celebraciones de luna nueva y los festivales anuales, tal como lo había establecido el SEÑOR. La gente también entregó ofrendas voluntarias al SEÑOR.
Esd 3:6 Quince días antes de que comenzara el Festival de las Enramadas,* los sacerdotes empezaron a sacrificar ofrendas quemadas al SEÑOR. Esto ocurrió aun antes de que comenzaran a echar los cimientos del templo del SEÑOR.
Esd 3:7 Luego el pueblo contrató albañiles y carpinteros, y compró troncos de cedro de los habitantes de Tiro y Sidón, a quienes les pagaron con alimentos, vino y aceite de oliva. Transportaron troncos desde las montañas del Líbano hasta Jope haciéndolos flotar a lo largo de la costa del mar Mediterráneo,* ya que el rey Ciro había dado permiso para hacerlo.
Esd 3:8 La construcción del templo de Dios comenzó a mediados de la primavera,* en el segundo año después de la llegada a Jerusalén. La fuerza laboral estaba formaba por todos los que habían regresado del destierro, entre ellos Zorobabel, hijo de Salatiel, Jesúa, hijo de Josadac, junto con sus hermanos sacerdotes y todos los levitas. Pusieron al frente de la reconstrucción del templo del SEÑOR a los levitas mayores de veinte años de edad.
Esd 3:9 Jesúa, sus hijos y parientes, junto con Cadmiel y sus hijos, todos descendientes de Hodavías,* supervisaron a los que trabajaban en el templo de Dios. Para esta tarea contaron con la colaboración de los levitas de la familia de Henadad.
Esd 3:10 Cuando los constructores terminaron los cimientos del templo del SEÑOR, los sacerdotes se pusieron sus mantos y tomaron su lugar para tocar sus trompetas. Luego los levitas descendientes de Asaf hicieron sonar sus címbalos para alabar al SEÑOR, tal como lo había establecido el rey David.
Esd 3:11 Con alabanza y agradecimiento entonaron el siguiente canto al SEÑOR: «¡Él es tan bueno! ¡Su fiel amor por Israel permanece para siempre!». Luego todo el pueblo dio un fuerte grito, alabando al SEÑOR, porque se habían echado los cimientos del templo del SEÑOR.
Esd 3:12 Sin embargo, muchos de los sacerdotes, levitas y otros líderes de edad avanzada que habían visto el primer templo lloraron en alta voz al ver los cimientos del nuevo templo. Los demás, en cambio, gritaban de alegría.
Esd 3:13 Los gritos de alegría se mezclaron con el llanto y produjeron un clamor que podía oírse a gran distancia.

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