APOSENTO ALTO

sábado, 19 de agosto de 2017

LECTURA BÍBLICA 19 DE OCTUBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    19:1-10

Luc 19:1 Jesús entró en Jericó y comenzó a pasar por la ciudad.
Luc 19:2 Había allí un hombre llamado Zaqueo. Era jefe de los cobradores de impuestos de la región y se había hecho muy rico.
Luc 19:3 Zaqueo trató de mirar a Jesús pero era de poca estatura y no podía ver por encima de la multitud.
Luc 19:4 Así que se adelantó corriendo y se subió a una higuera sicómoro que estaba junto al camino, porque Jesús iba a pasar por allí.
Luc 19:5 Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: «¡Zaqueo! —le dijo—, ¡baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa».
Luc 19:6 Zaqueo bajó rápidamente y, lleno de entusiasmo y alegría, llevó a Jesús a su casa.
Luc 19:7 Pero la gente estaba disgustada: «Fue a hospedarse en la casa de un pecador de mala fama», murmuraban.
Luc 19:8 Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo: —Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más.
Luc 19:9 Jesús respondió: —La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham.
Luc 19:10 Pues el Hijo del Hombre* vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.



 TITO 1:10-16

Tit 1:10 Pues hay muchos rebeldes que participan en conversaciones inútiles y engañan a otros. Me refiero especialmente a los que insisten en que es necesario circuncidarse para ser salvo.
Tit 1:11 Hay que callarlos, porque, con su falsa enseñanza, alejan a familias enteras de la verdad, y sólo lo hacen por dinero.
Tit 1:12 Incluso uno de sus propios hombres, un profeta de Creta, dijo acerca de ellos: «Todos los cretenses son mentirosos, animales crueles y glotones perezosos».*
Tit 1:13 Es la verdad. Así que repréndelos con severidad para fortalecerlos en la fe.
Tit 1:14 Tienen que dejar de prestar atención a mitos judíos y a los mandatos de aquellos que se han apartado de la verdad.
Tit 1:15 Todo es puro para los de corazón puro. En cambio, para los corruptos e incrédulos nada es puro, porque tienen la mente y la conciencia corrompidas.
Tit 1:16 Tales personas afirman que conocen a Dios, pero lo niegan con su manera de vivir. Son detestables y desobedientes, no sirven para hacer nada bueno.



PROVERBIOS 14:19-35

Pro 14:19 Los malvados se inclinarán ante los buenos; los perversos harán reverencia a las puertas de los justos.
Pro 14:20 A los pobres hasta sus vecinos los desprecian, mientras que a los ricos les sobran «amigos».
Pro 14:21 Denigrar al prójimo es pecado; benditos los que ayudan a los pobres.
Pro 14:22 Si te propones hacer el mal, te perderás; si te propones hacer el bien recibirás amor inagotable y fidelidad.
Pro 14:23 El trabajo trae ganancias, ¡pero el sólo hablar lleva a la pobreza!
Pro 14:24 La riqueza es una corona para los sabios; el esfuerzo de los necios sólo produce necedad.
Pro 14:25 El testigo veraz salva vidas, pero el testigo falso es un traidor.
Pro 14:26 Los que temen al SEÑOR están seguros; él será un refugio para sus hijos.
Pro 14:27 El temor del SEÑOR es fuente que da vida, ofrece un escape de las trampas de la muerte.
Pro 14:28 Una población que crece es la gloria del rey; un príncipe sin súbditos no tiene nada.
Pro 14:29 Los que tienen entendimiento no pierden los estribos; los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad.
Pro 14:30 La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son como cáncer en los huesos.
Pro 14:31 Quienes oprimen a los pobres insultan a su Creador, pero quienes los ayudan lo honran.
Pro 14:32 Los perversos son aplastados por el desastre, pero los justos tienen un refugio cuando mueren.
Pro 14:33 La sabiduría es venerada en el corazón comprensivo; la sabiduría no* se encuentra entre los necios.
Pro 14:34 La justicia engrandece a la nación, pero el pecado es la deshonra de cualquier pueblo.
Pro 14:35 El rey se alegra de los siervos sabios, pero se enoja con aquellos que lo avergüenzan.





LECTURA PARA LA NOCHE

NEHEMÍAS 13

Neh 13:1 Ese mismo día, mientras se leía al pueblo el Libro de Moisés, se encontró el pasaje que dice que jamás se debe admitir a un amorreo o a un moabita en la asamblea de Dios,*
Neh 13:2 porque ellos se habían negado a darles comida y agua a los israelitas en el desierto. Por el contrario, contrataron a Balaam para que los maldijera, aunque nuestro Dios convirtió la maldición en bendición.
Neh 13:3 Cuando se leyó este pasaje de la ley, inmediatamente se excluyó de la asamblea a todos los que tenían ascendencia extranjera.
Neh 13:4 Antes de esto, el sacerdote Eliasib, quien había sido designado para supervisar los depósitos del templo de nuestro Dios y quien también era pariente de Tobías,
Neh 13:5 había rediseñado un gran depósito y lo había puesto a disposición de Tobías. Anteriormente usaban el cuarto para almacenar ofrendas de grano, incienso, diversos utensilios para el templo, diezmos de granos, de vino nuevo, de aceite de oliva (destinados a los levitas, a los cantores y a los porteros), y también las ofrendas para los sacerdotes.
Neh 13:6 En esa época yo no estaba en Jerusalén porque había ido a presentarme ante Artajerjes, rey de Babilonia, en el año treinta y dos de su reinado,* aunque más tarde le pedí permiso para regresar.
Neh 13:7 Cuando regresé a Jerusalén, me enteré del acto perverso de Eliasib de proporcionarle a Tobías una habitación en los atrios del templo de Dios.
Neh 13:8 Me disgusté mucho y saqué del cuarto todas las pertenencias de Tobías.
Neh 13:9 Luego exigí que purificaran las habitaciones y volví a colocar los utensilios para el templo de Dios, las ofrendas de grano y el incienso.
Neh 13:10 También descubrí que no se les había entregado a los levitas las porciones de comida que les correspondían, de manera que todos ellos y los cantores que debían dirigir los servicios de adoración habían regresado a trabajar en los campos.
Neh 13:11 Inmediatamente enfrenté a los dirigentes y les pregunté: «¿Por qué ha sido descuidado el templo de Dios?». Luego pedí a todos los levitas que regresaran y los reintegré para que cumplieran con sus obligaciones.
Neh 13:12 Entonces, una vez más, todo el pueblo de Judá comenzó a llevar sus diezmos de grano, de vino nuevo y de aceite de oliva a los depósitos del templo.
Neh 13:13 Como supervisores de los depósitos asigné al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y a Pedaías, uno de los levitas. Como ayudante de ellos nombré a Hanán, hijo de Zacur y nieto de Matanías. Estos hombres gozaban de una excelente reputación, y su tarea consistía en hacer distribuciones equitativas a sus compañeros levitas.
Neh 13:14 Recuerda esta buena obra, oh Dios mío, y no olvides todo lo que fielmente he hecho por el templo de mi Dios y sus servicios.
Neh 13:15 En esos días vi a unos hombres de Judá pisando en sus lagares en el día de descanso. Además, recogían granos y los cargaban sobre burros, y traían su vino, sus uvas, sus higos y toda clase de productos a Jerusalén para venderlos en el día de descanso. Así que los reprendí por vender sus productos en ese día.
Neh 13:16 Algunos hombres de Tiro, que vivían en Jerusalén, traían pescado y toda clase de mercancía. La vendían al pueblo de Judá el día de descanso, ¡y nada menos que en Jerusalén!
Neh 13:17 De modo que confronté a los nobles de Judá. «¿Por qué profanan el día de descanso de este modo tan perverso? —les pregunté—.
Neh 13:18 ¿Acaso no fueron cosas como estas las que hicieron sus antepasados y provocaron que nuestro Dios hiciera caer sobre nosotros y nuestra ciudad toda esta desgracia? ¡Ahora ustedes provocan aún más enojo contra Israel al permitir que el día de descanso sea profanado de esta manera!».
Neh 13:19 Entonces ordené que todos los viernes* se cerraran las puertas de Jerusalén al caer la noche, y que no se abrieran hasta que terminara el día de descanso. Envié a algunos de mis propios sirvientes a vigilar las puertas para que no pudiera entrar ninguna mercadería en los días de descanso.
Neh 13:20 Los mercaderes y los comerciantes de diversos productos acamparon fuera de Jerusalén una o dos veces;
Neh 13:21 pero yo les hablé duramente diciendo: «¿Qué pretenden, acampando aquí afuera alrededor de la muralla? ¡Si lo hacen otra vez, los arrestaré!». Esa fue la última vez que aparecieron en el día de descanso.
Neh 13:22 Luego ordené a los levitas que se purificaran y vigilaran las puertas para preservar la santidad del día de descanso. ¡Recuerda también esta buena obra, oh Dios mío! Ten compasión de mí conforme a tu grande e inagotable amor.
Neh 13:23 Por el mismo tiempo, me di cuenta de que algunos de los hombres de Judá se habían casado con mujeres de Asdod, Amón y Moab.
Neh 13:24 Además, la mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod o de algún otro pueblo y no podían hablar en absoluto la lengua de Judá.
Neh 13:25 De modo que confronté a los hombres y pedí que cayeran maldiciones sobre ellos. Golpeé a algunos y les arranqué el cabello. Los hice jurar por el nombre de Dios que no permitirían que sus hijos o sus hijas se casaran con la gente pagana de la región.
Neh 13:26 «¿Acaso no fue exactamente eso lo que llevó a Salomón, rey de Israel, a pecar? —exclamé—. No había rey de ninguna nación que pudiera compararse con él, Dios lo amaba y lo hizo rey sobre todo Israel; pero incluso él fue inducido a pecar por sus mujeres extranjeras.
Neh 13:27 ¿Cómo pudieron siquiera pensar en cometer esta acción pecaminosa y ser infieles a Dios al casarse con mujeres extranjeras?».
Neh 13:28 Uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib, el sumo sacerdote, se había casado con la hija de Sanbalat, el horonita, por lo cual lo expulsé de mi presencia.
Neh 13:29 Recuérdalos, oh Dios mío, porque han profanado el sacerdocio y los votos solemnes de los sacerdotes y los levitas.
Neh 13:30 Así que expulsé todo lo que fuera extranjero y asigné tareas a los sacerdotes y a los levitas, asegurándome de que cada uno supiera lo que tenía que hacer.
Neh 13:31 También me aseguré de que llegara el suministro de leña para el altar y las primeras porciones de la cosecha en los tiempos establecidos. Recuerda esto a mi favor, oh Dios mío.

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