APOSENTO ALTO

jueves, 8 de marzo de 2018

LECTURA BÍBLICA 8 DE MARZO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    23:25-39

Mat 23:25 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! ¡Pues se cuidan de limpiar la parte exterior de la taza y del plato pero ustedes están sucios por dentro, llenos de avaricia y se permiten todo tipo de excesos!
Mat 23:26 ¡Fariseo ciego! Primero lava el interior de la taza y del plato,* y entonces el exterior también quedará limpio.
Mat 23:27 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues son como tumbas blanqueadas: hermosas por fuera, pero llenas de huesos de muertos y de toda clase de impurezas por dentro.
Mat 23:28 Por fuera parecen personas rectas pero, por dentro, el corazón está lleno de hipocresía y desenfreno.
Mat 23:29 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Edifican tumbas a los profetas que sus antepasados mataron, y adornan los monumentos de la gente justa que sus antepasados destruyeron.
Mat 23:30 Luego dicen: “Si hubiéramos vivido en los días de nuestros antepasados, jamás nos habríamos unido a ellos para matar a los profetas”.
Mat 23:31 »Pero, al decir eso, dan testimonio en contra de ustedes mismos, que en verdad son descendientes de aquellos que asesinaron a los profetas.
Mat 23:32 Sigan adelante y terminen lo que sus antepasados comenzaron.
Mat 23:33 ¡Serpientes! ¡Hijos de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno?
Mat 23:34 »Por lo tanto, les envío profetas, hombres sabios y maestros de la ley religiosa. Pero a algunos los matarán crucificándolos, y a otros los azotarán con látigos en las sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad.
Mat 23:35 Como consecuencia, se les hará responsables del asesinato de toda la gente justa de todos los tiempos, desde el asesinato del justo Abel hasta el de Zacarías, hijo de Berequías, a quien mataron en el templo, entre el santuario y el altar.
Mat 23:36 Les digo la verdad, ese juicio caerá sobre esta misma generación.
Mat 23:37 »¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste.
Mat 23:38 Y ahora, mira, tu casa está abandonada y desolada.*
Mat 23:39 Pues te digo lo siguiente: no volverás a verme hasta que digas: “¡Bendiciones al que viene en el nombre del SEÑOR!”»*.


ROMANOS 6:1-14

Rom 6:1 Ahora bien, ¿deberíamos seguir pecando para que Dios nos muestre más y más su gracia maravillosa?
Rom 6:2 ¡Por supuesto que no! Nosotros hemos muerto al pecado, entonces, ¿cómo es posible que sigamos viviendo en pecado?
Rom 6:3 ¿O acaso olvidaron que, cuando fuimos unidos a Cristo en el bautismo, nos unimos a él en su muerte?
Rom 6:4 Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo. Y, tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva.
Rom 6:5 Dado que fuimos unidos a él en su muerte, también seremos resucitados como él.
Rom 6:6 Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado.
Rom 6:7 Pues, cuando morimos con Cristo, fuimos liberados del poder del pecado.
Rom 6:8 Y, dado que morimos con Cristo, sabemos que también viviremos con él.
Rom 6:9 Estamos seguros de eso, porque Cristo fue levantado de los muertos y nunca más volverá a morir. La muerte ya no tiene ningún poder sobre él.
Rom 6:10 Cuando él murió, murió una sola vez, a fin de quebrar el poder del pecado. Pero, ahora que él vive, vive para la gloria de Dios.
Rom 6:11 Así también ustedes deberían considerarse muertos al poder del pecado y vivos para Dios por medio de Cristo Jesús.
Rom 6:12 No permitan que el pecado controle la manera en que viven;* no caigan ante los deseos pecaminosos.
Rom 6:13 No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios.
Rom 6:14 El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios.


SALMO 55

Sal 55:1 Escucha mi oración, oh Dios; ¡no pases por alto mi grito de auxilio!
Sal 55:2 Por favor, escúchame y respóndeme, porque las dificultades me abruman.
Sal 55:3 Mis enemigos me gritan, me lanzan perversas amenazas a viva voz. Me cargan de problemas y con rabia me persiguen.
Sal 55:4 Mi corazón late con fuerza en el pecho; me asalta el terror de la muerte.
Sal 55:5 El miedo y el temblor me abruman, y no puedo dejar de temblar.
Sal 55:6 Si tan sólo tuviera alas como una paloma, ¡me iría volando y descansaría!
Sal 55:7 Volaría muy lejos, a la tranquilidad del desierto. Interludio
Sal 55:8 Qué rápido me escaparía lejos de esta furiosa tormenta de odio.
Sal 55:9 Confúndelos, Señor, y frustra sus planes, porque veo violencia y conflicto en la ciudad.
Sal 55:10 Día y noche patrullan sus murallas para cuidarla de invasores, pero el verdadero peligro es la maldad que hay dentro de la ciudad.
Sal 55:11 Todo se viene abajo; las amenazas y el engaño abundan por las calles.
Sal 55:12 No es un enemigo el que me hostiga, eso podría soportarlo. No son mis adversarios los que me insultan con tanta arrogancia, de ellos habría podido esconderme.
Sal 55:13 En cambio, eres tú, mi par, mi compañero y amigo íntimo.
Sal 55:14 ¡Cuánto compañerismo disfrutábamos cuando caminábamos juntos hacia la casa de Dios!
Sal 55:15 Que la muerte aceche a mis enemigos; que la tumba* se los trague vivos, porque la maldad habita en ellos.
Sal 55:16 Pero clamaré a Dios, y el SEÑOR me rescatará.
Sal 55:17 Mañana, tarde y noche clamo en medio de mi angustia, y el SEÑOR oye mi voz.
Sal 55:18 Él me rescata y me mantiene a salvo de la batalla que se libra en mi contra, aunque muchos todavía se me oponen.
Sal 55:19 Dios, quien siempre ha gobernado, me oirá y los humillará. Interludio Pues mis enemigos se niegan a cambiar de rumbo; no tienen temor de Dios.
Sal 55:20 En cuanto a mi compañero, él traicionó a sus amigos; no cumplió sus promesas.
Sal 55:21 Sus palabras son tan suaves como la mantequilla, pero en su corazón hay guerra. Sus palabras son tan relajantes como una loción, ¡pero por debajo son dagas!
Sal 55:22 Entrégale tus cargas al SEÑOR, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan.
Sal 55:23 Pero tú, oh Dios, mandarás a los perversos a la fosa de destrucción; los asesinos y los mentirosos morirán jóvenes, pero yo confío en que tú me salves.

LECTURA PARA LA NOCHE

NÚMEROS 18-20

Núm 18:1 Luego el SEÑOR le dijo a Aarón: «Tú, tus hijos y tus parientes de la tribu de Leví serán los responsables de cualquier ofensa relacionada con el santuario; pero sólo tú y tus hijos serán los responsables de las faltas relacionadas con el sacerdocio.
Núm 18:2 »Trae a tus parientes de la tribu de Leví —tu tribu patriarcal— para que te ayuden, a ti y a tus hijos, a realizar los deberes sagrados delante del tabernáculo del pacto.*
Núm 18:3 Sin embargo, cuando los levitas realicen los deberes asignados en el tabernáculo, deberán tener cuidado de no acercarse a los objetos sagrados ni al altar. Si lo hacen, tanto tú como ellos morirán.
Núm 18:4 Los levitas te ayudarán con el cumplimiento de sus responsabilidades del cuidado y el mantenimiento del tabernáculo,* pero no podrá ayudarte ninguna persona que no esté autorizada.
Núm 18:5 »Ustedes realizarán los deberes sagrados dentro del santuario y en el altar. Si siguen estas instrucciones, el enojo del SEÑOR nunca jamás se encenderá contra el pueblo de Israel.
Núm 18:6 Yo mismo escogí a tus hermanos levitas de entre los israelitas para que sean tus ayudantes especiales. Ellos son un regalo para ti, dedicados al SEÑOR para servir en el tabernáculo;
Núm 18:7 pero tú y tus hijos, los sacerdotes, deben llevar a cabo, personalmente, todos los rituales sacerdotales relacionados con el altar y con todo lo que está detrás de la cortina interior. Yo te doy el sacerdocio como un privilegio de servicio. Cualquier persona que se acerque al santuario sin estar autorizada, será ejecutada».
Núm 18:8 El SEÑOR le dio más instrucciones a Aarón: «Yo mismo te he puesto a cargo de todas las ofrendas sagradas que me trae el pueblo de Israel. A ti y a tus hijos les he dado todas estas ofrendas consagradas como su porción perpetua.
Núm 18:9 A ti te corresponde la porción de las ofrendas sumamente santas que no se quema en el fuego. Esta porción de todas las ofrendas sumamente santas —las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa— será sumamente santa y te pertenece a ti y a tus hijos.
Núm 18:10 La comerás como una ofrenda sumamente santa. Todo varón puede comer de ella y deben tratarla como sumamente santa.
Núm 18:11 »También te pertenecen todas las ofrendas sagradas y las ofrendas especiales que los israelitas me presenten al levantarlas ante el altar. Yo te las he dado a ti y a tus hijos e hijas como tu porción perpetua. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estas ofrendas.
Núm 18:12 »También te doy las ofrendas de la cosecha que el pueblo presenta al SEÑOR: lo mejor del aceite de oliva y del vino nuevo y del grano.
Núm 18:13 Todas las primeras cosechas de la tierra que el pueblo presente al SEÑOR te pertenecen. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estos alimentos.
Núm 18:14 »Todo lo que en Israel haya sido consagrado especialmente para el SEÑOR* también te pertenece.
Núm 18:15 »Todo primer nacido, sea humano o animal, que se ofrece al SEÑOR, será tuyo; pero siempre tendrán que redimir a los primeros hijos varones y a las primeras crías de los animales ceremonialmente impuros.
Núm 18:16 Los rescatarán al mes de haber nacido. El precio de rescate es cinco piezas de plata* (calculado según el peso del siclo del santuario, que equivale a veinte geras).
Núm 18:17 »Sin embargo, no podrán redimir las primeras crías del ganado, de las ovejas o de las cabras. Éstas están consagradas y han sido apartadas para el SEÑOR: rocía su sangre en el altar y quema su grasa como ofrenda especial de aroma agradable al SEÑOR.
Núm 18:18 La carne de estos animales será tuya, así como el pecho y el muslo derecho que se presentan al levantarlos como una ofrenda especial ante el altar.
Núm 18:19 Así es, te doy todas estas ofrendas sagradas que el pueblo de Israel lleva al SEÑOR. Son para ti y tus hijos e hijas, para que las coman como su porción perpetua. Este es un pacto eterno e inquebrantable* entre tú y el SEÑOR y también se aplica a tus descendientes».
Núm 18:20 El SEÑOR le dijo a Aarón: «Ustedes, los sacerdotes, no recibirán ninguna asignación de tierra ni porción de terreno entre el pueblo de Israel. Yo soy tu porción y tu asignación.
Núm 18:21 En cuanto a la tribu de Leví, tus parientes, los recompensaré por su servicio en el tabernáculo. En lugar de una asignación de tierra, les daré los diezmos de toda la tierra de Israel.
Núm 18:22 »De ahora en adelante, ningún israelita, con excepción de los sacerdotes o los levitas, podrá acercarse al tabernáculo. Si alguien se acerca, será declarado culpable y morirá.
Núm 18:23 Únicamente los levitas podrán servir en el tabernáculo y serán los responsables de toda ofensa cometida contra el tabernáculo. Esta es una ley perpetua para ustedes, y tendrá que cumplirse de generación en generación. Los levitas no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas,
Núm 18:24 porque yo les he dado los diezmos del pueblo de Israel, que han sido entregados como ofrendas sagradas al SEÑOR. Esta será la porción de los levitas. Por eso les he dicho que no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas».
Núm 18:25 El SEÑOR también le dijo a Moisés:
Núm 18:26 «Da las siguientes instrucciones a los levitas: cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he asignado como su porción, entreguen una décima parte de ellos —un diezmo de los diezmos— al SEÑOR como ofrenda sagrada.
Núm 18:27 El SEÑOR contará esta ofrenda de ustedes como una ofrenda de cosecha, como si fuera el primer grano de su propio campo de trillar o el vino de su propio lagar.
Núm 18:28 La décima parte de los diezmos que reciben de los israelitas, tendrán que presentarla como ofrenda sagrada para el SEÑOR. Esta es la porción sagrada del SEÑOR y tienen que presentarla al sacerdote Aarón.
Núm 18:29 De todas las ofrendas recibidas, asegúrense de dar lo mejor al SEÑOR.
Núm 18:30 »Da también las siguientes instrucciones a los levitas: cuando presenten la mejor parte como su ofrenda, esta será considerada como si viniera de su propio campo de trillar o de su lagar.
Núm 18:31 Levitas, ustedes y sus familias podrán comer este alimento donde quieran, porque constituye su recompensa por servir en el tabernáculo.
Núm 18:32 No serán considerados culpables por aceptar los diezmos ofrecidos al SEÑOR, si dan la mejor porción a los sacerdotes. Sin embargo, tengan cuidado de no considerar las ofrendas sagradas del pueblo de Israel como si fueran algo ordinario. Si lo hacen, morirán».
Núm 19:1 El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
Núm 19:2 «Este es otro requisito legal ordenado por el SEÑOR: díganle al pueblo de Israel que traigan una novilla de color rojizo, un animal perfecto sin defectos y al que nunca se le haya colocado un yugo para el arado.
Núm 19:3 Entréguenla al sacerdote Eleazar, para que sea llevada fuera del campamento y matada en su presencia.
Núm 19:4 Entonces Eleazar tomará con el dedo un poco de la sangre y la rociará siete veces hacia el frente del tabernáculo.*
Núm 19:5 La novilla se quemará por completo —la piel, la carne, la sangre y el estiércol— en presencia de Eleazar.
Núm 19:6 Después, el sacerdote Eleazar tomará un palo de cedro,* una rama de hisopo y un poco de hilado de color escarlata y los arrojará en el fuego donde se quema la novilla.
Núm 19:7 »Luego el sacerdote lavará su ropa y se bañará en agua. Después podrá volver al campamento, aunque permanecerá ceremonialmente impuro hasta el anochecer.
Núm 19:8 El hombre que queme el animal también lavará su ropa y se bañará en agua, y también permanecerá impuro hasta el anochecer.
Núm 19:9 Luego, alguien que esté ceremonialmente puro recogerá las cenizas de la novilla y las depositará fuera del campamento en un lugar ceremonialmente puro. Las conservarán allí para que la comunidad de Israel las use en el agua para la ceremonia de purificación. Esta ceremonia se realiza para quitar los pecados.
Núm 19:10 El hombre que recoja las cenizas de la novilla también lavará su ropa y quedará ceremonialmente impuro hasta el anochecer. Esta será una ley perpetua para los israelitas y para todo extranjero que viva entre ellos.
Núm 19:11 »El que toque el cadáver de un ser humano quedará ceremonialmente impuro durante siete días.
Núm 19:12 Esta persona debe purificarse el tercer y el séptimo día con el agua de la purificación; entonces quedará purificada; pero si no lo hace el tercer y el séptimo día, quedará impura aun después del séptimo día.
Núm 19:13 El que toque un cadáver y no se purifique de la debida manera contamina el tabernáculo del SEÑOR y será excluido de la comunidad de Israel. Ya que no se roció con el agua de la purificación, su contaminación continúa.
Núm 19:14 »La siguiente ley ritual se aplicará cuando alguien muera dentro de una carpa: todos los que entren en esa carpa y los que se encontraban en ella cuando la muerte ocurrió quedarán ceremonialmente impuros durante siete días.
Núm 19:15 Todo recipiente abierto en la carpa que no estaba cerrado con tapa también estará contaminado.
Núm 19:16 Y si alguien en el campo abierto toca el cadáver de alguien que mataron a espada o que murió de muerte natural, o si alguien toca un hueso de ser humano o una tumba, esa persona quedará contaminada durante siete días.
Núm 19:17 »Para quitar la contaminación, pongan en un frasco parte de las cenizas de la ofrenda quemada de la purificación y echen agua fresca sobre ellas.
Núm 19:18 Después, alguien ceremonialmente puro tomará una rama de hisopo y la mojará en el agua. Esa persona debe rociar el agua sobre la carpa, sobre todos los muebles de la carpa y sobre las personas que estaban en ella; también sobre la persona que tocó un hueso humano o tocó a una persona que mataron o que murió de muerte natural o tocó una tumba.
Núm 19:19 La persona ceremonialmente pura rociará el agua sobre los que quedaron contaminados el tercer y el séptimo día. Después, el séptimo día, las personas en proceso de purificación deben lavar sus ropas y bañarse. Entonces esa noche quedarán limpios de su contaminación.
Núm 19:20 »Pero los que se contaminen y no se purifiquen serán excluidos de la comunidad, porque han contaminado el santuario del SEÑOR. Ya que el agua de la purificación no se ha rociado sobre ellos, quedarán contaminados.
Núm 19:21 Esta será una ley perpetua para el pueblo. Aquellos que rocíen el agua de la purificación deben lavar sus ropas después de hacerlo, y todo el que toque el agua usada para la purificación quedará contaminado hasta el anochecer.
Núm 19:22 Toda cosa o toda persona que toque a alguien contaminado, quedará ceremonialmente impura hasta el anochecer».
Núm 20:1 El primer mes del año,* toda la comunidad de Israel llegó al desierto de Zin y acampó en Cades. Mientras estaban allí, Miriam murió y la enterraron.
Núm 20:2 Ya que en ese lugar no había agua para que el pueblo bebiera, la gente se rebeló contra Moisés y Aarón.
Núm 20:3 El pueblo culpó a Moisés y dijo: «¡Si tan sólo hubiéramos muerto con nuestros hermanos delante del SEÑOR!
Núm 20:4 ¿Por qué trajiste a la congregación del pueblo del SEÑOR a este desierto para morir, junto con todos nuestros animales?
Núm 20:5 ¿Por qué nos obligaste a salir de Egipto y nos trajiste a este terrible lugar? ¡Esta tierra no tiene grano ni higos ni uvas ni granadas ni agua para beber!».
Núm 20:6 Entonces Moisés y Aarón se apartaron del pueblo y fueron a la entrada del tabernáculo,* donde cayeron rostro en tierra. Allí la presencia gloriosa del SEÑOR se les apareció,
Núm 20:7 y el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 20:8 «Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales».
Núm 20:9 Así que Moisés hizo lo que se le dijo. Tomó la vara del lugar donde se guardaba en la presencia del SEÑOR.
Núm 20:10 Luego él y Aarón mandaron a llamar al pueblo a reunirse frente a la roca. «¡Escuchen, ustedes rebeldes! —gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?».
Núm 20:11 Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.
Núm 20:12 Sin embargo, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: «¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!».
Núm 20:13 Por eso este lugar se conoce como las aguas de Meriba (que significa «pelea») porque allí el pueblo de Israel peleó con el SEÑOR y allí él demostró su santidad entre ellos.
Núm 20:14 Mientras Moisés estaba en Cades, envió embajadores al rey de Edom con el siguiente mensaje: «Esto es lo que dicen tus parientes, los israelitas: tú sabes todas las dificultades por las que hemos pasado.
Núm 20:15 Nuestros antepasados bajaron a Egipto y allí vivimos un largo tiempo. Los egipcios nos maltrataron brutalmente, tanto a nosotros como a nuestros antepasados;
Núm 20:16 pero cuando clamamos al SEÑOR, él nos oyó y envió a un ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos acampando en Cades, la ciudad en la frontera de tu territorio.
Núm 20:17 Por favor, permítenos atravesar tu territorio. Tendremos cuidado de no pasar por tus campos y viñedos, ni siquiera beberemos el agua de tus pozos. Seguiremos derecho por el camino real, sin desviarnos hasta que hayamos atravesado tu territorio».
Núm 20:18 Sin embargo, el rey de Edom dijo: «¡Quédense fuera de mi territorio o saldré a su encuentro con mi ejército!».
Núm 20:19 Entonces los israelitas le contestaron: «Nos mantendremos en el camino principal. Si nuestros animales beben de tu agua, te la pagaremos. Sólo permítenos atravesar tu territorio; es todo lo que pedimos».
Núm 20:20 Aun así, el rey de Edom respondió: «¡Quédense fuera! Ustedes no pueden pasar por nuestra tierra». Dicho esto movilizó su ejército y salió contra ellos con una fuerza imponente.
Núm 20:21 Y como Edom no le permitió a los israelitas atravesar su país, se vieron obligados a regresar.
Núm 20:22 Toda la comunidad israelita partió de Cades y llegó al monte Hor.
Núm 20:23 Allí, en la frontera de la tierra de Edom, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
Núm 20:24 «Ha llegado el momento en que Aarón se reúna con sus antepasados al morir. Él no entrará a la tierra que le daré al pueblo de Israel, porque ustedes dos se rebelaron contra mis instrucciones con respecto al agua en Meriba.
Núm 20:25 Lleva a Aarón y a su hijo Eleazar y suban al monte Hor.
Núm 20:26 Ahí le quitarás las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las pondrás a su hijo Eleazar. Aarón morirá allí y se reunirá con sus antepasados».
Núm 20:27 Así que Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó. Los tres subieron juntos al monte Hor, mientras toda la comunidad observaba.
Núm 20:28 En la cumbre, Moisés le quitó las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las puso a Eleazar, hijo de Aarón. Entonces Aarón murió en la cima de la montaña y Moisés y Eleazar descendieron.
Núm 20:29 Cuando el pueblo se dio cuenta de que Aarón había muerto, todo Israel lo lloró por treinta días.

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