APOSENTO ALTO

domingo, 18 de marzo de 2018

LECTURA BÍBLICA 18 DE MARZO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    26:57-75

Mat 26:57 Luego la gente que había arrestado a Jesús lo llevó a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los maestros de la ley religiosa y los ancianos.
Mat 26:58 Mientras tanto, Pedro lo siguió de lejos y llegó al patio del sumo sacerdote. Entró, se sentó con los guardias y esperó para ver cómo acabaría todo.
Mat 26:59 Adentro, los principales sacerdotes y todo el Concilio Supremo* intentaban encontrar testigos que mintieran acerca de Jesús para poder ejecutarlo.
Mat 26:60 Sin embargo, aunque encontraron a muchos que accedieron a dar un falso testimonio, no pudieron usar el testimonio de ninguno. Finalmente, se presentaron dos hombres
Mat 26:61 y declararon: «Este hombre dijo: “Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días”».
Mat 26:62 Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le dijo a Jesús: «Bien, ¿no vas a responder a estos cargos? ¿Qué tienes que decir a tu favor?».
Mat 26:63 Pero Jesús guardó silencio. Entonces el sumo sacerdote le dijo: —Te exijo, en el nombre del Dios viviente, que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios.
Mat 26:64 Jesús respondió: —Tú lo has dicho. Y, en el futuro, verán al Hijo del Hombre sentado en el lugar de poder, a la derecha de Dios,* y viniendo en las nubes del cielo.*
Mat 26:65 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras en señal de horror y dijo: «¡Blasfemia! ¿Para qué necesitamos más testigos? Todos han oído la blasfemia que dijo.
Mat 26:66 ¿Cuál es el veredicto?». «¡Culpable! —gritaron —. ¡Merece morir!».
Mat 26:67 Entonces comenzaron a escupirle en la cara a Jesús y a darle puñetazos. Algunos le daban bofetadas
Mat 26:68 y se burlaban: «¡Profetízanos, Mesías! ¿Quién te golpeó esta vez?».
Mat 26:69 Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera en el patio. Una sirvienta se acercó y le dijo: —Tú eras uno de los que estaban con Jesús, el galileo.
Mat 26:70 Pero Pedro lo negó frente a todos. —No sé de qué hablas —le dijo.
Mat 26:71 Más tarde, cerca de la puerta, lo vio otra sirvienta, quien les dijo a los que estaban por ahí: «Este hombre estaba con Jesús de Nazaret*».
Mat 26:72 Nuevamente, Pedro lo negó, esta vez con un juramento. «Ni siquiera conozco al hombre» —dijo.
Mat 26:73 Un poco más tarde, algunos de los otros que estaban allí se acercaron a Pedro y dijeron: —Seguro que tú eres uno de ellos; nos damos cuenta por el acento galileo que tienes.
Mat 26:74 Pedro juró: —¡Que me caiga una maldición si les miento! ¡No conozco al hombre! Inmediatamente, el gallo cantó.
Mat 26:75 De repente, las palabras de Jesús pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Y Pedro salió llorando amargamente.


ROMANOS 11:25-36

Rom 11:25 Mis amados hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan orgullosos de ustedes mismos. Parte del pueblo de Israel tiene el corazón endurecido, pero eso sólo durará hasta que se complete el número de gentiles que aceptarán a Cristo.
Rom 11:26 Y entonces todo Israel será salvo. Como dicen las Escrituras: «El que rescata vendrá de Jerusalén* y apartará a Israel* de la maldad.
Rom 11:27 Y mi pacto con ellos es que quitaré sus pecados»*.
Rom 11:28 Muchos del pueblo de Israel ahora son enemigos de la Buena Noticia, y eso los beneficia a ustedes, los gentiles. Sin embargo, ellos todavía son el pueblo que Dios ama, porque él eligió a los antepasados Abraham, Isaac y Jacob.
Rom 11:29 Pues los dones de Dios y su llamado son irrevocables.
Rom 11:30 Ustedes, los gentiles, antes eran rebeldes con Dios pero, cuando el pueblo de Israel se rebeló contra él, Dios tuvo misericordia de ustedes y no de ellos.
Rom 11:31 Ahora ellos son los rebeldes y a ustedes Dios les mostró su misericordia para que ellos también participen* de la misericordia de Dios.
Rom 11:32 Pues Dios encarceló a todos en la desobediencia para poder tener misericordia de todos.
Rom 11:33 ¡Qué grande es la riqueza, la sabiduría y el conocimiento de Dios! ¡Es realmente imposible para nosotros entender sus decisiones y sus caminos!
Rom 11:34 Pues, ¿quién puede conocer los pensamientos del SEÑOR? ¿Quién sabe lo suficiente para aconsejarlo?*
Rom 11:35 ¿Y quién le ha entregado tanto para que él tenga que devolvérselo?*
Rom 11:36 Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén.



SALMO 65

Sal 65:1 Qué poderosa alabanza, oh Dios, te pertenece en Sión. Cumpliremos los votos que te hemos hecho
Sal 65:2 porque tú respondes a nuestras oraciones. Todos nosotros tenemos que acudir a ti.
Sal 65:3 Aunque nuestros pecados nos abruman, tú los perdonas todos.
Sal 65:4 ¡Qué alegría para los que escoges y acercas a ti, aquellos que viven en tus santo atrios! ¡Qué festejos nos esperan dentro de tu santo templo!
Sal 65:5 Fielmente respondes a nuestras oraciones con imponentes obras, oh Dios nuestro salvador. Eres la esperanza de todos los que habitan la tierra, incluso de los que navegan en mares distantes.
Sal 65:6 Con tu poder formaste las montañas y te armaste de una fuerza poderosa.
Sal 65:7 Calmaste los océanos enfurecidos, con sus impetuosas olas, y silenciaste los gritos de las naciones.
Sal 65:8 Los que viven en los extremos de la tierra quedan asombrados ante tus maravillas. Desde donde sale el sol hasta donde se pone, tú inspiras gritos de alegría.
Sal 65:9 Cuidas la tierra y la riegas, la enriqueces y la haces fértil. El río de Dios tiene agua en abundancia; proporciona una exuberante cosecha de grano, porque así ordenaste que fuera.
Sal 65:10 Con lluvias empapas la tierra arada, disuelves los terrones y nivelas los surcos. Ablandas la tierra con aguaceros y bendices sus abundantes cultivos.
Sal 65:11 Coronas el año con una copiosa cosecha; hasta los senderos más pisoteados desbordan de abundancia.
Sal 65:12 Las praderas del desierto se convierten en buenos pastizales, y las laderas de las colinas florecen de alegría.
Sal 65:13 Los prados se visten con rebaños de ovejas, y los valles están alfombrados con grano. ¡Todos gritan y cantan de alegría!

LECTURA PARA LA NOCHE

DEUTERONOMIO 9-12

Deu 9:1 »¡Escucha, Israel! Hoy estás a punto de cruzar el río Jordán para tomar posesión de la tierra que pertenece a naciones más grandes y más poderosas que tú. ¡Viven en ciudades con murallas que llegan hasta el cielo!
Deu 9:2 Los habitantes son altos y fuertes, son descendientes de los famosos gigantes anaceos. Has escuchado que se dice: “¿Quién puede hacer frente a los anaceos?”.
Deu 9:3 Pero reconoce hoy que el SEÑOR tu Dios es el que cruzará delante de ti como un fuego devorador para destruirlos. Él los subyugará para que los conquistes rápidamente y los expulses enseguida, tal como el SEÑOR te prometió.
Deu 9:4 »Después de que el SEÑOR tu Dios haya hecho eso por ti, no digas en tu corazón: “¡El SEÑOR nos ha dado esta tierra porque somos muy buena gente!”. No, no es así. Es por la perversión de las otras naciones que él las quita de tu camino.
Deu 9:5 No es porque seas tan bueno o porque tengas tanta integridad que estás a punto de poseer la tierra de ellas. El SEÑOR tu Dios expulsará a esas naciones de tu paso sólo por la perversidad de ellas y para cumplir el juramento que les hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.
Deu 9:6 Debes reconocer que el SEÑOR tu Dios no te da esa buena tierra porque tú seas bueno. No, porque no lo eres; eres un pueblo terco.
Deu 9:7 »Recuerda y no olvides jamás cómo hiciste enojar al SEÑOR tu Dios en el desierto. Desde el día que saliste de Egipto hasta ahora, vienes rebelándote constantemente contra él.
Deu 9:8 Hasta en el monte Sinaí* le provocaste tanto enojo que estaba dispuesto a destruirte.
Deu 9:9 Eso sucedió cuando yo estaba en el monte recibiendo las tablas de piedra grabadas con las palabras del pacto que el SEÑOR había hecho contigo. Estuve allí cuarenta días y cuarenta noches, y durante todo ese tiempo no probé alimento ni bebí agua.
Deu 9:10 El SEÑOR me dio las dos tablas en las que Dios había escrito con su propio dedo todas las palabras que te había hablado desde en medio del fuego cuando estabas reunido al pie del monte.
Deu 9:11 »Pasados los cuarenta días y las cuarenta noches, el SEÑOR me entregó las dos tablas de piedra grabadas con las palabras del pacto.
Deu 9:12 Luego el SEÑOR me dijo: “¡Levántate! Baja enseguida, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido. ¡Qué pronto se apartaron de la forma en que les ordené que vivieran! ¡Fundieron oro y se hicieron un ídolo!”.
Deu 9:13 »El SEÑOR también me dijo: “He visto lo terco y lo rebelde que es este pueblo.
Deu 9:14 Quítate del medio, para que lo destruya y borre su nombre de la faz de la tierra. Luego haré una nación poderosa con tus descendientes, una nación más fuerte y numerosa que esta gente”.
Deu 9:15 »Así que, mientras el monte seguía ardiendo en llamas, di la vuelta y comencé a bajar; en las manos llevaba las dos tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto.
Deu 9:16 Abajo, ante mis ojos, pude ver que ustedes habían pecado contra el SEÑOR su Dios. Habían fundido oro y se habían hecho un becerro. ¡Qué pronto se apartaron del camino que el SEÑOR les había ordenado seguir!
Deu 9:17 Entonces tomé las tablas de piedra y las tiré al suelo, y se partieron en pedazos a la vista de todos.
Deu 9:18 »Luego me postré hasta el suelo delante del SEÑOR y estuve allí otros cuarenta días y cuarenta noches. No comí pan ni bebí agua, debido al pecado tan grande que ustedes habían cometido al hacer lo que el SEÑOR odiaba, con lo cual provocaron su enojo.
Deu 9:19 Tuve miedo de que ese enojo tan intenso del SEÑOR, que lo volvió en contra de ustedes, lo llevara a destruirlos; pero una vez más, él me escuchó.
Deu 9:20 El SEÑOR estaba tan enojado con Aarón que también quería destruirlo a él; pero oré por Aarón, y el SEÑOR le perdonó la vida.
Deu 9:21 Así que tomé el pecado de ustedes —o sea, el becerro que habían hecho—, lo derretí en el fuego y luego lo molí hasta que quedó hecho polvo, y después lo arrojé en el arroyo que baja del monte.
Deu 9:22 »Ustedes también hicieron enojar al SEÑOR en Tabera,* en Masah* y en Kibrot-hataava.*
Deu 9:23 Además, en Cades-barnea, el SEÑOR les ordenó que salieran, diciendo: “Suban y tomen la tierra que les he dado”. Pero ustedes se rebelaron contra la orden del SEÑOR su Dios y se negaron a confiar en él y a obedecerlo.
Deu 9:24 Así es, vienen rebelándose contra el SEÑOR desde que los conozco.
Deu 9:25 »Por esa razón, me postré hasta el suelo delante del SEÑOR y estuve allí durante cuarenta días y cuarenta noches, porque el SEÑOR dijo que iba a destruirlos.
Deu 9:26 Oré al SEÑOR y dije: “Oh Soberano SEÑOR, no los destruyas; son tu propio pueblo. Son tu posesión más preciada, los que redimiste de Egipto con tu gran poder y tu mano fuerte.
Deu 9:27 Te ruego que no les tomes en cuenta su terquedad ni su terrible pecado, y que recuerdes, en cambio, a tus siervos Abraham, Isaac y Jacob.
Deu 9:28 Si tú destruyes a este pueblo, los egipcios van a decir: ‘Los israelitas murieron porque el SEÑOR no pudo llevarlos a la tierra que había prometido darles’. O también podrían decir: ‘Los destruyó porque los odiaba; los llevó al desierto a propósito para aniquilarlos’.
Deu 9:29 Pero los israelitas son tu pueblo y tu posesión más preciada, los que sacaste de Egipto con tu gran fuerza y tu brazo poderoso”.
Deu 10:1 »En aquel tiempo, el SEÑOR me dijo: “Talla dos tablas de piedra como las primeras. Y haz también un arca de madera, un cofre sagrado para guardarlas. Sube al monte para encontrarte conmigo,
Deu 10:2 y yo escribiré en las tablas las mismas palabras que había en las que hiciste pedazos. Luego coloca las tablas dentro del arca”.
Deu 10:3 »Así que hice un arca con madera de acacia y tallé dos tablas de piedra como las primeras. Luego subí al monte con las tablas en mano.
Deu 10:4 Entonces, una vez más, el SEÑOR escribió los diez mandamientos* en las tablas y me las dio. Eran las mismas palabras que el SEÑOR les había dicho desde en medio del fuego el día que se reunieron al pie del monte.
Deu 10:5 Luego bajé del monte y coloqué las tablas dentro del arca del pacto que había hecho como el SEÑOR me había ordenado. Y las tablas aún están allí, dentro del arca».
Deu 10:6 (El pueblo de Israel viajó desde los pozos de Jaacán* hasta Mosera, donde Aarón murió y fue enterrado. Su hijo Eleazar tomó su lugar en el servicio como sumo sacerdote.
Deu 10:7 Luego siguieron viaje a Gudgoda, y de allí a Jotbata, una tierra con muchos arroyos y corrientes de agua.
Deu 10:8 En aquel tiempo, el SEÑOR designó a los de la tribu de Leví para que se encargaran de llevar el arca del pacto del SEÑOR y estuvieran delante de él para servirlo y pronunciar bendiciones en su nombre. Esas son las responsabilidades de ellos hasta el día de hoy.
Deu 10:9 Es por eso que la tribu de Leví no posee ninguna parte ni porción de la tierra como las demás tribus israelitas. El propio SEÑOR es su preciada posesión, tal como el SEÑOR Dios de Israel les dijo a los levitas).
Deu 10:10 »En cuanto a mí, yo me quedé en el monte y en la presencia del SEÑOR durante cuarenta días y cuarenta noches como lo había hecho la primera vez. Y nuevamente el SEÑOR escuchó mis ruegos y accedió a no destruirlos a ustedes.
Deu 10:11 Luego el SEÑOR me dijo: “Levántate, ponte en marcha de nuevo y guía al pueblo para que tome posesión de la tierra que juré dar a sus antepasados”.
Deu 10:12 »Y ahora, Israel, ¿qué requiere el SEÑOR tu Dios de ti? Sólo requiere que temas al SEÑOR tu Dios, que vivas de la manera que le agrada y que lo ames y lo sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Deu 10:13 Debes obedecer siempre los mandatos y los decretos del SEÑOR que te entrego hoy para tu propio bien.
Deu 10:14 »Mira, los cielos más altos, y la tierra y todo lo que hay en ella pertenecen al SEÑOR tu Dios.
Deu 10:15 Sin embargo, el SEÑOR eligió a tus antepasados para darles su amor. Y a ti, que eres su descendencia, te eligió de entre todas las naciones, como se ve hoy.
Deu 10:16 Así que cambia la actitud de tu corazón* y deja de ser terco.
Deu 10:17 »Pues el SEÑOR tu Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Él es el gran Dios, poderoso e imponente, que no muestra parcialidad y no acepta sobornos.
Deu 10:18 Se asegura que los huérfanos y las viudas reciban justicia. Les demuestra amor a los extranjeros que viven en medio de ti y les da ropa y alimentos.
Deu 10:19 Así que tú también tienes que demostrar amor a los extranjeros porque tú mismo una vez fuiste extranjero en la tierra de Egipto.
Deu 10:20 Tienes que temer al SEÑOR tu Dios, adorarlo y aferrarte a él. Cuando hagas juramentos, que sean sólo en su nombre.
Deu 10:21 Sólo él es tu Dios, el único digno de tu alabanza, el que ha hecho los milagros poderosos que viste con tus propios ojos.
Deu 10:22 Cuando tus antepasados llegaron a Egipto, eran solamente setenta personas. ¡Pero ahora el SEÑOR tu Dios te ha vuelto tan numeroso como las estrellas del cielo!
Deu 11:1 »Ama al SEÑOR tu Dios y obedece todos sus requisitos, decretos, ordenanzas y mandatos.
Deu 11:2 Ten en cuenta que no dirijo estas palabras a tus hijos, los cuales nunca conocieron la disciplina del SEÑOR tu Dios, ni vieron su grandeza, ni su mano fuerte, ni su brazo poderoso.
Deu 11:3 Ellos no vieron las señales milagrosas, ni las maravillas que hizo en Egipto contra el faraón y toda su tierra.
Deu 11:4 No vieron lo que el SEÑOR les hizo a los ejércitos de Egipto, a sus caballos y a sus carros de guerra; ni cómo los ahogó en el mar Rojo* mientras te perseguían. ¡Los destruyó y, hasta el día de hoy, no se han recuperado!
Deu 11:5 »Tus hijos no vieron cómo el SEÑOR te cuidó en el desierto hasta que llegaste aquí.
Deu 11:6 No vieron lo que les hizo a Datán y a Abiram (los hijos de Eliab, un descendiente de Rubén) cuando la tierra se abrió en el campamento israelita y se los tragó vivos junto con los miembros de sus familias, sus carpas de campaña y todo ser viviente que les pertenecía.
Deu 11:7 ¡Pero tú sí viste con tus propios ojos que el SEÑOR llevó a cabo todas esas obras poderosas!
Deu 11:8 »Por lo tanto, asegúrate de obedecer cada uno de los mandatos que te entrego hoy, a fin de que tengas fuerzas para tomar la tierra donde estás a punto de entrar.
Deu 11:9 Si obedeces, disfrutarás de una larga vida en la tierra que Dios juró dar a tus antepasados y a ti, que eres su descendencia, ¡una tierra donde fluyen la leche y la miel!
Deu 11:10 Pues la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer no es como la de Egipto, de la cual saliste, donde tenías que plantar tus semillas y hacer zanjas de riego con los pies como si fuera un huerto.
Deu 11:11 En cambio, la tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias abundantes;
Deu 11:12 una tierra que el SEÑOR tu Dios cuida. ¡Él se ocupa de cuidarla en cada época del año!
Deu 11:13 »Si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma,
Deu 11:14 él mandará las lluvias propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.
Deu 11:15 Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer.
Deu 11:16 »Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del SEÑOR y sirvas y rindas culto a otros dioses.
Deu 11:17 Si haces eso, el enojo del SEÑOR arderá contra ti. Entonces cerrará el cielo y detendrá la lluvia, y la tierra dejará de producir sus cosechas, así que pronto morirás en esa buena tierra que el SEÑOR te da.
Deu 11:18 »Por lo tanto, comprométete de todo corazón a cumplir estas palabras que te doy. Átalas a tus manos y llévalas sobre la frente para recordarlas.
Deu 11:19 Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Deu 11:20 Escríbelas en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad
Deu 11:21 para que, mientras el cielo esté sobre la tierra, tú y tus hijos prosperen en la tierra que el SEÑOR juró dar a tus antepasados.
Deu 11:22 »Asegúrate de obedecer todos los mandatos que te entrego. Demuéstrale amor al SEÑOR tu Dios andando en sus caminos y aferrándote a él.
Deu 11:23 Entonces el SEÑOR expulsará a todas esas naciones de tu paso y, aunque ellas son más grandes y más fuertes que tú, tomarás posesión de esa tierra.
Deu 11:24 Todo lugar que pises con la planta de tus pies será tuyo. Tus fronteras se extenderán desde el desierto, en el sur, hasta el Líbano, en el norte, y desde el río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo,* en el occidente.
Deu 11:25 Dondequiera que vayas en la tierra, nadie podrá hacerte frente, porque el SEÑOR tu Dios hará que los habitantes te teman y se espanten, tal como lo prometió.
Deu 11:26 »Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición!
Deu 11:27 Recibirás bendición si obedeces los mandatos del SEÑOR tu Dios que te entrego hoy;
Deu 11:28 pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del SEÑOR tu Dios y te apartas de él y rindes culto a dioses que no conocías.
Deu 11:29 »Cuando el SEÑOR tu Dios te lleve a la tierra y te ayude a tomar posesión de ella, pronunciarás la bendición en el monte Gerizim y la maldición en el monte Ebal.
Deu 11:30 (Esos dos montes se encuentran al occidente del río Jordán, en la tierra de los cananeos que viven en el valle del Jordán,* cerca de la ciudad de Gilgal, a poca distancia de los robles de More).
Deu 11:31 Estás a punto de cruzar el río Jordán para tomar posesión de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Una vez que la tomes y estés viviendo en ella,
Deu 11:32 asegúrate de obedecer todos los decretos y las ordenanzas que te entrego hoy.
Deu 12:1 »Estos son los decretos y las ordenanzas que debes asegurarte de obedecer cuando vivas en la tierra que te da el SEÑOR, Dios de tus antepasados. Obedécelos todos los días de tu vida.
Deu 12:2 »Cuando expulses a las naciones que viven allí, deberás destruir todos los lugares donde rinden culto a sus dioses —sobre las cimas de las montañas y de los cerros, y debajo de todo árbol frondoso—;
Deu 12:3 destruye sus altares y destroza sus columnas sagradas. ¡Quema los postes dedicados a la diosa Asera y derriba los ídolos tallados! ¡Borra por completo el nombre de sus dioses!
Deu 12:4 »No adores al SEÑOR tu Dios de la manera en que esos pueblos paganos rinden culto a sus dioses.
Deu 12:5 Más bien, busca al SEÑOR tu Dios en el lugar de adoración que él mismo elegirá entre todas las tribus, el lugar donde su nombre será honrado.
Deu 12:6 Allí llevarás tus ofrendas quemadas, tus sacrificios, tus diezmos, tus ofrendas sagradas, las ofrendas para cumplir tus juramentos, tus ofrendas voluntarias y las ofrendas de las primeras crías de tus manadas y rebaños.
Deu 12:7 Allí, en la presencia del SEÑOR tu Dios, comerás hasta quedar satisfecho junto con tus familias, y te alegrarás por todo lo que hayas logrado gracias a la bendición del SEÑOR tu Dios.
Deu 12:8 »Tu modelo de adoración tendrá que cambiar. Ahora cada uno hace lo que quiere
Deu 12:9 porque aún no has llegado al lugar de descanso, a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como preciada posesión.
Deu 12:10 Sin embargo, pronto cruzarás el río Jordán y vivirás en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Cuando él te dé descanso de todos tus enemigos y estés viviendo a salvo en esa tierra,
Deu 12:11 deberás llevar todo lo que yo te ordeno —tus ofrendas quemadas, sacrificios, diezmos, ofrendas sagradas y ofrendas para cumplir tus juramentos— al lugar de adoración designado, el lugar que el SEÑOR tu Dios elija para que su nombre sea honrado.
Deu 12:12 »Celebra allí, en presencia del SEÑOR tu Dios, con tus hijos e hijas y todos tus sirvientes. Y acuérdate de incluir a los levitas que vivan en tus ciudades, porque ellos no van a recibir ninguna asignación de tierra como las demás tribus.
Deu 12:13 Asegúrate de no sacrificar tus ofrendas quemadas donde se te ocurra.
Deu 12:14 Sólo podrás hacerlo en el lugar que el SEÑOR elija en el territorio de una de las tribus. Allí presentarás tus ofrendas quemadas y harás todo lo que yo te ordeno.
Deu 12:15 »Puedes matar tus animales y comer su carne en cualquier ciudad y cuando quieras. Puedes comer sin impedimento los animales con los que el SEÑOR tu Dios te haya bendecido. Todo el pueblo, esté o no ceremonialmente puro, podrá comer la carne de esos animales, así como ahora come la carne de gacela y de ciervo.
Deu 12:16 Pero por ninguna razón consumas la sangre, sino derrámala sobre la tierra como si fuera agua.
Deu 12:17 »Sin embargo, en la ciudad donde vives, no podrás comer de tus ofrendas: sea la décima parte de tu grano y vino nuevo y aceite de oliva, o las primeras crías de tus rebaños y manadas, o cualquier ofrenda para cumplir un juramento, o tus ofrendas voluntarias, o tus ofrendas sagradas.
Deu 12:18 Todas estas las comerás en la presencia del SEÑOR tu Dios, en el lugar que él elija. Lo harás allí con tus hijos, tus sirvientes y los levitas que vivan en tus ciudades, y celebrarás en la presencia del SEÑOR tu Dios cada cosa que haces.
Deu 12:19 Y ten mucho cuidado de no desamparar a los levitas mientras vivas en tu tierra.
Deu 12:20 »Cuando el SEÑOR tu Dios expanda tu territorio, tal como lo prometió, y tengas ganas de comer carne, podrás comer carne con libertad cada vez que lo desees.
Deu 12:21 Podría ser que el lugar de adoración designado —el lugar que el SEÑOR tu Dios elija para que su nombre sea honrado— quede muy lejos de tu hogar. De ser así, podrás matar cualquier animal que el SEÑOR te haya dado, tanto del ganado como ovejas o cabras, y comer su carne sin impedimento en la ciudad donde vives, tal como te ordené.
Deu 12:22 Cualquier persona del pueblo, esté o no ceremonialmente pura, podrá comer de esa carne como ahora comes de las gacelas y de los ciervos.
Deu 12:23 Pero nunca consumas la sangre, porque la sangre es vida, y no deberás consumir la vida con la carne.
Deu 12:24 En cambio, derrama la sangre sobre la tierra como si fuera agua.
Deu 12:25 No consumas la sangre, para que todo te salga bien a ti y a todos tus descendientes, porque estarás haciendo lo que al SEÑOR le agrada.
Deu 12:26 »Lleva todo lo que hayas consagrado y también las ofrendas para cumplir tus juramentos al lugar que el SEÑOR elija.
Deu 12:27 Debes presentar la carne y la sangre de tus ofrendas quemadas sobre el altar del SEÑOR tu Dios. Debes derramar la sangre de los otros sacrificios sobre el altar del SEÑOR tu Dios, pero puedes comer la carne.
Deu 12:28 Asegúrate de obedecer todos mis mandatos, para que te vaya bien a ti y a todos tus descendientes, porque así estarás haciendo lo que es bueno y agradable ante el SEÑOR tu Dios.
Deu 12:29 »Cuando el SEÑOR tu Dios vaya delante de ti y destruya a las naciones, y tú las expulses y te apoderes de su tierra,
Deu 12:30 no caigas en la trampa de seguir sus costumbres ni de rendir culto a sus dioses. No preguntes acerca de sus dioses diciendo: “¿De qué manera rinden culto estas naciones a sus dioses? Yo quiero hacer lo mismo”.
Deu 12:31 Tú no adorarás al SEÑOR tu Dios de la manera que las otras naciones rinden culto a sus dioses, llevando a cabo en honor de ellos toda clase de actos detestables que el SEÑOR odia. Hasta sacrifican a sus hijos y a sus hijas en el fuego como ofrenda a sus dioses.
Deu 12:32 * »Por lo tanto, asegúrate de obedecer todos los mandatos que te doy. No les agregues ni les quites nada.

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