APOSENTO ALTO

sábado, 10 de marzo de 2018

LECTURA BÍBLICA 10 DE MARZO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    24:15-35

Mat 24:15 »Llegará el día cuando verán de lo que habló el profeta Daniel: el objeto sacrílego que causa profanación* de pie en el Lugar Santo. (Lector, ¡presta atención!).
Mat 24:16 Entonces los que estén en Judea huyan a las colinas.
Mat 24:17 La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar.
Mat 24:18 La persona que esté en el campo no regrese ni para buscar un abrigo.
Mat 24:19 ¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan!
Mat 24:20 Y oren para que la huída no sea en invierno o en día de descanso.
Mat 24:21 Pues habrá más angustia que en cualquier otro momento desde el principio del mundo. Y jamás habrá una angustia tan grande.
Mat 24:22 De hecho, a menos que se acorte ese tiempo de calamidad, ni una sola persona sobrevivirá; pero se acortará por el bien de los elegidos de Dios.
Mat 24:23 »Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean.
Mat 24:24 Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios.
Mat 24:25 Miren, que les he advertido esto de antemano.
Mat 24:26 »Por lo tanto, si alguien les dice: “Miren, el Mesías está en el desierto”, ni se molesten en ir a buscarlo. O bien, si les dicen: “Miren, se esconde aquí”, ¡no lo crean!
Mat 24:27 Pues, así como el relámpago destella en el oriente y brilla en el occidente, así será cuando venga el Hijo del Hombre.*
Mat 24:28 Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.*
Mat 24:29 »Inmediatamente después de la angustia de esos días, “El sol se oscurecerá, la luna no dará luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos”*.
Mat 24:30 »Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria.*
Mat 24:31 Enviará a sus ángeles con un potente toque de trompeta y reunirán a los elegidos de todas partes del mundo,* desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo.
Mat 24:32 »Ahora, aprendan una lección de la higuera. Cuando las ramas echan brotes y comienzan a salir las hojas, ustedes saben que el verano se acerca.
Mat 24:33 De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las puertas.
Mat 24:34 Les digo la verdad, no pasará esta generación* hasta que todas estas cosas sucedan.
Mat 24:35 El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.



ROMANOS 7:1-12

Rom 7:1 Ahora bien, amados hermanos, ustedes que conocen la ley, ¿no saben que la ley se aplica sólo mientras una persona está viva?
Rom 7:2 Por ejemplo, cuando una mujer se casa, la ley la une a su marido mientras él viva. Pero, si él muere, las leyes del matrimonio ya no se aplican a ella.
Rom 7:3 Así que, mientras su marido viva, ella cometería adulterio si se casara con otro hombre. Pero, si el esposo muere, ella queda libre de esa ley y no comete adulterio cuando se casa de nuevo.
Rom 7:4 Por lo tanto, mis amados hermanos, la cuestión es la siguiente: ustedes murieron al poder de la ley cuando murieron con Cristo y ahora están unidos a aquel que fue levantado de los muertos. Como resultado, podemos producir una cosecha de buenas acciones para Dios.
Rom 7:5 Cuando vivíamos controlados por nuestra vieja naturaleza,* los deseos pecaminosos actuaban dentro de nosotros y la ley despertaba esos malos deseos que producían una cosecha de acciones pecaminosas, las cuales nos llevaban a la muerte.
Rom 7:6 Pero ahora fuimos liberados de la ley, porque morimos a ella y ya no estamos presos de su poder. Ahora podemos servir a Dios, no según el antiguo modo —que consistía en obedecer la letra de la ley —sino mediante uno nuevo, el de vivir en el Espíritu.
Rom 7:7 Ahora bien, ¿acaso sugiero que la ley de Dios es pecaminosa? ¡De ninguna manera! De hecho, fue la ley la que me mostró mi pecado. Yo nunca hubiera sabido que codiciar es malo si la ley no dijera: «No codicies»*.
Rom 7:8 ¡Pero el pecado usó ese mandamiento para despertar toda clase de deseos codiciosos dentro de mí! Si no existiera la ley, el pecado no tendría ese poder.
Rom 7:9 Hubo un tiempo en que viví sin entender la ley. Pero, por ejemplo, cuando aprendí el mandamiento de no codiciar, el poder del pecado cobró vida
Rom 7:10 y yo morí. Entonces me di cuenta de que los mandatos de la ley —que supuestamente traían vida —trajeron, en cambio, muerte espiritual.
Rom 7:11 El pecado se aprovechó de esos mandatos y me engañó; usó los mandatos para matarme.
Rom 7:12 Sin embargo, la ley en sí misma es santa, y sus mandatos son santos, rectos y buenos.



SALMO 57

Sal 57:1 ¡Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia! En ti busco la protección. Me esconderé bajo la sombra de tus alas hasta que haya pasado el peligro.
Sal 57:2 Clamo al Dios Altísimo,* a Dios, quien cumplirá su propósito para mí.
Sal 57:3 Él mandará ayuda del cielo para rescatarme, y avergonzará a los que me persiguen. Interludio Mi Dios enviará su amor inagotable y su fidelidad.
Sal 57:4 Me rodean leones feroces que con avidez devoran a sus presas humanas, sus dientes penetran como lanzas y flechas, y sus lenguas cortan como espadas.
Sal 57:5 ¡Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos! Que tu gloria brille sobre toda la tierra.
Sal 57:6 Mis enemigos me tendieron una trampa; estoy cansado de tanta angustia. Cavaron un pozo profundo en mi camino, pero ellos mismos cayeron en la trampa. Interludio
Sal 57:7 Mi corazón está confiado en ti, oh Dios; mi corazón tiene confianza. ¡Con razón puedo cantar tus alabanzas!
Sal 57:8 ¡Despiértate, corazón mío! ¡Despiértense, lira y arpa! Con mi canto despertaré al amanecer.
Sal 57:9 Te daré gracias, Señor, en medio de toda la gente; cantaré tus alabanzas entre las naciones.
Sal 57:10 Pues tu amor inagotable es tan alto como los cielos; tu fidelidad alcanza las nubes.
Sal 57:11 Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos; que tu gloria brille sobre toda la tierra.

LECTURA PARA LA NOCHE

NÚMEROS 23-25

Núm 23:1 Entonces Balaam le dijo al rey Balac: «Constrúyeme aquí siete altares y prepara siete becerros y siete carneros para que los sacrifique».
Núm 23:2 Balac siguió sus instrucciones y los dos sacrificaron un becerro y un carnero en cada altar.
Núm 23:3 Entonces Balaam le dijo a Balac: «Quédate aquí con tus ofrendas quemadas y yo iré a ver si el SEÑOR me responde. Entonces te diré lo que él me revele». Así que Balaam fue solo a la cima de una colina sin vegetación
Núm 23:4 y allí se reunió Dios con él. Balaam le dijo: —Preparé siete altares y sacrifiqué un becerro y un carnero en cada altar.
Núm 23:5 El SEÑOR le dio a Balaam un mensaje para el rey Balac y después le dijo: —Regresa donde está Balac y dale mi mensaje.
Núm 23:6 Así que Balaam volvió y encontró al rey de pie, al lado de sus ofrendas quemadas, con todos los funcionarios de Moab.
Núm 23:7 Este es el mensaje que Balaam transmitió: «Balac me mandó a llamar desde Aram; el rey de Moab me trajo de las colinas del oriente. “¡Ven —me dijo—, maldíceme a Jacob! Ven y anuncia la ruina de Israel”.
Núm 23:8 Pero ¿cómo puedo maldecir a quienes Dios no ha maldecido? ¿Cómo puedo condenar a quienes el SEÑOR no ha condenado?
Núm 23:9 Desde las cimas del precipicio los veo; los miro desde las colinas. Veo a un pueblo que vive aislado, apartado de las otras naciones.
Núm 23:10 ¿Quién puede contar a los descendientes de Jacob, tan numerosos como el polvo? ¿Quién puede contar siquiera a una cuarta parte del pueblo de Israel? Permíteme morir como los justos; deja que mi vida acabe como la de ellos».
Núm 23:11 Entonces el rey Balac le reclamó a Balaam: —¿Qué me has hecho? Te traje para maldecir a mis enemigos. ¡En cambio, los has bendecido!
Núm 23:12 Pero Balaam respondió: —Yo hablaré sólo el mensaje que el SEÑOR ponga en mi boca.
Núm 23:13 Entonces el rey Balac le dijo: —Ven conmigo a otro lugar. Allí verás otra parte de la nación de Israel, aunque no a todos. ¡Maldice por lo menos a esa parte!
Núm 23:14 Así que Balac llevó a Balaam a la meseta de Zofim en la cima del monte Pisga. Allí construyó siete altares y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.
Núm 23:15 Entonces Balaam le dijo al rey: —Quédate aquí con tus ofrendas quemadas mientras yo voy allá a encontrarme con el SEÑOR.
Núm 23:16 Entonces el SEÑOR se reunió con Balaam y le dio un mensaje. Le dijo: «Regresa con Balac y dale mi mensaje».
Núm 23:17 Balaam volvió y encontró al rey de pie junto a sus ofrendas quemadas, con todos los funcionarios de Moab. —¿Qué dijo el SEÑOR? —preguntó Balac ansiosamente.
Núm 23:18 Este es el mensaje que Balaam transmitió: «¡Levántate, Balac, y escucha! Óyeme, hijo de Zipor.
Núm 23:19 Dios no es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir?
Núm 23:20 Escucha, yo recibí la orden de bendecir; ¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo!
Núm 23:21 Ninguna desgracia está en su plan para Jacob; ningún problema espera a Israel. Pues el SEÑOR su Dios está con ellos; él ha sido proclamado su rey.
Núm 23:22 Dios los sacó de Egipto; para ellos, él es tan fuerte como un buey salvaje.
Núm 23:23 Ninguna maldición puede tocar a Jacob; ninguna magia ejerce poder alguno contra Israel. Pues ahora se dirá de Jacob: “¡Qué maravillas ha hecho Dios por Israel!”.
Núm 23:24 Este pueblo se levanta como una leona, como un majestuoso león que se despierta. Ellos se niegan a descansar hasta que hayan devorado su presa, ¡y beben la sangre de los que han matado!».
Núm 23:25 Entonces Balac le dijo a Balaam: —Está bien si no los maldices, ¡pero al menos no los bendigas!
Núm 23:26 Así que Balaam le respondió a Balac: —¿No te dije que sólo podía hacer lo que el SEÑOR me indicara?
Núm 23:27 Entonces el rey Balac le dijo a Balaam: —Ven, te llevaré a un lugar más. Quizá esto agrade a Dios y te permita maldecirlos desde allí.
Núm 23:28 Así que Balac llevó a Balaam a la cima del monte Peor, con vista a la tierra baldía.*
Núm 23:29 Allí Balaam le dijo de nuevo a Balac: —Constrúyeme siete altares y prepara siete becerros y siete carneros para que yo los sacrifique.
Núm 23:30 Entonces Balac hizo lo que Balaam le pidió y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.
Núm 24:1 Finalmente Balaam comprendió que el SEÑOR estaba decidido a bendecir a Israel, así que no recurrió a la adivinación como antes. En cambio se dio vuelta y miró hacia el desierto
Núm 24:2 donde vio al pueblo de Israel acampado por tribus. Entonces el Espíritu de Dios vino sobre él
Núm 24:3 y le dio el siguiente mensaje: «Este es el mensaje de Balaam, hijo de Beor, el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,
Núm 24:4 el mensaje del que oye las palabras de Dios, del que ve una visión que proviene del Todopoderoso, y se inclina con los ojos abiertos:
Núm 24:5 ¡Qué hermosas son tus carpas, oh Jacob; qué bellos son tus hogares, oh Israel!
Núm 24:6 Se extienden ante mí como arboledas de palmeras,* como jardines por la ribera. Son como altos árboles plantados por el SEÑOR, como cedros junto a las aguas.
Núm 24:7 Agua fluirá de sus cántaros; su descendencia tendrá toda la que necesite. Su rey será más grande que Agag; su reino será exaltado.
Núm 24:8 Dios los sacó de Egipto; para ellos él es tan fuerte como un buey salvaje. Él devora a las naciones que se le oponen, quiebra sus huesos en pedazos y las atraviesa con flechas.
Núm 24:9 Como un león, Israel se agazapa y se tiende; como a una leona, ¿quién se atreve a despertarla? Bendito todo el que te bendice, oh Israel, y maldito todo el que te maldice».
Núm 24:10 Entonces el rey Balac se enfureció contra Balaam y en señal de enojo palmeó las manos y gritó: —¡Yo te llamé para maldecir a mis enemigos! En cambio, los has bendecido tres veces.
Núm 24:11 ¡Fuera de aquí ahora mismo! ¡Vuelve a tu casa! Te prometí una generosa recompensa, pero el SEÑOR te ha impedido que la recibieras.
Núm 24:12 Balaam le dijo a Balac: —¿No recuerdas lo que expliqué a tus mensajeros? Dije:
Núm 24:13 “Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del SEÑOR”. ¡Te advertí que únicamente podría decir lo que el SEÑOR me dijera!
Núm 24:14 Ahora me regreso a mi propia gente, pero primero, déjame decirte lo que los israelitas harán a tu pueblo en el futuro.
Núm 24:15 Balaam dio el siguiente mensaje: «Este es el mensaje de Balaam, el hijo de Beor, el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,
Núm 24:16 el mensaje del que oye las palabras de Dios, del que tiene conocimiento dado por el Altísimo, del que ve una visión que proviene del Todopoderoso, y se inclina con los ojos abiertos:
Núm 24:17 Lo veo a él, pero no aquí ni ahora. Lo percibo, pero lejos, en un futuro distante. Una estrella se levantará de Jacob; un cetro surgirá de Israel. Aplastará la frente del pueblo de Moab, y partirá el cráneo de la gente de Set.
Núm 24:18 Tomará posesión de Edom y a Seir, su enemigo, lo conquistará, mientras Israel marcha adelante en triunfo.
Núm 24:19 Un gobernante se levantará en Jacob que destruirá a los sobrevivientes de Ar».
Núm 24:20 Luego Balaam miró hacia el pueblo de Amalec y dio este mensaje: «Amalec fue la más importante de las naciones, ¡pero su destino es la destrucción!».
Núm 24:21 Después miró hacia los ceneos y transmitió el siguiente mensaje: «Su casa está segura; su nido está entre las rocas.
Núm 24:22 Pero los ceneos serán destruidos cuando Asiria* los lleve cautivos».
Núm 24:23 Balaam concluyó sus mensajes con estas palabras: «¡Ay!, ¿quién puede sobrevivir a menos que Dios lo disponga?
Núm 24:24 Naves vendrán de las costas de Chipre;* y oprimirán a Asiria y afligirán a Heber, pero ellos también serán destruidos por completo».
Núm 24:25 Entonces Balaam y Balac regresaron cada uno a su casa.
Núm 25:1 Mientras los israelitas acampaban en la arboleda de Acacias,* algunos hombres se contaminaron al tener* relaciones sexuales con las mujeres moabitas del lugar.
Núm 25:2 Estas mujeres los invitaron a los sacrificios a sus dioses, así que los israelitas festejaron con ellas y rindieron culto a los dioses de Moab.
Núm 25:3 De ese modo Israel se unió al culto a Baal de Peor, lo cual encendió el enojo del SEÑOR contra su pueblo.
Núm 25:4 Entonces el SEÑOR le dictó a Moisés la siguiente orden: «Detén a todos los cabecillas y ejecútalos delante del SEÑOR, a plena luz del día, para que su ira feroz se aleje del pueblo de Israel».
Núm 25:5 Así que Moisés les ordenó a los jueces de Israel: «Cada uno de ustedes debe quitarle la vida a los hombres bajo su autoridad que se han unido a rendir culto a Baal de Peor».
Núm 25:6 En ese momento, mientras todos lloraban a la entrada del tabernáculo,* un israelita llevó a una madianita a su carpa ante los ojos de Moisés y de todo el pueblo.
Núm 25:7 Cuando Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, los vio, se levantó de un salto y salió de la asamblea. Fue y tomó una lanza
Núm 25:8 y corrió detrás del hombre hasta su carpa. Con la lanza, Finees atravesó el cuerpo del hombre y perforó hasta el estómago de la mujer. Entonces se detuvo la plaga contra los israelitas,
Núm 25:9 pero ya habían muerto veinticuatro mil personas.
Núm 25:10 Así que el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 25:11 «Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, alejó mi enojo de los israelitas porque demostró entre ellos el mismo celo que yo. Así que dejé de destruir a todo Israel, como pensaba hacerlo a causa del enojo de mi celo.
Núm 25:12 Ahora dile que establezco con él mi especial pacto de paz,
Núm 25:13 por medio del cual doy a él y a sus descendientes el derecho perpetuo al sacerdocio. Pues en su celo por mí, su Dios, purificó al pueblo de Israel, y los hizo justos ante mí».*
Núm 25:14 El israelita que murió con la madianita se llamaba Zimri, hijo de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón.
Núm 25:15 La mujer se llamaba Cozbi, hija de Zur, jefe de un clan madianita.
Núm 25:16 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 25:17 «Ataca a los madianitas y destrúyelos,
Núm 25:18 porque los agredieron con artimañas y los engañaron para que rindieran culto a Baal de Peor, y también por causa de Cozbi, hija de un jefe madianita, que murió durante la plaga debido a lo que ocurrió en Peor».

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