APOSENTO ALTO

domingo, 11 de marzo de 2018

LECTURA BÍBLICA 11 DE MARZO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    24:36-51

Mat 24:36 »Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo.* Sólo el Padre lo sabe.
Mat 24:37 »Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé.
Mat 24:38 En esos días, antes del diluvio, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco.
Mat 24:39 La gente no se daba cuenta de lo que iba a suceder hasta que llegó el diluvio y arrasó con todos. Así será cuando venga el Hijo del Hombre.
Mat 24:40 »Dos hombres estarán trabajando juntos en el campo; uno será llevado, el otro será dejado.
Mat 24:41 Dos mujeres estarán moliendo harina en el molino; una será llevada, la otra será dejada.
Mat 24:42 »¡Así que ustedes también deben estar alerta!, porque no saben qué día vendrá su Señor.
Mat 24:43 Entiendan lo siguiente: si el dueño de una casa supiera exactamente a qué hora viene un ladrón, se mantendría alerta y no dejaría que asaltara su casa.
Mat 24:44 Ustedes también deben estar preparados todo el tiempo, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperen.
Mat 24:45 »Un sirviente fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de dirigir a los demás sirvientes y alimentarlos.
Mat 24:46 Si el amo regresa y encuentra que el sirviente ha hecho un buen trabajo, habrá una recompensa.
Mat 24:47 Les digo la verdad, el amo pondrá a ese sirviente a cargo de todo lo que posee.
Mat 24:48 ¿Pero qué tal si el sirviente es malo y piensa: “Mi amo no regresará por un tiempo”
Mat 24:49 y comienza a golpear a los otros sirvientes, a parrandear y a emborracharse?
Mat 24:50 El amo regresará inesperadamente y sin previo aviso,
Mat 24:51 cortará al sirviente en pedazos y le asignará un lugar con los hipócritas. En ese lugar habrá llanto y rechinar de dientes.



ROMANOS 7:13-25

Rom 7:13 ¿Pero cómo puede ser? ¿Acaso la ley, que es buena, provocó mi muerte? ¡Por supuesto que no! El pecado usó lo que era bueno a fin de lograr mi condena de muerte. Por eso, podemos ver qué terrible es el pecado. Se vale de los buenos mandatos de Dios para lograr sus propios fines malvados.
Rom 7:14 Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado humano, un esclavo del pecado.
Rom 7:15 Realmente no me entiendo a mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto pero no lo hago. En cambio, hago lo que odio.
Rom 7:16 Pero, si yo sé que lo que hago está mal, eso demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena.
Rom 7:17 Entonces no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.
Rom 7:18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa* no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo.
Rom 7:19 Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago.
Rom 7:20 Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.
Rom 7:21 He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal.
Rom 7:22 Amo la ley de Dios con todo mi corazón.
Rom 7:23 Pero hay otro poder* dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí.
Rom 7:24 ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?
Rom 7:25 ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente, de verdad quiero obedecer la ley de Dios pero, a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.



SALMO 58

Sal 58:1 Gobernantes,* ¿saben acaso el significado de la palabra justicia? ¿Juzgan a la gente con imparcialidad?
Sal 58:2 ¡No! En el corazón traman injusticia y desparraman violencia por toda la tierra.
Sal 58:3 Estos malvados son pecadores de nacimiento, desde que nacieron mienten y siguen su propio camino.
Sal 58:4 Escupen veneno como serpientes mortíferas; son como cobras que se niegan a escuchar,
Sal 58:5 y hacen oídos sordos a las melodías de los encantadores de serpientes, aunque toquen con mucha destreza.
Sal 58:6 ¡Quiébrales los colmillos, oh Dios! ¡Destrózales las mandíbulas a estos leones, oh SEÑOR!
Sal 58:7 Que desaparezcan como agua en tierra sedienta; que sean inútiles las armas en sus manos.*
Sal 58:8 Que sean como caracoles que se disuelven y se hacen baba, como un niño que nace muerto y que nunca verá el sol.
Sal 58:9 Dios los barrerá a todos, tanto a jóvenes como a ancianos, más rápido de lo que se calienta una olla sobre espinos ardientes.
Sal 58:10 Los justos se alegrarán cuando vean la injusticia vengada; se lavarán los pies en la sangre de los perversos.
Sal 58:11 Entonces, por fin, todos dirán: «Es verdad que hay recompensa para los que viven para Dios; es cierto que existe un Dios que juzga con justicia aquí en la tierra».

LECTURA PARA LA NOCHE

NÚMEROS 26-27

Núm 26:1 Una vez que pasó la plaga, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón:
Núm 26:2 «Registren por familias los nombres de los guerreros de toda la comunidad israelita. Anoten en una lista a todos los hombres de veinte años o más y que sean aptos para la guerra».
Núm 26:3 Así que, allí en las llanuras de Moab, junto al río Jordán, frente a Jericó, Moisés y el sacerdote Eleazar dieron las siguientes instrucciones a los jefes de Israel:
Núm 26:4 «Anoten en una lista a todos los hombres de Israel de veinte años o más, así como el SEÑOR le ordenó a Moisés». Este es el registro de todos los descendientes de Israel que salieron de Egipto.
Núm 26:5 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Rubén, el hijo mayor de Jacob:* el clan enoquita, nombrado así por su antepasado Enoc, el clan faluita, nombrado así por su antepasado Falú,
Núm 26:6 el clan hezronita, nombrado así por su antepasado Hezrón, el clan carmita, nombrado así por su antepasado Carmi.
Núm 26:7 Esos eran los clanes de Rubén. Sus tropas registradas sumaron 43.730 hombres.
Núm 26:8 Falú fue el antepasado de Eliab,
Núm 26:9 y Eliab fue el padre de Nemuel, Datán y Abiram. Datán y Abiram, son los mismos jefes de la comunidad que conspiraron contra Moisés y Aarón, junto con Coré, cuando se rebelaron contra el SEÑOR.
Núm 26:10 Pero la tierra abrió su boca y se los tragó juntamente con Coré, y el fuego devoró a doscientos cincuenta de sus seguidores. Esto sirvió de advertencia a la nación entera de Israel.
Núm 26:11 Sin embargo, los hijos de Coré no murieron ese día.
Núm 26:12 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Simeón: el clan jemuelita, nombrado así por su antepasado Jemuel,* el clan jaminita, nombrado así por su antepasado Jamín, el clan jaquinita, nombrado así por su antepasado Jaquín,
Núm 26:13 el clan zojarita, nombrado así por su antepasado Zohar,* el clan saulita, nombrado así por su antepasado Saúl.
Núm 26:14 Esos eran los clanes de Simeón. Sus tropas registradas sumaron 22.200 hombres.
Núm 26:15 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Gad: el clan zefonita, nombrado así por su antepasado Zefón, el clan haguita, nombrado así por su antepasado Hagui, el clan sunita, nombrado así por su antepasado Suni,
Núm 26:16 el clan oznita, nombrado así por su antepasado Ozni, el clan erita, nombrado así por su antepasado Eri,
Núm 26:17 el clan arodita, nombrado así por su antepasado Arodi,* el clan arelita, nombrado así por su antepasado Areli.
Núm 26:18 Esos eran los clanes de Gad. Sus tropas registradas sumaron 40.500 hombres.
Núm 26:19 Judá tenía dos hijos, Er y Onán, que murieron en la tierra de Canaán.
Núm 26:20 Estos eran los clanes descendientes de los hijos sobrevivientes de Judá: el clan selaíta, nombrado así por su antepasado Sela, el clan faresita, nombrado así por su antepasado Fares, el clan zeraíta, nombrado así por su antepasado Zera.
Núm 26:21 Estos eran los subclanes descendientes de los faresitas: los hezronitas, nombrados así por su antepasado Hezrón, los hamulitas, nombrados así por su antepasado Hamul.
Núm 26:22 Esos eran los clanes de Judá. Sus tropas registradas sumaron 76.500 hombres.
Núm 26:23 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Isacar: el clan tolaíta, nombrado así por su antepasado Tola, el clan funita, nombrado así por su antepasado Fúa,*
Núm 26:24 el clan jasubita, nombrado así por su antepasado Jasub, el clan simronita, nombrado así por su antepasado Simrón.
Núm 26:25 Esos eran los clanes de Isacar. Sus tropas registradas sumaron 64.300 hombres.
Núm 26:26 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Zabulón: el clan seredita, nombrado así por su antepasado Sered, el clan elonita, nombrado así por su antepasado Elón, el clan jahleelita, nombrado así por su antepasado Jahleel.
Núm 26:27 Esos eran los clanes de Zabulón. Sus tropas registradas sumaron 60.500 hombres.
Núm 26:28 Dos clanes descendían de José mediante Manasés y Efraín.
Núm 26:29 Estos eran los clanes descendientes de Manasés: el clan maquirita, nombrado así por su antepasado Maquir, el clan galaadita, nombrado así por su antepasado Galaad, hijo de Maquir.
Núm 26:30 Estos eran los subclanes descendientes de los galaaditas: los jezeritas, nombrados así por su antepasado Jezer, los helequitas, nombrados así por su antepasado Helec,
Núm 26:31 los asrielitas, nombrados así por su antepasado Asriel, los siquemitas, nombrados así por su antepasado Siquem,
Núm 26:32 los semidaítas, nombrados así por su antepasado Semida, los heferitas, nombrados así por su antepasado Hefer.
Núm 26:33 (Zelofejad, uno de los descendientes de Hefer, no tuvo hijos, pero los nombres de sus hijas eran Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa).
Núm 26:34 Esos eran los clanes de Manasés. Sus tropas registradas sumaron 52.700 hombres.
Núm 26:35 Estos fueron los clanes descendientes de los hijos de Efraín: el clan sutelaíta, nombrado así por su antepasado Sutela, el clan bequerita, nombrado así por su antepasado Bequer, el clan tahanita, nombrado así por su antepasado Tahán.
Núm 26:36 Este era el subclan descendiente de los sutelaítas: los eranitas, nombrados así por su antepasado Erán.
Núm 26:37 Esos eran los clanes de Efraín. Sus tropas registradas sumaron 32.500 hombres. Todos los clanes de Manasés y Efraín eran los descendientes de José.
Núm 26:38 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Benjamín: el clan belaíta, nombrado así por su antepasado Bela, el clan asbelita, nombrado así por su antepasado Asbel, el clan ahiramita nombrado así por su antepasado Ahiram,
Núm 26:39 el clan sufamita, nombrado así por su antepasado Sufam,* el clan hufamita, nombrado así por su antepasado Hufam.
Núm 26:40 Estos eran los subclanes descendientes de los belaítas: los arditas, nombrados así por su antepasado Ard,* los naamitas, nombrados así por su antepasado Naamán.
Núm 26:41 Esos eran los clanes de Benjamín. Sus tropas registradas sumaron 45.600 hombres.
Núm 26:42 Este era el clan descendiente de los hijos de Dan: el clan suhamita, nombrado así por su antepasado Súham.
Núm 26:43 Esos eran los clanes suhamitas de Dan. Sus tropas registradas sumaron 64.400 hombres.
Núm 26:44 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Aser: el clan imnita, nombrado así por su antepasado Imna, el clan isuita, nombrado así por su antepasado Isúi, el clan de beriaíta, nombrado así por su antepasado Bería.
Núm 26:45 Estos eran los subclanes descendientes de los beriaítas: los heberitas, nombrados así por su antepasado Heber, los malquielitas, nombrados así por su antepasado Malquiel.
Núm 26:46 Aser también tenía una hija llamada Sera.
Núm 26:47 Esos eran los clanes de Aser. Sus tropas registradas sumaron 53.400 hombres.
Núm 26:48 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Neftalí: el clan jahzeelita, nombrado así por su antepasado Jahzeel, el clan gunita, nombrado así por su antepasado Guni,
Núm 26:49 el clan jezerita, nombrado así por su antepasado Jezer, el clan silemita, nombrado así por su antepasado Silem.
Núm 26:50 Esos eran los clanes de Neftalí. Sus tropas registradas sumaron 45.400 hombres.
Núm 26:51 En resumen, las tropas registradas de todo Israel sumaron 601.730.
Núm 26:52 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 26:53 «Reparte la tierra entre las tribus y distribuye las porciones de tierra de acuerdo a la población de las tribus, conforme al número de los nombres en la lista.
Núm 26:54 Da una mayor porción de tierra a las tribus más numerosas y una menor a las más pequeñas, de modo que cada una reciba una porción de tierra en proporción al tamaño de su población.
Núm 26:55 Sin embargo, asigna la tierra por sorteo y dale a cada tribu patriarcal su porción según el número de nombres en la lista.
Núm 26:56 Cada porción de tierra se asignará por sorteo entre las tribus más grandes y las más pequeñas».
Núm 26:57 Este es el registro de los levitas enumerados según sus clanes: el clan gersonita, nombrado así por su antepasado Gersón, el clan coatita, nombrado así por su antepasado Coat, el clan merarita, nombrado así por su antepasado Merari.
Núm 26:58 Los libnitas, los hebronitas, los mahlitas, los musitas y los coreítas eran subclanes de los levitas. Coat fue el antepasado de Amram;
Núm 26:59 la esposa de Amram se llamaba Jocabed. Ella también era descendiente de Leví, nacida entre los levitas en la tierra de Egipto. Amram y Jocabed eran los padres de Aarón, Moisés y su hermana Miriam.
Núm 26:60 Los hijos de Aarón eran Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.
Núm 26:61 Pero Nadab y Abiú murieron cuando en la presencia del SEÑOR quemaron una clase de fuego diferente al que él había ordenado.
Núm 26:62 Los hombres de los clanes levitas de un mes o más sumaron 23.000. Pero no se incluyó a los levitas en el registro del resto del pueblo porque a ellos no se les repartió una asignación de tierra cuando fue dividida entre los israelitas.
Núm 26:63 Esos son los resultados del registro del pueblo de Israel que Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron en las llanuras de Moab, al lado del río Jordán, frente a Jericó.
Núm 26:64 Nadie en esta lista aparecía en el registro anterior hecho por Moisés y Aarón en el desierto de Sinaí.
Núm 26:65 Pues el SEÑOR había dicho acerca de ellos: «Todos morirán en el desierto». Ninguno de ellos sobrevivió excepto Caleb, hijo de Jefone y Josué, hijo de Nun.».
Núm 27:1 Cierto día las hijas de Zelofehad —Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa— presentaron una petición. Zelofehad, su padre, era descendiente de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, hijo de José.
Núm 27:2 Estas mujeres acudieron a Moisés, al sacerdote Eleazar, a los jefes de las tribus y a toda la comunidad, a la entrada del tabernáculo.*
Núm 27:3 Ellas dijeron: «Nuestro padre murió en el desierto, pero no por estar entre los seguidores de Coré que se rebelaron contra el SEÑOR, sino que murió debido a su propio pecado y no tuvo hijos varones.
Núm 27:4 ¿Por qué debería desaparecer el nombre de nuestro padre de entre su clan sólo porque no tuvo hijos varones? Dennos una porción de terreno entre el resto de nuestros parientes».
Núm 27:5 Entonces Moisés presentó el caso ante el SEÑOR.
Núm 27:6 Y el SEÑOR le contestó a Moisés:
Núm 27:7 «La petición de las hijas de Zelofehad es legítima. Así que dales una porción de terreno junto con los parientes de su padre. Asígnales la porción de terreno que se hubiera dado a su padre.
Núm 27:8 »Y da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: si un hombre muere sin dejar hijo varón, entonces se le dará su herencia a sus hijas.
Núm 27:9 Y si tampoco tiene hijas, su herencia se transferirá a sus hermanos.
Núm 27:10 Si no tiene hermanos, entrega su herencia a los hermanos de su padre.
Núm 27:11 Y si su padre no tiene ningún hermano, entonces entrega su herencia al pariente más cercano dentro de su clan. Este es un requisito legal para el pueblo de Israel, tal como el SEÑOR le ordenó a Moisés».
Núm 27:12 Cierto día el SEÑOR le dijo a Moisés: —Sube a una de las montañas al oriente del río,* y contempla la tierra que le he dado al pueblo de Israel.
Núm 27:13 Después de verla, al igual que tu hermano Aarón, morirás;
Núm 27:14 pues los dos se rebelaron contra mis instrucciones en el desierto de Zin. Cuando los israelitas se rebelaron, ustedes no les demostraron mi santidad junto a las aguas. (Estas son las aguas de Meriba en Cades* en el desierto de Zin).
Núm 27:15 Entonces Moisés le dijo al SEÑOR:
Núm 27:16 —Oh SEÑOR, tú eres el Dios que da aliento a todas las criaturas. Por favor nombra a un nuevo hombre como líder de la comunidad.
Núm 27:17 Dales a alguien que los guíe dondequiera que vayan y que los conduzca en batalla, para que la comunidad del SEÑOR no ande como ovejas sin pastor.
Núm 27:18 El SEÑOR le respondió: —Toma a Josué, hijo de Nun, en quien está el Espíritu, y pon tus manos sobre él.
Núm 27:19 Preséntalo al sacerdote Eleazar ante toda la comunidad y públicamente encárgale que dirija al pueblo.
Núm 27:20 Entrégale de tu autoridad para que toda la comunidad de Israel lo obedezca.
Núm 27:21 Cuando se necesite dirección del SEÑOR, Josué se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien usará el Urim —uno de los sorteos sagrados que se hacen ante el SEÑOR— para determinar su voluntad. De esta manera Josué y el resto de la comunidad de Israel decidirán todo lo que deben hacer.
Núm 27:22 Así que Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó y presentó a Josué ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad.
Núm 27:23 Luego Moisés impuso sus manos sobre él y le entregó el cargo de dirigir al pueblo, tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés.

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