APOSENTO ALTO

sábado, 3 de marzo de 2018

LECTURA BÍBLICA 3 DE MARZO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    22:1-14

Mat 22:1 Jesús también les contó otras parábolas. Dijo:
Mat 22:2 «El reino del cielo también puede ilustrarse mediante la historia de un rey que preparó una gran fiesta de bodas para su hijo.
Mat 22:3 Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus sirvientes para llamar a los invitados. ¡Pero todos se negaron a asistir!
Mat 22:4 »Entonces envió a otros sirvientes a decirles: “La fiesta está preparada. Se han matado los toros y las reses engordadas, y todo está listo. ¡Vengan al banquete!”.
Mat 22:5 Pero las personas a quienes había invitado no hicieron caso y siguieron su camino: uno se fue a su granja y otro a su negocio.
Mat 22:6 Otros agarraron a los mensajeros, los insultaron y los mataron.
Mat 22:7 »El rey se puso furioso, y envió a su ejército para destruir a los asesinos y quemar su ciudad.
Mat 22:8 Y les dijo a los sirvientes: “La fiesta de bodas está lista y las personas a las que invité no son dignas de tal honor.
Mat 22:9 Ahora salgan a las esquinas de las calles e inviten a todos los que vean”.
Mat 22:10 Entonces los sirvientes llevaron a todos los que pudieron encontrar, tanto buenos como malos, y la sala del banquete se llenó de invitados.
Mat 22:11 »Pero, cuando el rey entró para recibir a los invitados, notó que había un hombre que no estaba vestido apropiadamente para una boda.
Mat 22:12 “Amigo —le preguntó—, ¿cómo es que estás aquí sin ropa de bodas?”. Pero el hombre no tuvo respuesta.
Mat 22:13 Entonces el rey dijo a sus asistentes: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.
Mat 22:14 »Pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».

ROMANOS 2

Rom 2:1 Tal vez crees que puedes condenar a tales individuos, pero tu maldad es igual que la de ellos, ¡y no tienes ninguna excusa! Cuando dices que son perversos y merecen ser castigados, te condenas a ti mismo porque tú, que juzgas a otros, también practicas las mismas cosas.
Rom 2:2 Y sabemos que Dios, en su justicia, castigará a todos los que hacen tales cosas.
Rom 2:3 Y tú, que juzgas a otros por hacer esas cosas, ¿cómo crees que podrás evitar el juicio de Dios cuando tú haces lo mismo?
Rom 2:4 ¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?
Rom 2:5 Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios.
Rom 2:6 Él juzgará a cada uno según lo que haya hecho.
Rom 2:7 Dará vida eterna a los que siguen haciendo el bien, pues de esa manera demuestran que buscan la gloria, el honor y la inmortalidad que Dios ofrece.
Rom 2:8 Pero derramará su ira y enojo sobre los que viven para sí mismos, los que se niegan a obedecer la verdad y, en cambio, viven entregados a la maldad.
Rom 2:9 Habrá aflicción y angustia para todos los que siguen haciendo lo malo, para los judíos primero y también para los gentiles.*
Rom 2:10 Pero habrá gloria, honra y paz de parte de Dios para todos los que hacen lo bueno, para los judíos primero y también para los gentiles.
Rom 2:11 Pues Dios no muestra favoritismo.
Rom 2:12 Los gentiles serán destruidos por el hecho de pecar, aunque nunca tuvieron la ley escrita de Dios. Y los judíos, quienes sí tienen la ley de Dios, serán juzgados por esa ley porque no la obedecen.
Rom 2:13 Pues el simple acto de escuchar la ley no nos hace justos ante Dios. Es obedecer la ley lo que nos hace justos ante sus ojos.
Rom 2:14 Aun los gentiles, quienes no cuentan con la ley escrita de Dios, muestran que conocen esa ley cuando, por instinto, la obedecen aunque nunca la hayan oído.
Rom 2:15 Ellos demuestran que tienen la ley de Dios escrita en el corazón, porque su propia conciencia y sus propios pensamientos o los acusan o les indican que están haciendo lo correcto.
Rom 2:16 Y el mensaje que proclamo es que se acerca el día en que Dios juzgará, por medio de Cristo Jesús, la vida secreta de cada uno.
Rom 2:17 Tú, que te llamas judío, confías en la ley de Dios y te jactas de tu relación especial con él.
Rom 2:18 Tú sabes lo que a él le agrada, sabes bien qué es lo correcto, porque se te ha enseñado su ley.
Rom 2:19 Estás convencido de que eres guía para los ciegos y luz para los que andan perdidos en la oscuridad.
Rom 2:20 Piensas que puedes instruir al ignorante y enseñar a los niños los caminos de Dios. Pues estás seguro de que la ley de Dios te da pleno conocimiento y toda la verdad.
Rom 2:21 Ahora bien, si tú enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti mismo? Predicas a otros que no se debe robar, ¿pero tú robas?
Rom 2:22 Dices que está mal cometer adulterio, ¿pero tú cometes adulterio? Condenas la idolatría, ¿pero tú usas objetos robados de los templos paganos?*
Rom 2:23 Te sientes muy orgulloso de conocer la ley pero deshonras a Dios al quebrantarla.
Rom 2:24 No es extraño que las Escrituras digan: «Los gentiles blasfeman el nombre de Dios por causa de ustedes»*.
Rom 2:25 La ceremonia judía de la circuncisión sólo tiene valor si obedeces la ley de Dios. Pero, si no obedeces la ley de Dios, no estás en mejor condición que un gentil incircunciso.
Rom 2:26 Y, si los gentiles obedecen la ley de Dios, ¿acaso él no los considerará su propio pueblo?
Rom 2:27 De hecho, los gentiles incircuncisos que cumplen la ley de Dios los condenarán a ustedes, judíos, que están circuncidados y tienen la ley de Dios pero no la obedecen.
Rom 2:28 Pues no se es un verdadero judío sólo por haber nacido de padres judíos ni por haber pasado por la ceremonia de la circuncisión.
Rom 2:29 No, un verdadero judío es aquel que tiene el corazón recto a los ojos de Dios. La verdadera circuncisión no consiste meramente en obedecer la letra de la ley, sino que es un cambio en el corazón, producido por el Espíritu de Dios. Y una persona con un corazón transformado busca* la aprobación de Dios, no la de la gente.

SALMO 50

Sal 50:1 El SEÑOR, el Poderoso, es Dios y habló; convocó a toda la humanidad desde donde sale el sol hasta donde se pone.
Sal 50:2 Desde el monte Sión, la perfección de la belleza, Dios brilla con un resplandor glorioso.
Sal 50:3 Nuestro Dios se acerca, pero no en silencio. A su paso el fuego devora todo lo que encuentra, y a su alrededor se desata una gran tormenta.
Sal 50:4 Pone al cielo arriba y a la tierra abajo como testigos del juicio a su pueblo.
Sal 50:5 «Tráiganme a mi pueblo fiel, a los que hicieron un pacto conmigo, al ofrecer sacrificios».
Sal 50:6 Luego dejen que los cielos proclamen la justicia divina, porque Dios mismo será el juez. Interludio
Sal 50:7 «Oh pueblo mío, escucha cuando te hablo. Éstas son las acusaciones que tengo contra ti, oh Israel: ¡Yo soy Dios, tu Dios!
Sal 50:8 No tengo quejas de tus sacrificios ni de las ofrendas quemadas que ofreces constantemente.
Sal 50:9 Pero no necesito los toros de tus establos ni las cabras de tus corrales.
Sal 50:10 Pues todos los animales del bosque son míos, y soy dueño del ganado de mil colinas.
Sal 50:11 Conozco a cada pájaro de las montañas, y todos los animales del campo me pertenecen.
Sal 50:12 Si tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo entero y todo lo que hay en él.
Sal 50:13 ¿Acaso me alimento de carne de toro? ¿Acaso bebo sangre de cabra?
Sal 50:14 Haz que sea la gratitud tu sacrificio a Dios y cumple los votos que le has hecho al Altísimo.
Sal 50:15 Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria».
Sal 50:16 Pero Dios dice a los perversos: «¿Para qué se molestan en recitar mis decretos y en fingir que obedecen mi pacto?
Sal 50:17 Pues rechazan mi disciplina y tratan mis palabras como basura.
Sal 50:18 Cuando ven ladrones, les dan su aprobación, y se pasan el tiempo con adúlteros.
Sal 50:19 Tienen la boca llena de maldad, y la lengua, repleta de mentiras.
Sal 50:20 Se la pasan calumniando a su hermano, a su propio hermano de sangre.
Sal 50:21 Mientras ustedes hacían todo esto, yo permanecí en silencio, y pensaron que no me importaba. Pero ahora los voy a reprender, enumeraré todas las acusaciones que tengo contra ustedes.
Sal 50:22 Arrepiéntanse todos los que se olvidan de mí, o los despedazaré y nadie los ayudará.
Sal 50:23 Pero el dar gracias es un sacrificio que verdaderamente me honra; si permanecen en mi camino, les daré a conocer la salvación de Dios».

LECTURA PARA LA NOCHE

NÚMEROS 5-6

Núm 5:1 El SEÑOR dio las siguientes instrucciones a Moisés:
Núm 5:2 «Ordena al pueblo de Israel que saque del campamento a toda persona que tenga una enfermedad de la piel* o un flujo, o a quien haya quedado ceremonialmente impuro por tocar un cadáver.
Núm 5:3 Esta orden debe aplicarse de la misma manera a hombres y a mujeres. Sácalos para que no contaminen el campamento donde yo habito en medio de ellos».
Núm 5:4 Entonces los israelitas hicieron lo que el SEÑOR le había ordenado a Moisés y sacaron a tales personas del campamento.
Núm 5:5 Así que el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 5:6 «Da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: si alguien del pueblo —sea hombre o mujer— traiciona al SEÑOR al hacerle mal a otra persona, esta persona es culpable.
Núm 5:7 Deberá confesar su pecado, restituir completamente el daño hecho más un veinte por ciento adicional y darlo a la persona que perjudicó.
Núm 5:8 Pero si la persona perjudicada está muerta y no hay ningún pariente cercano a quien pagarle el daño, el pago le pertenece al SEÑOR y deberá dárselo al sacerdote. Además, el culpable llevará un carnero como sacrificio por el pecado y será purificado y hecho justo ante el SEÑOR.*
Núm 5:9 Todas las ofrendas sagradas que los israelitas lleven a un sacerdote le pertenecen a él.
Núm 5:10 Cada sacerdote puede quedarse con todos los donativos sagrados que reciba».
Núm 5:11 El SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 5:12 «Da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: supongamos que la esposa de un hombre se descarría y le es infiel a su marido,
Núm 5:13 y tiene relaciones sexuales con otro hombre sin que lo sepa su esposo ni nadie más. Ella se contaminó aunque no hubo testigos y no fue sorprendida en el acto.
Núm 5:14 Si su esposo siente celos, y sospecha de ella y necesita saber si ella se ha contaminado o no,
Núm 5:15 el esposo debe llevarla al sacerdote. También presentará por ella una ofrenda de dos kilos* de harina de cebada. No debe mezclarse con aceite de oliva ni incienso, porque se trata de una ofrenda de celos para demostrar si ella es o no culpable.
Núm 5:16 »Entonces el sacerdote la presentará delante del SEÑOR para que sea juzgada.
Núm 5:17 Pondrá un poco de agua santa en un recipiente de barro y mezclará polvo que tomó del piso del tabernáculo.
Núm 5:18 Una vez que el sacerdote haya presentado a la mujer delante del SEÑOR, le desatará el cabello y colocará en las manos de ella la ofrenda de prueba, es decir la ofrenda de celos, para discernir si las sospechas de su esposo son justificadas. El sacerdote se pondrá frente a ella y sostendrá el recipiente de agua amarga que trae una maldición para quienes son culpables.
Núm 5:19 Enseguida el sacerdote pondrá a la mujer bajo juramento y le dirá: “Si ningún otro hombre ha tenido relaciones sexuales contigo y no te has descarriado ni te has contaminado mientras has estado bajo la autoridad de tu esposo, que seas inmune a los efectos de esta agua amarga que trae la maldición.
Núm 5:20 Pero si te has descarriado siendo infiel a tu marido y te has contaminado teniendo relaciones sexuales con otro hombre …”.
Núm 5:21 »En este momento el sacerdote pondrá a la mujer bajo juramento al decir: “Que el pueblo sepa que la maldición del SEÑOR cayó sobre ti cuando él te haga estéril al causar que tu útero se encoja* y tu abdomen se hinche.
Núm 5:22 Ahora, que esta agua que trae la maldición entre en tu cuerpo y cause que tu abdomen se hinche y tu útero se encoja”.* A la mujer se le exigirá decir: “Sí, que así sea”.
Núm 5:23 Entonces el sacerdote escribirá estas maldiciones en un trozo de cuero y luego las lavará para que caigan dentro del agua amarga.
Núm 5:24 Hará que la mujer beba el agua amarga que trae la maldición. Cuando el agua entre en su cuerpo, si ella es culpable, le causará un sufrimiento amargo.
Núm 5:25 »Después el sacerdote tomará la ofrenda de celos de la mano de la mujer y la alzará ante el SEÑOR y la llevará al altar.
Núm 5:26 Tomará un puñado de harina como porción simbólica, la quemará en el altar y le exigirá a la mujer que beba el agua.
Núm 5:27 Si ella se ha contaminado siendo infiel a su marido, el agua que trae la maldición le producirá un sufrimiento amargo. Su abdomen se hinchará y su útero se encogerá,* y su nombre se volverá una maldición entre su pueblo.
Núm 5:28 Pero si ella no se ha contaminado y es pura, entonces saldrá ilesa y todavía podrá tener hijos.
Núm 5:29 »Esta es la ley ritual para lidiar con los celos. Si una mujer se descarría y se contamina mientras está bajo la autoridad de su marido,
Núm 5:30 o si un hombre siente celos y sospecha que su esposa le fue infiel, el marido debe presentar a su esposa delante del SEÑOR y el sacerdote aplicará esta ley ritual en su totalidad.
Núm 5:31 El marido será inocente de toda culpa en este caso, pero su esposa será responsable por su propio pecado».
Núm 6:1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones:
Núm 6:2 si alguien del pueblo, sea hombre o mujer, hace el voto especial de nazareo, consagrándose al SEÑOR de manera especial,
Núm 6:3 dejará el vino y otras bebidas alcohólicas. No usará vinagre hecho de vino ni de otras bebidas alcohólicas, no beberá jugo de uva fresca ni comerá uvas o pasas.
Núm 6:4 Mientras esté obligado por su voto de nazareo, no se le permite comer o beber productos derivados de la vid, incluidas las semillas y la cáscara de uva.
Núm 6:5 »Durante todo el tiempo que dure su voto, esta persona no se cortará el cabello, porque es santa y apartada para el SEÑOR. Se dejará crecer el cabello hasta que se cumpla el tiempo de su voto.
Núm 6:6 Y no se acercará a ningún cadáver durante todo el tiempo de su voto al SEÑOR.
Núm 6:7 Aun cuando la persona muerta sea su propio padre, madre, hermano o hermana, no debe contaminarse, porque el cabello que lleva sobre su cabeza es símbolo de su consagración a Dios.
Núm 6:8 Este requisito se aplica mientras esté consagrado al SEÑOR.
Núm 6:9 »Si alguien cae muerto a su lado, el cabello dedicado quedará contaminado. Tiene que esperar siete días y después se afeitará la cabeza. Entonces quedará limpio de su contaminación.
Núm 6:10 En el octavo día llevará al sacerdote, a la entrada del tabernáculo,* dos tórtolas o dos pichones de paloma.
Núm 6:11 El sacerdote ofrecerá una de las aves como ofrenda por el pecado y la otra como ofrenda quemada. De esta manera él lo purificará* de la culpa recibida mediante el contacto con el cadáver. Luego el nazareo reafirmará su compromiso y dejará que su cabello empiece a crecer de nuevo.
Núm 6:12 Los días cumplidos de su voto, anteriores a la contaminación, no se tomarán en cuenta. Deberá dedicarse nuevamente al SEÑOR como nazareo por todo el tiempo de su promesa y deberá presentar un cordero de un año como ofrenda por la culpa.
Núm 6:13 »Esta es la ley ritual para el nazareo. Al terminar el tiempo de consagración deberá ir a la entrada del tabernáculo
Núm 6:14 y ofrecer sus sacrificios al SEÑOR: un cordero de un año sin defecto como ofrenda quemada, una cordera de un año sin defecto como ofrenda por el pecado, un carnero sin defecto como ofrenda de paz,
Núm 6:15 una cesta de pan preparado sin levadura —panes de harina selecta mezclados con aceite de oliva y obleas untadas con aceite de oliva— junto con las ofrendas obligatorias de grano y de líquido.
Núm 6:16 El sacerdote presentará estas ofrendas ante el SEÑOR: primero la ofrenda por el pecado y la ofrenda quemada;
Núm 6:17 enseguida el carnero como ofrenda de paz, junto con la cesta de pan preparado sin levadura. El sacerdote también presentará al SEÑOR las ofrendas obligatorias de grano y de líquido.
Núm 6:18 »Después el nazareo se afeitará la cabeza en la entrada del tabernáculo. Tomará el cabello que dedicó y lo pondrá en el fuego, debajo del sacrificio de la ofrenda de paz.
Núm 6:19 Después de que el nazareo se afeite la cabeza, el sacerdote tomará una espaldilla hervida del carnero; también tomará de la cesta un pan y una oblea preparados sin levadura, y los pondrá en las manos del nazareo.
Núm 6:20 Entonces el sacerdote los levantará ante el SEÑOR como ofrenda especial. Estas son las porciones santas para el sacerdote, junto con el pecho de la ofrenda especial y el muslo de la ofrenda sagrada que se levanta ante el SEÑOR. Después de esta ceremonia el nazareo podrá volver a beber vino.
Núm 6:21 »Esta es la ley ritual de los nazareos que juran llevar estas ofrendas al SEÑOR. Si está a su alcance también pueden llevar ofrendas adicionales. Deben asegurarse de cumplir con todo lo que juraron cuando se apartaron como nazareos».
Núm 6:22 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 6:23 «Diles a Aarón y a sus hijos que bendigan al pueblo de Israel con la siguiente bendición especial:
Núm 6:24 “Que el SEÑOR te bendiga y te proteja.
Núm 6:25 Que el SEÑOR sonría sobre ti y sea compasivo contigo.
Núm 6:26 Que el SEÑOR te muestre su favor y te dé su paz”.
Núm 6:27 Cada vez que Aarón y sus hijos bendigan al pueblo de Israel en mi nombre, yo los bendeciré».

No hay comentarios:

Publicar un comentario