APOSENTO ALTO

domingo, 4 de marzo de 2018

LECTURA BÍBLICA 4 DE MARZO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    22:15-33

Mat 22:15 Entonces los fariseos se juntaron para tramar cómo hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado.
Mat 22:16 Enviaron a algunos de sus discípulos, junto con los partidarios de Herodes, a buscarlo. —Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Enseñas con verdad el camino de Dios. Eres imparcial y no tienes favoritismos.
Mat 22:17 Ahora bien, dinos qué piensas de lo siguiente: ¿Es correcto que paguemos impuestos al César o no?
Mat 22:18 Pero Jesús conocía sus malas intenciones. —¡Hipócritas! —dijo —. ¿Por qué intentan atraparme?
Mat 22:19 Veamos, muéstrenme la moneda que se usa para el impuesto. Cuando le entregaron una moneda romana,*
Mat 22:20 les preguntó: —¿A quién pertenecen la imagen y el título grabados en la moneda?
Mat 22:21 —Al César —contestaron. —Bien —dijo—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.
Mat 22:22 Su respuesta los dejó asombrados, y se marcharon.
Mat 22:23 Ese mismo día, se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte. Le plantearon la siguiente pregunta:
Mat 22:24 —Maestro, Moisés dijo: “Si un hombre muere sin haber tenido hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe”*.
Mat 22:25 Ahora bien, supongamos que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos, entonces su hermano se casó con la viuda.
Mat 22:26 Pero el segundo hermano también murió, y el tercero se casó con ella. Lo mismo sucedió con los siete.
Mat 22:27 Por último, la mujer también murió.
Mat 22:28 Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? Pues los siete estuvieron casados con ella.
Mat 22:29 Jesús contestó: —El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios.
Mat 22:30 Pues, cuando los muertos resuciten, no se casarán ni se entregarán en matrimonio. En este sentido, serán como los ángeles del cielo.
Mat 22:31 »Ahora bien, en cuanto a si habrá una resurrección de los muertos, ¿nunca han leído acerca de esto en las Escrituras? Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieran, Dios dijo:*
Mat 22:32 “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”*. Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos.
Mat 22:33 Cuando las multitudes lo escucharon, quedaron atónitas ante su enseñanza.

ROMANOS 3

Rom 3:1 Entonces, ¿cuál es la ventaja de ser judío? ¿Tiene algún valor la ceremonia de la circuncisión?
Rom 3:2 Claro que sí, ¡tiene muchos beneficios! En primer lugar, a los judíos se les confió toda la revelación de Dios.*
Rom 3:3 Es cierto, algunos de ellos fueron infieles; ¿pero acaso eso significa que, porque ellos fueron infieles, Dios también será infiel?
Rom 3:4 ¡Por supuesto que no! Aun cuando todos los demás sean mentirosos, Dios es veraz. Como dicen las Escrituras acerca de él: «Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices, y ganarás tu caso en los tribunales»*.
Rom 3:5 «Sin embargo —algunos podrían decir—, nuestro pecado cumple un buen propósito porque muestra a otros lo justo que es Dios. ¿No es injusto, entonces, que Dios nos castigue?». (Éste no es más que un punto de vista humano).
Rom 3:6 ¡De ninguna manera! Si Dios no fuera completamente justo, ¿cómo tendría autoridad para juzgar al mundo?
Rom 3:7 «Sin embargo —alguien podría seguir argumentando—, ¿por qué Dios me juzga como pecador si mi mentira realza su veracidad y le da más gloria a él?».
Rom 3:8 Algunos incluso nos difaman asegurando que nosotros decimos: «¡Cuanto más pecamos, mejor!». Los que dicen tales cosas merecen ser condenados.
Rom 3:9 Ahora bien, ¿llegamos a la conclusión de que los judíos somos mejores que los demás? ¡Para nada! Tal como acabamos de demostrar, todos —sean judíos o gentiles* —están bajo el poder del pecado.
Rom 3:10 Como dicen las Escrituras: «No hay ni un solo justo, ni siquiera uno.
Rom 3:11 Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios.
Rom 3:12 Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo»*.
Rom 3:13 «Lo que hablan es repugnante como el olor que sale de una tumba abierta. Su lengua está llena de mentiras». «Veneno de serpientes gotea de sus labios»*.
Rom 3:14 «Su boca está llena de maldición y amargura»*.
Rom 3:15 «Se apresuran a matar.
Rom 3:16 Siempre hay sufrimiento y destrucción en sus caminos.
Rom 3:17 No saben dónde encontrar paz»*.
Rom 3:18 «No tienen temor de Dios en absoluto»*.
Rom 3:19 Obviamente, la ley se aplica a quienes fue entregada, porque su propósito es evitar que la gente tenga excusas y demostrar que todo el mundo es culpable delante de Dios.
Rom 3:20 Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.
Rom 3:21 Pero ahora, tal como se prometió tiempo atrás en los escritos de Moisés* y de los profetas, Dios nos ha mostrado cómo podemos ser justos ante él sin cumplir con las exigencias de la ley.
Rom 3:22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere.
Rom 3:23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
Rom 3:24 Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados.
Rom 3:25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado,
Rom 3:26 porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y declara a los pecadores justos a sus ojos cuando ellos creen en Jesús.
Rom 3:27 ¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe.
Rom 3:28 Así que somos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe y no por obedecer la ley.
Rom 3:29 Después de todo, ¿acaso Dios es sólo el Dios de los judíos? ¿No es también el Dios de los gentiles? Claro que sí.
Rom 3:30 Hay sólo un Dios, y él declara justos a judíos y gentiles* únicamente por medio de la fe.
Rom 3:31 Entonces, si hacemos énfasis en la fe, ¿eso significa que podemos olvidarnos de la ley? ¡Por supuesto que no! De hecho, sólo cuando tenemos fe cumplimos verdaderamente la ley.

SALMO 51

Sal 51:1 Ten misericordia de mí, oh Dios, debido a tu amor inagotable; a causa de tu gran compasión, borra la mancha de mis pecados.
Sal 51:2 Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purifícame de mis pecados.
Sal 51:3 Pues reconozco mis rebeliones; día y noche me persiguen.
Sal 51:4 Contra ti y sólo contra ti he pecado; he hecho lo que es malo ante tus ojos. Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices y que tu juicio contra mí es justo.*
Sal 51:5 Pues soy pecador de nacimiento, así es, desde el momento en que me concibió mi madre.
Sal 51:6 Pero tú deseas honradez desde el vientre* y aun allí me enseñas sabiduría.
Sal 51:7 Purifícame de mis pecados,* y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Sal 51:8 Devuélveme la alegría otra vez; deja que me goce ahora que me has quebrantado.
Sal 51:9 No sigas mirando mis pecados; quita la mancha de mi culpa.
Sal 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí.
Sal 51:11 No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo.*
Sal 51:12 Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte.
Sal 51:13 Entonces enseñaré a los rebeldes tus caminos, y ellos se volverán a ti.
Sal 51:14 Perdóname por derramar sangre, oh Dios que salva; entonces con alegría cantaré de tu perdón.
Sal 51:15 Desata mis labios, oh Señor, para que mi boca pueda alabarte.
Sal 51:16 Tú no deseas sacrificios, de lo contrario, te ofrecería uno; tampoco quieres una ofrenda quemada.
Sal 51:17 El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.
Sal 51:18 Mira a Sión con tu favor y ayúdala; reconstruye las murallas de Jerusalén.
Sal 51:19 Entonces te agradarán los sacrificios ofrecidos con un espíritu correcto; con ofrendas quemadas y ofrendas quemadas enteras. Entonces volverán a sacrificarse toros sobre tu altar.

LECTURA PARA LA NOCHE

NÚMEROS 7-8

Núm 7:1 El día en que Moisés levantó el tabernáculo, lo ungió y lo apartó como santo. También ungió y apartó todo el mobiliario y el altar con sus utensilios.
Núm 7:2 Después los líderes de Israel —los jefes de las tribus que habían registrado las tropas— llegaron con sus ofrendas.
Núm 7:3 Juntos llevaron seis carretas grandes y doce bueyes —una carreta por cada dos jefes y un buey por cada jefe— y los presentaron al SEÑOR delante del tabernáculo.
Núm 7:4 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 7:5 «Recibe sus ofrendas y usa estos bueyes y carretas para transportar el tabernáculo.* Repártelos entre los levitas según el trabajo de cada uno».
Núm 7:6 Así que Moisés tomó las carretas y los bueyes y los entregó a los levitas.
Núm 7:7 Le dio dos carretas y cuatro bueyes a la división gersonita para su trabajo
Núm 7:8 y le dio a la división merarita cuatro carretas y ocho bueyes para su trabajo. Todo el trabajo se realizó bajo el liderazgo de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
Núm 7:9 Pero a la división coatita no le entregó carretas ni bueyes, porque se les requería que hicieran el traslado de los objetos sagrados del tabernáculo sobre sus hombros.
Núm 7:10 Los jefes también presentaron las ofrendas de dedicación para el altar cuando lo ungieron. Cada uno puso sus ofrendas ante el altar.
Núm 7:11 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Que cada día un jefe lleve su ofrenda para la dedicación del altar».
Núm 7:12 En el primer día presentó su ofrenda Naasón, hijo de Aminadab, jefe de la tribu de Judá.
Núm 7:13 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos* (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:14 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos,* lleno de incienso.
Núm 7:15 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:16 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:17 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Naasón, hijo de Aminadab.
Núm 7:18 En el segundo día presentó su ofrenda Natanael, hijo de Zuar, jefe de la tribu de Isacar.
Núm 7:19 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:20 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:21 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:22 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:23 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Natanael, hijo de Zuar.
Núm 7:24 En el tercer día presentó su ofrenda Eliab, hijo de Helón, jefe de la tribu de Zabulón.
Núm 7:25 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:26 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:27 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:28 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:29 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Eliab, el hijo de Helón.
Núm 7:30 En el cuarto día presentó su ofrenda Elisur, hijo de Sedeur, jefe de la tribu de Rubén.
Núm 7:31 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:32 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:33 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:34 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:35 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Elisur, el hijo de Sedeur.
Núm 7:36 En el quinto día presentó su ofrenda Selumiel, hijo de Zurisadai, jefe de la tribu de Simeón.
Núm 7:37 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:38 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:39 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año para una ofrenda quemada,
Núm 7:40 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:41 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Selumiel, hijo de Zurisadai.
Núm 7:42 En el sexto día presentó su ofrenda Eliasaf, hijo de Deuel, jefe de la tribu de Gad.
Núm 7:43 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:44 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:45 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:46 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:47 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Eliasaf, hijo de Deuel.
Núm 7:48 En el séptimo día presentó su ofrenda Elisama, hijo de Amiud, jefe de la tribu de Efraín presentó su ofrenda.
Núm 7:49 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:50 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:51 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:52 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:53 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Elisama, hijo de Amiud.
Núm 7:54 En el octavo día presentó su ofrenda Gamaliel, hijo de Pedasur, jefe de la tribu de Manasés.
Núm 7:55 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:56 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:57 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:58 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:59 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Gamaliel, hijo de Pedasur.
Núm 7:60 En el noveno día presentó su ofrenda Abidán, hijo de Gedeoni, jefe de la tribu de Benjamín.
Núm 7:61 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:62 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:63 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:64 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:65 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Abidán, hijo de Gedeoni.
Núm 7:66 En el décimo día presentó su ofrenda Ahiezer, hijo de Amisadai, jefe de la tribu de Dan.
Núm 7:67 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:68 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:69 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:70 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:71 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Ahiezer, hijo de Amisadai.
Núm 7:72 En el onceavo día presentó su ofrenda Pagiel, hijo de Ocrán, jefe de la tribu de Aser.
Núm 7:73 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:74 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:75 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:76 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:77 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Pagiel, hijo de Ocrán.
Núm 7:78 En el doceavo día presentó su ofrenda Ahira, hijo de Enán, jefe de la tribu de Neftalí.
Núm 7:79 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.
Núm 7:80 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.
Núm 7:81 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,
Núm 7:82 y un chivo como ofrenda por el pecado.
Núm 7:83 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Ahira, hijo de Enán.
Núm 7:84 Estas fueron las ofrendas de dedicación que los jefes de Israel llevaron cuando se ungió el altar: doce bandejas de plata, doce tazones de plata y doce recipientes de oro con incienso.
Núm 7:85 Cada bandeja de plata pesaba un kilo y medio y cada tazón de plata, ochocientos gramos. El peso total de la plata fue veintisiete kilos* y medio (calculado según el peso del siclo del santuario).
Núm 7:86 Cada uno de los doce recipientes de oro, que contenían el incienso, pesaba ciento catorce gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). El peso total del oro fue un kilo con cuatrocientos gramos.*
Núm 7:87 Se donaron doce becerros, doce carneros y doce corderos de un año para las ofrendas quemadas, junto con las ofrendas obligatorias de grano. Llevaron doce chivos para las ofrendas por el pecado.
Núm 7:88 Se donaron veinticuatro toros, sesenta carneros, sesenta chivos y sesenta corderos de un año como ofrendas de paz. Esa fue la ofrenda para la dedicación del altar después de haber sido ungido.
Núm 7:89 Cada vez que Moisés entraba en el tabernáculo para hablar con el SEÑOR, Moisés oía la voz que le hablaba de entre los dos querubines que estaban sobre la tapa del arca —el lugar de la expiación— que está sobre el arca del pacto.* Desde ahí el SEÑOR le hablaba a Moisés.
Núm 8:1 El SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 8:2 «Da las siguientes instrucciones a Aarón: cuando pongas las siete lámparas en el candelabro, hazlo de manera que la luz alumbre hacia adelante, en frente del candelabro».
Núm 8:3 Y así lo hizo Aarón; instaló las siete lámparas para que reflejaran su luz hacia adelante, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés.
Núm 8:4 Todo el candelabro —desde su base hasta el decorado floral— estaba hecho de oro labrado. Se fabricó conforme al diseño exacto que el SEÑOR le había mostrado a Moisés.
Núm 8:5 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés:
Núm 8:6 «Ahora bien, separa a los levitas de los demás israelitas y hazlos ceremonialmente puros.
Núm 8:7 Para hacerlo, rocíalos con el agua de la purificación y haz que se afeiten todo el cuerpo y que laven su ropa. Entonces quedarán ceremonialmente puros.
Núm 8:8 Haz que lleven un becerro y una ofrenda de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva, junto con un segundo becerro para la ofrenda por el pecado.
Núm 8:9 Después reúne a toda la comunidad de Israel y presenta a los levitas a la entrada del tabernáculo.*
Núm 8:10 Cuando presentes a los levitas delante del SEÑOR, el pueblo de Israel pondrá sus manos sobre ellos.
Núm 8:11 Con las manos en alto, Aarón presentará a los levitas ante el SEÑOR como una ofrenda especial del pueblo de Israel; así los dedicará al servicio del SEÑOR.
Núm 8:12 »Enseguida los levitas pondrán sus manos sobre la cabeza de los becerros. Presenta un becerro como ofrenda por el pecado y el otro como ofrenda quemada al SEÑOR, para purificar a los levitas y hacerlos justos ante el SEÑOR.*
Núm 8:13 Luego haz que los levitas se pongan de pie delante de Aarón y sus hijos y levanta tus manos y preséntalos como una ofrenda especial al SEÑOR.
Núm 8:14 De ese modo apartarás a los levitas del resto del pueblo de Israel, y los levitas me pertenecerán a mí.
Núm 8:15 Así ellos podrán entrar en el tabernáculo para realizar su trabajo, porque los purificaste y los presentaste como una ofrenda especial.
Núm 8:16 »De todo el pueblo de Israel, los levitas están apartados para mí. Yo los he tomado para mí en lugar de los primeros hijos varones de los israelitas; he tomado a los levitas como sustitutos.
Núm 8:17 Pues todo primer nacido de entre el pueblo de Israel es mío, tanto de personas como de animales. Yo los aparté para mí el día que herí de muerte a todos los primeros hijos varones de los egipcios.
Núm 8:18 Es cierto, yo tomé a los levitas en lugar de todos los primeros hijos varones de Israel;
Núm 8:19 y de todos los israelitas, yo he designado a los levitas para Aarón y sus hijos. Ellos servirán en el tabernáculo en nombre de los israelitas y harán sacrificios para purificar* al pueblo, de modo que ninguna plaga los azote cuando se acerquen al santuario».
Núm 8:20 Así que Moisés, Aarón y toda la comunidad de Israel dedicaron a los levitas, siguiendo cuidadosamente todas las instrucciones del SEÑOR a Moisés.
Núm 8:21 Los levitas se purificaron del pecado y lavaron sus ropas, y Aarón los presentó al SEÑOR como una ofrenda especial. Aarón ofreció entonces un sacrificio para purificarlos y para hacerlos justos delante del SEÑOR.*
Núm 8:22 Después los levitas entraron en el tabernáculo para cumplir con sus responsabilidades de ayudar a Aarón y a sus hijos. Así se llevó a cabo todo lo que el SEÑOR le ordenó a Moisés con respecto a los levitas.
Núm 8:23 El SEÑOR le dio otras instrucciones a Moisés:
Núm 8:24 «Los levitas seguirán esta regla: empezarán su servicio en el tabernáculo a la edad de veinticinco años
Núm 8:25 y se jubilarán a los cincuenta años.
Núm 8:26 Después de su jubilación podrán ayudar a sus compañeros levitas como guardias en el tabernáculo, pero no podrán oficiar en las ceremonias. Así es como asignarás los deberes a los levitas».

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