APOSENTO ALTO

domingo, 8 de octubre de 2017

LECTURA BÍBLICA 8 DE OCTUBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     3:1-15

Jua 3:1 Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos.
Jua 3:2 Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí* —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.
Jua 3:3 Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo,* no puedes ver el reino de Dios.
Jua 3:4 —¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo —. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo?
Jua 3:5 Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu.*
Jua 3:6 El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.*
Jua 3:7 Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”.
Jua 3:8 El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu.
Jua 3:9 —¿Cómo es posible todo esto? —preguntó Nicodemo.
Jua 3:10 Jesús le contestó: —¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas?
Jua 3:11 Te aseguro que les contamos lo que sabemos y hemos visto, y ustedes todavía se niegan a creer nuestro testimonio.
Jua 3:12 Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales?
Jua 3:13 Nadie jamás fue al cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre* bajó del cielo.
Jua 3:14 Y, así como Moisés levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto, así deberá ser levantado el Hijo del Hombre,
Jua 3:15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.*




 SANTIAGO  4:1-10

Stg 4:1 ¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior?
Stg 4:2 Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios.
Stg 4:3 Y, aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.
Stg 4:4 ¡Adúlteros!* ¿No se dan cuenta de que la amistad con el mundo los convierte en enemigos de Dios? Lo repito: si alguien quiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios.
Stg 4:5 ¿Qué creen ustedes que quieren decir las Escrituras cuando afirman que el espíritu que Dios ha puesto dentro de nosotros está lleno de envidia?*
Stg 4:6 Sin embargo, él nos da aún más gracia, para que hagamos frente a esos malos deseos. Como dicen las Escrituras: «Dios se opone a los orgullosos pero muestra su favor a los humildes»*.
Stg 4:7 Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.
Stg 4:8 Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo.
Stg 4:9 Derramen lágrimas por lo que han hecho. Que haya lamento y profundo dolor. Que haya llanto en lugar de risa y tristeza en lugar de alegría.
Stg 4:10 Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor.




ECLESIASTÉS 5

Ecl 6:1 He visto otro mal terrible bajo el sol que pesa tremendamente sobre la humanidad.
Ecl 6:2 Dios les da a algunos mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear, pero luego no les da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren, y algún otro —un extraño— termina disfrutando de toda esa abundancia. Eso no tiene sentido, es una tragedia terrible.
Ecl 6:3 Un hombre podría tener cien hijos y llegar a vivir muchos años. Pero si no encuentra satisfacción en la vida y ni siquiera recibe un entierro digno, sería mejor para él haber nacido muerto.
Ecl 6:4 Entonces su nacimiento habría sido insignificante, y él habría terminado en la oscuridad. Ni siquiera habría tenido un nombre
Ecl 6:5 ni habría visto la luz del sol o sabido que existía. Sin embargo, habría gozado de más paz que si hubiera crecido para convertirse en un hombre infeliz.
Ecl 6:6 Podría vivir mil años o el doble, y ni aun así, encontrar satisfacción; y si al final de cuentas tiene que morir como todos, ¿de qué le sirve?
Ecl 6:7 Toda la gente se pasa la vida trabajando para tener qué comer, pero parece que nunca le alcanza.
Ecl 6:8 Entonces, ¿de verdad están los sabios en mejores condiciones que los necios? ¿Ganan algo los pobres con ser sabios y saber comportarse frente a otros?
Ecl 6:9 Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento.
Ecl 6:10 Todo ha sido decidido. Ya se sabía desde hace tiempo lo que cada persona habría de ser. Así que no sirve de nada discutir con Dios acerca de tu destino.
Ecl 6:11 Cuantas más palabras decimos, menos sentido tienen. Entonces, ¿para qué sirven?
Ecl 6:12 En la brevedad de nuestra vida sin sentido, ¿quién conoce cómo pasar mejor nuestros días? Nuestra vida es como una sombra. ¿Quién sabe lo que sucederá en este mundo después de la muerte?


LECTURA PARA LA NOCHE

JEREMÍAS 16-18

Jer 16:1 El SEÑOR me dio otro mensaje:
Jer 16:2 «No te cases ni tengas hijos en este lugar.
Jer 16:3 Pues esto dice el SEÑOR acerca de los niños nacidos en esta ciudad y de sus madres y padres:
Jer 16:4 morirán de enfermedades terribles. Nadie llorará por ellos ni tampoco los enterrarán sino que yacerán dispersos sobre el suelo como si fueran estiércol. Morirán por la guerra y morirán de hambre, y sus cuerpos serán comida para los buitres y los animales salvajes».
Jer 16:5 Esto dice el SEÑOR: «No vayas a los funerales para llorar y mostrar compasión por ellos, porque he retirado mi protección y mi paz de ellos; he quitado mi amor inagotable y mi misericordia.
Jer 16:6 Tanto el grande como el humilde morirán en esta tierra. Nadie los enterrará ni se lamentará por ellos. Sus amigos no se cortarán la piel ni se afeitarán la cabeza en señal de tristeza.
Jer 16:7 Nadie ofrecerá una comida para consolar a quienes estén de luto por un muerto, ni siquiera por la muerte de una madre o de un padre. Nadie enviará una copa de vino para consolarlos.
Jer 16:8 »No vayas a sus fiestas ni a sus banquetes. Ni siquiera comas o bebas con ellos.
Jer 16:9 Pues esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: en sus propios días y ante sus propios ojos pondré fin a las risas y a las canciones alegres en esta tierra. Ya no se oirán las voces felices de los novios ni de las novias.
Jer 16:10 »Cuando le digas todas estas cosas a la gente, ellos te preguntarán: “¿Por qué el SEÑOR decretó cosas tan terribles contra nosotros? ¿Qué hemos hecho para merecer semejante trato? ¿Cuál es nuestro pecado contra el SEÑOR nuestro Dios?”.
Jer 16:11 »Entonces les darás la respuesta del SEÑOR: “Es porque sus antepasados me fueron infieles y rindieron culto a otros dioses y los sirvieron. Me abandonaron y no obedecieron mi palabra.
Jer 16:12 ¡Y ustedes son peores que sus antepasados! Se pusieron tercos y siguen sus propios malos deseos y rehúsan escucharme.
Jer 16:13 Por lo tanto los expulsaré de esta tierra y los enviaré a una tierra extraña en la que, ni ustedes ni sus antepasados, han estado. Allí podrán rendir culto a ídolos día y noche, y ¡no les concederé ningún favor!”.
Jer 16:14 »Por tanto, se acerca la hora —dice el SEÑOR—, cuando la gente que haga un juramento ya no dirá: “Tan cierto como que el SEÑOR vive, quien rescató al pueblo de Israel de la tierra de Egipto”.
Jer 16:15 En cambio dirán: “Tan cierto como que el SEÑOR vive, quien trajo a Israel de regreso a su propia tierra desde la tierra del norte y de todos los países a los que él los envió al destierro”. Pues los traeré nuevamente a esta tierra que les di a sus antepasados.
Jer 16:16 »Ahora mandaré llamar a muchos pescadores para que los capturen —dice el SEÑOR—. Mandaré llamar a cazadores para que los cacen en los montes, en las colinas y en las cuevas.
Jer 16:17 Los vigilo de cerca y veo cada pecado. No hay esperanza de que se escondan de mí.
Jer 16:18 Duplicaré su castigo por todos sus pecados, porque han contaminado mi tierra con las imágenes sin vida de sus detestables dioses y han llenado mi territorio con sus hechos malignos».
Jer 16:19 SEÑOR, ¡tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de aflicción! Las naciones del mundo entero vendrán a ti y te dirán: «Nuestros antepasados nos han dejado una herencia despreciable, porque rendían culto a ídolos inútiles.
Jer 16:20 ¿Acaso puede la gente hacer sus propios dioses? ¡Esos no son dioses verdaderos en absoluto!».
Jer 16:21 El SEÑOR dice: «Ahora les mostraré mi poder; ahora les mostraré mi fuerza. Al fin sabrán y entenderán que yo soy el SEÑOR.
Jer 17:1 »El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro, grabado con punta de diamante en su corazón de piedra y en las esquinas de sus altares.
Jer 17:2 Incluso sus hijos van a rendir culto en los altares paganos y en los postes dedicados a la diosa Asera, debajo de todo árbol frondoso y sobre cada colina alta.
Jer 17:3 Así que entregaré mi monte santo —junto con todas sus riquezas, tesoros y santuarios paganos— como botín a sus enemigos, porque el pecado corre desenfrenado en su tierra.
Jer 17:4 La herencia maravillosa que he reservado para ustedes se les escapará de las manos. Les diré a sus enemigos que los lleven cautivos a una tierra extranjera. Pues mi enojo arde como un fuego que quemará para siempre».
Jer 17:5 Esto dice el SEÑOR: «Malditos son los que ponen su confianza en simples seres humanos, que se apoyan en la fuerza humana y apartan el corazón del SEÑOR.
Jer 17:6 Son como los arbustos raquíticos del desierto, sin esperanza para el futuro. Vivirán en lugares desolados, en tierra despoblada y salada.
Jer 17:7 »Pero benditos son los que confían en el SEÑOR y han hecho que el SEÑOR sea su esperanza y confianza.
Jer 17:8 Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.
Jer 17:9 »El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
Jer 17:10 Pero yo, el SEÑOR, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones».
Jer 17:11 Los que acaparan riquezas en forma injusta son como las perdices que empollan los huevos que no han puesto. En la mitad de la vida perderán sus riquezas; al final, se volverán unos pobres viejos tontos.
Jer 17:12 Pero nosotros adoramos frente a tu trono: ¡eterno, puesto en alto y glorioso!
Jer 17:13 Oh SEÑOR, esperanza de Israel, serán avergonzados todos los que se alejan de ti. Serán enterrados en el polvo de la tierra, porque han abandonado al SEÑOR, la fuente de agua viva.
Jer 17:14 Oh SEÑOR, si me sanas, seré verdaderamente sano; si me salvas, seré verdaderamente salvo. ¡Mis alabanzas son sólo para ti!
Jer 17:15 La gente se burla de mí y dice: «¿Cuál es este “mensaje del SEÑOR” del que hablas? ¿Por qué no se cumplen tus predicciones?».
Jer 17:16 SEÑOR, no he abandonado mi labor como pastor de tu pueblo ni he insistido que mandes desastres. Tú has oído todo lo que dije.
Jer 17:17 SEÑOR, ¡no me aterrorices! Sólo tú eres mi esperanza en el día de la calamidad.
Jer 17:18 Haz que se avergüencen y se desalienten todos los me persiguen, pero no dejes que sea yo el avergonzado y el desalentado. Haz que caiga sobre ellos un día de terror. ¡Sí, haz que caiga sobre ellos doble destrucción!
Jer 17:19 Esto me dijo el SEÑOR: «Ve y párate en las puertas de Jerusalén, primero en la puerta por donde el rey entra y sale, y luego en cada una de las demás puertas.
Jer 17:20 Dile a todo el pueblo: “Escuchen este mensaje del SEÑOR, ustedes reyes de Judá y ustedes, habitantes de Judá y todos los que viven en Jerusalén.
Jer 17:21 Esto dice el SEÑOR: ‘¡Escuchen mi advertencia! No comercien más en las puertas de Jerusalén en el día de descanso.
Jer 17:22 No trabajen en el día de descanso, sino hagan que sea un día sagrado. Yo les di este mandato a sus antepasados,
Jer 17:23 pero ellos no escucharon ni obedecieron. Tercamente rehusaron prestar atención o recibir mi disciplina.
Jer 17:24 »’Pero si me obedecen, dice el SEÑOR, y no comercian en las puertas ni trabajan en el día de descanso, y si lo guardan como día sagrado,
Jer 17:25 entonces los reyes y sus funcionarios entrarán y saldrán para siempre por estas puertas. Siempre habrá un descendiente de David sentado en el trono aquí en Jerusalén. Los reyes y sus funcionarios siempre entrarán y saldrán en carros y a caballo por entre la gente de Judá, y esta ciudad permanecerá para siempre.
Jer 17:26 Desde todas partes de Jerusalén, desde las ciudades de Judá y Benjamín, desde las colinas occidentales* y la zona montañosa, y del Neguev vendrá gente con sus ofrendas quemadas y sus sacrificios. Traerán sus ofrendas de grano, incienso y las ofrendas de acción de gracias al templo del SEÑOR.
Jer 17:27 »’Sin embargo, si no me escuchan y se niegan a guardar como sagrado el día de descanso, y si ese día pasan mercadería por las puertas de Jerusalén como si fuera cualquier otro, entonces quemaré estas puertas. El fuego se extenderá a los palacios y nadie podrá apagar las llamas rugientes’ ”».
Jer 18:1 El SEÑOR le dio otro mensaje a Jeremías:
Jer 18:2 «Baja al taller del alfarero y allí te hablaré».
Jer 18:3 Así que hice lo que me dijo y encontré al alfarero trabajando en el torno;
Jer 18:4 pero la vasija que estaba formando no resultó como él esperaba, así que la aplastó y comenzó de nuevo.
Jer 18:5 Después el SEÑOR me dio este mensaje:
Jer 18:6 «¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos.
Jer 18:7 Si anuncio que voy a desarraigar, a derribar y a destruir a cierta nación o a cierto reino,
Jer 18:8 pero luego esa nación renuncia a sus malos caminos, no la destruiré como lo había planeado.
Jer 18:9 Y si anuncio que plantaré y edificaré a cierta nación o a cierto reino,
Jer 18:10 pero después esa nación hace lo malo y se niega a obedecerme, no la bendeciré como dije que lo haría.
Jer 18:11 »Por lo tanto, Jeremías, advierte a todo Judá y a Jerusalén y diles: “Esto dice el SEÑOR: ‘En vez de algo bueno, les tengo preparado un desastre. Así que cada uno de ustedes abandone sus malos caminos y haga lo correcto’ ”».
Jer 18:12 Sin embargo, el pueblo respondió: «No gastes saliva. Continuaremos viviendo como se nos antoja y con terquedad seguiremos nuestros propios malos deseos».
Jer 18:13 Así que esto dice el SEÑOR: «¿Acaso alguien ha oído semejante cosa, aun entre las naciones paganas? ¡Israel, mi hija virgen, ha hecho algo terrible!
Jer 18:14 ¿Acaso la nieve desaparece de las cumbres del Líbano? ¿Quedan secos los arroyos helados que fluyen de esas montañas distantes?
Jer 18:15 Pero mi pueblo no es confiable, porque me ha abandonado; quema incienso a ídolos inútiles. Tropezó y salió de los caminos antiguos y anduvo por senderos llenos de lodo.
Jer 18:16 Por lo tanto, su tierra quedará desolada, será un monumento a su necedad. Todos los que pasen por allí quedarán pasmados y menearán la cabeza con asombro.
Jer 18:17 Como el viento del oriente desparrama el polvo, así esparciré a mi pueblo delante de sus enemigos. Cuando tengan dificultades, les daré la espalda y no prestaré atención a su aflicción».
Jer 18:18 Entonces el pueblo dijo: «Vengan, busquemos la manera de detener a Jeremías. Ya tenemos suficientes sacerdotes, sabios y profetas. No necesitamos que él enseñe la palabra ni que nos dé consejos ni profecías. Hagamos correr rumores acerca de él y no hagamos caso a lo que dice».
Jer 18:19 SEÑOR, ¡óyeme y ayúdame! Escucha lo que dicen mis enemigos.
Jer 18:20 ¿Deben pagar mal por bien? Han cavado una fosa para matarme, aunque intercedí por ellos y traté de protegerlos de tu enojo.
Jer 18:21 ¡Así que deja que sus hijos se mueran de hambre! ¡Deja que mueran a espada! Que sus esposas se conviertan en viudas, sin hijos. ¡Que sus ancianos se mueran por una plaga y que sus jóvenes sean muertos en batalla!
Jer 18:22 Que se escuchen gritos de dolor desde sus casas cuando los guerreros caigan súbitamente sobre ellos. Pues han cavado una fosa para mí y han escondido trampas a lo largo de mi camino.
Jer 18:23 SEÑOR, tú conoces todos sus planes para matarme. No perdones sus crímenes ni borres sus pecados; que caigan muertos ante de ti. En tu enojo encárgate de ellos.

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