APOSENTO ALTO

jueves, 19 de octubre de 2017

LECTURA BÍBLICA 19 DE OCTUBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     6:16-24

Jua 6:16 Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla del lago para esperarlo.
Jua 6:17 Pero, al ver que caía la noche y Jesús aún no había vuelto, subieron a la barca y comenzaron a cruzar el lago rumbo a Capernaúm.
Jua 6:18 Poco después, se levantó un viento fuerte sobre ellos y el mar se agitó mucho.
Jua 6:19 Habían remado unos cinco o seis kilómetros* cuando de pronto vieron a Jesús caminando sobre el agua en dirección a la barca. Estaban aterrados,
Jua 6:20 pero él exclamó: «No tengan miedo, ¡yo estoy aquí!*».
Jua 6:21 Entonces lo recibieron con entusiasmo en la barca, ¡y enseguida llegaron a su destino!
Jua 6:22 Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla del lago se dio cuenta de que los discípulos habían tomado la única barca y que Jesús no había ido con ellos.
Jua 6:23 Varias barcas de Tiberias arribaron cerca del lugar donde el Señor había bendecido el pan y la gente había comido.
Jua 6:24 Cuando la multitud vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, subieron a las barcas y cruzaron el lago hasta Capernaúm para ir en busca de Jesús.




 1 PEDRO  3:1-7

1Pe 3:1 De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados
1Pe 3:2 al observar la vida pura y la conducta respetuosa de ustedes.
1Pe 3:3 No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante.
1Pe 3:4 En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.
1Pe 3:5 Así es como lucían hermosas las santas mujeres de la antigüedad. Ellas confiaban en Dios y aceptaban la autoridad de sus maridos.
1Pe 3:6 Por ejemplo, Sara obedecía a su esposo, Abraham, y lo llamaba «señor». Ustedes son sus hijas cuando hacen lo correcto sin temor a lo que sus esposos pudieran hacer.
1Pe 3:7 De la misma manera, ustedes maridos, tienen que honrar a sus esposas. Cada uno viva con su esposa y trátela con entendimiento. Ella podrá ser más débil, pero participa por igual del regalo de la nueva vida que Dios les ha dado. Trátala como es debido, para que nada estorbe tus oraciones.



CANTARES 4:1-7

Cnt 4:1 Eres hermosa, amada mía; tan hermosa que no puedo expresarlo. Tus ojos son como palomas detrás del velo. Tu cabello cae en ondas, como un rebaño de cabras que serpentea por las laderas de Galaad.
Cnt 4:2 Tus dientes son blancos como ovejas recién esquiladas y bañadas. Tu sonrisa es perfecta, cada diente hace juego con su par.*
Cnt 4:3 Tus labios son como una cinta escarlata; tu boca me cautiva. Tus mejillas son como granadas color rosa detrás de tu velo.
Cnt 4:4 Tu cuello es tan hermoso como la torre de David, adornado con los escudos de mil héroes.
Cnt 4:5 Tus pechos son como dos cervatillos, los mellizos de una gacela que pastan entre los lirios.
Cnt 4:6 Antes de que soplen las brisas del amanecer y huyan las sombras de la noche, correré a la montaña de mirra y al cerro del incienso.
Cnt 4:7 Toda tú eres hermosa, amada mía, bella en todo sentido.


LECTURA PARA LA NOCHE

JEREMÍAS 50

Jer 50:1 Jeremías recibió el siguiente mensaje del SEÑOR con relación a Babilonia y a la tierra de los babilonios.*
Jer 50:2 Esto dice el SEÑOR: «Anúncienlo a todo el mundo y no se callen nada. ¡Levanten una bandera de señales para decirles a todos que caerá Babilonia! Sus imágenes e ídolos* serán hechos pedazos. Sus dioses Bel y Merodac serán completamente deshonrados.
Jer 50:3 Pues una nación la atacará desde el norte y traerá tal destrucción que nadie volverá a vivir allí. Desaparecerá todo; huirán tanto las personas como los animales.
Jer 50:4 »En los días venideros —dice el SEÑOR—, el pueblo de Israel volverá a su hogar junto con el pueblo de Judá. Llegarán llorando en busca del SEÑOR su Dios.
Jer 50:5 Preguntarán por el camino a Jerusalén* y emprenderán el regreso a su hogar. Se aferrarán al SEÑOR con un pacto eterno que nunca se olvidará.
Jer 50:6 »Mi pueblo ha sido como ovejas perdidas. Sus pastores los llevaron por mal camino y los dejaron sueltos en las montañas. Perdieron su rumbo y no recuerdan cómo regresar al redil.
Jer 50:7 Todos los que los encontraban los devoraban. Sus enemigos decían: “No hicimos nada malo al atacarlos porque ellos pecaron contra el SEÑOR, quien es su verdadero lugar de descanso y la esperanza de sus antepasados”.
Jer 50:8 »Pero ahora, ¡huyan de Babilonia! Abandonen la tierra de los babilonios. Guíen a mi pueblo de regreso al hogar como hace el macho cabrío que va a la cabeza de la manada.
Jer 50:9 Pues estoy levantando un ejército de grandes naciones del norte. Unirán fuerzas para atacar a Babilonia y ésta será conquistada. Las flechas de los enemigos irán directamente al blanco, ¡no errarán!
Jer 50:10 Babilonia* será saqueada hasta que los agresores se sacien con el botín. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!
Jer 50:11 »Se alegran y regocijan, ustedes que despojaron a mi pueblo elegido. Retozan como becerros en el prado y relinchan como sementales.
Jer 50:12 Pero su tierra natal* será llena de vergüenza y deshonra. Ustedes serán la última de las naciones, un desierto, tierra seca y desolada.
Jer 50:13 A causa del enojo del SEÑOR, Babilonia se convertirá en una tierra baldía y desierta. Todo el que pase por ese lugar quedará horrorizado y dará un grito por la destrucción que verá allí.
Jer 50:14 »Sí, prepárense para atacar Babilonia, todas ustedes, naciones vecinas. Que sus arqueros disparen contra ella, que no escatimen flechas; pues pecó contra el SEÑOR.
Jer 50:15 Lancen gritos de guerra contra Babilonia desde todas partes. ¡Miren! ¡Se rinde! Sus murallas han caído. Es la venganza del SEÑOR, así que vénguense también ustedes. ¡Háganle lo mismo que ella les hizo a otros!
Jer 50:16 Saquen de Babilonia a todos los sembradores; despidan a todos los segadores. Debido a la espada del enemigo todos huirán a sus propias tierras.
Jer 50:17 »Los israelitas son como ovejas que han sido esparcidas por los leones. Primero los devoró el rey de Asiria. Después Nabucodonosor,* rey de Babilonia, les quebró los huesos».
Jer 50:18 Por lo tanto, esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: «Ahora, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra de la misma manera que castigué al rey de Asiria.
Jer 50:19 Traeré a Israel de regreso a su hogar, a su propia tierra, para comer en los campos de Carmelo y Basán, y para quedar saciado una vez más en la zona montañosa de Efraín y Galaad.
Jer 50:20 En esos días —dice el SEÑOR—, no se encontrará pecado en Israel ni en Judá, porque perdonaré al remanente que yo guarde.
Jer 50:21 »Mis guerreros, suban contra la tierra de Merataim y contra la gente de Pecod. Persíganlos, mátenlos y destrúyanlos por completo* como les he ordenado —dice el SEÑOR—.
Jer 50:22 Que en la tierra se escuche el grito de guerra, un clamor de gran destrucción.
Jer 50:23 Babilonia, el martillo más poderoso de toda la tierra queda roto y hecho pedazos. ¡Babilonia queda desolada entre las naciones!
Jer 50:24 Escucha, Babilonia, porque te tendí una trampa. Estás atrapada porque luchaste contra el SEÑOR.
Jer 50:25 El SEÑOR abrió su arsenal y sacó armas para desahogar su furor. El terror que caiga sobre los babilonios será la obra del Soberano SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
Jer 50:26 Sí, vengan contra ella desde tierras lejanas y abran sus graneros. Aplasten sus muros y sus casas, y conviértanlos en montones de escombros. ¡Destrúyanla por completo y no dejen nada!
Jer 50:27 Maten incluso a sus becerros, ¡para ellos también será terrible! ¡Masácrenlos a todos! Pues ha llegado el día del juicio a Babilonia.
Jer 50:28 Escuchen a la gente que escapó de Babilonia mientras cuentan en Jerusalén cómo el SEÑOR nuestro Dios se vengó de los que destruyeron su templo.
Jer 50:29 »Manden llamar a los arqueros para que vengan a Babilonia. Rodeen la ciudad para que nadie escape. Háganle lo mismo que ella les hizo a otros, porque desafió al SEÑOR, el Santo de Israel.
Jer 50:30 Sus jóvenes caerán en las calles y morirán. Todos sus soldados serán matados», dice el SEÑOR.
Jer 50:31 «Mira, pueblo arrogante, yo soy tu enemigo —dice el Señor, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales—. Ha llegado el día de tu juicio, el día en que te castigaré.
Jer 50:32 Oh tierra de arrogancia, tropezarás y caerás, y nadie te levantará. Pues encenderé un fuego en las ciudades de Babilonia que consumirá todo a su alrededor».
Jer 50:33 Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: «Los pueblos de Israel y de Judá han sido agraviados. Sus captores los retienen y se niegan a soltarlos.
Jer 50:34 Pero el que los redime es fuerte. Su nombre es el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. Él los defenderá y nuevamente les dará descanso en Israel. ¡Pero para la gente de Babilonia no habrá descanso!
Jer 50:35 »La espada destructora golpeará a los babilonios —dice el SEÑOR—. Golpeará al pueblo de Babilonia, también a sus funcionarios y a sus hombres sabios.
Jer 50:36 La espada golpeará a sus sabios consejeros y se volverán necios. La espada golpeará a sus guerreros más poderosos y el pánico se apoderará de ellos.
Jer 50:37 La espada golpeará sus caballos, sus carros de guerra y a sus aliados de otras tierras, y todos se volverán como mujeres. La espada golpeará sus tesoros y todos serán saqueados.
Jer 50:38 La espada golpeará aun el suministro de agua y hará que se seque. ¿Y por qué? Porque toda la tierra está llena de ídolos y la gente está locamente enamorada de ellos.
Jer 50:39 »Pronto Babilonia será habitada por hienas y animales del desierto. Será un hogar de búhos. Nunca más vivirá gente allí; quedará desolada para siempre.
Jer 50:40 La destruiré igual como yo* destruí a Sodoma, a Gomorra y a sus ciudades vecinas —dice el SEÑOR—. Nadie vivirá allí; nadie la habitará.
Jer 50:41 »¡Miren! Un gran ejército viene del norte. Desde tierras lejanas se están levantando contra ti una gran nación y muchos reyes.
Jer 50:42 Están armados con arcos y lanzas. Son crueles y no tienen compasión de nadie. Cuando avanzan sobre sus caballos se oyen como el rugido del mar. Vienen en formación de batalla con planes de destruirte, Babilonia.
Jer 50:43 El rey de Babilonia ha oído informes acerca del enemigo y tiembla de miedo. Se apoderaron de él punzadas de angustia como a una mujer en trabajo de parto.
Jer 50:44 »Vendré como un león que sale de los matorrales del Jordán y atacaré las ovejas en los pastos. Expulsaré a Babilonia de su tierra y nombraré al líder que yo escoja. Pues, ¿quién es como yo y quién puede desafiarme? ¿Qué gobernante puede oponerse a mi voluntad?».
Jer 50:45 Escuchen los planes que tiene el SEÑOR contra Babilonia y contra la tierra de los babilonios. Aun sus hijos pequeños serán arrastrados como ovejas y sus casas serán destruidas.
Jer 50:46 La tierra temblará con el grito: «¡Babilonia ha sido tomada!». Su grito de desesperación se oirá en todo el mundo.

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