APOSENTO ALTO

martes, 10 de octubre de 2017

LECTURA BÍBLICA 10 DE OCTUBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     3:22-36

Jua 3:22 Luego Jesús y sus discípulos salieron de Jerusalén y se fueron al campo de Judea. Jesús pasó un tiempo allí con ellos, bautizando a la gente.
Jua 3:23 En ese tiempo, Juan el Bautista bautizaba en Enón, cerca de Salín, porque allí había mucha agua; y la gente iba a él para ser bautizada.
Jua 3:24 (Eso ocurrió antes de que metieran a Juan en la cárcel).
Jua 3:25 Surgió un debate entre los discípulos de Juan y cierto judío* acerca de la purificación ceremonial.
Jua 3:26 Entonces los discípulos de Juan fueron a decirle: —Rabí, el hombre que estaba contigo al otro lado del río Jordán, a quien identificaste como el Mesías, también está bautizando a la gente. Y todos van a él en lugar de venir a nosotros.
Jua 3:27 Juan respondió: —Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda desde el cielo.
Jua 3:28 Ustedes saben que les dije claramente: “Yo no soy el Mesías; estoy aquí sólo para prepararle el camino a él”.
Jua 3:29 Es el novio quien se casa con la novia, y el amigo del novio simplemente se alegra de poder estar al lado del novio y oír sus votos. Por lo tanto, oír que él tiene éxito me llena de alegría.
Jua 3:30 Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos.
Jua 3:31 »Él vino de lo alto y es superior a cualquier otro. Nosotros somos de la tierra y hablamos de cosas terrenales, pero él vino del cielo y es superior a todos.*
Jua 3:32 Él da testimonio de lo que ha visto y oído, ¡pero qué pocos creen en lo que les dice!
Jua 3:33 Todo el que acepta su testimonio puede confirmar que Dios es veraz.
Jua 3:34 Pues él es enviado por Dios y habla las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin límites.
Jua 3:35 El Padre ama a su Hijo y ha puesto todo en sus manos.
Jua 3:36 Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que permanecen bajo la ira del juicio de Dios.


 SANTIAGO  5:1-6

Stg 5:1 Presten atención, ustedes los ricos: lloren y giman con angustia por todas las calamidades que les esperan.
Stg 5:2 Su riqueza se está pudriendo, y su ropa fina son trapos carcomidos por polillas.
Stg 5:3 Su oro y plata han perdido su valor. Las mismas riquezas con las que contaban les consumirán la carne como lo hace el fuego. El tesoro que han acumulado se usará como evidencia contra ustedes el día del juicio.
Stg 5:4 Así que, ¡escuchen! Oigan las protestas de los obreros del campo a quienes estafaron con el salario. El dinero que no les pagaron clama en contra de ustedes. Los reclamos de quienes les cosechan sus campos han llegado a los oídos del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
Stg 5:5 Sus años sobre la tierra los han pasado con lujos, satisfaciendo todos y cada uno de sus deseos. Se han dejado engordar para el día de la matanza.
Stg 5:6 Han condenado y matado a personas inocentes,* que no ponían resistencia.*



ECLESIASTÉS 7:15-29

Ecl 7:15 He visto de todo en esta vida sin sentido, incluso jóvenes buenos que mueren y personas malvadas que tienen una vida larga.
Ecl 7:16 Así que, ¡no seas demasiado bueno ni demasiado sabio! ¿Para qué destruirte a ti mismo?
Ecl 7:17 Por otra parte, tampoco seas demasiado malo. ¡No seas necio! ¿Para qué morir antes de tiempo?
Ecl 7:18 Presta atención a estas instrucciones, porque todo el que teme a Dios evitará caer en ambos extremos.*
Ecl 7:19 ¡Un solo sabio es más fuerte que diez ciudadanos prominentes de una ciudad!
Ecl 7:20 No hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque.
Ecl 7:21 No escuches conversaciones ajenas a escondidas: podrías escuchar que tu siervo te maldice.
Ecl 7:22 Pues sabes bien de las veces que tú mismo maldijiste a otros.
Ecl 7:23 Siempre hice todo lo posible para que la sabiduría guiara mis acciones y mis pensamientos. Me dije: «Me propongo ser sabio», pero no funcionó.
Ecl 7:24 La sabiduría siempre está lejos y es difícil de encontrar.
Ecl 7:25 Busqué por todas partes, decidido a encontrarla y a entender la razón de las cosas. Me había propuesto demostrarme a mí mismo que la maldad es una tontería y la insensatez, una locura.
Ecl 7:26 Descubrí que una mujer seductora* es una trampa más amarga que la muerte. Su pasión es una red, y sus manos suaves son cadenas. Los que agradan a Dios escaparán de ella, pero los pecadores caerán en su trampa.
Ecl 7:27 «Llegué a la siguiente conclusión —el Maestro—, la descubrí después de analizar la cuestión desde todos los ángulos posibles.
Ecl 7:28 Aunque lo he investigado una y otra vez, veo que aún no encuentro lo que buscaba. Hay sólo un hombre virtuoso entre mil, ¡pero ni una sola mujer!
Ecl 7:29 Sin embargo, sí encontré lo siguiente: Dios creó al ser humano para que sea virtuoso, pero cada uno decidió seguir su propio camino descendente».


LECTURA PARA LA NOCHE

JEREMÍAS 23-25

Jer 23:1 »¡Qué aflicción les espera a los líderes de mi pueblo —los pastores de mis ovejas— porque han destruido y esparcido precisamente a las ovejas que debían cuidar!», dice el SEÑOR.
Jer 23:2 Por lo tanto, esto dice el SEÑOR, Dios de Israel, a los pastores: «En vez de cuidar de mis ovejas y ponerlas a salvo, las han abandonado y las han llevado a la destrucción. Ahora, yo derramaré juicio sobre ustedes por la maldad que han hecho a mi rebaño;
Jer 23:3 pero reuniré al remanente de mi rebaño de todos los países donde lo he expulsado. Volveré a traer a mis ovejas a su redil y serán fructíferas y crecerán en número.
Jer 23:4 Entonces nombraré pastores responsables que cuidarán de ellas, y nunca más tendrán temor. Ni una sola se perderá ni se extraviará. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!
Jer 23:5 »Pues se acerca la hora —dice el SEÑOR—, cuando levantaré a un descendiente justo* del linaje del rey David. Él será un rey que gobernará con sabiduría; hará lo justo y lo correcto por toda la tierra.
Jer 23:6 Y su nombre será: “El SEÑOR es nuestra justicia”* . En ese día Judá estará a salvo, e Israel vivirá seguro.
Jer 23:7 »En ese día —dice el SEÑOR—, cuando la gente jure ya no dirá: “Tan cierto como que el SEÑOR vive, quien rescató al pueblo de Israel de la tierra de Egipto”.
Jer 23:8 En cambio dirán: “Tan cierto como que el SEÑOR vive, quien trajo a Israel de regreso a su propia tierra desde la tierra del norte y de todos los países a los que él los envió al destierro”. Entonces vivirán en su propia tierra».
Jer 23:9 Mi corazón está destrozado debido a los falsos profetas, y me tiemblan los huesos. Me tambaleo como un borracho, como alguien dominado por el vino, debido a las santas palabras que el SEÑOR ha pronunciado contra ellos.
Jer 23:10 Pues la tierra está llena de adulterio, y está bajo una maldición. La tierra está de luto; los pastos del desierto están resecos. Todos hacen lo malo y abusan del poder que tienen.
Jer 23:11 «Aun los sacerdotes y los profetas son hombres malvados que no tienen a Dios. He visto sus hechos despreciables aquí mismo en mi propio templo —dice el SEÑOR—.
Jer 23:12 Por lo tanto, los caminos que toman llegarán a ser resbaladizos. Serán perseguidos en la oscuridad y allí caerán. Pues traeré desastre sobre ellos en el tiempo señalado para su castigo. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!
Jer 23:13 »Vi que los profetas de Samaria eran tremendamente malvados, porque profetizaron en nombre de Baal y llevaron a mi pueblo Israel al pecado.
Jer 23:14 ¡Pero ahora veo que los profetas de Jerusalén son aún peores! Cometen adulterio y les encanta la deshonestidad. Alientan a los que hacen lo malo para que ninguno se arrepienta de sus pecados. Estos profetas son tan perversos como lo fue la gente de Sodoma y Gomorra».
Jer 23:15 Por lo tanto, esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales acerca de los profetas: «Los alimentaré con amargura y les daré veneno para beber. Pues es debido a los profetas de Jerusalén que se ha llenado esta tierra de maldad».
Jer 23:16 Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales a su pueblo: «No escuchen a estos profetas cuando ellos les profeticen, llenándolos de esperanzas vanas. Todo lo que dicen son puros inventos. ¡No hablan de parte del SEÑOR!
Jer 23:17 Siguen diciendo a los que desprecian mi palabra: “¡No se preocupen! ¡El SEÑOR dice que ustedes tendrán paz!”. Y a los que obstinadamente siguen sus propios deseos, los profetas les dicen: “¡No les sucederá nada malo!”.
Jer 23:18 »¿Ha estado alguno de estos profetas en la presencia del SEÑOR para escuchar lo que en realidad dice? ¿Acaso alguno de ellos se ha interesado lo suficiente como para escuchar?
Jer 23:19 ¡Miren! El enojo de Dios estalla como una tormenta, como un torbellino que se arremolina sobre las cabezas de los perversos.
Jer 23:20 El enojo del SEÑOR no disminuirá hasta que termine con todo lo que él tenía pensado. En los días futuros, ustedes entenderán todo esto con claridad.
Jer 23:21 »Yo no envié a estos profetas, sin embargo van de un lado a otro afirmando hablar en mi nombre. No les he dado ningún mensaje, pero aun así siguen profetizando.
Jer 23:22 Si hubieran estado en mi presencia y me hubieran escuchado, habrían hablado mis palabras y habrían hecho que mi pueblo se apartara de sus malos caminos y sus malas acciones.
Jer 23:23 ¿Soy acaso Dios sólo de cerca? —dice el SEÑOR—, no, al mismo tiempo estoy lejos.
Jer 23:24 ¿Puede alguien esconderse de mí en algún lugar secreto? ¿Acaso no estoy en todas partes en los cielos y en la tierra?, dice el SEÑOR.
Jer 23:25 »He oído a estos profetas decir: “Escuchen el sueño que Dios me dio anoche”. Y después pasan a decir mentiras en mi nombre.
Jer 23:26 ¿Hasta cuándo seguirá esto? Si son profetas, son profetas del engaño, pues inventan todo lo que dicen.
Jer 23:27 Con decir estos sueños falsos, pretenden hacer que mi pueblo me olvide, tal como lo hicieron sus antepasados, al rendir culto a los ídolos de Baal.
Jer 23:28 »Que estos falsos profetas cuenten sus sueños, pero que mis verdaderos mensajeros proclamen todas mis palabras con fidelidad. ¡Hay diferencia entre la paja y el grano!
Jer 23:29 ¿No quema mi palabra como el fuego? —dice el SEÑOR—. ¿No es como un martillo poderoso que hace pedazos una roca?
Jer 23:30 »Por lo tanto —dice el SEÑOR—, estoy en contra de estos profetas que se roban mensajes el uno al otro y alegan que provienen de mí.
Jer 23:31 Estoy en contra de estos profetas que con mucha labia dicen: “¡Esta profecía es del SEÑOR!”.
Jer 23:32 Yo estoy contra estos falsos profetas. Sus sueños imaginarios son mentiras descaradas que llevan a mi pueblo a pecar. Yo no los envié ni los nombré, y no tienen ningún mensaje para mi pueblo. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!
Jer 23:33 »Supongamos que alguien del pueblo o uno de los profetas o sacerdotes te pregunta: “Y ahora, ¿qué profecía te ha encargado el SEÑOR?”. Debes responder: “¡Ustedes son la carga!* ¡El SEÑOR dice que los abandonará!”.
Jer 23:34 »Si algún profeta, sacerdote o alguien más dice: “Tengo una profecía del SEÑOR”, castigaré a tal persona junto con toda su familia.
Jer 23:35 Ustedes deberán preguntarse el uno al otro: “¿Cuál es la respuesta del SEÑOR?” o “¿Qué dice el SEÑOR?”.
Jer 23:36 Ya dejen de usar esta frase: “Una profecía del SEÑOR”. La gente la usa para darle importancia a sus propias ideas, tergiversando las palabras de nuestro Dios, el Dios viviente, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
Jer 23:37 »Esto deberás decir a los profetas: “¿Cuál es la respuesta del SEÑOR?” o “¿Qué dice el SEÑOR?”.
Jer 23:38 Pero supongamos que responden: “¡Esta es una profecía del SEÑOR!”. Entonces deberás decir: “Esto dice el SEÑOR: ‘Debido a que han usado la frase “una profecía del SEÑOR”, aun cuando les advertí que no la usaran,
Jer 23:39 me olvidaré de ustedes por completo.* Los expulsaré de mi presencia, junto con esta ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados.
Jer 23:40 Los haré objeto de burla y su nombre será infame a lo largo de los siglos’ ”».
Jer 24:1 Después de que Nabucodonosor,* rey de Babilonia, desterró a Babilonia a Joaquín,* hijo de Joacim, rey de Judá, junto con las autoridades de Judá y todos los artífices y los artesanos, el SEÑOR me dio la siguiente visión. Vi dos canastas de higos colocadas frente al templo del SEÑOR en Jerusalén.
Jer 24:2 Una canasta estaba llena de higos frescos y maduros, mientras que la otra tenía higos malos, tan podridos que no podían comerse.
Jer 24:3 Entonces el SEÑOR me preguntó: —¿Qué ves, Jeremías? —Higos —contesté—, algunos muy buenos y otros muy malos, tan podridos que no pueden comerse.
Jer 24:4 Entonces el SEÑOR me dio este mensaje:
Jer 24:5 «Esto dice el SEÑOR, Dios de Israel: los higos buenos representan a los desterrados que yo envié de Judá a la tierra de los babilonios.*
Jer 24:6 Velaré por ellos, los cuidaré y los traeré de regreso a este lugar. Los edificaré y no los derribaré. Los plantaré y no los desarraigaré.
Jer 24:7 Les daré un corazón que me reconozca como el SEÑOR. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo corazón.
Jer 24:8 »Sin embargo, los higos malos —dice el SEÑOR—, representan al rey Sedequías de Judá, a sus funcionarios, a todo el pueblo que quedó en Jerusalén y a los que viven en Egipto. Los trataré como a higos malos, tan podridos que no pueden comerse.
Jer 24:9 Los haré objeto de horror y un símbolo de maldad para todas las naciones de la tierra. En todos los lugares donde yo los disperse, serán objetos de desprecio y de burla. Los maldecirán y se mofarán de ellos.
Jer 24:10 Les enviaré guerra, hambre y enfermedad hasta que desaparezcan de la tierra de Israel, tierra que les di a ellos y a sus antepasados».
Jer 25:1 Este mensaje del SEÑOR, para todo el pueblo de Judá, le vino a Jeremías durante el cuarto año del reinado de Joacim* sobre Judá. Este fue el año en que el rey Nabucodonosor* de Babilonia comenzó a reinar.
Jer 25:2 Jeremías el profeta le dijo a todo el pueblo de Judá y de Jerusalén:
Jer 25:3 «Durante los últimos veintitrés años —desde el año trece del reinado de Josías, hijo de Amón,* rey de Judá, hasta ahora— el SEÑOR me ha estado dando sus mensajes. Yo se los he comunicado con toda fidelidad, pero ustedes no han querido escuchar.
Jer 25:4 »Una y otra vez, el SEÑOR les ha enviado a sus siervos, los profetas, pero ustedes no escucharon ni prestaron atención.
Jer 25:5 Todas las veces el mensaje fue: “Apártense de su mal camino y de sus malas acciones. Sólo entonces los dejaré vivir en esta tierra que el SEÑOR les dio a ustedes y a sus antepasados para siempre.
Jer 25:6 No provoquen mi enojo al rendir culto a ídolos que ustedes hicieron con sus propias manos. Entonces no les haré ningún daño”.
Jer 25:7 »Pero ustedes no querían escucharme —dice el SEÑOR—. Me pusieron furioso al rendir culto a ídolos hechos con sus propias manos y trajeron sobre ustedes todos los desastres que ahora sufren.
Jer 25:8 Ahora el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: “Como ustedes no me han escuchado,
Jer 25:9 reuniré a todos los ejércitos del norte bajo el mando de Nabucodonosor, rey de Babilonia, a quien nombré mi representante. Los traeré contra esta tierra, contra su gente y contra las naciones vecinas. A ustedes los destruiré por completo* y los convertiré en objeto de horror, desprecio y ruina para siempre.
Jer 25:10 Quitaré de ustedes la risa y las canciones alegres. No se oirán más las voces felices de los novios ni de las novias. Las piedras de molino se acallarán y las luces de las casas se apagarán.
Jer 25:11 Toda la tierra se convertirá en una desolada tierra baldía. Israel y las naciones vecinas servirán al rey de Babilonia por setenta años.
Jer 25:12 »”Entonces, después que hayan pasado los setenta años de cautiverio, castigaré al rey de Babilonia y a su pueblo por sus pecados —dice el SEÑOR—. Haré del país de los babilonios* una tierra baldía para siempre.
Jer 25:13 Traeré sobre ellos todos los terrores que prometí en este libro, todos los castigos contra las naciones anunciados por Jeremías.
Jer 25:14 Muchas naciones y grandes reyes esclavizarán a los babilonios, así como ellos esclavizaron a mi pueblo. Los castigaré en proporción al sufrimiento que le ocasionaron a mi pueblo”».
Jer 25:15 Esto me dijo el SEÑOR, Dios de Israel: «Toma de mi mano la copa de mi enojo, que está llena hasta el borde, y haz que todas las naciones a las que te envíe beban de ella.
Jer 25:16 Cuando la beban se tambalearán, enloquecidos por la guerra que enviaré contra ellos».
Jer 25:17 Así que tomé la copa del enojo del SEÑOR e hice que todas las naciones bebieran de ella, cada nación a la que el SEÑOR me envió.
Jer 25:18 Fui a Jerusalén y a las otras ciudades de Judá, y sus reyes y funcionarios bebieron de la copa. Desde ese día hasta ahora ellos han sido una ruina desolada, un objeto de horror, desprecio y maldición.
Jer 25:19 Le di la copa al faraón, rey de Egipto, a sus asistentes, a sus funcionarios y a todo su pueblo,
Jer 25:20 junto con todos los extranjeros que vivían en esa tierra. También se la di a todos los reyes de la tierra de Uz, a los reyes de las ciudades filisteas de Ascalón, Gaza y Ecrón, y a lo que queda de Asdod.
Jer 25:21 Después les di la copa a las naciones de Edom, Moab y Amón,
Jer 25:22 a los reyes de Tiro y Sidón, y a los reyes de las regiones al otro lado del mar.
Jer 25:23 Se la di a Dedán, a Tema, a Buz y a la gente que vive en lugares remotos.*
Jer 25:24 Se la di a los reyes de Arabia, a los reyes de las tribus nómadas del desierto
Jer 25:25 y a los reyes de Zimri, Elam y Media.
Jer 25:26 Se la di a los reyes de los países del norte, lejanos y cercanos, uno tras otro, es decir a todos los reinos del mundo. Finalmente, el mismo rey de Babilonia* bebió de la copa del enojo del SEÑOR.
Jer 25:27 Entonces el SEÑOR me dijo: «Ahora diles: “Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ‘Beban de la copa de mi enojo. Emborráchense y vomiten; caigan para nunca más levantarse, porque envío guerras terribles contra ustedes’ ”.
Jer 25:28 Ahora bien si se niegan a aceptar la copa, diles: “El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: ‘No les queda más que beberla.
Jer 25:29 He comenzado a castigar a Jerusalén, la ciudad que lleva mi nombre. ¿Acaso los dejaría a ustedes sin castigo? No, no escaparán del desastre. Enviaré guerra contra todas las naciones de la tierra. ¡Yo, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, he hablado!’ ”.
Jer 25:30 »Ahora, profetiza todas estas cosas y diles: »“El SEÑOR rugirá contra su propia tierra desde su santa morada en el cielo. Él gritará como los que pisan las uvas; gritará contra todos los habitantes de la tierra.
Jer 25:31 Su grito de juicio llegará hasta los confines de la tierra, porque el SEÑOR presentará su caso contra todas las naciones. Él juzgará a todos los habitantes de la tierra, y matará con la espada a los perversos. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!”».
Jer 25:32 Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren! ¡Nación tras nación sufrirá calamidades! ¡Se está levantando un gran torbellino de furia desde los rincones más distantes de la tierra!».
Jer 25:33 En aquel día, los que el SEÑOR haya masacrado llenarán la tierra de un extremo a otro. Nadie llorará por ellos ni juntará sus cuerpos para enterrarlos. Estarán esparcidos sobre el suelo como estiércol.
Jer 25:34 ¡Lloren y giman, pastores malvados! ¡Revuélquense en el polvo, líderes del rebaño! Ha llegado el momento de su matanza; ustedes caerán y se harán añicos como vaso frágil.
Jer 25:35 No encontrarán lugar dónde esconderse; no habrá forma de escapar.
Jer 25:36 Escuchen los gritos desesperados de los pastores. Los líderes del rebaño gimen en su desesperación porque el SEÑOR está arruinando sus pastos.
Jer 25:37 Debido al gran enojo del SEÑOR los prados tranquilos se convertirán en tierra baldía.
Jer 25:38 Él salió de su guarida como un león fuerte en busca de su presa, y la tierra quedará desolada por la espada del enemigo y por la ira feroz del SEÑOR.

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