APOSENTO ALTO

martes, 3 de octubre de 2017

LECTURA BÍBLICA 03 DE OCTUBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     1:29-34

Jua 1:29 Al día siguiente, Juan vio que Jesús se le acercaba y dijo: «¡Miren! ¡El cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
Jua 1:30 A él me refería cuando yo decía: “Después de mí, vendrá un hombre que es superior a mí porque existe desde mucho antes que yo”.
Jua 1:31 No lo reconocí como el Mesías, aunque estuve bautizando con agua para que él fuera revelado a Israel».
Jua 1:32 Entonces Juan dio testimonio: «Vi al Espíritu Santo descender del cielo como una paloma y reposar sobre él.
Jua 1:33 Yo no sabía que era el Mesías pero, cuando Dios me envió a bautizar con agua, me dijo: “Aquél, sobre quien veas que el Espíritu desciende y reposa, es el que bautizará con el Espíritu Santo”.
Jua 1:34 Vi que eso sucedió con Jesús, por eso doy testimonio de que él es el Elegido de Dios*».



 SANTIAGO  1:19-27

Stg 1:19 Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse.
Stg 1:20 El enojo humano* no produce la rectitud* que Dios desea.
Stg 1:21 Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma.
Stg 1:22 Pero no sólo escuchen la palabra de Dios, tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos.
Stg 1:23 Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo.
Stg 1:24 Te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres.
Stg 1:25 Pero, si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y si la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.
Stg 1:26 Si afirmas ser religioso pero no controlas tu lengua, te engañas a ti mismo y tu religión no vale nada.
Stg 1:27 La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa.


ECLESIASTÉS 2:17-26

Ecl 2:17 Por lo tanto, llegué a odiar la vida, porque todo lo que se hace aquí, bajo el sol, es tan complicado. Nada tiene sentido, es como perseguir el viento.
Ecl 2:18 Llegué a odiar todo el trabajo que hice en este mundo porque tengo que dejarles a otros lo que yo he ganado.
Ecl 2:19 ¿Y quién sabrá si mis sucesores serán sabios o necios? Sin embargo, ellos se van a apoderar de todo lo que yo he adquirido bajo el sol a través de mi destreza y esfuerzo. ¡Qué absurdo!
Ecl 2:20 Así que, desilusionado, me di por vencido y cuestioné el valor de todo mi duro trabajo en este mundo.
Ecl 2:21 Algunas personas trabajan con sabiduría, conocimiento y destreza, pero luego tienen que dejarle el fruto de su labor a alguien que no ha trabajado para conseguirlo. Eso tampoco tiene sentido, es una gran tragedia.
Ecl 2:22 Entonces, ¿qué gana la gente con tanto esfuerzo y preocupación en esta vida?
Ecl 2:23 Sus días de trabajo están llenos de dolor y angustia, ni siquiera de noche pueden descansar la mente. Nada tiene sentido.
Ecl 2:24 Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios.
Ecl 2:25 Pues, ¿quién puede comer o disfrutar de algo separado de él?*
Ecl 2:26 Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quienes son de su agrado; pero si un pecador se enriquece, Dios le quita las riquezas y se las da a quienes lo agradan. Eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.


LECTURA PARA LA NOCHE

JEREMÍAS 5-6

Jer 5:1 «Corran por todas las calles de Jerusalén —dice el SEÑOR—, busquen arriba y abajo, ¡busquen por toda la ciudad! Si encuentran aunque sea a una sola persona justa y honrada no destruiré la ciudad.
Jer 5:2 Pero aun cuando están bajo juramento diciendo: “Tan cierto como que el SEÑOR vive”, ¡todos siguen mintiendo!».
Jer 5:3 SEÑOR, tú estás buscando la honradez. Golpeaste a tu pueblo, pero no prestó atención. Los has aplastado, pero se negaron a ser corregidos. Son tercos, de caras duras como piedra; rehusaron arrepentirse.
Jer 5:4 Entonces dije: «¿Pero qué podemos esperar de los pobres? Son unos ignorantes. No conocen los caminos del SEÑOR ni entienden las leyes divinas.
Jer 5:5 Así que iré y hablaré a sus líderes. Sin duda ellos conocen los caminos del SEÑOR y entienden las leyes de Dios». Pero los líderes también, como un solo hombre, se habían librado del yugo de Dios y roto las cadenas.
Jer 5:6 Entonces ahora un león de la selva los atacará; un lobo del desierto se les echará encima. Un leopardo acechará cerca de sus ciudades, y hará trizas a quien se atreva a salir. Pues grande es la rebelión de ellos y muchos son sus pecados.
Jer 5:7 «¿Cómo puedo perdonarte? Pues aun tus hijos se han alejado de mí. ¡Ellos juraron por dioses que no son dioses en absoluto! Alimenté a mi pueblo hasta que estuvo satisfecho; pero su manera de darme las gracias fue cometer adulterio y hacer fila en los prostíbulos.
Jer 5:8 Son vigorosos sementales, bien alimentados, cada uno relinchando por la mujer de su prójimo.
Jer 5:9 ¿No habría de castigarlos por esto? —dice el SEÑOR—. ¿No habría de vengarme contra semejante nación?
Jer 5:10 »Vayan por las hileras de los viñedos y destruyan las vides pero dejen algunas con vida. Arranquen los sarmientos de las vides, porque esta gente no pertenece al SEÑOR.
Jer 5:11 Los pueblos de Israel y Judá están llenos de traición contra mí —dice el SEÑOR—.
Jer 5:12 Mintieron acerca del SEÑOR y dijeron: “¡Él no nos molestará! Ningún desastre vendrá sobre nosotros; no habrá guerra ni hambre.
Jer 5:13 Todos los profetas de Dios son pura palabrería, quienes en realidad no hablan de parte de él. ¡Que caigan sobre ellos mismos sus predicciones de desastre!”».
Jer 5:14 Por lo tanto, esto dice el SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales: «Debido a que mi pueblo habla de esta manera, mis mensajes saldrán de tu boca como llamas de fuego y quemarán al pueblo como si fuera leña.
Jer 5:15 Oh Israel, traeré una nación lejana contra ti, —dice el SEÑOR—. Es una nación poderosa, una nación antigua, un pueblo cuyo idioma desconoces, cuya forma de hablar no entiendes.
Jer 5:16 Sus armas son mortíferas; sus guerreros, poderosos.
Jer 5:17 Devorarán la comida de tu cosecha; devorarán a tus hijos e hijas. Devorarán tus rebaños y manadas; devorarán tus uvas y tus higueras. Y destruirán tus ciudades fortificadas que consideras tan seguras.
Jer 5:18 »Sin embargo, aun en esos días, no te eliminaré por completo —dice el SEÑOR—.
Jer 5:19 Y cuando tu pueblo pregunte: “¿Por qué el SEÑOR nuestro Dios nos hizo todo esto?”, debes contestar: “Ustedes lo rechazaron y se entregaron a dioses extranjeros en su propia tierra. Ahora servirán a extranjeros en una tierra que a ustedes no les pertenece”.
Jer 5:20 »Anuncien esto a Israel,* y díganselo a Judá:
Jer 5:21 “Escucha, gente necia y sin sentido común, que tiene ojos que no ven, y oídos que no oyen.
Jer 5:22 ¿No me tienes respeto? ¿Por qué no tiemblas en mi presencia? Yo, el SEÑOR, con la arena defino el límite del océano como frontera eterna que las aguas no pueden cruzar. Las olas pueden agitarse y rugir, pero nunca podrán pasar los límites que establecí.
Jer 5:23 Sin embargo, mi pueblo tiene el corazón terco y rebelde; se alejó y me abandonó.
Jer 5:24 No dicen de corazón: “Vivamos con temor reverente ante el SEÑOR nuestro Dios, porque nos da la lluvia cada primavera y otoño, asegurándonos una cosecha en el tiempo apropiado”.
Jer 5:25 Su maldad les ha privado de estas maravillosas bendiciones; su pecado les ha robado todas estas cosas buenas.
Jer 5:26 »Hay hombres perversos entre mi pueblo que están al acecho de víctimas como un cazador oculto en su escondite. Continuamente ponen trampas para atrapar a la gente.
Jer 5:27 Como una jaula llena de pájaros sus casas están llenas de planes siniestros. Ahora son poderosos y ricos.
Jer 5:28 Están gordos y con aspecto saludable, y sus obras de maldad no tienen límite. Rehúsan dar justicia al huérfano y le niegan los derechos al pobre.
Jer 5:29 ¿No habría de castigarlos por esto? —dice el SEÑOR—. ¿No habría de vengarme de semejante nación?
Jer 5:30 Algo terrible y espantoso ha sucedido en este país:
Jer 5:31 los profetas dan profecías falsas, y los sacerdotes gobiernan con mano de hierro. Peor todavía, ¡a mi pueblo le encanta que sea así! Ahora bien, ¿qué harán ustedes cuando todo esto llegue a su fin?
Jer 6:1 »¡Corran y salven sus vidas, habitantes de Benjamín! ¡Salgan de Jerusalén! ¡Toquen alarma en Tecoa! ¡Levanten señales en Bet-haquerem! Un ejército poderoso viene del norte y trae calamidad y destrucción.
Jer 6:2 Oh Jerusalén,* tú eres mi hija hermosa y delicada, ¡pero te destruiré!
Jer 6:3 Los enemigos te rodearán como pastores que acampan alrededor de la ciudad. Cada uno escoge un lugar para que su tropa devore.
Jer 6:4 Ellos gritan: “¡Prepárense para la batalla! ¡Ataquen a mediodía!”. “No, ya es muy tarde; el día se acaba, y caen las sombras de la noche”.
Jer 6:5 “¡Entonces, ataquemos de noche y destruyamos sus palacios!”».
Jer 6:6 El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: «Corten árboles para usarlos como arietes; construyan rampas de asalto contra las murallas de Jerusalén. Esta es la ciudad que debe ser castigada, porque es perversa hasta más no poder.
Jer 6:7 De ella brota la maldad como de una fuente. Sus calles resuenan con violencia y destrucción. Siempre veo sus enfermedades y heridas.
Jer 6:8 Oye esta advertencia, Jerusalén, o me alejaré de ti indignado. Escucha o te convertiré en un montón de escombros, una tierra donde no vive nadie».
Jer 6:9 El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: «Aun los pocos que permanezcan en Israel serán nuevamente recogidos, como cuando el que cosecha revisa cada vid por segunda vez para recoger las uvas que no se cortaron».
Jer 6:10 ¿A quién puedo advertir? ¿Quién escuchará cuando yo hable? Tienen sordos los oídos y no pueden oír. Ellos desprecian la palabra del SEÑOR. No quieren escuchar para nada.
Jer 6:11 Por eso ahora estoy lleno de la furia del SEÑOR. ¡Sí, estoy cansado de contenerla! «Derramaré mi furia sobre los niños que juegan en las calles y sobre las reuniones de jóvenes, sobre esposos y esposas y sobre los que son viejos y canosos.
Jer 6:12 Sus casas serán dadas a los enemigos, al igual que sus campos y sus esposas porque levantaré mi puño poderoso contra la gente de esta tierra —dice el SEÑOR—.
Jer 6:13 Desde el menos importante hasta el más importante, sus vidas están dominadas por la avaricia. Desde los profetas hasta los sacerdotes, todos son unos farsantes.
Jer 6:14 Ofrecen curas superficiales para la herida mortal de mi pueblo. Dan garantías de paz cuando no hay paz.
Jer 6:15 ¿Se avergüenzan de sus actos repugnantes? De ninguna manera, ¡ni siquiera saben lo que es sonrojarse! Por lo tanto, estarán entre los caídos en la matanza; serán derribados cuando los castigue», dice el SEÑOR.
Jer 6:16 Esto dice el SEÑOR: «Deténganse en el cruce y miren a su alrededor; pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él. Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma. Pero ustedes responden: “¡No, ese no es el camino que queremos!”.
Jer 6:17 Puse centinelas sobre ustedes, que dijeron: “Estén atentos al sonido de alarma”. Pero ustedes respondieron: “¡No! ¡No prestaremos atención!”.
Jer 6:18 »Por lo tanto, naciones, escuchen esto; tomen nota de la situación de mi pueblo.
Jer 6:19 ¡Escucha, toda la tierra! Traeré desastre sobre mi pueblo. Es el fruto de sus propias intrigas, porque se niegan a escucharme; han rechazado mi palabra.
Jer 6:20 Es inútil ofrecerme el incienso dulce de Saba. ¡Guárdense su cálamo aromático importado de tierras lejanas! No aceptaré sus ofrendas quemadas; sus sacrificios no tienen ningún aroma agradable para mí».
Jer 6:21 Por lo tanto, esto dice el SEÑOR: «Pondré obstáculos en el camino de mi pueblo. Padres e hijos tropezarán contra ellos. Vecinos y amigos morirán juntos».
Jer 6:22 Esto dice el SEÑOR: «¡Miren! ¡Un gran ejército viene del norte! Desde tierras lejanas se levanta contra ti una gran nación.
Jer 6:23 Están armados con arcos y lanzas; son crueles y no perdonan a nadie. Cuando avanzan montados a caballo se oyen como el rugido del mar. Vienen en formación de batalla, con planes de destruirte, hermosa Jerusalén* ».
Jer 6:24 Hemos oído informes acerca del enemigo y las manos nos tiemblan de miedo. Punzadas de angustia se han apoderado de nosotros, como las de la mujer que está en trabajo de parto.
Jer 6:25 ¡No salgan a los campos! ¡No viajen por los caminos! ¡La espada del enemigo está por todos lados, y nos aterroriza a cada paso!
Jer 6:26 Oh, pueblo mío, vístete de tela áspera y siéntate entre las cenizas. Laméntate y llora amargamente, como el que pierde a un hijo único. ¡Pues los ejércitos destructores caerán de sorpresa sobre ti!
Jer 6:27 «Jeremías, te he hecho probador de metales,* para que puedas determinar la calidad de mi pueblo.
Jer 6:28 Ellos son rebeldes de la peor clase, llenos de calumnia. Son tan duros como el bronce y el hierro y llevan a otros a la corrupción.
Jer 6:29 Los fuelles soplan las llamas con furor para quemar la corrupción. Pero no los purifica, ya que su perversidad permanece.
Jer 6:30 Los marcaré: “plata rechazada”, porque yo, el SEÑOR, los desecho».

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