APOSENTO ALTO

viernes, 20 de octubre de 2017

LECTURA BÍBLICA 20 DE OCTUBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     6:25-40

Jua 6:26 Jesús les contestó: —Les digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque hayan entendido las señales milagrosas.
Jua 6:27 Pero no se preocupen tanto por las cosas que se echan a perder, tal como la comida. Pongan su energía en buscar la vida eterna que puede darles el Hijo del Hombre.* Pues Dios Padre me ha dado su sello de aprobación.
Jua 6:28 —Nosotros también queremos realizar las obras de Dios —contestaron ellos —. ¿Qué debemos hacer?
Jua 6:29 Jesús les dijo: —La única obra que Dios quiere que hagan es que crean en quien él ha enviado.
Jua 6:30 —Si quieres que creamos en ti —le respondieron—, muéstranos una señal milagrosa. ¿Qué puedes hacer?
Jua 6:31 Después de todo, ¡nuestros antepasados comieron maná mientras andaban por el desierto! Las Escrituras dicen: “Moisés les dio de comer pan del cielo”*.
Jua 6:32 Jesús les respondió: —Les digo la verdad, no fue Moisés quien les dio el pan del cielo, fue mi Padre. Y ahora él les ofrece el verdadero pan del cielo,
Jua 6:33 pues el verdadero pan de Dios es el que desciende del cielo y da vida al mundo.
Jua 6:34 —Señor —le dijeron—, danos ese pan todos los días.
Jua 6:35 Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en mí no tendrá sed jamás.
Jua 6:36 Pero ustedes no han creído en mí, a pesar de que me han visto.
Jua 6:37 Sin embargo, los que el Padre me ha dado, vendrán a mí, y jamás los rechazaré.
Jua 6:38 Pues he descendido del cielo para hacer la voluntad de Dios, quien me envió, no para hacer mi propia voluntad.
Jua 6:39 Y la voluntad de Dios es que yo no pierda ni a uno solo de todos los que él me dio, sino que los resucite en el día final.
Jua 6:40 Pues la voluntad de mi Padre es que todos los que vean a su Hijo y crean en él tengan vida eterna; y yo los resucitaré en el día final.


 1 PEDRO  3:8-12

1Pe 3:8 Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Compadézcanse unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas.* Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde.
1Pe 3:9 No paguen mal por mal. No respondan con insultos cuando la gente los insulte. Por el contrario, contesten con una bendición. A esto los ha llamado Dios, y él los bendecirá por hacerlo.
1Pe 3:10 Pues las Escrituras dicen: «Si quieres disfrutar de la vida y ver muchos días felices, refrena tu lengua de hablar el mal y tus labios de decir mentiras.
1Pe 3:11 Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla.
1Pe 3:12 Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo»*.


CANTARES 4:8-16

Cnt 4:8 Ven conmigo desde el Líbano, esposa mía; ven conmigo desde el Líbano. Desciende del* monte Amaná, de las cumbres del Senir y del Hermón, donde los leones tienen sus guaridas y los leopardos viven entre las colinas.
Cnt 4:9 Has cautivado mi corazón, tesoro mío,* esposa mía. Lo tienes como rehén con una sola mirada de tus ojos, con una sola joya de tu collar.
Cnt 4:10 Tu amor me deleita, tesoro mío, esposa mía. Tu amor es mejor que el vino, tu perfume, más fragante que las especias.
Cnt 4:11 Tus labios son dulces como el néctar, esposa mía. Debajo de tu lengua hay leche y miel. Tus vestidos están perfumados como los cedros del Líbano.
Cnt 4:12 Tú eres mi jardín privado, tesoro mío, esposa mía, un manantial apartado, una fuente escondida.
Cnt 4:13 Tus muslos* resguardan un paraíso de granadas con especias exóticas: alheña con nardo,
Cnt 4:14 nardo con azafrán, cálamo aromático y canela, con toda clase de árboles de incienso, mirra y áloes, y todas las demás especias deliciosas.
Cnt 4:15 Tú eres una fuente en el jardín, un manantial de agua fresca que fluye de las montañas del Líbano.
Cnt 4:16 
La joven

¡Despierta, viento del norte! ¡Levántate, viento del sur! Soplen en mi jardín y esparzan su fragancia por todas partes. Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores frutos.

LECTURA PARA LA NOCHE

JEREMÍAS 51

Jer 51:1 Esto dice el SEÑOR: «Incitaré a un destructor contra Babilonia y contra la gente de Babilonia.*
Jer 51:2 Vendrán extranjeros y la aventarán, la soplarán como si fuera paja. Vendrán de todos lados para levantarse contra ella en su día de tribulación.
Jer 51:3 No dejen que los arqueros se pongan sus armaduras ni que tensen sus arcos. ¡No perdonen la vida ni siquiera a sus mejores soldados! Que su ejército sea completamente destruido.*
Jer 51:4 Caerán muertos en la tierra de los babilonios,* acuchillados en sus calles.
Jer 51:5 Pues el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales no ha abandonado a Israel ni a Judá. Todavía es su Dios, aunque su tierra se llenó de pecado contra el Santo de Israel».
Jer 51:6 ¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvense a sí mismos! ¡No queden atrapados en su castigo! Es el tiempo de la venganza del SEÑOR, él le dará su merecido.
Jer 51:7 Babilonia ha sido como copa de oro en las manos del SEÑOR, copa que hizo emborrachar a todo el mundo. Las naciones bebieron del vino de Babilonia y se enloquecieron.
Jer 51:8 Pero repentinamente, cayó también Babilonia. Lloren por ella. Denle medicina, quizá todavía pueda sanarse.
Jer 51:9 La habríamos ayudado si hubiéramos podido, pero ya nada se puede hacer por ella. Déjenla ir; abandónenla. Regresen ahora a su propio país. Pues su castigo llega hasta los cielos; es tan grande que no se puede medir.
Jer 51:10 El SEÑOR nos ha hecho justicia. Vengan, anunciemos en Jerusalén* todo lo que hizo el SEÑOR nuestro Dios.
Jer 51:11 ¡Afilen las flechas! ¡Alcen los escudos!* Pues el SEÑOR ha incitado a los reyes de Media a que marchen contra Babilonia y la destruyan. Esta es su venganza contra los que profanaron su templo.
Jer 51:12 ¡Levanten la bandera de guerra contra Babilonia! Refuercen la guardia y pongan centinelas. Preparen la emboscada porque el SEÑOR llevará a cabo todos sus planes contra Babilonia.
Jer 51:13 Tú eres una ciudad junto a un gran río, un gran centro comercial, pero tu fin ha llegado. Se cortó el hilo de tu vida.
Jer 51:14 El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales hizo este voto y lo juró por su propio nombre: «Tus ciudades se llenarán de enemigos, como campos plagados de langostas, y cantarán victoria sobre ti».
Jer 51:15 El SEÑOR hizo la tierra con su poder y la preserva con su sabiduría. Con su propia inteligencia desplegó los cielos.
Jer 51:16 Cuando habla en los truenos los cielos se llenan de agua. Él hace que las nubes se levanten sobre la tierra. Envía el relámpago junto con la lluvia y suelta el viento de sus depósitos.
Jer 51:17 ¡Toda la raza humana es necia y le falta conocimiento! Los artesanos quedan deshonrados por los ídolos que hacen, porque sus obras hechas con tanto esmero son un fraude. Estos ídolos no tienen ni aliento ni poder.
Jer 51:18 Los ídolos son inútiles; ¡son mentiras ridículas! En el día del juicio todos serán destruidos.
Jer 51:19 ¡Pero el Dios de Israel* no es ningún ídolo! Él es el Creador de todo lo que existe, incluido su pueblo, su posesión más preciada. ¡El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales es su nombre!
Jer 51:20 «Tú* eres mi hacha de guerra y mi espada —dice el SEÑOR—. Contigo destrozaré naciones y destruiré muchos reinos.
Jer 51:21 Contigo destrozaré ejércitos, destruiré al caballo y al jinete, al carro de guerra y al conductor.
Jer 51:22 Contigo destrozaré a hombres y a mujeres, a ancianos y a niños, a jóvenes y a doncellas.
Jer 51:23 Contigo destrozaré a pastores y rebaños, a campesinos y bueyes, a capitanes y a oficiales.
Jer 51:24 »Le daré a Babilonia y a sus habitantes* el pago que se merecen por todo el mal que le hizo a mi pueblo en Jerusalén», dice el SEÑOR.
Jer 51:25 «¡Mira, oh poderosa montaña, destructora de la tierra! Yo soy tu enemigo —dice el SEÑOR—. Levantaré mi puño contra ti, para derribarte desde las cumbres. Cuando termine contigo no serás más que un montón de escombros quemados.
Jer 51:26 Para siempre quedarás desolada; aun tus piedras no volverán a usarse para construir. Te aniquilarán por completo», dice el SEÑOR.
Jer 51:27 Levanten una bandera de señales a las naciones. ¡Hagan sonar el grito de guerra! Movilicen a todas contra Babilonia. ¡Prepárenlas para luchar contra ella! Convoquen a los ejércitos de Ararat, Mini y Asquenaz. ¡Nombren a un comandante y traigan una multitud de caballos como una nube de langostas!
Jer 51:28 Levanten contra ella a los ejércitos de las naciones dirigidos por los reyes de Media y por todos sus capitanes y oficiales.
Jer 51:29 La tierra tiembla y se retuerce de dolor, porque todos los planes del SEÑOR contra Babilonia no han cambiado. Babilonia quedará desolada, sin un solo habitante.
Jer 51:30 Sus guerreros más poderosos ya no luchan más. Permanecen en sus cuarteles, sin valentía; se volvieron como mujeres. Los invasores quemaron las casas y derribaron las puertas de la ciudad.
Jer 51:31 Las noticias se transmiten de un mensajero al otro, al paso que los mensajeros se apuran a avisarle al rey que la ciudad ha sido tomada.
Jer 51:32 Se han cortado todas las rutas de fuga. Los pantanos están en llamas y el ejército se llenó de pánico.
Jer 51:33 Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: «Babilonia es como el trigo en el campo de trillar a punto de ser pisoteado. Dentro de poco, comenzará la cosecha».
Jer 51:34 «Nabucodonosor,* rey de Babilonia, nos devoró, nos aplastó y nos dejó sin fuerzas. Nos tragó como un gran monstruo y llenó su barriga con nuestras riquezas. Nos echó de nuestro propio país.
Jer 51:35 Hagan que Babilonia sufra como nos hizo sufrir a nosotros —la gente de Sión—. Hagan que el pueblo de Babilonia pague por derramar nuestra sangre», dice Jerusalén.
Jer 51:36 Esto dice el SEÑOR a Jerusalén: «Yo seré tu abogado para defender tu causa y te vengaré. Secaré su río, tal como sus fuentes de agua,
Jer 51:37 y Babilonia se convertirá en un montón de ruinas, frecuentada por chacales. Será objeto de horror y menosprecio, un lugar donde no vive nadie.
Jer 51:38 Sus habitantes rugirán juntos como leones fuertes; gruñirán como cachorros de león.
Jer 51:39 Y mientras estén sonrojados por el vino, les prepararé otra clase de banquete. Los haré beber hasta que se duerman y nunca se despertarán —dice el SEÑOR—.
Jer 51:40 Los llevaré como a corderos al matadero, como a carneros y chivos para el sacrificio.
Jer 51:41 »¡Cómo ha caído Babilonia,* la gran Babilonia, aclamada en toda la tierra! Ahora se ha convertido en objeto de horror entre las naciones.
Jer 51:42 El mar ha subido sobre Babilonia; está cubierta por las violentas olas.
Jer 51:43 Sus ciudades ahora quedan en ruinas; es una árida tierra baldía donde no vive nadie, ni nadie pasa por allí.
Jer 51:44 Entonces yo castigaré a Bel, el dios de Babilonia, y haré que vomite todo lo que se comió. Nunca más las naciones vendrán a rendirle culto. ¡La muralla de Babilonia ha caído!
Jer 51:45 »Sal, pueblo mío, huye de Babilonia. ¡Sálvense! Huyan del terrible enojo del SEÑOR.
Jer 51:46 Pero no tengan pánico ni temor cuando oigan los primeros rumores de que se acercan los soldados. Pues los rumores seguirán llegando año tras año. Estallará la violencia en la tierra en tanto los líderes se peleen unos contra otros.
Jer 51:47 Pues ciertamente se acerca la hora cuando castigaré a esta gran ciudad y a todos sus ídolos. Toda su tierra será avergonzada, y sus muertos caerán en las calles.
Jer 51:48 Entonces los cielos y la tierra se alegrarán, porque del norte los ejércitos destructores vendrán contra Babilonia —dice el SEÑOR—.
Jer 51:49 Así como Babilonia mató a la gente de Israel y a la gente de otros pueblos por todo el mundo, así mismo debe morir su gente.
Jer 51:50 ¡Váyanse, todos ustedes que escaparon de la espada! ¡No se detengan para mirar, huyan mientras puedan! Recuerden al SEÑOR, aunque estén en una tierra lejana, y piensen en su hogar en Jerusalén».
Jer 51:51 «Estamos avergonzados —los del pueblo—. Estamos ofendidos y en desgracia porque extranjeros profanaron el templo del SEÑOR».
Jer 51:52 «Sí —dice el SEÑOR—, pero se acerca la hora en que destruiré los ídolos de Babilonia. Los quejidos de la gente herida se oirán por toda la tierra.
Jer 51:53 Aunque Babilonia llegue tan alto como los cielos y haga sus fortificaciones increíblemente resistentes, aun así yo enviaré enemigos para que la saqueen. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!
Jer 51:54 »¡Escuchen! Oigan el llanto de Babilonia, el sonido de la gran destrucción que surge de la tierra de los babilonios.
Jer 51:55 Pues el SEÑOR destruye a Babilonia; silenciará su vozarrón. Oleadas de enemigos golpean contra ella; resuenan en la ciudad los ruidos de batalla.
Jer 51:56 Vienen contra Babilonia ejércitos destructores. Apresan a sus hombres valientes y sus armas se quiebran en sus manos. Pues el SEÑOR es Dios que da justo castigo; él siempre le da a cada cual su merecido.
Jer 51:57 Haré que sus autoridades y hombres sabios se emborrachen, junto con sus capitanes, oficiales y guerreros. ¡Caerán dormidos y nunca más se despertarán!», dice el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
Jer 51:58 Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: «Las gruesas murallas de Babilonia serán arrasadas y sus inmensas puertas serán quemadas. ¡Los constructores de muchos países han trabajado en vano porque su obra será destruida por fuego!».
Jer 51:59 El profeta Jeremías le dio el siguiente mensaje a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maaseías, un oficial del Estado Mayor, cuando Seraías fue a Babilonia junto con el rey Sedequías de Judá. Esto sucedió durante el cuarto año del reinado de Sedequías.*
Jer 51:60 Jeremías registró en un rollo todos los terribles desastres que pronto vendrían sobre Babilonia: todas las palabras escritas aquí.
Jer 51:61 Le dijo a Seraías: «Cuando llegues a Babilonia, lee en voz alta todo lo que está en este rollo.
Jer 51:62 Luego di: “SEÑOR, tú has dicho que destruirás a Babilonia de manera que no quedarán personas ni animales. Ella permanecerá vacía y abandonada para siempre”.
Jer 51:63 Cuando hayas terminado de leer el rollo, átalo a una piedra y arrójalo al río Éufrates.
Jer 51:64 Luego di: “De la misma manera Babilonia y su pueblo se hundirán para no levantarse jamás a causa de los desastres que traeré sobre ella”». Aquí terminan los mensajes de Jeremías.

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