APOSENTO ALTO

sábado, 9 de diciembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 9 DE DICIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     16:25-33

Jua 16:25 »He hablado de estos asuntos en lenguaje figurativo, pero pronto dejaré de hablar en sentido figurado y les contaré acerca del Padre con toda claridad.
Jua 16:26 Ese día pedirán en mi nombre. No digo que pediré al Padre de parte de ustedes,
Jua 16:27 ya que el Padre mismo los ama profundamente, porque ustedes me aman a mí y han creído que vine de Dios.*
Jua 16:28 Es cierto, vine del Padre al mundo y ahora dejaré el mundo y volveré al Padre.
Jua 16:29 Entonces sus discípulos dijeron: —Por fin hablas con claridad y no en sentido figurado.
Jua 16:30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas y que no es necesario que nadie te pregunte nada. Por eso creemos que viniste de Dios.
Jua 16:31 —¿Por fin creen? —preguntó Jesús —.
Jua 16:32 Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado —cuando ustedes serán dispersados, cada uno se irá por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Jua 16:33 Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.

 APOCALIPSIS  6

Apo 6:1 Mientras miraba, el Cordero rompió el primero de los siete sellos que había en el rollo.* Entonces oí que uno de los cuatro seres vivientes decía con voz de trueno: «¡Ven!».
Apo 6:2 Levanté la vista y vi que había un caballo blanco, y su jinete llevaba un arco, y se le colocó una corona sobre la cabeza. Salió cabalgando para ganar muchas batallas y obtener la victoria.
Apo 6:3 Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí que el segundo ser viviente decía: «¡Ven!».
Apo 6:4 Entonces apareció otro caballo, de color rojo. Al jinete se le dio una gran espada y la autoridad para quitar la paz de la tierra. Y hubo guerra y masacre por todas partes.
Apo 6:5 Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que el tercer ser viviente decía: «¡Ven!». Levanté la vista y vi un caballo negro, y el jinete llevaba una balanza en la mano.
Apo 6:6 Y oí que una voz que salió de entre los cuatro seres vivientes decía: «Un pan de trigo o tres panes de cebada costarán el salario de un día.* Y no desperdicies* el aceite de oliva y el vino».
Apo 6:7 Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí que el cuarto ser viviente decía: «¡Ven!».
Apo 6:8 Levanté la vista y vi un caballo de color verde pálido. El jinete se llamaba Muerte y su compañero era la Tumba.* A estos dos se les dio autoridad sobre una cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre y con enfermedad* y con animales salvajes.
Apo 6:9 Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de todos los que habían muerto como mártires por causa de la palabra de Dios y por haber sido fieles en su testimonio.
Apo 6:10 Ellos clamaban al Señor y decían: «Oh, Soberano Señor, santo y verdadero, ¿cuánto tiempo hasta que juzgues a la gente de este mundo y tomes venganza de nuestra sangre por lo que nos han hecho?».
Apo 6:11 Entonces a cada uno de ellos se le dio una túnica blanca, y se les dijo que descansaran un poco más hasta que se completara el número de sus hermanos, los consiervos de Jesús que se unirían a ellos después de morir como mártires.
Apo 6:12 Mientras yo miraba, el Cordero rompió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió tan oscuro como tela negra, y la luna se volvió tan roja como la sangre.
Apo 6:13 Entonces las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra como los higos verdes que caen de un árbol cuando es sacudido por el fuerte viento.
Apo 6:14 El cielo fue enrollado como un pergamino, y todas las montañas y las islas fueron movidas de su lugar.
Apo 6:15 Entonces todo el mundo —los reyes de la tierra, los gobernantes, los generales, los ricos, los poderosos, todo esclavo y hombre libre —se escondió en las cuevas y entre las rocas de las montañas.
Apo 6:16 Y gritaban a las montañas y a las rocas: «Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro de aquél que se sienta en el trono, y de la ira del Cordero;
Apo 6:17 porque ha llegado el gran día de su ira, ¿y quién podrá sobrevivir?».


JOB  31:24-40

Job 31:24 »¿He puesto mi confianza en el dinero o me he sentido seguro a causa de mi oro?
Job 31:25 ¿Me he regodeado de mi riqueza y de todo lo que poseo?
Job 31:26 »¿He mirado alguna vez al sol que brilla en los cielos o a la luna que recorre su sendero de plata,
Job 31:27 y he sido seducido en lo secreto de mi corazón a lanzarles besos de adoración?
Job 31:28 Si así fuera, los jueces deberían castigarme, porque significaría que he negado al Dios del cielo.
Job 31:29 »¿Me he alegrado alguna vez cuando una calamidad ha herido a mis enemigos o me entusiasmé cuando les ha tocado sufrir?
Job 31:30 No, nunca he pecado por maldecir a nadie ni por pedir venganza.
Job 31:31 »Mis siervos nunca han dicho: “Él dejó que otros pasaran hambre”.
Job 31:32 Nunca he negado la entrada a un desconocido, más bien, he abierto mis puertas a todos.
Job 31:33 »¿He intentado ocultar mis pecados como hacen otros, escondiendo mi culpa en el corazón?
Job 31:34 ¿Acaso me he quedado callado y encerrado por miedo a la multitud o al desprecio de las masas?
Job 31:35 »¡Si tan sólo alguien me escuchara! Miren, voy a respaldar mi defensa con mi firma. Que el Todopoderoso me responda; que escriba los cargos que tiene contra mí.
Job 31:36 Me enfrentaría a la acusación con orgullo, y la llevaría como una corona.
Job 31:37 Pues le diría exactamente lo que he hecho; vendría ante él como un príncipe.
Job 31:38 »Si mi tierra me acusa y todos sus surcos claman juntos contra mí,
Job 31:39 o si he robado sus cosechas o he matado a sus propietarios,
Job 31:40 entonces que en esa tierra crezcan cardos en lugar de trigo, y malezas en lugar de cebada». Aquí terminan las palabras de Job.


LECTURA PARA LA NOCHE

AMÓS  3-4

Amó 3:1 Escuchen este mensaje que el SEÑOR ha hablado contra ustedes, oh pueblos de Israel y Judá, contra toda la familia que rescaté de Egipto:
Amó 3:2 «De entre todas las familias de la tierra, sólo con ustedes he tenido una relación tan íntima. Por eso debo castigarlos por todos sus pecados».
Amó 3:3 ¿Pueden dos caminar juntos sin estar de acuerdo adonde van?
Amó 3:4 ¿Ruge un león en un matorral sin antes encontrar a una víctima? ¿Gruñe un león joven en su guarida sin antes agarrar a su presa?
Amó 3:5 ¿Cae un pájaro en una trampa que no tiene cebo? ¿Se cierra una trampa cuando no hay nada que atrapar?
Amó 3:6 Cuando el cuerno de carnero toca la alarma, ¿no debería el pueblo estar alarmado? ¿Llega el desastre a una ciudad sin que el SEÑOR lo haya planeado?
Amó 3:7 De hecho, el SEÑOR Soberano nunca hace nada sin antes revelar sus planes a sus siervos, los profetas.
Amó 3:8 El león ha rugido, así que, ¿quién no tiene miedo? El SEÑOR Soberano ha hablado, así que, ¿quién puede negarse a proclamar su mensaje?
Amó 3:9 Anuncien lo siguiente a los líderes de Filistea* y a los grandes de Egipto: «Siéntense ahora en las colinas que rodean a Samaria y sean testigos del caos y la opresión en Israel.
Amó 3:10 »Mi pueblo ha olvidado cómo hacer lo correcto —dice el SEÑOR—. Sus fortalezas están llenas de riquezas obtenidas por el robo y la violencia.
Amó 3:11 Por lo tanto —dice el SEÑOR Soberano—, ¡se acerca un enemigo! Los rodeará y destrozará sus defensas. Luego saqueará todas sus fortalezas».
Amó 3:12 Esto es lo que dice el SEÑOR: «Un pastor que trate de rescatar una oveja de la boca del león recuperará sólo dos patas o un pedazo de oreja. Así será con los israelitas en Samaria que se recuestan en camas lujosas y con el pueblo de Damasco que se reclina en sillones.*
Amó 3:13 »Escuchen ahora esto y anúncienlo por todo Israel* —dice el Señor, el SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales—:
Amó 3:14 »El mismo día que yo castigue a Israel por sus pecados, destruiré los altares paganos en Betel. Los cuernos del altar serán cortados y caerán al suelo.
Amó 3:15 Y destruiré las hermosas casas de los ricos —sus mansiones de invierno y también sus casas de verano—, todos sus palacios cubiertos de marfil», dice el SEÑOR.
Amó 4:1 Escúchenme, ustedes, vacas gordas* que viven en Samaria, ustedes, mujeres, que oprimen al pobre y aplastan al necesitado y que les gritan siempre a sus esposos: «¡Tráigannos otra bebida!».
Amó 4:2 El SEÑOR Soberano ha jurado por su propia santidad: «Llegará el día cuando ustedes serán llevadas con garfios enganchados en sus narices. ¡Hasta la última de ustedes será arrastrada lejos como un pez al anzuelo!
Amó 4:3 Las sacarán por las ruinas de la muralla; serán expulsadas de sus fortalezas»,* dice el SEÑOR.
Amó 4:4 «Adelante, ofrezcan sacrificios a los ídolos en Betel; continúen desobedeciendo en Gilgal. Ofrezcan sacrificios cada mañana y lleven sus diezmos cada tercer día.
Amó 4:5 Presenten su pan hecho con levadura como una ofrenda de gratitud. ¡Luego entreguen sus ofrendas voluntarias para poder jactarse de ello en todas partes! Este es el tipo de cosas que a ustedes, israelitas, les encanta hacer», dice el SEÑOR Soberano.
Amó 4:6 «Hice que pasaran hambre en cada ciudad y que hubiera hambruna en cada pueblo, pero aun así, ustedes no se volvieron a mí», dice el SEÑOR.
Amó 4:7 «Yo detuve la lluvia cuando sus cosechas más la necesitaban. Envié la lluvia sobre una ciudad pero la retuve en otra. Llovió en un campo, mientras otro se marchitaba.
Amó 4:8 La gente deambulaba de ciudad en ciudad buscando agua, pero nunca había suficiente; pero aun así, ustedes no se volvieron a mí», dice el SEÑOR.
Amó 4:9 «Arruiné sus cultivos y viñedos con plaga y moho. La langosta devoró todas sus higueras y todos sus olivos; pero aun así, ustedes no se volvieron a mí», dice el SEÑOR.
Amó 4:10 «Les mandé plagas como las que envié sobre Egipto hace tiempo. ¡Maté a sus jóvenes en la guerra y llevé lejos a todos sus caballos!* ¡El hedor de la muerte llenó el aire!, pero aun así, ustedes no se volvieron a mí», dice el SEÑOR.
Amó 4:11 «Destruí algunas de sus ciudades, así como destruí* Sodoma y Gomorra. Ustedes que sobrevivieron parecían tizones rescatados del fuego; pero aun así, no se volvieron a mí —dice el SEÑOR—.
Amó 4:12 »Por lo tanto, yo traeré sobre ustedes los desastres que he anunciado. Pueblo de Israel, ¡prepárate para encontrarte con tu Dios en el juicio!».
Amó 4:13 Pues el SEÑOR es quien formó las montañas, agita los vientos y da a conocer sus pensamientos a la humanidad. Él convierte la luz del amanecer en oscuridad y marcha sobre las alturas de la tierra. ¡El SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales es su nombre!

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