APOSENTO ALTO

jueves, 7 de diciembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 7 DE DICIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     16:1-11

Jua 16:1 »Les he dicho estas cosas para que no abandonen su fe.
Jua 16:2 Los expulsarán de las sinagogas, y llegará el tiempo en que quienes los maten pensarán que están haciendo un servicio santo para Dios.
Jua 16:3 Eso se debe a que nunca han conocido ni al Padre ni a mí.
Jua 16:4 Les digo estas cosas ahora para que, cuando sucedan, recuerden mi advertencia. No las mencioné antes porque todavía iba a estar un tiempo más con ustedes.
Jua 16:5 »Pero ahora voy a aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy.
Jua 16:6 En cambio, se entristecen por lo que les he dicho.
Jua 16:7 Pero, en realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor* no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes.
Jua 16:8 Y, cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene.
Jua 16:9 El pecado del mundo consiste en que el mundo se niega a creer en mí.
Jua 16:10 La justicia está disponible, porque voy al Padre, y ustedes no me verán más.
Jua 16:11 El juicio vendrá, porque quien gobierna este mundo ya ha sido juzgado.



 APOCALIPSIS  4

Apo 4:1 Entonces, mientras miraba, vi una puerta abierta en el cielo, y la misma voz que había escuchado antes me habló como un toque de trompeta. La voz dijo: «Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que suceder después de esto».
Apo 4:2 Y al instante, yo estaba en el Espíritu* y vi un trono en el cielo y a alguien sentado en él.
Apo 4:3 El que estaba sentado en el trono brillaba como piedras preciosas: como el jaspe y la cornalina. El brillo de una esmeralda rodeaba el trono como un arco iris.
Apo 4:4 Lo rodeaban veinticuatro tronos en los cuales estaban sentados veinticuatro ancianos. Todos vestían de blanco y tenían una corona de oro sobre la cabeza.
Apo 4:5 Del trono salían relámpagos y estruendo de truenos. Delante del trono había siete antorchas con llamas encendidas; esto es el Espíritu de Dios de siete aspectos.*
Apo 4:6 Delante del trono también había un mar de vidrio brillante, reluciente como el cristal. En el centro y alrededor del trono había cuatro seres vivientes, cada uno cubierto de ojos por delante y por detrás.
Apo 4:7 El primero de esos seres vivientes era semejante a un león, el segundo era como un buey, el tercero tenía cara humana, y el cuarto era como un águila en vuelo.
Apo 4:8 Cada uno de los seres vivientes tenía seis alas, y las alas estaban totalmente cubiertas de ojos por dentro y por fuera. Día tras día y noche tras noche repiten continuamente: «Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que siempre fue, que es, y que aún está por venir».
Apo 4:9 Cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor y gracias al que está sentado en el trono (el que vive por siempre y para siempre)
Apo 4:10 los veinticuatro ancianos se postran y adoran al que está sentado en el trono (el que vive por siempre y para siempre), y ponen sus coronas delante del trono, diciendo:
Apo 4:11 «Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios, de recibir gloria y honor y poder. Pues tú creaste todas las cosas, y existen porque tú las creaste según tu voluntad».


JOB  30

Job 30:1 »Sin embargo, ahora, los que son más jóvenes que yo se burlan de mí, jóvenes cuyos padres no son dignos de correr con mis perros ovejeros.
Job 30:2 ¡De qué me sirven esos pobres desgraciados!
Job 30:3 Están flacos por el hambre y huyen a los desiertos, a tierras baldías, desoladas y tenebrosas.
Job 30:4 Arrancan verduras silvestres de entre los arbustos y comen de las raíces de los árboles de retama.
Job 30:5 Son expulsados de la sociedad, y la gente les grita como si fueran ladrones.
Job 30:6 Así que ahora viven en barrancos aterradores, en cuevas y entre las rocas.
Job 30:7 Suenan como animales aullando entre los arbustos, apiñados debajo de las ortigas.
Job 30:8 Ellos son necios, hijos de nadie, gentuza de la sociedad.
Job 30:9 »¡Y ahora se burlan de mí con canciones vulgares! ¡Se mofan de mí!
Job 30:10 Me desprecian y no se me acercan, excepto para escupirme en la cara.
Job 30:11 Pues Dios ha cortado la cuerda de mi arco; me ha humillado y por eso ellos ya no se contienen.
Job 30:12 Esa gentuza se me opone descaradamente; me arroja al suelo y tiende trampas a mis pies.
Job 30:13 Me cierra el camino y hace todo lo posible para destruirme. Sabe que no tengo quien me ayude.
Job 30:14 Me ataca por todos lados; me asalta cuando estoy abatido.
Job 30:15 Vivo aterrorizado; mi honor ha volado con el viento, y mi prosperidad se ha desvanecido como una nube.
Job 30:16 »Y ahora la vida se me escapa; la depresión me persigue durante el día.
Job 30:17 De noche, mis huesos se llenan de dolor que me atormenta incesantemente.
Job 30:18 Con mano fuerte, Dios me agarra de la camisa; me toma del cuello de mi abrigo.
Job 30:19 Me ha lanzado al barro; no soy más que polvo y ceniza.
Job 30:20 »Clamo a ti, oh Dios, pero no respondes; estoy delante de ti, pero ni siquiera miras.
Job 30:21 Te has vuelto cruel conmigo; utilizas tu poder para atormentarme.
Job 30:22 Me lanzas al torbellino y me destruyes en la tormenta.
Job 30:23 Y sé que me envías a la muerte, el destino de todos los que viven.
Job 30:24 »Por cierto que nadie se pondrá en contra del necesitado cuando clama por ayuda en medio de su miseria.
Job 30:25 ¿No lloraba yo por los que estaban en apuros? ¿No me lamentaba profundamente por los necesitados?
Job 30:26 Entonces busqué el bien, pero en su lugar me vino el mal. Esperaba la luz, pero cayó la oscuridad.
Job 30:27 Mi corazón está atribulado e inquieto; me atormentan los días de sufrimiento.
Job 30:28 Camino en penumbra, sin la luz del sol. Clamo por ayuda en la plaza pública;
Job 30:29 pero me consideran hermano de los chacales y compañero de los búhos.
Job 30:30 Mi piel se ha oscurecido, y mis huesos arden de fiebre.
Job 30:31 Mi arpa toca música triste, y mi flauta acompaña a los que lloran.

LECTURA PARA LA NOCHE

JOEL  2-3

Joe 2:1 ¡Toquen alarma en Jerusalén!* ¡Den el grito de guerra en mi monte santo! Que todos tiemblen de miedo porque está cerca el día del SEÑOR.
Joe 2:2 Es un día de oscuridad y penumbra, un día de nubes densas y sombras profundas. De repente, como el amanecer se extiende sobre las montañas, aparece un ejército grande y poderoso. Nunca antes se había visto algo semejante, ni volverá a verse jamás.
Joe 2:3 Fuego va delante del ejército y las llamas detrás. Delante de ellos, la tierra se extiende tan hermosa como el jardín del Edén. Detrás sólo queda desolación; nada escapa.
Joe 2:4 Parecen caballos; van a la carga como caballos de guerra.*
Joe 2:5 Mírenlos saltar a lo largo de las cumbres. Escuchen el estruendo que producen, como el retumbar de carros de guerra, como el rugir del fuego que arrasa los campos de hierba seca o el despliegue de un poderoso ejército en batalla.
Joe 2:6 El miedo se apodera de la gente; cada rostro palidece de terror.
Joe 2:7 Los agresores marchan como guerreros y escalan los muros de la ciudad como soldados. Marchan hacia adelante, sin romper filas.
Joe 2:8 No se empujan unos a otros; cada uno se mueve en la posición exacta. Atraviesan las líneas de defensa sin perder la formación.
Joe 2:9 Irrumpen en la ciudad, corren a lo largo de sus muros. Se meten en todas las casas; como ladrones trepan por las ventanas.
Joe 2:10 La tierra tiembla mientras avanzan y los cielos se estremecen. El sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar.
Joe 2:11 El SEÑOR va a la cabeza de la columna; con un grito los guía. Este es su ejército poderoso y ellos siguen sus órdenes. El día del SEÑOR es algo imponente y pavoroso. ¿Quién lo podrá sobrevivir?
Joe 2:12 Por eso dice el SEÑOR: «Vuélvanse a mí ahora, mientras haya tiempo; entréguenme su corazón. Acérquense con ayuno, llanto y luto.
Joe 2:13 No se desgarren la ropa en su dolor sino desgarren sus corazones». Regresen al SEÑOR su Dios, porque él es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable. Está deseoso de desistir y no de castigar.
Joe 2:14 ¿Quién sabe? Quizá les suspenda el castigo y les envíe una bendición en vez de esta maldición. Quizá puedan ofrendar grano y vino al SEÑOR su Dios, como lo hacían antes.
Joe 2:15 »¡Toquen el cuerno de carnero en Jerusalén! Proclamen un tiempo de ayuno; convoquen al pueblo a una reunión solemne.
Joe 2:16 Reúnan a toda la gente: ancianos, niños y aun los bebés. Llamen al novio de su habitación y a la novia de su cuarto de espera.
Joe 2:17 Que los sacerdotes, quienes sirven en la presencia del SEÑOR, se levanten y lloren entre la entrada del templo y el altar. Que oren: “¡Perdona a tu pueblo, SEÑOR! No permitas que tu preciada posesión se convierta en objeto de burla. No dejes que lleguen a ser la burla de los extranjeros incrédulos que dicen: “¿Los ha abandonado el Dios de Israel?”».
Joe 2:18 Entonces el SEÑOR se compadecerá de su pueblo y guardará celosamente el honor de su tierra.
Joe 2:19 El SEÑOR responderá: «¡Miren!, les envío grano, vino nuevo y aceite de oliva, suficiente para satisfacer sus necesidades. Ya no serán objeto de burla entre las naciones vecinas.
Joe 2:20 Expulsaré a esos ejércitos que vienen del norte. Los enviaré a tierra árida y desolada. Los que van a la vanguardia serán arrojados al mar Muerto, y los de la retaguardia al Mediterráneo.* El hedor de sus cuerpos en descomposición se elevará sobre la tierra». ¡Realmente el SEÑOR ha hecho grandes cosas!
Joe 2:21 No temas pueblo mío. Alégrate ahora y regocíjate porque el SEÑOR ha hecho grandes cosas.
Joe 2:22 No teman, animales del campo porque pronto los pastos del desierto recobrarán su verdor. Los árboles volverán a colmarse de fruto; las higueras y las vides se llenarán una vez más.
Joe 2:23 ¡Alégrense, habitantes de Jerusalén! ¡Alégrense en el SEÑOR su Dios! Pues la lluvia que él envía demuestra su fidelidad. Volverán las lluvias de otoño, así como las de primavera.
Joe 2:24 El grano volverá a amontonarse en los campos de trillar y los lagares desbordarán de vino nuevo y aceite de oliva.
Joe 2:25 El SEÑOR dice: «Les devolveré lo que perdieron a causa del pulgón, el saltamontes, la langosta y la oruga.* Fui yo quién envió ese gran ejército destructor en contra de ustedes.
Joe 2:26 Volverán a tener toda la comida que deseen y alabarán al SEÑOR su Dios, que hace esos milagros para ustedes. Nunca más mi pueblo será avergonzado.
Joe 2:27 Entonces sabrán que yo estoy en medio de mi pueblo Israel, que yo soy el SEÑOR su Dios, y que no hay otro. Nunca más mi pueblo será avergonzado.
Joe 2:28 * »Entonces, después de hacer todas esas cosas, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus ancianos tendrán sueños y sus jóvenes tendrán visiones.
Joe 2:29 En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre los sirvientes, hombres y mujeres por igual.
Joe 2:30 Y haré maravillas en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo.
Joe 2:31 El sol se oscurecerá y la luna se pondrá roja como la sangre antes de que llegue el grande y terrible* día del SEÑOR.
Joe 2:32 Pero todo el que invoque el nombre del SEÑOR será salvo; pues algunos que están en el monte Sión en Jerusalén escaparan, tal como el SEÑOR lo ha dicho. Estos se contarán entre los sobrevivientes a quienes el SEÑOR ha llamado.
Joe 3:1 * »En el tiempo de esos acontecimientos —dice el SEÑOR—, cuando yo restaure la prosperidad de Judá y de Jerusalén,
Joe 3:2 reuniré a los ejércitos del mundo en el valle de Josafat.* Allí los juzgaré por hacerle daño a mi pueblo, mi posesión más preciada, por dispersar a mi pueblo entre las naciones y por dividir mi tierra.
Joe 3:3 Tiraron los dados* para decidir quiénes de mi pueblo serían sus esclavos. Canjearon niños por prostitutas y vendieron niñas por tan sólo suficiente vino para emborracharse.
Joe 3:4 »¿Qué tienen contra mí, Tiro y Sidón y, ustedes, ciudades de Filistea? ¿Tratan de vengarse de mí? Si es así, ¡tengan cuidado! Los atacaré con rapidez y les pagaré por todo lo que hicieron.
Joe 3:5 Tomaron mi plata y mi oro y todos mis tesoros preciados y los llevaron a sus templos paganos.
Joe 3:6 Les vendieron la gente de Judá y de Jerusalén a los griegos* para que se la llevaran lejos de su tierra.
Joe 3:7 Sin embargo, yo los traeré de regreso de todos los lugares donde los vendieron y les pagaré a ustedes por todo lo que hicieron.
Joe 3:8 Venderé a sus hijos e hijas a la gente de Judá y ellos los venderán al pueblo de Arabia,* una nación lejana. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!».
Joe 3:9 Digan a las naciones de todas partes: «¡Prepárense para la guerra! Llamen a sus mejores hombres de guerra. Que todos sus combatientes avancen para el ataque.
Joe 3:10 Forjen las rejas de arado y conviértanlas en espadas y sus herramientas para podar, en lanzas. Entrenen aun a los más débiles para que sean guerreros.
Joe 3:11 Vengan pronto, naciones de todas partes. Reúnanse en el valle». ¡Y ahora, oh SEÑOR, llama a tus guerreros!
Joe 3:12 «Que las naciones se movilicen para la guerra. Que marchen hacia el valle de Josafat. Allí, yo, el SEÑOR, me sentaré para pronunciar juicio contra todas ellas.
Joe 3:13 Den rienda suelta a la hoz, porque la cosecha está madura.* Vengan, pisen las uvas, porque el lagar está lleno y los barriles rebosan con la perversidad de esas naciones».
Joe 3:14 Miles y miles esperan en el valle de la decisión. Es allí donde llegará el día del SEÑOR.
Joe 3:15 El sol y la luna se oscurecerán y las estrellas dejarán de brillar.
Joe 3:16 La voz del SEÑOR pronto rugirá desde Sión y tronará desde Jerusalén y los cielos y la tierra temblarán; pero el SEÑOR será un refugio para su pueblo, una fortaleza firme para el pueblo de Israel.
Joe 3:17 «Entonces ustedes sabrán que yo, el SEÑOR su Dios, habito en Sión, mi monte santo. Jerusalén será santa para siempre y los ejércitos extranjeros nunca más volverán a conquistarla.
Joe 3:18 En aquel día las montañas destilarán vino dulce y de los montes fluirá leche. El agua llenará los arroyos de Judá y del templo del SEÑOR brotará una fuente que regará el árido valle de las acacias.*
Joe 3:19 Sin embargo, Egipto se convertirá en tierra baldía y Edom en un desierto porque atacaron al pueblo de Judá y mataron a gente inocente en la tierra de ellos.
Joe 3:20 »Judá, en cambio, se llenará de gente para siempre y Jerusalén perdurará a través de todas las generaciones.
Joe 3:21 Perdonaré los crímenes de mi pueblo que todavía no he perdonado; y yo, el SEÑOR, haré mi hogar en Jerusalén* con mi pueblo».

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