APOSENTO ALTO

domingo, 10 de diciembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 10 DE DICIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     17:1-5

Jua 17:1 Después de decir todas esas cosas, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que él, a su vez, te dé la gloria a ti.
Jua 17:2 Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado.
Jua 17:3 Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.
Jua 17:4 Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste.
Jua 17:5 Ahora, Padre, llévame a la gloria que compartíamos antes de que comenzara el mundo.


 APOCALIPSIS  7

Apo 7:1 Después vi a cuatro ángeles que estaban de pie en las cuatro esquinas de la tierra. Sujetaban los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.
Apo 7:2 Vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios viviente. Gritó a los cuatro ángeles que habían recibido poder para dañar la tierra y el mar:
Apo 7:3 «¡Esperen! No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que hayamos puesto el sello de Dios en la frente de sus siervos».
Apo 7:4 Y oí el número de los que fueron marcados con el sello de Dios. Fueron sellados 144.000 de todas las tribus de Israel:
Apo 7:5 de la tribu de Judá 12.000, de la tribu de Rubén 12.000, de la tribu de Gad 12.000,
Apo 7:6 de la tribu de Aser 12.000, de la tribu de Neftalí 12.000, de la tribu de Manasés 12.000,
Apo 7:7 de la tribu de Simeón 12.000, de la tribu de Leví 12.000, de la tribu de Isacar 12.000,
Apo 7:8 de la tribu de Zabulón 12.000, de la tribu de José 12.000, de la tribu de Benjamín 12.000,
Apo 7:9 Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras.
Apo 7:10 Y gritaban con gran estruendo: «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!».
Apo 7:11 Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios,
Apo 7:12 cantando: «¡Amén! ¡La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza pertenecen a nuestro Dios por siempre y para siempre! Amén».
Apo 7:13 Entonces uno de los veinticuatro ancianos me preguntó: —¿Quiénes son éstos que están vestidos de blanco? ¿De dónde vienen?
Apo 7:14 Y yo le contesté: —Tú eres quien lo sabe, señor. Entonces él me dijo: —Éstos son los que murieron en* la gran tribulación.* Han lavado y blanqueado sus ropas en la sangre del Cordero.
Apo 7:15 »Por eso están delante del trono de Dios y le sirven día y noche en su templo. Y aquél que está sentado en el trono les dará refugio.
Apo 7:16 Nunca más tendrán hambre ni sed; nunca más les quemará el calor del sol.
Apo 7:17 Pues el Cordero que está en el trono* será su Pastor. Él los guiará a manantiales del agua que da vida. Y Dios les secará cada lágrima de sus ojos».


JOB  32

Job 32:1 Los tres amigos de Job no quisieron responderle más porque él insistía en su inocencia.
Job 32:2 Entonces Eliú, hijo de Baraquel el buzita, del clan de Ram, se enojó, porque Job no quería admitir que había pecado y que Dios tenía razón cuando lo castigó.
Job 32:3 También se enojó con los tres amigos de Job porque, al no lograr refutar los argumentos de Job, hacían parecer que Dios* estaba equivocado.
Job 32:4 Eliú había esperado que los demás hablaran con Job porque eran mayores que él;
Job 32:5 pero cuando vio que ellos ya no tenían respuesta, habló con enojo.
Job 32:6 Eliú, hijo de Baraquel el buzita, dijo: «Yo soy joven y ustedes ancianos, por eso me contuve de decirles lo que pienso.
Job 32:7 Me dije: “Los que tienen más edad deben hablar porque la sabiduría viene con los años”.
Job 32:8 Sin embargo, hay un espíritu* dentro de las personas, el aliento del Todopoderoso en ellas, que las hace inteligentes.
Job 32:9 No siempre los ancianos son sabios; a veces las personas de edad no comprenden la justicia.
Job 32:10 Así que, escúchenme y déjenme decirles lo que pienso.
Job 32:11 »He esperado todo este tiempo prestando mucha atención a sus argumentos, observando cómo buscaban a tientas las palabras.
Job 32:12 He escuchado, pero ninguno de ustedes ha logrado refutar a Job ni responder a sus argumentos.
Job 32:13 Y no me digan: “Él es demasiado sabio para nosotros; sólo Dios podrá convencerlo”.
Job 32:14 Si Job hubiera estado discutiendo conmigo, ¡yo no le respondería con la misma lógica que ustedes!
Job 32:15 Ustedes se sientan ahí desconcertados sin nada más que decir.
Job 32:16 ¿Seguiré esperando ahora que se han quedado callados? ¿Permaneceré en silencio yo también?
Job 32:17 No, sino que daré mi opinión y expresaré lo que pienso.
Job 32:18 Pues estoy lleno de palabras contenidas y el espíritu que hay en mí me obliga a hablar.
Job 32:19 Soy como un barril de vino sin respiradero; ¡como un cuero de vino a punto de estallar!
Job 32:20 Tengo que hablar para encontrar alivio, así que déjenme dar mis respuestas.
Job 32:21 No haré favoritismos ni intentaré adular a nadie.
Job 32:22 Pues si intentara usar la adulación, pronto mi Creador me destruiría.


LECTURA PARA LA NOCHE

AMÓS  5-6

Amó 5:1 ¡Escucha, pueblo de Israel! Oye este canto fúnebre que entono:
Amó 5:2 «¡La virgen Israel ha caído, nunca volverá a levantarse! Yace abandonada en el suelo y no hay quien la levante».
Amó 5:3 El SEÑOR Soberano dice: «Cuando una ciudad mande a mil hombres a la guerra, sólo volverán cien. Cuando un pueblo envíe a cien, sólo diez regresarán vivos».
Amó 5:4 Ahora bien, esto es lo que el SEÑOR dice a la familia de Israel: «¡Vuelvan a buscarme y vivan!
Amó 5:5 No adoren en los altares paganos en Betel; no vayan a los altares en Gilgal ni en Beerseba. Pues el pueblo de Gilgal será arrastrado al destierro y el pueblo de Betel será reducido a nada».
Amó 5:6 ¡Vuelvan a buscar al SEÑOR y vivan! De lo contrario, él pasará por Israel* como un fuego y los devorará completamente. Sus dioses en Betel no serán capaces de apagar las llamas.
Amó 5:7 Ustedes tuercen la justicia y la convierten en trago amargo para el oprimido. Tratan al justo como basura.
Amó 5:8 Es el SEÑOR quien creó las estrellas, las Pléyades y el Orión. Él transforma la oscuridad en luz y el día en noche. Él levanta agua de los océanos y la vierte como lluvia sobre la tierra. ¡El SEÑOR es su nombre!
Amó 5:9 Con poder y deslumbrante velocidad destruye a los poderosos y aplasta todas sus defensas.
Amó 5:10 ¡Cómo odian ustedes a los jueces honestos! ¡Cómo desprecian a los que dicen la verdad!
Amó 5:11 Pisotean a los pobres, robandoles el grano con impuestos y rentas injustas. Por lo tanto, aunque construyan hermosas casas de piedra, nunca vivirán en ellas. Aunque planten viñedos exuberantes, nunca beberán su vino.
Amó 5:12 Pues yo conozco la enorme cantidad de sus pecados y la profundidad de sus rebeliones. Ustedes oprimen a los buenos al aceptar sobornos y privan al pobre de la justicia en los tribunales.
Amó 5:13 Así que los que son listos permanecerán con la boca cerrada, porque es un tiempo malo.
Amó 5:14 ¡Hagan lo bueno y huyan del mal para que vivan! Entonces el SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales será su ayudador, así como ustedes han dicho.
Amó 5:15 Odien lo malo y amen lo bueno; conviertan sus tribunales en verdaderas cortes de justicia. Quizás el SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales todavía tenga compasión del remanente de su pueblo.*
Amó 5:16 Por lo tanto, esto es lo que dice el SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales: «Habrá llanto en todas las plazas públicas y lamentos en cada calle. Llamen a los campesinos para que lloren con ustedes y traigan a los que les pagan por lamentar.
Amó 5:17 Habrá gemidos en cada viñedo, porque yo los destruiré a todos», dice el SEÑOR.
Amó 5:18 Qué aflicción les espera a ustedes que dicen: «¡Si tan sólo hoy fuera el día del SEÑOR!». No tienen la menor idea de lo que desean. Ese día no traerá luz sino oscuridad.
Amó 5:19 En ese día ustedes serán como un hombre que huye de un león, sólo para encontrarse con un oso. Y, al escapar del oso, apoya su mano contra una pared en su casa y lo muerde una serpiente.
Amó 5:20 Así es, el día del SEÑOR será oscuro y sin remedio, sin un rayo de alegría ni esperanza.
Amó 5:21 «Odio todos sus grandes alardes y pretensiones, la hipocresía de sus festivales religiosos y asambleas solemnes.
Amó 5:22 No aceptaré sus ofrendas quemadas ni sus ofrendas de grano. Ni siquiera prestaré atención a sus ofrendas selectas de paz.
Amó 5:23 ¡Fuera de aquí con sus ruidosos himnos de alabanza! No escucharé la música de sus arpas.
Amó 5:24 En cambio quiero ver una tremenda inundación de justicia y un río inagotable de rectitud.
Amó 5:25 »Israel, ¿acaso era a mí a quien traías sacrificios y ofrendas durante los cuarenta años en el desierto?
Amó 5:26 No, servías a tus dioses paganos —Sicut, tu dios rey y Quiyún, tu dios estrella—, las imágenes que hiciste para ti mismo.
Amó 5:27 Por lo tanto, te mandaré al destierro, a un país al oriente de Damasco»,* dice el SEÑOR, cuyo nombre es el Dios de los Ejércitos Celestiales.
Amó 6:1 ¡Qué aflicción les espera a ustedes que están a sus anchas en medio de lujos en Jerusalén,* y a ustedes que se sienten seguros en Samaria! Son famosos y conocidos en Israel, y la gente acude a ustedes en busca de ayuda.
Amó 6:2 Pero vayan a Calne y vean lo que ocurrió allí. Vayan luego a la gran ciudad de Hamat y desciendan a la ciudad filistea de Gat. Ustedes no son mejores que ellos y miren cómo fueron destruidos.
Amó 6:3 No quieren pensar en el desastre que viene, pero sus acciones sólo acercan más el día del juicio.
Amó 6:4 Qué terrible será para ustedes que se dejan caer en camas de marfil y están a sus anchas en sus sillones, comiendo corderos tiernos del rebaño y becerros selectos engordados en el establo.
Amó 6:5 Entonan canciones frívolas al son del arpa y se creen músicos tan magníficos como David.
Amó 6:6 Beben vino en tazones llenos y se perfuman con lociones fragantes. No les importa la ruina de su nación.*
Amó 6:7 Por lo tanto, ustedes serán los primeros en ser llevados cautivos. De repente se acabarán todas sus fiestas.
Amó 6:8 El SEÑOR Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: «Desprecio la arrogancia de Israel* y odio sus fortalezas. Entregaré esta ciudad a sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».
Amó 6:9 (Si quedan diez hombres en una casa, todos morirán.
Amó 6:10 Luego, cuando el pariente responsable de deshacerse de los muertos* entre en la casa para llevarse los cuerpos, le preguntará al último sobreviviente: «¿Está alguien más contigo?». Entonces, cuando la persona comience a jurar: «No, por … », lo interrumpirá y dirá: «¡Cállate! Ni siquiera menciones el nombre del SEÑOR»).
Amó 6:11 Cuando el SEÑOR dé la orden, las casas, tanto grandes como pequeñas, serán reducidas a escombros.
Amó 6:12 ¿Pueden galopar los caballos sobre rocas grandes? ¿Se pueden usar bueyes para ararlas? Así de necios son ustedes cuando convierten la justicia en veneno y el fruto dulce de la rectitud en amargura.
Amó 6:13 Ustedes se jactan de su conquista de Lo-debar* y alardean: «¿No tomamos Carnáyim* por nuestra propia fuerza?».
Amó 6:14 «Oh pueblo de Israel, estoy a punto de levantar una nación enemiga contra ti —dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales—. Los oprimirán por todo su territorio, desde Lebo-hamat en el norte hasta el valle de Arabá en el sur».

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