APOSENTO ALTO

viernes, 15 de diciembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 15 DE DICIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     18:28-40

Jua 18:28 El juicio de Jesús ante Caifás terminó cerca del amanecer. De allí lo llevaron a la residencia oficial del gobernador romano.* Sus acusadores no entraron porque, de haberlo hecho, se habrían contaminado y no hubieran podido celebrar la Pascua.
Jua 18:29 Por eso Pilato, el gobernador, salió adonde estaban ellos y les preguntó: —¿Qué cargos tienen contra este hombre?
Jua 18:30 —¡No te lo habríamos entregado si no fuera un criminal! —replicaron.
Jua 18:31 —Entonces llévenselo y júzguenlo de acuerdo con la ley de ustedes —les dijo Pilato. —Sólo los romanos tienen derecho a ejecutar a una persona —respondieron los líderes judíos.
Jua 18:32 (Con eso se cumplió la predicción de Jesús acerca de la forma en que iba a morir).*
Jua 18:33 Entonces Pilato volvió a entrar en su residencia y pidió que le trajeran a Jesús. —¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó.
Jua 18:34 Jesús contestó: —¿Lo preguntas por tu propia cuenta o porque otros te hablaron de mí?
Jua 18:35 —¿Acaso yo soy judío? —replicó Pilato —. Tu propio pueblo y sus principales sacerdotes te trajeron a mí para que yo te juzgue. ¿Por qué? ¿Qué has hecho?
Jua 18:36 Jesús contestó: —Mi reino no es un reino terrenal. Si lo fuera, mis seguidores lucharían para impedir que yo sea entregado a los líderes judíos. Pero mi reino no es de este mundo.
Jua 18:37 Pilato le dijo: —¿Entonces eres un rey? —Tú dices que soy un rey —contestó Jesús —. En realidad, yo nací y vine al mundo para dar testimonio de la verdad. Todos los que aman la verdad reconocen que lo que digo es cierto.
Jua 18:38 —¿Qué es la verdad? —preguntó Pilato. Entonces salió de nuevo adonde estaba el pueblo y dijo: —Este hombre no es culpable de ningún delito.
Jua 18:39 Pero ustedes tienen la costumbre de pedirme cada año que ponga en libertad a un preso durante la Pascua. ¿Quieren que deje en libertad a ese “Rey de los judíos”?
Jua 18:40 Pero ellos contestaron a gritos: —¡No!, a ese hombre, no. ¡Queremos a Barrabás! (Barrabás era un insurgente).




 APOCALIPSIS  12

Apo 12:1 Entonces fui testigo de un suceso de gran importancia en el cielo. Vi a una mujer vestida del sol, con la luna debajo de los pies y una corona de doce estrellas sobre la cabeza.
Apo 12:2 Estaba embarazada y gritaba a causa de los dolores de parto y de la agonía de dar a luz.
Apo 12:3 Luego fui testigo de otro suceso importante en el cielo. Vi a un gran dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y una corona en cada cabeza.
Apo 12:4 Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas en el cielo y las arrojó a la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se paró delante de ella, listo para devorar al bebé en cuanto naciera.
Apo 12:5 Ella dio a luz a un hijo que gobernaría a todas las naciones con vara de hierro. Al dragón le arrebataron el hijo y lo llevaron hasta Dios y su trono.
Apo 12:6 Y la mujer huyó al desierto, donde Dios había preparado un lugar para que la cuidaran durante 1260 días.
Apo 12:7 Entonces hubo guerra en el cielo. Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón y sus ángeles.
Apo 12:8 El dragón perdió la batalla y él y sus ángeles fueron expulsados del cielo.
Apo 12:9 Este gran dragón —la serpiente antigua llamada diablo o Satanás, el que engaña al mundo entero —fue lanzado a la tierra junto con todos sus ángeles.
Apo 12:10 Luego oí una fuerte voz que resonaba por todo el cielo: «Por fin han llegado la salvación y el poder, el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo.* Pues el acusador de nuestros hermanos —el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche —ha sido lanzado a la tierra.
Apo 12:11 Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron. Y no amaron tanto la vida como para tenerle miedo a la muerte.
Apo 12:12 Por lo tanto, ¡alégrense, oh cielos! ¡Y alégrense, ustedes, los que viven en los cielos! Pero el terror vendrá sobre la tierra y el mar, pues el diablo ha descendido a ustedes con gran furia, porque sabe que le queda poco tiempo».
Apo 12:13 Cuando el dragón se dio cuenta de que había sido lanzado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón;
Apo 12:14 pero a ella se le dieron dos alas como las de una gran águila para que pudiera volar al lugar que se había preparado para ella en el desierto. Allí sería cuidada y protegida lejos del dragón* durante un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo.
Apo 12:15 Luego el dragón trató de ahogar a la mujer con un torrente de agua que salía de su boca.
Apo 12:16 Pero entonces la tierra ayudó a la mujer y abrió la boca y tragó el río que brotaba de la boca del dragón.
Apo 12:17 Y el dragón se enfureció contra la mujer y le declaró la guerra al resto de sus hijos, a todos los que obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen firmes en su testimonio de Jesús.
Apo 12:18 Entonces el dragón se plantó* a la orilla junto al mar.

JOB  35

Job 35:1 Entonces Eliú dijo:
Job 35:2 «¿Te parece correcto que afirmes: “Soy justo delante de Dios”?
Job 35:3 También te preguntas: “¿Y yo qué gano? ¿De qué sirve vivir una vida recta?”.
Job 35:4 »Yo te contestaré y a todos tus amigos también.
Job 35:5 Levanta tus ojos a los cielos y mira las nubes en lo alto.
Job 35:6 Si pecas, ¿en qué afecta eso a Dios? Incluso si pecas una y otra vez, ¿qué efecto tendrá sobre él?
Job 35:7 Si eres bueno, ¿es algún gran regalo para él? ¿Qué podrías darle tú?
Job 35:8 No, tus pecados afectan únicamente a personas como tú, y tus buenas acciones afectan sólo a seres humanos.
Job 35:9 »La gente clama al ser oprimida; gime bajo el peso de los poderosos.
Job 35:10 Sin embargo, no preguntan: “¿Dónde está Dios, mi Creador, el que da canciones en la noche?
Job 35:11 ¿Dónde está el que nos hace más inteligentes que los animales y más sabios que las aves de los cielos?”.
Job 35:12 Cuando claman, Dios no les responde a causa de la soberbia de ellos,
Job 35:13 pero es un error decir que Dios no escucha, que al Todopoderoso no le importa.*
Job 35:14 Tú dices que no puedes verlo, sin embargo, si esperas, te hará justicia.*
Job 35:15 Dices que Dios no responde con enojo a los pecadores y que no le importa mucho la perversidad.*
Job 35:16 Pero Job, hablas tonterías; has hablado como un necio».


LECTURA PARA LA NOCHE

MIQUEAS  4-5

Miq 4:1 En los últimos días, el monte de la casa del SEÑOR será el más alto de todos, el lugar más importante de la tierra. Se levantará por encima de las demás colinas y gente del mundo entero acudirá allí para adorar.
Miq 4:2 Vendrá gente de muchas naciones y dirá: «Vengan, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob. Allí él nos enseñará sus caminos y andaremos en sus sendas». Pues la enseñanza del SEÑOR saldrá de Sión; su palabra, de Jerusalén.
Miq 4:3 El SEÑOR mediará entre los pueblos y resolverá conflictos entre naciones poderosas y lejanas. Ellos forjarán sus espadas para convertirlas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.
Miq 4:4 Todos vivirán en paz y prosperidad; disfrutarán de sus propias vides e higueras porque no habrá nada que temer. ¡El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales ha hecho esta promesa!
Miq 4:5 Aunque las naciones que nos rodean sigan a sus ídolos, nosotros seguiremos al SEÑOR nuestro Dios por siempre y para siempre.
Miq 4:6 «En aquel día venidero —dice el SEÑOR— reuniré a los lisiados, a los que fueron desterrados, y a quienes he llenado de profundo dolor.
Miq 4:7 Los que son débiles sobrevivirán como un remanente, los que fueron desterrados volverán a ser una nación poderosa. Entonces yo, el SEÑOR, desde Jerusalén* gobernaré como su rey para siempre».
Miq 4:8 En cuanto a ti, Jerusalén, ciudadela* del pueblo de Dios, recuperarás tu fuerza y poder soberano. El reino será restaurado a mi muy amada Jerusalén.
Miq 4:9 Ahora pues, ¿por qué gritas de terror? ¿Acaso no tienes rey que te dirija? ¿Han muerto todos tus sabios? El dolor te ha apresado como a una mujer durante el parto.
Miq 4:10 Retuérzanse y giman como una mujer con dolores de parto, ustedes, habitantes de Jerusalén,* porque ahora tendrán que salir de esta ciudad para vivir en campos abiertos. Pronto serán enviados al destierro a la lejana Babilonia. Pero allí el SEÑOR los rescatará; él los redimirá de las garras de sus enemigos.
Miq 4:11 Ahora muchas naciones se han reunido contra ustedes. «Que sean profanados —dicen ellos—. Seamos testigos de la destrucción de Jerusalén».*
Miq 4:12 Pero estas naciones no conocen los pensamientos del SEÑOR ni entienden su plan. No saben que las está reuniendo para golpearlas y pisotearlas como a gavillas de grano en el campo de trillar.
Miq 4:13 «¡Levántate y aplasta a las naciones, oh Jerusalén!* —dice el SEÑOR—. Pues te daré cuernos de hierro y pezuñas de bronce, para que pisotees a muchas naciones hasta reducirlas a polvo. Presentarás al SEÑOR las riquezas mal habidas de esas naciones, sus tesoros al SEÑOR de toda la tierra».
Miq 5:1 * ¡Formen las tropas! El enemigo pone sitio a Jerusalén. Con una vara golpeará al líder de Israel en la cara.
Miq 5:2 * Pero tú, oh Belén Efrata, eres sólo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, de ti saldrá un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.
Miq 5:3 El pueblo de Israel será entregado a sus enemigos hasta que dé a luz la mujer que está de parto. Entonces, por fin, sus compatriotas volverán del destierro a su propia tierra.
Miq 5:4 Y él se levantará para dirigir a su rebaño con la fuerza del SEÑOR y con la majestad del nombre del SEÑOR su Dios. Entonces su pueblo vivirá allí tranquilo, porque él es exaltado con honores en todas partes.
Miq 5:5 Y él será la fuente de paz. Cuando los asirios invadan nuestra tierra y penetren en nuestras defensas, nombraremos a siete gobernantes para que nos vigilen, a ocho príncipes para que nos dirijan.
Miq 5:6 Ellos gobernarán a Asiria con la espada desenvainada y entrarán por las puertas de la tierra de Nimrod. Él nos rescatará de los asirios cuando desborden las fronteras para invadir nuestra tierra.
Miq 5:7 Entonces el remanente que quedó en Israel* ocupará su lugar entre las naciones. Será como rocío enviado por el SEÑOR o como lluvia que cae sobre la hierba, la cual nadie puede controlar ni hacer que se detenga.
Miq 5:8 El remanente que quedó en Israel ocupará su lugar entre las naciones. Será como un león entre los animales del bosque, como un fuerte león joven entre los rebaños de ovejas y cabras que se abalanza sobre ellas y las desgarra sin nadie que las rescate.
Miq 5:9 La gente de Israel enfrentará a sus adversarios y todos sus enemigos serán aniquilados.
Miq 5:10 «En aquel día —dice el SEÑOR— mataré a tus caballos y destruiré tus carros de guerra.
Miq 5:11 Derribaré tus muros y demoleré tus defensas.
Miq 5:12 Pondré fin a toda la brujería y no habrá más adivinos.
Miq 5:13 Destruiré todos tus ídolos y columnas sagradas, para que nunca más adores la obra de tus propias manos.
Miq 5:14 Quitaré tus altares idólatras con las imágenes de Asera y destruiré tus ciudades paganas.
Miq 5:15 Derramaré mi venganza sobre las naciones que se niegan a obedecerme».

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