APOSENTO ALTO

domingo, 3 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 3 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    21:1-19

Luc 21:1 Mientras Jesús estaba en el templo, observó a los ricos que depositaban sus ofrendas en la caja de las ofrendas.
Luc 21:2 Luego pasó una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas.*
Luc 21:3 «Les digo la verdad —dijo Jesús—, esta viuda pobre ha dado más que todos los demás.
Luc 21:4 Pues ellos dieron una mínima parte de lo que les sobraba, pero ella, con lo pobre que es, dio todo lo que tenía».
Luc 21:5 Algunos de sus discípulos comenzaron a hablar acerca del majestuoso trabajo hecho en piedra del templo y de las decoraciones conmemorativas que adornaban las paredes. Pero Jesús les dijo:
Luc 21:6 «Viene el tiempo cuando todo esto será demolido por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra!».
Luc 21:7 —Maestro —le preguntaron—, ¿cuándo sucederá todo eso? ¿Qué señal nos indicará que esas cosas están por ocurrir?
Luc 21:8 Él les contestó: —No dejen que nadie los engañe, porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”* y dirán: “El tiempo ha llegado”. Pero no les crean.
Luc 21:9 Y, cuando oigan de guerras y de levantamientos, no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder primero, pero el fin no vendrá inmediatamente después.
Luc 21:10 Luego agregó: —Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino.
Luc 21:11 Habrá grandes terremotos, hambres y plagas en muchos países, y sucederán cosas aterradoras y grandes señales milagrosas del cielo.
Luc 21:12 »Pero antes de que ocurra todo eso, habrá un tiempo de gran persecución. Los arrastrarán a las sinagogas y a las prisiones, y serán sometidos a juicio ante reyes y gobernantes, todo por ser mis seguidores.
Luc 21:13 Pero esa será una oportunidad para que ustedes les hablen de mí.*
Luc 21:14 Así que no se preocupen de antemano por cómo contestarán los cargos en su contra,
Luc 21:15 porque yo les daré las palabras apropiadas y tal sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá responderles o refutarlos.
Luc 21:16 Aun sus seres más cercanos —padres, hermanos, familiares y amigos —los traicionarán. Incluso a algunos de ustedes los matarán.
Luc 21:17 Y todos los odiarán por ser mis seguidores.*
Luc 21:18 Pero ni un solo cabello de su cabeza perecerá.
Luc 21:19 Al mantenerse firmes, ganarán su alma.




 HEBREOS  2:1-9

Heb 2:1 Así que debemos prestar mucha atención a las verdades que hemos oído, no sea que nos desviemos de ellas.
Heb 2:2 Pues el mensaje que Dios transmitió mediante los ángeles se ha mantenido siempre firme, y toda infracción de la ley y todo acto de desobediencia recibió el castigo que merecía.
Heb 2:3 Entonces, ¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar?
Heb 2:4 Además, Dios confirmó el mensaje mediante señales, maravillas, diversos milagros y dones del Espíritu Santo según su voluntad.
Heb 2:5 Es más, no son los ángeles quienes gobernarán el mundo futuro del cual hablamos,
Heb 2:6 porque en cierto lugar las Escrituras dicen: «¿Qué son los simples mortales para que pienses en ellos, o el hijo del hombre* para que te preocupes por él?
Heb 2:7 Sin embargo, lo hiciste un poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y honor.*
Heb 2:8 Le diste autoridad sobre todas las cosas»* Ahora bien, cuando dice «todas las cosas», significa que nada queda afuera. Pero todavía no vemos que todas las cosas sean puestas bajo su autoridad.
Heb 2:9 Pero lo que sí vemos es a Jesús, a quien se le dio una posición «un poco menor que los ángeles»; y, debido a que sufrió la muerte por nosotros, ahora está «coronado de gloria y honor». Efectivamente, por la gracia de Dios, Jesús conoció la muerte por todos.



PROVERBIOS 19:15-29

Pro 19:15 Los perezosos duermen profundamente, pero su ocio los deja con hambre.
Pro 19:16 Guarda los mandamientos y guardarás tu vida; despreciarlos te llevará a la muerte.
Pro 19:17 Si ayudas al pobre, le prestas al SEÑOR, ¡y él te lo pagará!
Pro 19:18 Disciplina a tus hijos mientras haya esperanza; de lo contrario, arruinarás sus vidas.
Pro 19:19 Los que pierden los estribos con facilidad tendrán que sufrir las consecuencias. Si los proteges de ellas una vez, tendrás que volver a hacerlo.
Pro 19:20 Consigue todo el consejo y la instrucción que puedas, para que seas sabio por el resto de tu vida.
Pro 19:21 Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del SEÑOR prevalecerá.
Pro 19:22 Lo que hace atractiva a una persona es su lealtad. Es mejor ser pobre que deshonesto.
Pro 19:23 El temor del SEÑOR conduce a la vida; da seguridad y protección contra cualquier daño.
Pro 19:24 Los perezosos toman la comida en la mano, pero ni siquiera se la llevan a la boca.
Pro 19:25 Si castigas al burlón, los ingenuos aprenderán una lección; si corriges al sabio, será aún más sabio.
Pro 19:26 Los hijos que maltratan a su padre o echan fuera a su madre son una deshonra pública y una vergüenza.
Pro 19:27 Hijo mío, si dejas de escuchar la instrucción, le darás la espalda al conocimiento.
Pro 19:28 Un testigo corrupto ridiculiza la justicia; la boca del perverso se traga de golpe la maldad.
Pro 19:29 El castigo está hecho para los burlones, y la espalda de los necios, para recibir golpes.



LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 6-8

Isa 6:1 El año en que murió el rey Uzías,* vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo.
Isa 6:2 Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban.
Isa 6:3 Se decían unos a otros: «¡Santo, santo, santo es el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!».
Isa 6:4 Sus voces sacudían el templo hasta los cimientos, y todo el edificio estaba lleno de humo.
Isa 6:5 Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales».
Isa 6:6 Entonces uno de los serafines voló hacia mí con un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas.
Isa 6:7 Con él tocó mis labios y dijo: «¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados».
Isa 6:8 Después oí que el Señor preguntaba: «¿A quién enviaré como mensajero a este pueblo? ¿Quién irá por nosotros?». —Aquí estoy yo —le dije—. Envíame a mí.
Isa 6:9 Y él me dijo: —Bien, ve y dile a este pueblo: “Escuchen con atención, pero no entiendan; miren bien, pero no aprendan nada”.
Isa 6:10 Endurece el corazón de este pueblo; tápales los oídos y ciérrales los ojos. De esa forma, no verán con sus ojos, ni oirán con sus oídos, ni comprenderán con su corazón para que no se vuelvan a mí en busca de sanidad.*
Isa 6:11 Entonces yo dije: —Señor, ¿cuánto tiempo durará esto? Y él contestó: —Hasta que sus ciudades queden vacías, sus casas queden desiertas y la tierra entera quede seca y baldía;
Isa 6:12 hasta que el SEÑOR haya mandado a todos lejos y toda la tierra de Israel quede desierta.
Isa 6:13 Si aún sobrevive una décima parte, un remanente, volverá a ser invadida y quemada. Pero así como el terebinto o el roble dejan un tocón cuando se cortan, también el tocón de Israel será una semilla santa.
Isa 7:1 Cuando Acaz, hijo de Jotam y nieto de Uzías, era rey de Judá, Rezín, rey de Siria,* y Peka, hijo de Remalías, rey de Israel, salieron para atacar a Jerusalén. Sin embargo, no pudieron llevar a cabo su plan.
Isa 7:2 A la corte real de Judá había llegado la siguiente noticia: «¡Siria se ha aliado con Israel* en contra de nosotros!». Por eso, el corazón del rey y el de su pueblo temblaron de miedo, como tiemblan los árboles en medio de una tormenta.
Isa 7:3 Entonces el SEÑOR dijo a Isaías: «Toma a tu hijo Sear-jasub* y ve al encuentro del rey Acaz. Lo encontrarás al final del acueducto que conduce el agua al estanque superior, cerca del camino que lleva al campo donde se lavan* las telas.
Isa 7:4 Dile que deje de preocuparse; que no hay por qué temer a la ira feroz de esos dos tizones apagados que son Rezín, rey de Siria y Peka, hijo de Remalías.
Isa 7:5 Es verdad que los reyes de Siria y de Israel han conspirado contra él diciendo:
Isa 7:6 “Atacaremos a Judá y lo conquistaremos y pertenecerá a nosotros. Después pondremos en el trono de Judá al hijo de Tabeel”.
Isa 7:7 Pero esto dice el SEÑOR Soberano: »“Esta invasión nunca sucederá, nunca se llevará a cabo;
Isa 7:8 pues Siria no es más fuerte que Damasco, su capital, y Damasco no es más fuerte que Rezín, su rey. En cuanto a Israel, dentro de sesenta y cinco años será aplastado y destruido por completo.
Isa 7:9 Israel no es más fuerte que Samaria, su capital, y Samaria no es más fuerte que Peka, hijo de Remalías, su rey. A menos que ustedes tengan una fe firme, no puedo hacer que permanezcan firmes”».
Isa 7:10 Más tarde, el SEÑOR le envió al rey Acaz el siguiente mensaje:
Isa 7:11 «Acaz, pídele al SEÑOR tu Dios una señal de confirmación. Hazla tan difícil como quieras: tan alta como los cielos o tan profunda como el lugar de los muertos».*
Isa 7:12 Pero el rey se negó. —No —dijo el rey—. No pondré a prueba al SEÑOR así.
Isa 7:13 Entonces Isaías le dijo: —¡Escuchen bien, ustedes de la familia real de David! ¿Acaso no les basta con agotar la paciencia humana? ¿También tienen que agotar la paciencia de mi Dios?
Isa 7:14 Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen* concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).
Isa 7:15 Cuando ese hijo tenga edad suficiente para escoger lo correcto y rechazar lo malo, estará comiendo yogur* y miel.
Isa 7:16 Pues antes de que el niño tenga esa edad, las tierras de los dos reyes que tanto temes quedarán desiertas.
Isa 7:17 »Luego el SEÑOR hará venir sobre ti, sobre tu nación y sobre tu familia, hechos como nunca hubo desde que Israel se separó de Judá. ¡Pondrá al rey de Asiria en tu contra!
Isa 7:18 »En ese día, el SEÑOR llamará con un silbido al ejército del sur de Egipto y al ejército de Asiria. Ellos te rodearán como un enjambre de moscas o abejas.
Isa 7:19 Vendrán en inmensas multitudes y se establecerán en las regiones fértiles y también en los valles desolados, en las cuevas y en los lugares llenos de espinos.
Isa 7:20 En ese día, el Señor contratará a una «navaja» procedente del otro lado del río Éufrates* —rey de Asiria— y la usará para afeitarte por completo: tu tierra, tus cosechas y tu pueblo.*
Isa 7:21 » En ese día, un campesino se considerará afortunado si le quedan una vaca y dos ovejas o cabras.
Isa 7:22 Sin embargo, habrá suficiente leche para todos, porque quedarán muy pocos habitantes en la tierra. Comerán yogur y miel hasta saciarse.
Isa 7:23 En aquel día, los viñedos lozanos que hoy valen mil piezas de plata* se convertirán en parcelas llenas de zarzas y espinos.
Isa 7:24 Toda la tierra se convertirá en una gran extensión repleta de zarzas y espinos, en un territorio de cacería lleno de animales salvajes.
Isa 7:25 Nadie irá a las laderas fértiles donde antes crecían los huertos, porque estarán cubiertas de zarzas y de espinos; allí apacentarán el ganado, las ovejas y las cabras.
Isa 8:1 Luego el SEÑOR me dijo: «Haz un letrero grande y escribe con claridad el siguiente nombre: Maher-shalal-hash-baz* ».
Isa 8:2 Les pedí al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Jeberequías, ambos conocidos como hombres honrados, que fueran testigos de lo que yo hacía.
Isa 8:3 Después me acosté con mi esposa y ella quedó encinta, y dio a luz un hijo. Y el SEÑOR me dijo: «Ponle por nombre Maher-shalal-hash-baz.
Isa 8:4 Pues antes de que este hijo tenga edad suficiente para decir “papá” o “mamá”, el rey de Asiria se llevará la abundancia de Damasco y las riquezas de Samaria».
Isa 8:5 Entonces el SEÑOR volvió a hablar conmigo y me dijo:
Isa 8:6 «Mi cuidado del pueblo de Judá es como el delicado fluir de las aguas de Siloé, pero ellos lo han rechazado. Se alegran por lo que les sucederá al* rey Rezín y al rey Peka.*
Isa 8:7 Por lo tanto, el Señor los arrollará con una poderosa inundación del río Éufrates,* el rey de Asiria con toda su gloria. La inundación desbordará todos los canales
Isa 8:8 y cubrirá a Judá hasta la barbilla. Extenderá sus alas y sumergirá a tu tierra de un extremo al otro, oh Emanuel.
Isa 8:9 »Reúnanse, naciones, y llénense de terror. Escuchen, todas ustedes, tierras lejanas: prepárense para la batalla, ¡pero serán aplastadas! Sí, prepárense para la batalla, ¡pero serán aplastadas!
Isa 8:10 Convoquen a sus asambleas de guerra, pero no les servirán de nada; desarrollen sus estrategias, pero no tendrán éxito, ¡porque Dios está con nosotros!».*
Isa 8:11 El SEÑOR me dio una firme advertencia de no pensar como todos los demás. Me dijo:
Isa 8:12 «No llames conspiración a todo, como hacen ellos, ni vivas aterrorizado de lo que a ellos les da miedo.
Isa 8:13 Ten por santo en tu vida al SEÑOR de los Ejércitos Celestiales; él es a quien debes temer. Él es quien te debería hacer temblar.
Isa 8:14 Él te mantendrá seguro. En cambio, para Israel y Judá será una piedra de tropiezo; una roca que los hace caer. Y para el pueblo de Jerusalén será una red y una trampa.
Isa 8:15 Muchos tropezarán y caerán y no volverán a levantarse; caerán en la trampa y serán capturados».
Isa 8:16 Preserva las enseñanzas de Dios; confía sus instrucciones a quienes me siguen.
Isa 8:17 Yo esperaré al SEÑOR, que se ha apartado de los descendientes de Jacob; en él pondré mi esperanza.
Isa 8:18 Yo y los hijos que el SEÑOR me ha dado servimos como señales y advertencias a Israel de parte del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, quien habita en su templo en el monte Sión.
Isa 8:19 Tal vez alguien les diga: «Preguntemos a los médiums y a los que consultan los espíritus de los muertos; con sus susurros y balbuceos nos dirán qué debemos hacer». Pero ¿acaso no deberá el pueblo pedirle a Dios que lo guíe? ¿Deberían los vivos buscar orientación de los muertos?
Isa 8:20 ¡Busquen las instrucciones y las enseñanzas de Dios! Quienes contradicen su palabra están en completa oscuridad.
Isa 8:21 Irán de un lugar a otro, fatigados y hambrientos. Y porque tienen hambre, se pondrán furiosos y maldecirán a su rey y a su Dios. Levantarán la mirada al cielo
Isa 8:22 y luego la bajarán a la tierra, pero dondequiera que miren habrá problemas, angustia y una oscura desesperación. Serán lanzados a las tinieblas de afuera.

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