APOSENTO ALTO

lunes, 18 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 18 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    23:38-43

Luc 23:38 Encima de su cabeza, colocaron un letrero que decía: «Éste es el Rey de los judíos».
Luc 23:39 Uno de los criminales colgados junto a él se burló: «¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo, ¡y a nosotros también!».
Luc 23:40 Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte?
Luc 23:41 Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo».
Luc 23:42 Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
Luc 23:43 Jesús respondió: —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.



 HEBREOS  10:19-39

Heb 10:19 Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús.
Heb 10:20 Por su muerte,* Jesús abrió un nuevo camino —un camino que da vida —a través de la cortina al Lugar Santísimo.
Heb 10:21 Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios,
Heb 10:22 entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.
Heb 10:23 Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.
Heb 10:24 Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones.
Heb 10:25 Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
Heb 10:26 Queridos amigos, si seguimos pecando a propósito después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio que cubra esos pecados.
Heb 10:27 Sólo queda la terrible expectativa del juicio de Dios y el fuego violento que consumirá a sus enemigos.
Heb 10:28 Pues todo el que rehusaba obedecer la ley de Moisés era ejecutado sin compasión por el testimonio de dos o tres testigos.
Heb 10:29 Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto —la cual nos hizo santos —como si fuera algo vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae la misericordia de Dios.
Heb 10:30 Pues conocemos al que dijo: «Yo tomaré venganza. Yo les pagaré lo que se merecen»*. También dijo: «El SEÑOR juzgará a su propio pueblo»*.
Heb 10:31 ¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!
Heb 10:32 Acuérdense de los primeros tiempos, cuando recién aprendían acerca de Cristo.* Recuerden cómo permanecieron fieles aunque tuvieron que soportar terrible sufrimiento.
Heb 10:33 Algunas veces los ponían en ridículo públicamente y los golpeaban, otras veces ustedes ayudaban a los que pasaban por lo mismo.
Heb 10:34 Sufrieron junto con los que fueron metidos en la cárcel y, cuando a ustedes les quitaron todos sus bienes, lo aceptaron con alegría. Sabían que en el futuro les esperaban cosas mejores, que durarán para siempre.
Heb 10:35 Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá!
Heb 10:36 Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha prometido.
Heb 10:37 «Pues, dentro de muy poco tiempo, aquél que viene vendrá sin demorarse.
Heb 10:38 Mis justos vivirán por la fe.* Pero no me agradará aquél que se aparte de mí»*.
Heb 10:39 Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas.




PROVERBIOS 27:1-14

Pro 27:1 No te jactes del mañana, ya que no sabes lo que el día traerá.
Pro 27:2 Que te alabe otro y no tu propia boca; que lo haga un desconocido, no tus propios labios.
Pro 27:3 Una piedra es pesada, y la arena también, pero el resentimiento causado por el necio es aún más pesado.
Pro 27:4 El enojo es cruel, y la ira es como una inundación, pero los celos son aún más peligrosos.
Pro 27:5 ¡Una reprensión franca es mejor que amar en secreto!
Pro 27:6 Las heridas de un amigo sincero son mejores que muchos besos de un enemigo.
Pro 27:7 El que tiene el estómago lleno rechaza la miel; pero al hambriento, hasta la comida amarga le sabe dulce.
Pro 27:8 El que se aleja de su hogar es como el ave que se aleja de su nido.
Pro 27:9 El perfume y el incienso alegran el corazón, y el dulce consejo de un amigo es mejor que la confianza propia.
Pro 27:10 Nunca abandones a un amigo, sea tuyo o de tu padre. Cuando ocurra la calamidad, no tendrás que pedirle ayuda a tu hermano. Mejor es recurrir a un vecino que a un hermano que vive lejos.
Pro 27:11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón. Entonces podré responder a los que me critican.
Pro 27:12 El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón sigue adelante a ciegas y sufre las consecuencias.
Pro 27:13 Al que salga fiador por la deuda de un desconocido, pídele una garantía. Exígele un depósito como garantía si lo hace por extranjeros.*
Pro 27:14 Un saludo alegre y en voz alta temprano en la mañana, ¡será considerado una maldición!
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LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 46-48

Isa 46:1 Bel y Nebo, los dioses de Babilonia, se inclinan cuando los bajan al suelo. Se los llevan en carretas tiradas por bueyes. Los pobres animales se tambalean por el peso.
Isa 46:2 Tanto los ídolos como sus dueños se doblegan. Los dioses no pueden proteger a la gente, y la gente no puede proteger a los dioses; juntos van al cautiverio.
Isa 46:3 «Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer.
Isa 46:4 Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré.
Isa 46:5 »¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual que yo?
Isa 46:6 Hay quienes derrochan su plata y su oro y contratan a un artesano para que de estos les haga un dios. Luego, ¡se inclinan y le rinden culto!
Isa 46:7 Lo llevan sobre los hombros y cuando lo bajan, allí se queda. ¡Ni siquiera se puede mover! Cuando alguien le dirige una oración, no obtiene respuesta; no puede rescatar a nadie de sus dificultades.
Isa 46:8 »¡No olviden esto! ¡Ténganlo presente! Recuérdenlo, ustedes los culpables.
Isa 46:9 Recuerden las cosas que hice en el pasado. ¡Pues sólo yo soy Dios! Yo soy Dios, y no hay otro como yo.
Isa 46:10 Sólo yo puedo predecir el futuro antes que suceda. Todos mis planes se cumplirán porque yo hago todo lo que deseo.
Isa 46:11 Llamaré a una veloz ave de rapiña desde el oriente, a un líder de tierras lejanas, para que venga y haga lo que le ordeno. He dicho lo que haría, y lo cumpliré.
Isa 46:12 »Escúchame, pueblo terco, que estás tan lejos de actuar con justicia.
Isa 46:13 Pues estoy listo para rectificar todo, no en un futuro lejano, ¡sino ahora mismo! Estoy listo para salvar a Jerusalén* y mostrarle mi gloria a Israel.
Isa 47:1 »Desciende, hija virgen de Babilonia, y siéntate en el polvo porque han terminado tus días de estar sentada en el trono. Oh hija de Babilonia,* nunca volverás a ser la encantadora princesa, tierna y delicada.
Isa 47:2 Toma las pesadas ruedas de molino y muele la harina; quítate el velo y despójate de tu túnica. Descúbrete a la vista del público.
Isa 47:3 Quedarás desnuda y llena de vergüenza. Me vengaré de ti sin piedad».
Isa 47:4 Nuestro Redentor, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, es el Santo de Israel.
Isa 47:5 «Oh Babilonia hermosa, siéntate ahora en oscuridad y en silencio. Nunca más serás conocida como la reina de los reinos.
Isa 47:6 Pues yo estaba enojado con mi pueblo escogido y lo castigué al dejar que cayera en tus manos. Sin embargo, tú, Babilonia, no les tuviste compasión. Hasta oprimiste a los ancianos.
Isa 47:7 Dijiste: “¡Reinaré para siempre, como reina del mundo!”. No reflexionaste sobre lo que hacías, ni pensaste en las consecuencias.
Isa 47:8 »Escucha esto, nación amante de los placeres, que vives cómodamente y te sientes segura. Tú dices: “Yo soy la única, y no hay otra. Nunca seré viuda ni perderé a mis hijos”.
Isa 47:9 Pues ambas cosas caerán sobre ti en un instante: la viudez y la pérdida de tus hijos. Así es, esas calamidades caerán sobre ti, a pesar de tu brujería y de tu magia.
Isa 47:10 »Te sentías segura en tu maldad. “Nadie me ve”, dijiste. Pero tu “sabiduría” y tu “conocimiento” te han descarriado, y dijiste: “Yo soy la única, y no hay otra”.
Isa 47:11 Por eso te alcanzará el desastre, y serás incapaz de alejarlo por medio de encantos. La calamidad caerá sobre ti, y no podrás comprar tu libertad. Una catástrofe te sorprenderá; una para la cual no estás preparada.
Isa 47:12 »¡Usa ahora tus encantamientos! Usa los conjuros que estuviste perfeccionando todos estos años. Tal vez te hagan algún bien; tal vez puedan hacer que alguien te tenga miedo.
Isa 47:13 Tanto consejo recibido te ha cansado. ¿Dónde están tus astrólogos, esos que miran a las estrellas y hacen predicciones todos los meses? Que den la cara y te salven de lo que te depara el futuro.
Isa 47:14 Pero ellos son como la paja que arde en el fuego; no pueden salvarse a sí mismos de las llamas. No recibirás ninguna ayuda de ellos; su chimenea no es lugar para sentarse y calentarse.
Isa 47:15 Y todos tus amigos, con los que has hecho negocios desde la niñez, cada uno seguirá su propio camino, haciendo oídos sordos a tus gritos.
Isa 48:1 »Escúchame, oh familia de Jacob, tú que llevas el nombre de Israel y naciste en la familia de Judá. Escucha, tú que haces juramentos en el nombre del SEÑOR e invocas al Dios de Israel. No cumples tus promesas,
Isa 48:2 aunque te llamas a ti misma la ciudad santa y dices que confías en el Dios de Israel, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
Isa 48:3 Hace mucho tiempo te dije lo que iba a suceder. Entonces, de repente entré en acción y todas mis predicciones se hicieron realidad.
Isa 48:4 Pues yo sé lo terca y obstinada que eres; tu cuello es tan inflexible como el hierro y tu cabeza es tan dura como el bronce.
Isa 48:5 Por eso te dije lo que iba a suceder; te anuncié de antemano lo que iba a hacer. Así nunca podrías decir: “Mis ídolos lo hicieron; mi imagen de madera y mi dios de metal ordenaron que sucediera”.
Isa 48:6 Oíste mis predicciones y las viste cumplidas, pero te niegas a admitirlo. Ahora te diré cosas nuevas, cosas secretas que aún no has oído.
Isa 48:7 Son totalmente nuevas; no son del pasado. Así que no podrás decir: “¡Eso ya lo sabíamos!”.
Isa 48:8 »Sí, te diré cosas completamente nuevas; cosas que nunca antes habías oído. Pues conozco muy bien lo traidora que eres; fuiste rebelde desde tu nacimiento.
Isa 48:9 Sin embargo, por el amor y la honra de mi nombre, contendré mi enojo y no te aniquilaré.
Isa 48:10 Te he refinado, pero no como se refina la plata; más bien te he refinado en el horno del sufrimiento.
Isa 48:11 Te rescataré por amor de mí; sí, por amor de mí mismo. No permitiré que se manche mi reputación, ni compartiré mi gloria con los ídolos.
Isa 48:12 »Escúchame, oh familia de Jacob, ¡Israel, mi escogido! Sólo yo soy Dios, el Primero y el Último.
Isa 48:13 Fue mi mano la que puso los cimientos de la tierra, mi mano derecha la que extendió los cielos en las alturas. Cuando llamo a las estrellas para que salgan, aparecen todas en orden».
Isa 48:14 ¿Alguna vez te ha dicho esto uno de tus ídolos? Vengan, todos ustedes, y escuchen: El SEÑOR ha escogido a Ciro como su aliado; lo usará para poner fin al imperio de Babilonia y para destruir a los ejércitos babilónicos.*
Isa 48:15 «Lo he dicho: ¡Llamo a Ciro! Lo enviaré a cumplir este encargo y lo ayudaré para que triunfe.
Isa 48:16 Acérquense y escuchen esto: desde el principio les he dicho con claridad lo que sucedería». Ahora, el SEÑOR Soberano y su Espíritu me han enviado con este mensaje.
Isa 48:17 Esto dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te enseña lo que te conviene y te guía por las sendas que debes seguir.
Isa 48:18 ¡Ah, si sólo hubieras hecho caso a mis mandatos! Entonces habrías tenido una paz que correría como un río manso y una justicia que pasaría sobre ti como las olas del mar.
Isa 48:19 Tus descendientes habrían sido como la arena del mar, ¡imposibles de contar! No habría sido necesario destruirte ni cortar el nombre de tu familia».
Isa 48:20 Sin embargo, incluso ahora, ¡sean libres de su cautiverio! Salgan de Babilonia y de los babilonios.* ¡Canten este mensaje! Grítenlo hasta los extremos de la tierra. El SEÑOR ha redimido a sus siervos: a los del pueblo de Israel.*
Isa 48:21 No tuvieron sed cuando él los guió a través del desierto. Él partió la roca, y brotó agua a chorros para que bebieran.
Isa 48:22 «Pero no hay paz para los malvados», dice el SEÑOR.

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