APOSENTO ALTO

viernes, 8 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 08 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    22:24-30

Luc 22:24 Después comenzaron a discutir quién sería el más importante entre ellos.
Luc 22:25 Jesús les dijo: «En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo con prepotencia; sin embargo, son llamados “amigos del pueblo”.
Luc 22:26 Pero entre ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un sirviente.
Luc 22:27 ¿Quién es más importante: el que se sienta a la mesa o el que la sirve? El que se sienta a la mesa, por supuesto. ¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes como uno que sirve.
Luc 22:28 »Ustedes han estado conmigo durante mis tiempos de prueba.
Luc 22:29 Y, así como mi Padre me concedió un reino, yo ahora les concedo el derecho
Luc 22:30 de comer y beber a mi mesa en mi reino. Y ustedes se sentarán sobre tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.



 HEBREOS  5

Heb 5:1 Todo sumo sacerdote es un hombre escogido para representar a otras personas en su trato con Dios. Él presenta a Dios las ofrendas de esas personas y ofrece sacrificios por los pecados.
Heb 5:2 Y puede tratar con paciencia a los ignorantes y descarriados, porque él también está sujeto a las mismas debilidades.
Heb 5:3 Por esa razón, debe ofrecer sacrificios tanto por sus propios pecados como por los del pueblo.
Heb 5:4 Y nadie puede llegar a ser sumo sacerdote sólo porque desee tener ese honor. Tiene que ser llamado por Dios para ese trabajo, como sucedió con Aarón.
Heb 5:5 Por eso, Cristo no se honró a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino que fue elegido por Dios, quien le dijo: «Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu padre»*.
Heb 5:6 Y en otro pasaje Dios le dijo: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec»*.
Heb 5:7 Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía.
Heb 5:8 Aunque era Hijo de Dios, Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió.
Heb 5:9 De ese modo, Dios lo hizo apto para ser el Sumo Sacerdote perfecto, y Jesús llegó a ser la fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen.
Heb 5:10 Y Dios lo designó Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.
Heb 5:11 Nos gustaría decir mucho más sobre este tema, pero es difícil de explicar, sobre todo porque ustedes son torpes espiritualmente y tal parece que no escuchan.
Heb 5:12 Hace tanto que son creyentes que ya deberían estar enseñando a otros. En cambio, necesitan que alguien vuelva a enseñarles las cosas básicas de la Palabra de Dios.* Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer alimento sólido.
Heb 5:13 Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y no sabe cómo hacer lo correcto.
Heb 5:14 El alimento sólido es para los que son maduros, los que a fuerza de práctica están capacitados para distinguir entre lo bueno y lo malo.




PROVERBIOS 22:1-16

Pro 22:1 Elige una buena reputación sobre las muchas riquezas; ser tenido en gran estima es mejor que la plata o el oro.
Pro 22:2 El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los hizo el SEÑOR.
Pro 22:3 El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón avanza a ciegas y sufre las consecuencias.
Pro 22:4 La verdadera humildad y el temor del SEÑOR conducen a riquezas, a honor y a una larga vida.
Pro 22:5 Los corruptos van por un camino espinoso y traicionero; el que aprecie la vida lo evitará.
Pro 22:6 Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.
Pro 22:7 Así como el rico gobierna al pobre, el que pide prestado es sirviente del que presta.
Pro 22:8 Los que siembran injusticia cosecharán desgracia, y su régimen de terror se acabará.*
Pro 22:9 Benditos son los generosos, porque alimentan a los pobres.
Pro 22:10 Echa fuera al burlón, y también se acabarán las peleas. Los pleitos y los insultos desaparecerán.
Pro 22:11 El que ama la pureza del corazón y habla con gracia tendrá al rey como amigo.
Pro 22:12 El SEÑOR preserva a los que tienen conocimiento, pero arruina los planes de los traicioneros.
Pro 22:13 El perezoso afirma: «¡Hay un león allí afuera! ¡Si salgo, me puede matar!».
Pro 22:14 La boca de la mujer inmoral es una trampa peligrosa; los que provoquen el enojo del SEÑOR caerán en ella.
Pro 22:15 El corazón del muchacho está lleno de necedad, pero la disciplina física la alejará lejos de él.
Pro 22:16 La persona que saca ventaja oprimiendo al pobre, o llenando de regalos al rico, terminará en la pobreza.




LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 21-23

Isa 21:1 Este es el mensaje que recibí acerca de Babilonia, el desierto junto al mar:* Desde el desierto se acerca el desastre y te caerá encima, como un remolino que entra arrasando desde el Neguev.
Isa 21:2 Veo una visión aterradora: veo al traidor traicionando, al destructor destruyendo. Adelante, ustedes, elamitas y medos: ataquen y asedien. Yo pondré fin a todos los gemidos que provocó Babilonia.
Isa 21:3 Mi estómago me duele y me arde de dolor; me dominan agudas punzadas de angustia, como las de una mujer en parto. Me desmayo cuando oigo lo que Dios se propone hacer: tengo demasiado miedo para mirar.
Isa 21:4 La cabeza me da vueltas y se me acelera el corazón; anhelaba que llegara la noche, pero ahora la oscuridad me da terror.
Isa 21:5 ¡Miren! Están preparando un gran banquete; están extendiendo alfombras para que la gente se siente. Todos comen y beben. Pero ¡rápido!, tomen los escudos y prepárense para la batalla. ¡Los están atacando!
Isa 21:6 Mientras tanto, el Señor me dijo: «Pon un centinela sobre la muralla de la ciudad; que advierta a gritos lo que ve.
Isa 21:7 Deberá estar atento por carros de guerra tirados por un par de caballos, y jinetes sobre burros y camellos. Que el centinela esté bien alerta».
Isa 21:8 Luego el centinela* gritó: «Día tras día me he mantenido de pie sobre la torre de vigilancia, mi señor; noche tras noche he permanecido en mi puesto.
Isa 21:9 Y ahora, por fin, ¡mire! ¡Ahí viene un hombre en un carro de guerra con un par de caballos!». Entonces el centinela dijo: «¡Ha caído Babilonia, ha caído! ¡Todos los ídolos de Babilonia yacen en el suelo, hechos pedazos!».
Isa 21:10 Pueblo mío, trillado y aventado, te he transmitido todo lo que el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dijo; todo lo que me ha dicho el Dios de Israel.
Isa 21:11 Este es el mensaje que recibí acerca de Edom:* Alguien de Edom* sigue llamándome: «Centinela, ¿cuánto falta para la mañana? ¿Cuándo se acabará la noche?».
Isa 21:12 El centinela contesta: «Ya llega la mañana, pero pronto volverá la noche. Si quieres preguntar otra vez, entonces regresa y pregunta».
Isa 21:13 Este es el mensaje que recibí acerca de Arabia: Oh caravanas de Dedán, escóndanse en los desiertos de Arabia.
Isa 21:14 Oh gente de Tema, lleven agua a esta gente sedienta, alimento a estos refugiados agotados.
Isa 21:15 Han huido de la espada, de la espada desenvainada, del arco tensado y de los terrores de la batalla.
Isa 21:16 El Señor me dijo: «Dentro de un año, contando cada día,* toda la gloria de Cedar se acabará.
Isa 21:17 Sólo sobrevivirán unos cuantos de sus valientes arqueros. ¡Yo, el SEÑOR, Dios de Israel, he hablado!».
Isa 22:1 Este es el mensaje que recibí acerca de Jerusalén, el valle de la Visión:* ¿Qué sucede? ¿Por qué todo el mundo corre a las azoteas?
Isa 22:2 Toda la ciudad está en un terrible alboroto. ¿Qué veo en esta ciudad tan parrandera? Hay cadáveres por todas partes, no murieron en batalla, sino a causa del hambre y de la enfermedad.
Isa 22:3 Todos tus líderes huyeron; se rindieron sin ofrecer ninguna resistencia. Los habitantes trataron de escabullirse, pero también fueron capturados.
Isa 22:4 Por eso dije: «Déjenme a solas para llorar; no intenten consolarme. Déjenme llorar por mi pueblo mientras presencio su destrucción».
Isa 22:5 ¡Oh qué día de derrota tan aplastante! ¡Qué día de confusión y de terror enviado por el Señor, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, sobre el valle de la Visión! Las murallas de Jerusalén han sido derribadas y gritos de muerte resuenan desde las laderas de los montes.
Isa 22:6 Los elamitas son los arqueros. Están en sus carros de guerra con los conductores. Los hombres de Kir sostienen los escudos.
Isa 22:7 Los carros de guerra llenan tus hermosos valles y los conductores de los carros irrumpen por tus puertas.
Isa 22:8 Judá ha sido despojado de sus defensas. Ustedes corren al arsenal* a buscar sus armas.
Isa 22:9 Inspeccionan las brechas en las murallas de Jerusalén.* Almacenan agua en la cisterna de abajo.
Isa 22:10 Recorren las casas y derriban algunas para tomar las piedras y reforzar las murallas.
Isa 22:11 Entre las murallas de la ciudad construyen un estanque para el agua de la cisterna vieja. Sin embargo, nunca piden ayuda a Aquél que hizo todo esto. Nunca tuvieron en cuenta a Aquél que lo planificó hace mucho tiempo.
Isa 22:12 En ese día, el Señor, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, los llamó a llorar y a lamentarse. Les dijo que se raparan la cabeza en señal de dolor por sus pecados y que usaran ropa de tela áspera para expresar su remordimiento.
Isa 22:13 En cambio, ustedes bailan y juegan; matan reses y ovejas; comen carne y beben vino. Y dicen: «¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!».
Isa 22:14 El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales me ha revelado lo siguiente: «Hasta el día en que mueran, nunca se les perdonará este pecado». Ese es el juicio del Señor, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
Isa 22:15 Esto me dijo el Señor, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: «Enfréntate a Sebna, el administrador del palacio, y dale este mensaje:
Isa 22:16 »¿Quién te crees que eres, y qué haces aquí, construyéndote una hermosa sepultura, un monumento en lo alto de la roca?
Isa 22:17 Pues el SEÑOR está a punto de arrojarte lejos, hombre poderoso. Te agarrará,
Isa 22:18 te arrugará y hará de ti una bola y te lanzará a una tierra árida y distante. Allí morirás, y tus gloriosos carros de guerra quedarán rotos e inútiles. ¡Eres una vergüenza para tu amo!
Isa 22:19 »Sí, te sacaré de tu puesto —dice el SEÑOR—, te derribaré de tu elevada posición.
Isa 22:20 Y entonces llamaré a mi siervo Eliaquim, hijo de Hilcías, para que te reemplace.
Isa 22:21 Lo vestiré con tus vestiduras reales y le daré tu título y tu autoridad. Y será un padre para el pueblo de Jerusalén y de Judá.
Isa 22:22 Le daré la llave de la casa de David, la posición más elevada dentro de la corte real. Cuando él abra puertas, nadie podrá cerrarlas; cuando él cierre puertas, nadie podrá abrirlas.
Isa 22:23 Le traerá honor al nombre de su familia, porque yo lo pondré firmemente en su lugar como un clavo en la pared.
Isa 22:24 Le darán grandes responsabilidades, y él les traerá honor incluso a los miembros más humildes de su familia».*
Isa 22:25 Pero el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales también dice: «Llegará el día en que yo sacaré el clavo que parecía tan firme; saldrá y caerá al suelo y todo lo que sostiene se caerá junto con él. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!».
Isa 23:1 Este es el mensaje que recibí acerca de Tiro: ¡Lloren, oh naves de Tarsis, porque quedaron destruidos el puerto y las casas de Tiro! Los rumores que oyeron en Chipre* son ciertos.
Isa 23:2 Laméntense en silencio, gente de la costa, y ustedes, mercaderes de Sidón. Sus comerciantes cruzaban el mar;
Isa 23:3 navegando sobre aguas profundas; les traían granos desde Egipto* y cosechas de todo el Nilo. Ustedes eran el mercado del mundo.
Isa 23:4 Pero ahora tú pasas vergüenza, ciudad de Sidón, porque Tiro, la fortaleza del mar, dice: «Ahora estoy sin hijos; no tengo hijos ni hijas».
Isa 23:5 Cuando en Egipto oigan la noticia acerca de Tiro, habrá gran dolor.
Isa 23:6 ¡Avisen ahora a Tarsis! ¡Giman, ustedes que viven en tierras lejanas!
Isa 23:7 Con la larga historia que tenían ustedes, ¿son estas silenciosas ruinas lo único que queda de su ciudad, antes tan llena de alegría? Piensen en toda la gente que enviaron para establecerse en lugares distantes.
Isa 23:8 ¿Quién hizo caer este desastre sobre Tiro, la gran fundadora de reinos? Sus comerciantes eran todos príncipes; sus mercaderes, nobles.
Isa 23:9 El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales lo hizo para destruir tu orgullo y dejar por el suelo a toda la nobleza de la tierra.
Isa 23:10 Vengan, habitantes de Tarsis, arrasen la tierra como el Nilo en sus inundaciones, porque Tiro está indefensa.*
Isa 23:11 El SEÑOR extendió su mano sobre el mar y sacudió los reinos de la tierra. Él se ha pronunciado contra Fenicia,* ordenó que fueran destruidas sus fortalezas.
Isa 23:12 Él dice: «Nunca más volverás a alegrarte, hija de Sidón, porque has sido aplastada. Aunque huyas a Chipre, no encontrarás descanso».
Isa 23:13 Miren a la tierra de Babilonia,* ¡la gente de esa tierra ha desaparecido! Los asirios han entregado a Babilonia a los animales salvajes del desierto. Levantaron rampas de asalto contra sus muros, derribaron los palacios y convirtieron la ciudad en un montón de escombros.
Isa 23:14 ¡Giman, oh barcos de Tarsis, porque su puerto está destruido!
Isa 23:15 Durante setenta años, el tiempo que dura la vida de un rey, Tiro será olvidada; pero luego la ciudad volverá a la vida, como en la canción acerca de la prostituta:
Isa 23:16 Toma un arpa y camina por las calles, ramera olvidada; entona una dulce melodía y canta tus canciones para que te vuelvan a recordar.
Isa 23:17 Así es, después de setenta años, el SEÑOR devolverá la vida a Tiro; pero no será distinta de lo que era antes. Volverá a ser una prostituta para todos los reinos del mundo.
Isa 23:18 Sin embargo, al final, sus ganancias le serán entregadas al SEÑOR. Sus riquezas no serán acumuladas, sino que darán buenos alimentos y vestidos de buena calidad a los sacerdotes del SEÑOR.

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