APOSENTO ALTO

miércoles, 13 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 13 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    22:63-71

Luc 22:63 Los guardias que estaban a cargo de Jesús comenzaron a burlarse de él y a golpearlo.
Luc 22:64 Le vendaron los ojos y le decían: «¡Profetízanos! ¿Quién te golpeó esta vez?».
Luc 22:65 Y le lanzaban todo tipo de insultos.
Luc 22:66 Al amanecer, todos los ancianos del pueblo se reunieron, incluidos los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa. Llevaron a Jesús ante el Concilio Supremo*
Luc 22:67 y le dijeron: —Dinos, ¿eres tú el Mesías? Pero él respondió: —Si lo dijera, no me creerían.
Luc 22:68 Y, si yo les hiciera una pregunta, ustedes no me la contestarían.
Luc 22:69 Pero, desde ahora, el Hijo del Hombre estará sentado en el lugar de poder, a la derecha de Dios.*
Luc 22:70 Todos gritaron: —¿Entonces afirmas que eres el Hijo de Dios? Y él contestó: —Ustedes dicen que lo soy.
Luc 22:71 «¿Para qué necesitamos otros testigos? —dijeron —. Nosotros mismos lo oímos decirlo».




 HEBREOS  8:1-6

Heb 8:1 El punto principal es el siguiente: tenemos un sumo sacerdote quien se sentó en el lugar de honor, a la derecha del trono del Dios majestuoso en el cielo.
Heb 8:2 Allí sirve como ministro en el tabernáculo* del cielo, el verdadero lugar de adoración construido por el Señor y no por manos humanas.
Heb 8:3 Ya que es deber de todo sumo sacerdote presentar ofrendas y sacrificios, nuestro Sumo Sacerdote también tiene que presentar una ofrenda.
Heb 8:4 Si estuviera aquí en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas que exige la ley.
Heb 8:5 Ellos sirven dentro de un sistema de adoración que es sólo una copia, una sombra del verdadero, que está en el cielo. Pues cuando Moisés estaba por construir el tabernáculo, Dios le advirtió lo siguiente: «Asegúrate de hacer todo según el modelo que te mostré aquí en la montaña»*.
Heb 8:6 Pero ahora a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, se le ha dado un ministerio que es muy superior al sacerdocio antiguo porque él es mediador a nuestro favor de un mejor pacto con Dios basado en promesas mejores.



PROVERBIOS 24:23-24

Pro 24:23 A continuación hay más dichos de los sabios: No es correcto mostrar favoritismo al emitir un juicio.
Pro 24:24 El juez que dice al perverso: «Eres inocente», será maldecido por muchos y denunciado por las naciones.
Pro 24:25 En cambio les irá bien a los que condenan al culpable; recibirán bendiciones en abundancia.
Pro 24:26 Una respuesta sincera es como un beso amistoso.
Pro 24:27 Antes de construir tu casa haz tus planes y prepara los campos.
Pro 24:28 No testifiques contra tus vecinos sin motivo; no mientas cuando hables de ellos.
Pro 24:29 No digas: «¡Ahora me voy a vengar de lo que me hicieron! ¡Me desquitaré con ellos!».
Pro 24:30 Pasé por el campo de un perezoso, por el viñedo de uno que carece de sentido común.
Pro 24:31 Vi que habían crecido espinos por todas partes. Estaba cubierto de maleza, y sus muros destruidos.
Pro 24:32 Entonces, mientras miraba y pensaba en lo que veía, aprendí esta lección:
Pro 24:33 un rato más de dormir, un poquito más de sueño, un breve descanso con los brazos cruzados,
Pro 24:34 entonces la pobreza te asaltará como un bandido; la escasez te atacará como un ladrón armado.




LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 34-36

Isa 34:1 Vengan aquí y escuchen, oh naciones de la tierra; que el mundo y todo lo que hay en él oigan mis palabras.
Isa 34:2 Pues el SEÑOR está furioso contra las naciones; su furia es contra todos sus ejércitos. Los destruirá* por completo, los condenará a ser masacrados.
Isa 34:3 Sus muertos quedarán sin sepultura, y el hedor de los cuerpos podridos llenará la tierra; de los montes fluirá su sangre.
Isa 34:4 Arriba, los cielos se esfumarán y desaparecerán como quien enrolla un pergamino. Las estrellas caerán de los cielos como caen las hojas marchitas de una vid, o los higos secos de una higuera.
Isa 34:5 Y cuando mi espada haya terminado su trabajo en los cielos, caerá sobre Edom, la nación que he señalado para ser destruida.
Isa 34:6 La espada del SEÑOR está empapada en sangre y cubierta de grasa, con la sangre de corderos y cabras, con la grasa de carneros preparados para el sacrificio. Sí, el SEÑOR ofrecerá un sacrificio en la ciudad de Bosra y hará una gran matanza en Edom.
Isa 34:7 Hasta morirán hombres tan fuertes como los bueyes salvajes, los jóvenes junto a los veteranos. La tierra quedará empapada en sangre y el suelo enriquecido con la grasa.
Isa 34:8 Pues es el día de la venganza del SEÑOR, el año cuando Edom recibirá el pago por todo lo que le hizo a Israel.*
Isa 34:9 Los arroyos de Edom se llenarán de brea ardiente y el suelo se cubrirá de fuego.
Isa 34:10 Este juicio sobre Edom nunca tendrá fin; el humo de la nación en llamas se levantará para siempre. La tierra quedará abandonada de generación en generación; nadie volverá a vivir allí.
Isa 34:11 Será frecuentada por el búho del desierto y la lechuza blanca, el búho grande y el cuervo.* Pues Dios medirá esa tierra con cuidado; la medirá para el caos y la destrucción.
Isa 34:12 Se llamará la Tierra de Nada, y pronto todos sus nobles desaparecerán.*
Isa 34:13 Los espinos invadirán sus palacios; en sus fuertes crecerán la ortiga y el cardo. Las ruinas serán guarida de los chacales y se convertirán en hogar de los búhos.
Isa 34:14 Los animales del desierto se mezclarán allí con las hienas, y sus aullidos llenarán la noche. Las cabras salvajes se balarán unas a otras en medio de las ruinas, y las criaturas de la noche* irán a ese lugar para descansar.
Isa 34:15 Allí el búho hará su nido y pondrá sus huevos; empollará a sus polluelos y los cubrirá con sus alas. También irán los buitres, cada uno con su compañera.
Isa 34:16 Escudriñen el libro del SEÑOR y vean lo que él hará. Ninguno de estos animales ni de estas aves estará ausente, y a ninguno le faltará su pareja, porque el SEÑOR lo ha prometido. Su Espíritu hará que todo esto se haga realidad.
Isa 34:17 Él ha medido y dividido la tierra, y se la ha dado en propiedad a esas criaturas. Ellas la poseerán para siempre, de generación en generación.
Isa 35:1 Hasta el lugar desolado y el desierto estarán contentos en esos días; la tierra baldía se alegrará y florecerá el azafrán de primavera.
Isa 35:2 Así es, habrá abundancia de flores, de cantos y de alegría. Los desiertos se pondrán tan verdes como los montes del Líbano, tan bellos como el monte Carmelo o la llanura de Sarón. Allí el SEÑOR manifestará su gloria, el esplendor de nuestro Dios.
Isa 35:3 Con esta noticia, fortalezcan a los que tienen cansadas las manos, y animen a los que tienen débiles las rodillas.
Isa 35:4 Digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes y no teman, porque su Dios viene para destruir a sus enemigos; viene para salvarlos».
Isa 35:5 Y cuando él venga, abrirá los ojos de los ciegos y destapará los oídos de los sordos.
Isa 35:6 El cojo saltará como un ciervo, y los que no pueden hablar ¡cantarán de alegría! Brotarán manantiales en el desierto y corrientes regarán la tierra baldía.
Isa 35:7 El suelo reseco se convertirá en laguna y los manantiales de agua saciarán la tierra sedienta. Crecerán las hierbas de pantano, las cañas y los juncos donde antes vivían los chacales del desierto.
Isa 35:8 Un gran camino atravesará esa tierra, antes vacía; se le dará el nombre de Carretera de la Santidad. Los de mente malvada nunca viajarán por ella. Será solamente para quienes anden por los caminos de Dios; los necios nunca andarán por ella.
Isa 35:9 Los leones no acecharán por esa ruta, ni ninguna otra bestia feroz. No habrá ningún otro peligro; sólo los redimidos andarán por ella.
Isa 35:10 Regresarán los que han sido rescatados por el SEÑOR; entrarán cantando a Jerusalén,* coronados de gozo eterno, estarán llenos de regocijo y de alegría; desaparecerán el luto y la tristeza.
Isa 36:1 En el año catorce del reinado de Ezequías,* Senaquerib, rey de Asiria, atacó a las ciudades fortificadas de Judá y las conquistó.
Isa 36:2 Entonces el rey de Asiria mandó a su jefe del Estado Mayor* desde Laquis con un enorme ejército para enfrentar al rey Ezequías en Jerusalén. Los asirios tomaron posición de batalla junto al acueducto que vierte el agua en el estanque superior, cerca del camino que lleva al campo donde se lavan* telas.
Isa 36:3 Estos son los funcionarios que salieron a reunirse con ellos: Eliaquim, hijo de Hilcías, administrador del palacio; Sebna, secretario de la corte; y Joa, hijo de Asaf, historiador del reino.
Isa 36:4 Entonces el jefe del Estado Mayor del rey asirio les dijo que le transmitieran a Ezequías el siguiente mensaje: «El gran rey de Asiria dice: ¿En qué confías que te da tanta seguridad?
Isa 36:5 ¿Acaso crees que simples palabras pueden sustituir la fuerza y la capacidad militar? ¿Con quién cuentas para haberte rebelado contra mí?
Isa 36:6 ¿Con Egipto? Si te apoyas en Egipto, será como una caña que se quiebra bajo tu peso y te atraviesa la mano. ¡El faraón, rey de Egipto, no es nada confiable!
Isa 36:7 »Tal vez me digas: “¡Confiamos en el SEÑOR nuestro Dios!”; pero ¿no es él a quien Ezequías insultó? ¿Acaso no fue Ezequías quien derribó sus santuarios y altares, e hizo que todos en Judá y en Jerusalén adoraran sólo en el altar que hay aquí, en Jerusalén?
Isa 36:8 »¡Se me ocurre una idea! Llega a un acuerdo con mi amo, el rey de Asiria. Yo te daré dos mil caballos, ¡si es que puedes encontrar esa cantidad de hombres para que los monten!
Isa 36:9 Con tu pequeño ejército, ¿cómo se te ocurre desafiar siquiera al contingente más débil de las tropas de mi amo, aunque contaras con la ayuda de los carros de guerra y sus conductores de Egipto?
Isa 36:10 Es más, ¿crees que hemos invadido tu tierra sin la dirección del SEÑOR? El SEÑOR mismo nos dijo: “¡Ataquen esta tierra y destrúyanla!”».
Isa 36:11 Entonces tanto Eliaquim como Sebna y Joa le dijeron al jefe del Estado Mayor asirio: —Por favor, háblanos en arameo porque lo entendemos bien. No hables en hebreo,* porque oirá la gente que está sobre la muralla.
Isa 36:12 Pero el jefe del Estado Mayor de Senaquerib respondió: —¿Ustedes creen que mi amo les envió este mensaje sólo a ustedes y a su amo? Él quiere que todos los habitantes lo oigan porque, cuando sitiemos a esta ciudad, ellos sufrirán junto con ustedes. Tendrán tanta hambre y tanta sed que comerán su propio excremento y beberán su propia orina.
Isa 36:13 Después el jefe del Estado Mayor se puso de pie y le gritó en hebreo a la gente que estaba sobre la muralla: «¡Escuchen este mensaje del gran rey de Asiria!
Isa 36:14 El rey dice lo siguiente: “No dejen que Ezequías los engañe. Él jamás podrá librarlos.
Isa 36:15 No permitan que los haga confiar en el SEÑOR diciéndoles: ‘Con toda seguridad el SEÑOR nos librará. ¡Esta ciudad nunca caerá en manos del rey asirio!’.
Isa 36:16 »”¡No escuchen a Ezequías! El rey de Asiria les ofrece estas condiciones: hagan las paces conmigo; abran las puertas y salgan. Entonces cada uno de ustedes podrá seguir comiendo de su propia vid y de su propia higuera, y bebiendo de su propio pozo.
Isa 36:17 Me encargaré de llevarlos a otra tierra como ésta: una tierra de grano y vino nuevo, de pan y viñedos.
Isa 36:18 »”No dejen que Ezequías los engañe al decir: ‘¡El SEÑOR nos librará!’. ¿Acaso los dioses de cualquier otra nación alguna vez han salvado a su pueblo del rey de Asiria?
Isa 36:19 ¿Qué les sucedió a los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Y qué me dicen de los dioses de Sefarvaim? ¿Algún dios libró a Samaria de mi poder?
Isa 36:20 ¿Cuál de los dioses de alguna nación ha podido salvar alguna vez a su pueblo de mi poder? ¿Qué les hace pensar entonces que el SEÑOR puede librar a Jerusalén de mis manos?”».
Isa 36:21 El pueblo se quedó en silencio y no dijo ni una palabra, porque Ezequías le había ordenado: «No le respondan».
Isa 36:22 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, administrador del palacio; Sebna, secretario de la corte; y Joa, hijo de Asaf, historiador del reino, regresaron a donde estaba Ezequías. Desesperados rasgaron su ropa, entraron para ver al rey y le contaron lo que había dicho el jefe del Estado Mayor asirio.

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