APOSENTO ALTO

sábado, 2 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 2 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    20:41-47

Luc 20:41 Entonces Jesús les planteó una pregunta: «¿Cómo es que se dice que el Mesías es hijo de David?
Luc 20:42 Pues David mismo escribió en el libro de los Salmos: “El SEÑOR le dijo a mi Señor: Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
Luc 20:43 hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies”*.
Luc 20:44 »Si David llamó al Mesías “Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?».
Luc 20:45 Entonces, mientras la multitud escuchaba, se dirigió a sus discípulos y les dijo:
Luc 20:46 «¡Cuídense de los maestros de la ley religiosa! Pues les gusta pavonearse en túnicas largas y sueltas y les encanta recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas. ¡Y cómo les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y sentarse a la mesa principal en los banquetes!
Luc 20:47 Sin embargo, estafan descaradamente a las viudas para apoderarse de sus propiedades y luego pretenden ser piadosos haciendo largas oraciones en público. Por eso, serán castigados con más severidad».



 HEBREOS  1:10-14

Heb 1:10 También le dice al Hijo: «Señor, en el principio echaste los cimientos de la tierra y con tus manos formaste los cielos.
Heb 1:11 Ellos dejarán de existir, pero tú permaneces para siempre. Ellos se desgastarán como ropa vieja.
Heb 1:12 Los doblarás como un manto y los desecharás como ropa usada. Pero tú eres siempre el mismo; tú vivirás para siempre»*.
Heb 1:13 Además, Dios nunca le dijo a ninguno de los ángeles: «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies»*.
Heb 1:14 Por lo tanto, los ángeles sólo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.


PROVERBIOS 19:1-14

Pro 19:1 Es mejor ser pobre y honesto, que deshonesto y necio.
Pro 19:2 El entusiasmo sin conocimiento no vale nada; la prisa produce errores.
Pro 19:3 La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el SEÑOR.
Pro 19:4 Las riquezas atraen muchos amigos; la pobreza los aleja a todos.
Pro 19:5 El testigo falso no quedará sin castigo; el mentiroso tampoco escapará.
Pro 19:6 Son muchos los que buscan favores del gobernante; ¡todos son amigos del que da regalos!
Pro 19:7 Los parientes del pobre lo desprecian; ¡cuánto más lo evitarán sus amigos! Por más que el pobre les ruegue, los amigos ya no están.
Pro 19:8 Adquirir sabiduría es amarse a uno mismo; los que atesoran el entendimiento prosperarán.
Pro 19:9 El testigo falso no quedará sin castigo, y el mentiroso será destruido.
Pro 19:10 ¡No es correcto que un necio viva rodeado de lujos ni que un esclavo gobierne sobre príncipes!
Pro 19:11 Las personas sensatas no pierden los estribos; se ganan el respeto pasando por alto las ofensas.
Pro 19:12 El enojo del rey es como el rugido del león, pero su favor es como el rocío sobre el pasto.
Pro 19:13 El hijo necio es una calamidad para su padre; una esposa que busca pleitos es tan molesta como una gotera continua.
Pro 19:14 Los padres* pueden dar en herencia a sus hijos casa y fortuna, pero sólo el SEÑOR puede dar una esposa comprensiva.



LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 3-5

Isa 3:1 El Señor, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, les quitará a Jerusalén y a Judá todo aquello en lo que confían: hasta el último pedazo de pan y la última gota de agua;
Isa 3:2 todos sus héroes y soldados; jueces y profetas; adivinos y ancianos;
Isa 3:3 oficiales militares y altos funcionarios; consejeros, hábiles artesanos y astrólogos.
Isa 3:4 Haré que sus líderes sean muchachos, y que niños pequeños sean sus gobernantes.
Isa 3:5 Se oprimirán unos a otros: hombre contra hombre y vecino contra vecino. Los jóvenes insultarán a sus mayores, y la gente vulgar mirará con desdén a la gente honorable.
Isa 3:6 En esos días, un hombre le dirá a su hermano: «Como tú tienes abrigo; ¡sé nuestro líder! ¡Hazte cargo de este montón de ruinas!».
Isa 3:7 Pero él responderá: «¡No! No puedo ayudarlos. No tengo comida ni ropa que me sobre; ¡no me pongan al mando!».
Isa 3:8 Pues Jerusalén tropezará, y Judá caerá, porque hablan contra el SEÑOR y se niegan a obedecerlo. Lo provocan descaradamente.
Isa 3:9 El aspecto mismo de su rostro los delata. Exhiben su pecado como la gente de Sodoma y ni siquiera tratan de esconderlo. ¡Están condenados! Han traído destrucción sobre ellos mismos.
Isa 3:10 Díganles a los justos que a ellos les irá bien en todo. ¡Disfrutarán de la rica recompensa que se han ganado!
Isa 3:11 En cambio los malvados están condenados, porque recibirán exactamente lo que se merecen.
Isa 3:12 Líderes inmaduros oprimen a mi pueblo, y las mujeres lo gobiernan. Oh, pueblo mío, tus líderes te engañan; te llevan por el camino equivocado.
Isa 3:13 El SEÑOR ocupa su lugar en el tribunal, ¡y presenta su caso contra su pueblo!
Isa 3:14 El SEÑOR se presenta para pronunciar juicio sobre los ancianos y los gobernantes de su pueblo: «Ustedes han destruido a Israel, mi viñedo. Sus casas están llenas de cosas robadas a los pobres.
Isa 3:15 ¿Cómo se atreven a aplastar a mi pueblo, al restregar la cara de los pobres contra el polvo?», reclama el Señor, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
Isa 3:16 El SEÑOR dice: «La hermosa Sión* es altanera: estira su elegante cuello, coquetea con los ojos y camina con pasos delicados haciendo sonar los brazaletes de sus tobillos.
Isa 3:17 Por eso el Señor le mandará costras a su cabeza. El SEÑOR dejará calva a la hermosa Sión».
Isa 3:18 En aquel día de juicio el SEÑOR la despojará de todo lo que la embellece: adornos, diademas, collares con forma de luna creciente,
Isa 3:19 aretes, pulseras, velos,
Isa 3:20 pañuelos, brazaletes para el tobillo, fajas, perfumes, dijes,
Isa 3:21 anillos, joyas,
Isa 3:22 vestidos de fiesta, túnicas, capas, bolsos,
Isa 3:23 espejos, ropas de lino de alta calidad, adornos para la cabeza y mantillas.
Isa 3:24 En lugar de oler a dulce perfume, apestará. Usará una soga como faja y su elegante cabello se le caerá. Usará tela áspera en lugar de vestidos costosos, y la vergüenza reemplazará su belleza.*
Isa 3:25 Los hombres de la ciudad morirán a espada, y sus guerreros morirán en batalla.
Isa 3:26 Las puertas de Sión llorarán y se lamentarán. La ciudad será como una mujer violada, acurrucada en el suelo.
Isa 4:1 En aquel día quedarán tan pocos hombres que siete mujeres pelearán por uno solo y le dirán: «¡Deja que todas nos casemos contigo! Nos ocuparemos de nuestra propia comida y ropa. Sólo déjanos tomar tu apellido, para que no se burlen de nosotras diciendo que somos solteronas».
Isa 4:2 Pero en aquel día, el retoño* del SEÑOR será hermoso y glorioso. El fruto de la tierra será el orgullo y la gloria de todos los sobrevivientes de Israel.
Isa 4:3 Los que queden en Sión serán un pueblo santo, los que sobrevivan la destrucción de Jerusalén y estén registrados entre los vivientes.
Isa 4:4 El Señor lavará la inmundicia de la hermosa Sión* y limpiará a Jerusalén de sus manchas de sangre con el aliento abrasador de su ardiente juicio.
Isa 4:5 Entonces el SEÑOR proveerá sombra para el monte Sión y para todos los que se reúnan allí; les dará una cubierta de nubes durante el día y por la noche, humo y ardiente fuego, que cubrirá la tierra gloriosa.
Isa 4:6 Será un refugio del calor del día y un albergue contra las tormentas y la lluvia.
Isa 5:1 Ahora cantaré para aquél a quien amo un canto acerca de su viña. Mi amado tenía una viña en una colina rica y fértil.
Isa 5:2 Aró la tierra, le quitó las piedras y sembró en ella las mejores vides. En medio de su viña construyó una torre de vigilancia y talló un lagar en las rocas cercanas. Luego esperó una cosecha de uvas dulces, pero las uvas que crecieron eran amargas.
Isa 5:3 Ahora ustedes, pueblo de Jerusalén y de Judá, juzguen entre mi viña y yo.
Isa 5:4 ¿Qué más podría hacer por mi viña, que no haya hecho ya? ¿Por qué, cuando esperaba uvas dulces, mi viña me dio uvas amargas?
Isa 5:5 Déjenme decirles ahora lo que haré con mi viña: echaré abajo sus cercos y dejaré que se destruya. Derrumbaré sus muros y dejaré que los animales la pisoteen.
Isa 5:6 La convertiré en un lugar silvestre, donde no se podan las vides ni se remueve la tierra; un lugar cubierto de cardos y espinos. Ordenaré a las nubes que no dejen caer la lluvia sobre ella.
Isa 5:7 La nación de Israel es la viña del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. El pueblo de Judá es su agradable huerto. Él esperaba una cosecha de justicia, pero en cambio encontró opresión. Esperaba encontrar rectitud, pero en cambio oyó gritos de violencia.
Isa 5:8 ¡Qué aflicción para ustedes que se apropian de una casa tras otra y de un campo tras otro hasta que todos queden desalojados y ustedes vivan solos en la tierra!
Isa 5:9 Pero yo he oído al SEÑOR de los Ejércitos Celestiales hacer un juramento solemne: «Muchas casas quedarán abandonadas; hasta mansiones hermosas estarán vacías.
Isa 5:10 Cuatro hectáreas* de viñedo no producirán ni veintiún litros* de vino y diez canastas de semilla sólo darán una canasta* de grano».
Isa 5:11 Qué aflicción para los que se levantan temprano por la mañana en busca de un trago de alcohol, y pasan largas noches bebiendo vino hasta tener una fuerte borrachera.
Isa 5:12 Proveen vino y música hermosa para sus grandes fiestas —lira y arpa, pandereta y flauta— pero nunca piensan en el SEÑOR ni se dan cuenta de lo que él hace.
Isa 5:13 Por lo tanto mi pueblo irá al destierro muy lejos porque no me conoce. La gente importante y los que reciben honra se morirán de hambre, y la gente común morirá de sed.
Isa 5:14 La tumba* se relame de expectativa y abre bien grande la boca. Los importantes y los humildes, y la turba de borrachos, todos serán devorados.
Isa 5:15 La humanidad será destruida y la gente derribada; hasta los arrogantes bajarán la mirada con humildad.
Isa 5:16 Pero el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales será exaltado por su justicia; la santidad de Dios se demostrará por su rectitud.
Isa 5:17 En aquel día, los corderos encontrarán buenos pastos, y entre las ruinas apacentarán las ovejas engordadas y los cabritos.*
Isa 5:18 ¡Qué aflicción para los que arrastran sus pecados con sogas hechas de mentiras, que arrastran detrás de sí la maldad como si fuera una carreta!
Isa 5:19 Hasta se burlan de Dios diciendo: «¡Apresúrate, haz algo!, queremos ver lo que puedes hacer. Que el Santo de Israel lleve a cabo su plan, porque queremos saber qué es».
Isa 5:20 ¡Qué aflicción para los que dicen que lo malo es bueno y lo bueno es malo, que la oscuridad es luz y la luz es oscuridad, que lo amargo es dulce y lo dulce es amargo!
Isa 5:21 ¡Qué aflicción para los que se creen sabios en su propia opinión y se consideran muy inteligentes!
Isa 5:22 ¡Qué aflicción para los que son campeones a la hora de beber vino y se jactan de la cantidad de alcohol que pueden tomar!
Isa 5:23 Aceptan sobornos para dejar en libertad a los perversos, y castigan a los inocentes.
Isa 5:24 Por lo tanto, así como las lenguas de fuego consumen los rastrojos, y la hierba seca se marchita y cae en medio de la llama, así las raíces de ellos se pudrirán y sus flores se marchitarán. Pues han rechazado la ley del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales; han despreciado la palabra del Santo de Israel.
Isa 5:25 Por eso el enojo del SEÑOR arde contra su pueblo y ha levantado el puño para aplastarlo. Los montes tiemblan y los cadáveres de su pueblo están tirados por las calles como basura. Pero aun así, el enojo del SEÑOR no está satisfecho. ¡Su puño todavía está listo para asestar el golpe!
Isa 5:26 Él enviará una señal a las naciones lejanas y llamará con un silbido a los que están en los confines de la tierra; ellos irán corriendo a Jerusalén.
Isa 5:27 No se cansarán, ni tropezarán. No se detendrán para descansar ni para dormir. Nadie tendrá flojo el cinturón ni rotas las tiras de ninguna sandalia.
Isa 5:28 Sus flechas estarán afiladas y sus arcos listos para la batalla. De los cascos de sus caballos saltarán chispas, y las ruedas de sus carros de guerra girarán como un torbellino.
Isa 5:29 Rugirán como leones, como los más fuertes entre los leones. Se lanzarán gruñendo sobre sus víctimas y se las llevarán, y no habrá nadie para rescatarlas.
Isa 5:30 Rugirán sobre sus víctimas en aquel día de destrucción, como el rugido del mar. Si alguien extiende su mirada por toda la tierra, sólo verá oscuridad y angustia; hasta la luz quedará oscurecida por las nubes.

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