APOSENTO ALTO

jueves, 14 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 14 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    23:1-12

Luc 23:1 Entonces todo el Concilio llevó a Jesús ante Pilato, el gobernador romano.
Luc 23:2 Comenzaron a presentar su caso: «Este hombre ha estado llevando al pueblo por mal camino al decirles que no paguen los impuestos al gobierno romano y al afirmar que él es el Mesías, un rey».
Luc 23:3 Entonces Pilato le preguntó: —¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús contestó: —Tú lo has dicho.
Luc 23:4 Pilato se dirigió a los principales sacerdotes y a la multitud y les dijo: —¡No encuentro ningún delito en este hombre!
Luc 23:5 Pero insistían: —Con sus enseñanzas causa disturbios por donde va, en toda Judea, desde Galilea hasta Jerusalén.
Luc 23:6 —Ah, ¿es galileo? —preguntó Pilato.
Luc 23:7 Cuando le dijeron que sí, Pilato lo mandó a Herodes Antipas, porque Galilea estaba bajo la jurisdicción de Herodes, y dio la casualidad de que se encontraba en Jerusalén en ese momento.
Luc 23:8 Herodes se alegró mucho por la oportunidad de ver a Jesús, porque había oído hablar de él y hacía tiempo que quería verlo realizar un milagro.
Luc 23:9 Herodes le hizo una pregunta tras otra, pero Jesús se negó a contestar.
Luc 23:10 Mientras tanto, los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa se quedaron allí gritando sus acusaciones.
Luc 23:11 Entonces Herodes y sus soldados comenzaron a burlarse de Jesús y a ridiculizarlo. Finalmente le pusieron un manto real y lo enviaron de regreso a Pilato.
Luc 23:12 (Herodes y Pilato, quienes habían sido enemigos anteriormente, ese día se hicieron amigos).



 HEBREOS  8:7-13

Heb 8:7 Si el primer pacto no hubiera tenido defectos, no habría sido necesario reemplazarlo con un segundo pacto.
Heb 8:8 Pero cuando Dios encontró defectos en el pueblo, dijo: «Llegará el día, dice el SEÑOR, en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y de Judá.
Heb 8:9 Este pacto no será como el que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Ellos no permanecieron fieles a mi pacto, por eso les di la espalda, dice el SEÑOR.
Heb 8:10 Pero éste es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel en ese día,* dice el SEÑOR: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Heb 8:11 Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes,* diciendo: “Deberías conocer al SEÑOR”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande.
Heb 8:12 Y perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados»*.
Heb 8:13 Cuando Dios habla de un «nuevo» pacto, quiere decir que ha hecho obsoleto al primero, el cual ha caducado y pronto desaparecerá.



PROVERBIOS 25:1-14

Pro 25:1 Estos son más proverbios de Salomón, reunidos por los consejeros del rey Ezequías de Judá.
Pro 25:2 Es privilegio de Dios ocultar un asunto, y privilegio del rey descubrirlo.
Pro 25:3 Nadie puede comprender la altura de los cielos, la profundidad de la tierra, ¡ni todo lo que pasa por la mente del rey!
Pro 25:4 Quita las impurezas de la plata y quedará lista para el orfebre.
Pro 25:5 Quita al perverso de la corte del rey y su reino se afianzará por medio de la justicia.
Pro 25:6 No exijas una audiencia con el rey ni insistas en hacerte un lugar entre los grandes.
Pro 25:7 Es mejor esperar a que te inviten a la mesa principal y no que te echen y pases vergüenza en público. Tan sólo por haber visto algo,
Pro 25:8 no vayas corriendo a los tribunales. Pues, ¿qué harás si a fin de cuentas tu prójimo te desmiente y te hace pasar vergüenza?
Pro 25:9 Cuando discutas con tu prójimo, no reveles los secretos que otros te confiaron.
Pro 25:10 Te podrían acusar de chismoso, y nunca recuperarás tu buena reputación.
Pro 25:11 El consejo oportuno es precioso, como manzanas de oro en canasta de plata.
Pro 25:12 La crítica constructiva es, para quien la escucha, como un pendiente u otras joyas de oro.
Pro 25:13 Los mensajeros confiables refrescan como la nieve en verano. Reviven el espíritu de su patrón.
Pro 25:14 La persona que promete un regalo pero nunca lo da es como las nubes y el viento que no traen lluvia.



LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 37-39

Isa 37:1 Cuando el rey Ezequías oyó el informe, rasgó su ropa, se vistió de tela áspera y entró al templo del SEÑOR.
Isa 37:2 Enseguida envió a Eliaquim, administrador del palacio; a Sebna, secretario de la corte; y a los principales sacerdotes, todos vestidos de tela áspera, a hablar con el profeta Isaías, hijo de Amoz.
Isa 37:3 Ellos le dijeron: «El rey Ezequías dice: “Hoy es un día de dificultad, insulto y deshonra. Es como cuando un niño está a punto de nacer, pero la madre no tiene fuerzas para dar a luz.
Isa 37:4 Tal vez el SEÑOR tu Dios haya oído al jefe del Estado Mayor* asirio, que fue enviado por el rey para desafiar al Dios viviente, y lo castigue por sus palabras. ¡Te rogamos que ores por los que hemos quedado!”».
Isa 37:5 Una vez que los funcionarios del rey Ezequías le dieron a Isaías el mensaje del rey,
Isa 37:6 el profeta respondió: «Díganle a su amo: “Esto dice el SEÑOR: ‘No te alteres por ese discurso blasfemo que han pronunciado contra mí los mensajeros del rey de Asiria.
Isa 37:7 ¡Escucha! Yo mismo actuaré en su contra,* y el rey recibirá un mensaje de que lo necesitan en su país. Así que volverá a su tierra, donde haré que lo maten a filo de espada’ ”».
Isa 37:8 Mientras tanto, el jefe del Estado Mayor asirio partió de Jerusalén para consultar al rey de Asiria, quien había salido de Laquis y estaba atacando a Libna.
Isa 37:9 Poco después, el rey Senaquerib recibió la noticia de que el rey Tirhaca de Etiopía* iba al frente de un ejército para luchar contra él. Antes de salir al encuentro de sus agresores, envió mensajeros de regreso a Ezequías, en Jerusalén, con el siguiente mensaje:
Isa 37:10 «Este mensaje está dirigido al rey Ezequías de Judá. No dejes que tu Dios, en quien confías, te engañe con promesas de que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria.
Isa 37:11 Tú sabes perfectamente bien lo que han hecho los reyes de Asiria en todos los lugares donde han ido. ¡Han destruido por completo a todo aquel que se ha interpuesto en su camino! ¿Por qué serías tú la excepción?
Isa 37:12 ¿Acaso los dioses de otras naciones las han rescatado, naciones como Gozán, Harán, Resef y el pueblo de Edén que vivía en Telasar? ¡Mis antecesores los destruyeron a todos!
Isa 37:13 ¿Qué sucedió con el rey de Hamat y el rey de Arfad? ¿Qué les pasó a los reyes de Sefarvim, de Hena y de Iva?».
Isa 37:14 Después de recibir la carta de mano de los mensajeros y de leerla, Ezequías subió al templo del SEÑOR y desplegó la carta ante el SEÑOR.
Isa 37:15 En presencia del SEÑOR, el rey hizo la siguiente oración:
Isa 37:16 «¡Oh SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, tú estás entronizado entre los poderosos querubines! Sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Sólo tú creaste los cielos y la tierra.
Isa 37:17 ¡Inclínate, oh SEÑOR, y escucha! ¡Abre tus ojos, oh SEÑOR, y mira! Escucha las palabras desafiantes de Senaquerib contra el Dios viviente.
Isa 37:18 »Es cierto, SEÑOR, que los reyes de Asiria han destruido a todas esas naciones.
Isa 37:19 Han arrojado al fuego los dioses de esas naciones y los han quemado. ¡Por supuesto que los asirios pudieron destruirlos, pues no eran dioses en absoluto! Eran sólo ídolos de madera y de piedra, formados por manos humanas.
Isa 37:20 Ahora, oh SEÑOR nuestro Dios, rescátanos de su poder; así todos los reinos de la tierra sabrán que sólo tú, oh SEÑOR, eres Dios».*
Isa 37:21 Después, Isaías, hijo de Amoz, le envió a Ezequías el siguiente mensaje: «Esto dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Ya que oraste respecto al rey Senaquerib de Asiria,
Isa 37:22 el SEÑOR ha pronunciado estas palabras en su contra: »”La hija virgen de Sión te desprecia y se ríe de ti. La hija de Jerusalén menea la cabeza con desdén mientras tú huyes.
Isa 37:23 »”¿A quién has estado desafiando y ridiculizando? ¿Contra quién levantaste la voz? ¿A quién miraste con ojos tan arrogantes? ¡Fue al Santo de Israel!
Isa 37:24 Por medio de tus mensajeros, has desafiado al Señor. Dijiste: ‘Con mis numerosos carros de guerra conquisté las montañas más altas, sí, las cimas más remotas del Líbano. Corté sus cedros más altos y sus mejores cipreses. Alcancé sus rincones más lejanos y exploré sus bosques más espesos.
Isa 37:25 Cavé pozos en muchas tierras extranjeras* y me refresqué con sus aguas. ¡Con la planta de mi pie detuve todos los ríos de Egipto!’.
Isa 37:26 »”Pero ¿acaso no has oído? Yo lo decidí hace mucho tiempo. Hace mucho que lo planifiqué, y ahora lo llevo a cabo. Yo determiné que tú aplastaras ciudades fortificadas y las redujeras a un montón de escombros.
Isa 37:27 Por eso sus habitantes tienen tan poco poder y están tan asustados y confundidos. Son tan débiles como la hierba, tan fácil de pisotear como tiernos brotes verdes. Son como hierba que sale en el techo de una casa, que se quema* antes de poder crecer alta y lozana.
Isa 37:28 »”Pero a ti te conozco bien: sé dónde te encuentras, y cuándo entras y sales. Conozco la forma en que desataste tu furia contra mí.
Isa 37:29 Por esa furia en mi contra y por tu arrogancia, que yo mismo oí, te pondré mi gancho en la nariz y mi freno en la boca. Te haré regresar por el mismo camino por donde viniste”».
Isa 37:30 Luego Isaías le dijo a Ezequías: «Esta es la prueba de que es cierto lo que digo: »Este año ustedes sólo comerán lo que crezca por sí mismo, y el año próximo comerán lo que de eso brote. Sin embargo, el tercer año, plantarán cultivos y los cosecharán; cuidarán de sus viñedos y comerán de su fruto.
Isa 37:31 Y ustedes, los que quedan en Judá, los que han escapado de los estragos del ataque, echarán raíces en su propio suelo, crecerán y prosperarán.
Isa 37:32 Pues desde Jerusalén se extenderá un remanente de mi pueblo, un grupo de sobrevivientes, desde el monte Sión. ¡El ferviente compromiso del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales hará que esto suceda!».
Isa 37:33 »Y esto dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: »“Sus ejércitos no entrarán en Jerusalén; ni siquiera lanzarán una sola flecha contra ella. No marcharán fuera de sus puertas con sus escudos ni levantarán terraplenes contra sus murallas.
Isa 37:34 El rey regresará a su propia tierra por el mismo camino por donde vino. No entrará en esta ciudad —dice el SEÑOR—.
Isa 37:35 Por mi propia honra y por amor a mi siervo David, defenderé esta ciudad y la protegeré”».
Isa 37:36 Esa noche el ángel del SEÑOR fue al campamento asirio y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados. Cuando los asirios que sobrevivieron* se despertaron a la mañana siguiente, encontraron cadáveres por todas partes.
Isa 37:37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó campamento y regresó a su propia tierra. Volvió a Nínive, la capital del reino, y allí se quedó.
Isa 37:38 Cierto día, mientras rendía culto en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada. Luego escaparon a la tierra de Ararat, y otro de sus hijos, Esar-hadón, lo sucedió en el trono de Asiria.
Isa 38:1 Por ese tiempo, Ezequías se enfermó gravemente, y el profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a visitarlo. Le dio al rey el siguiente mensaje: «Esto dice el SEÑOR: “Pon tus asuntos en orden porque vas a morir. No te recuperarás de esta enfermedad”».
Isa 38:2 Cuando Ezequías oyó el mensaje, volvió su rostro hacia la pared y oró al SEÑOR:
Isa 38:3 «Acuérdate, oh SEÑOR, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente.
Isa 38:4 Luego Isaías recibió este mensaje de parte del SEÑOR:
Isa 38:5 «Regresa y dile a Ezequías: “Esto dice el SEÑOR, Dios de tu antepasado David: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas. Te añadiré quince años más de vida
Isa 38:6 y te rescataré del rey de Asiria junto con esta ciudad. Así es, defenderé esta ciudad’ ”.
Isa 38:7 »Esta es la señal del SEÑOR para demostrar que cumplirá lo que ha prometido:
Isa 38:8 “¡Haré retroceder diez gradas la sombra del sol en el reloj solar* de Acaz!”». Así que la sombra se movió diez gradas hacia atrás en el reloj solar.
Isa 38:9 Cuando el rey Ezequías se recuperó, escribió el siguiente poema:
Isa 38:10 Yo dije: «¿En la flor de mi vida tengo que entrar en el lugar de los muertos?* ¿Acaso seré privado del resto de mis años?».
Isa 38:11 Dije: «Nunca más veré al SEÑOR DIOS en la tierra de los vivos. Nunca más veré a mis amigos ni estaré con los que viven en este mundo.
Isa 38:12 Se me voló la vida como una tienda de pastor en medio de la tormenta. Fue cortada, como cuando el tejedor corta la tela del telar. De repente, mi vida se había acabado.
Isa 38:13 Esperé con paciencia toda la noche, pero me sentía como si unos leones me estuvieran despedazando. De repente, mi vida se había acabado.
Isa 38:14 En mi delirio, gorjeaba como una golondrina o una grulla, y después gemía como una paloma torcaza. Se me cansaban los ojos de mirar al cielo en busca de ayuda. Estoy en apuros, Señor. ¡Ayúdame!».
Isa 38:15 Pero ¿qué podía decir? Pues él mismo envió esta enfermedad. Ahora caminaré con humildad durante el resto de mis años a causa de esta angustia que he sentido.
Isa 38:16 SEÑOR, tu disciplina es buena, porque lleva a la vida y a la salud. ¡Tú restauras mi salud y me permites vivir!
Isa 38:17 Sí, esta angustia ha sido buena para mí, porque me has rescatado de la muerte y has perdonado todos mis pecados.
Isa 38:18 Pues los muertos* no pueden alabarte; no pueden levantar la voz en alabanza. Los que bajan a la tumba ya no pueden esperar en tu fidelidad.
Isa 38:19 Sólo los vivos pueden alabarte como yo lo hago hoy. Cada generación le habla de tu fidelidad a la siguiente.
Isa 38:20 Imagínense: el SEÑOR está dispuesto a sanarme. Cantaré sus alabanzas con instrumentos todos los días de mi vida en el templo del SEÑOR.
Isa 38:21 Isaías les había dicho a los siervos de Ezequías: «Preparen un ungüento de higos y úntenlo sobre la llaga, y Ezequías se recuperará».
Isa 38:22 Y Ezequías había preguntado: «¿Qué señal probará que iré al templo del SEÑOR?».
Isa 39:1 Poco tiempo después, Merodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, le envió saludos a Ezequías junto con un regalo. Se enteró de que Ezequías había estado muy enfermo y que se había recuperado.
Isa 39:2 Ezequías quedó encantado con los enviados de Babilonia y les mostró todo lo que había en sus casas del tesoro: la plata, el oro, las especias y los aceites aromáticos. También los llevó a conocer su arsenal, ¡y les mostró todo lo que había en sus tesoros reales! No hubo nada, ni en el palacio ni en el reino, que Ezequías no les mostrara.
Isa 39:3 Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: —¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron? Ezequías contestó: —Vinieron de la lejana tierra de Babilonia.
Isa 39:4 —¿Qué vieron en tu palacio? —preguntó Isaías. —Lo vieron todo —contestó Ezequías—. Les mostré todo lo que poseo, todos mis tesoros reales.
Isa 39:5 Entonces Isaías dijo a Ezequías: —Escucha este mensaje del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales:
Isa 39:6 “Se acerca el tiempo cuando todo lo que hay en tu palacio —todos los tesoros que tus antepasados han acumulado hasta ahora— será llevado a Babilonia. No quedará nada —dice el SEÑOR—.
Isa 39:7 Algunos de tus hijos serán llevados al destierro. Los harán eunucos que servirán en el palacio del rey de Babilonia”.
Isa 39:8 Entonces Ezequías dijo a Isaías: —Este mensaje que me has dado de parte del SEÑOR es bueno. Pues el rey pensaba: «Por lo menos habrá paz y seguridad mientras yo viva».

No hay comentarios:

Publicar un comentario