APOSENTO ALTO

viernes, 22 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 22 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    24:13-27

Luc 24:13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban camino al pueblo de Emaús, a unos once kilómetros* de Jerusalén.
Luc 24:14 Al ir caminando, hablaban acerca de las cosas que habían sucedido.
Luc 24:15 Mientras conversaban y hablaban, de pronto Jesús mismo se apareció y comenzó a caminar con ellos.
Luc 24:16 Pero Dios impidió que lo reconocieran.
Luc 24:17 Él les preguntó: —¿De qué vienen discutiendo tan profundamente por el camino? Se detuvieron de golpe, con sus rostros cargados de tristeza.
Luc 24:18 Entonces uno de ellos, llamado Cleofas, contestó: —Tú debes de ser la única persona en Jerusalén que no oyó acerca de las cosas que han sucedido allí en los últimos días.
Luc 24:19 —¿Qué cosas? —preguntó Jesús. —Las cosas que le sucedieron a Jesús, el hombre de Nazaret —le dijeron —. Era un profeta que hizo milagros poderosos, y también era un gran maestro a los ojos de Dios y de todo el pueblo.
Luc 24:20 Pero los principales sacerdotes y otros líderes religiosos lo entregaron para que fuera condenado a muerte, y lo crucificaron.
Luc 24:21 Nosotros teníamos la esperanza de que fuera el Mesías que había venido para rescatar a Israel. Todo esto sucedió hace tres días.
Luc 24:22 »No obstante algunas mujeres de nuestro grupo de seguidores fueron a su tumba esta mañana temprano y regresaron con noticias increíbles.
Luc 24:23 Dijeron que el cuerpo había desaparecido y que habían visto a ángeles, quienes les dijeron, ¡que Jesús está vivo!
Luc 24:24 Algunos de nuestros hombres corrieron para averiguarlo, y efectivamente el cuerpo no estaba, tal como las mujeres habían dicho.
Luc 24:25 Entonces Jesús les dijo: —¡Qué necios son! Les cuesta tanto creer todo lo que los profetas escribieron en las Escrituras.
Luc 24:26 ¿Acaso no profetizaron claramente que el Mesías tendría que sufrir todas esas cosas antes de entrar en su gloria?
Luc 24:27 Entonces Jesús los guió por los escritos de Moisés y de todos los profetas, explicándoles lo que las Escrituras decían acerca de él mismo.



 HEBREOS  12:1-13

Heb 12:1 Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.
Heb 12:2 Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.* Debido al gozo* que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.
Heb 12:3 Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores,* así no se cansarán ni se darán por vencidos.
Heb 12:4 Después de todo, ustedes aún no han dado su vida en la lucha contra el pecado.
Heb 12:5 ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrija.
Heb 12:6 Pues el SEÑOR disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo»*.
Heb 12:7 Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre?
Heb 12:8 Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino ilegítimos.
Heb 12:9 Ya que respetábamos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, entonces, ¿acaso no deberíamos someternos aún más a la disciplina del Padre de nuestro espíritu, y así vivir para siempre?*
Heb 12:10 Pues nuestros padres terrenales nos disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor que pudieron. Pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad.
Heb 12:11 Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.
Heb 12:12 Por lo tanto, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y fortalezcan sus rodillas debilitadas.
Heb 12:13 Tracen un camino recto para sus pies, a fin de que los débiles y los cojos no caigan, sino que se fortalezcan.



PROVERBIOS 29:1-14

Pro 29:1 Quien se niega tercamente a aceptar la crítica será destruido de repente sin poder recuperarse.
Pro 29:2 Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.
Pro 29:3 El hombre que ama la sabiduría hace feliz a su padre, pero si anda con prostitutas, desperdicia su fortuna.
Pro 29:4 El rey que hace justicia da estabilidad a su nación, pero uno que exige sobornos la destruye.
Pro 29:5 Adular a un amigo es tenderle una trampa para los pies.
Pro 29:6 La gente malvada queda atrapada por el pecado, pero los justos escapan con gritos de alegría.
Pro 29:7 Los justos se preocupan por los derechos del pobre; al perverso no le importa en absoluto.
Pro 29:8 Los burlones pueden alborotar a toda una ciudad, pero los sabios calman los ánimos.
Pro 29:9 Si un sabio lleva a un necio a juicio habrá alboroto y burlas pero no se solucionará nada.
Pro 29:10 Los sanguinarios odian a las personas intachables, pero los honrados procuran ayudarlas.*
Pro 29:11 Los necios dan rienda suelta a su enojo, pero los sabios calladamente lo controlan.
Pro 29:12 Si un gobernante presta atención a los mentirosos, todos sus consejeros serán perversos.
Pro 29:13 El pobre y el opresor tienen esto en común: el SEÑOR les da la vista a ambos.
Pro 29:14 Si un rey juzga al pobre con justicia, su trono perdurará para siempre.



LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 56-58

Isa 56:1 Esto dice el SEÑOR: «Sean justos e imparciales con todos; hagan lo que es bueno y correcto, porque vendré pronto para rescatarlos y para manifestar mi justicia entre ustedes.
Isa 56:2 Benditos todos los que se aseguran de cumplir esto. Benditos los que honran mis días de descanso, y procuran no hacer el mal.
Isa 56:3 »No permitan que los extranjeros que se comprometen con el SEÑOR digan: “El SEÑOR nunca dejará que yo sea parte de su pueblo”. Y no permitan que los eunucos digan: “Soy un árbol seco, sin hijos y sin futuro”.
Isa 56:4 Pues esto dice el SEÑOR: Bendeciré a los eunucos que guardan como santos mis días de descanso, deciden hacer lo que a mí me agrada y me entregan su vida.
Isa 56:5 Les daré —dentro de las paredes de mi casa— un recordatorio y un nombre, mucho más grande del que hijos o hijas pudieran darles. Pues el nombre que les doy es eterno, ¡nunca desaparecerá!
Isa 56:6 »También bendeciré a los extranjeros que se comprometan con el SEÑOR, quienes lo sirvan y amen su nombre, quienes lo adoren y no profanen el día de descanso, y quienes se mantengan fieles a mi pacto.
Isa 56:7 Los llevaré a mi monte santo de Jerusalén y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Aceptaré sus ofrendas quemadas y sus sacrificios, porque mi templo será llamado casa de oración para todas las naciones.
Isa 56:8 Pues el SEÑOR Soberano, que hace volver a los marginados de Israel, dice: Traeré a otros también, además de mi pueblo Israel».
Isa 56:9 ¡Vengan, animales salvajes de los campos! ¡Vengan, animales salvajes de los bosques! ¡Vengan a devorar a mi pueblo!
Isa 56:10 Pues los líderes de mi pueblo, los guardianes del SEÑOR, sus pastores, son ciegos e ignorantes. Son como perros guardianes silenciosos que no advierten cuando viene el peligro. Les encanta estar echados, durmiendo y soñando.
Isa 56:11 Como perros glotones, nunca quedan satisfechos. Son pastores ignorantes; cada uno va por su propio camino y busca ganancias personales.
Isa 56:12 «Vengan —dicen ellos—, consigamos vino y hagamos una fiesta. Emborrachémonos todos. ¡Mañana lo haremos de nuevo, y tendremos una fiesta aún más grande!».
Isa 57:1 La gente buena se muere; muchas veces, los justos mueren antes de que llegue su hora. Pero a nadie parece importarle el por qué, tampoco se lo preguntan a sí mismos. Parece que nadie entiende que Dios los está protegiendo del mal que vendrá.
Isa 57:2 Pues los que andan por el camino de la justicia descansarán en paz cuando mueran.
Isa 57:3 «¡Pero ustedes, vengan acá, hijos de brujas, descendientes de adúlteros y de prostitutas!
Isa 57:4 ¿De quién se burlan haciendo muecas y sacando la lengua? ¡Hijos de pecadores y mentirosos!
Isa 57:5 Rinden culto con gran pasión a sus ídolos, debajo de los robles y debajo de todo árbol frondoso. Sacrifican a sus hijos abajo, en los valles, entre los peñascos de los acantilados.
Isa 57:6 Sus dioses son las piedras pulidas de los valles; ustedes les rinden culto con ofrendas líquidas y ofrendas de grano. Ellos son su herencia, no yo. ¿Creen que todo esto me hace feliz?
Isa 57:7 Ustedes cometieron adulterio en cada monte alto; allí rindieron culto a los ídolos y me fueron infieles.
Isa 57:8 Han puesto símbolos paganos en los marcos de las puertas y detrás de ellas. Me han abandonado y se han metido en la cama con esos dioses detestables. Se han entregado a ellos y les encanta ver sus cuerpos desnudos.
Isa 57:9 Le han dado aceite de oliva a Moloc* con muchos obsequios de perfumes. Han viajado muy lejos, incluso al mundo de los muertos,* a fin de encontrar nuevos dioses a quienes amar.
Isa 57:10 Se han cansado en su búsqueda, pero nunca se han dado por vencidos. El deseo les dio nuevas fuerzas, y no se fatigaron.
Isa 57:11 »¿Les tienen miedo a estos ídolos? ¿Les producen terror? ¿Por eso me han mentido y se han olvidado de mí y de mis palabras? ¿Será por mi largo silencio que ya no me temen?
Isa 57:12 Ahora pondré al descubierto sus supuestas buenas obras; ninguna de ellas los ayudará.
Isa 57:13 Veamos si sus ídolos pueden salvarlos cuando clamen a ellos por ayuda. ¡Vaya, un soplo de viento puede derrumbarlos! ¡Basta con que uno respire sobre ellos para que caigan de cabeza! Pero el que confíe en mí, heredará la tierra y poseerá mi monte santo».
Isa 57:14 Dios dice: «¡Reconstruyan el camino! Quiten las rocas y las piedras del camino para que mi pueblo pueda volver del cautiverio».
Isa 57:15 El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad, el Santo, dice: «Yo vivo en el lugar alto y santo con los de espíritu arrepentido y humilde. Restauro el espíritu destrozado del humilde y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido.
Isa 57:16 Pues no pelearé contra ustedes para siempre; no estaré siempre enojado. Si lo estuviera, moriría toda la gente, sí, todas las almas que he creado.
Isa 57:17 Estaba enojado, así que castigué a este pueblo tan avaro. Me aparté de ellos, pero continuaron por su propio terco camino.
Isa 57:18 He visto lo que hacen, ¡pero aun así, los sanaré y los guiaré! Consolaré a los que se lamentan,
Isa 57:19 llevando palabras de alabanza a sus labios. Que tengan paz abundante, tanto cerca como lejos —dice el SEÑOR que los sana—.
Isa 57:20 Pero los que aún me rechazan son como el mar agitado, que nunca está tranquilo, sino que continuamente revuelve el lodo y la tierra.
Isa 57:21 No hay paz para el perverso —dice mi Dios—.
Isa 58:1 »Grita con la voz de un toque de trompeta. ¡Grita fuerte! No seas tímido. ¡Háblale a mi pueblo Israel* de sus pecados!
Isa 58:2 Sin embargo, ¡se hacen los piadosos! Vienen al templo todos los días y parecen estar encantados de aprender todo sobre mí. Actúan como una nación justa que nunca abandonaría las leyes de su Dios. Me piden que actúe a su favor, fingiendo que quieren estar cerca de mí.
Isa 58:3 “¡Hemos ayunado delante de ti! —dicen ellos—. ¿Por qué no te impresionamos? Hemos sido muy severos con nosotros mismos, y ni siquiera te das cuenta”. »¡Les diré por qué! —les contesto—. Es porque ayunan para complacerse a sí mismos. Aun mientras ayunan, oprimen a sus trabajadores.
Isa 58:4 ¿De qué les sirve ayunar, si siguen con sus peleas y riñas? Con esta clase de ayuno, nunca lograrán nada conmigo.
Isa 58:5 Ustedes se humillan al hacer penitencia por pura fórmula: inclinan la cabeza como cañas en el viento, se visten de tela áspera y se cubren de cenizas. ¿A eso le llaman ayunar? ¿Realmente creen que eso agrada al SEÑOR?
Isa 58:6 »¡No! Esta es la clase de ayuno que quiero: pongan en libertad a los que están encarcelados injustamente; alivien la carga de los que trabajan para ustedes. Dejen en libertad a los oprimidos y suelten las cadenas que atan a la gente.
Isa 58:7 Compartan su comida con los hambrientos y den refugio a los que no tienen hogar; denles ropa a quienes la necesiten y no se escondan de parientes que precisen su ayuda.
Isa 58:8 »Entonces su salvación llegará como el amanecer, y sus heridas sanarán con rapidez; su justicia los guiará hacia adelante y atrás los protegerá la gloria del SEÑOR.
Isa 58:9 Entonces cuando ustedes llamen, el SEÑOR les responderá. “Sí, aquí estoy”, les contestará enseguida. »Levanten el pesado yugo de la opresión; dejen de señalar con el dedo y de esparcir rumores maliciosos.
Isa 58:10 Alimenten a los hambrientos y ayuden a los que están en apuros. Entonces su luz resplandecerá desde la oscuridad, y la oscuridad que los rodea será tan radiante como el mediodía.
Isa 58:11 El SEÑOR los guiará continuamente, les dará agua cuando tengan sed y restaurará sus fuerzas. Serán como un huerto bien regado, como un manantial que nunca se seca.
Isa 58:12 Algunos de ustedes reconstruirán las ruinas desoladas de sus ciudades. Entonces serán conocidos como reconstructores de muros y restauradores de casas.
Isa 58:13 »Guarden como santo el día de descanso; en ese día no se ocupen de sus propios intereses, sino disfruten del día de descanso y hablen del día con delicia, por ser el día santo del SEÑOR. Honren el día de descanso en todo lo que hagan ese día y no sigan sus propios deseos ni hablen palabras inútiles.
Isa 58:14 Entonces el SEÑOR será su delicia. Yo les daré gran honor y los saciaré con la herencia que prometí a su antepasado Jacob. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!».

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