APOSENTO ALTO

martes, 19 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 19 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    23:44-49

Luc 23:44 Ya era alrededor del mediodía, y la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde.
Luc 23:45 La luz del sol desapareció. Y, de repente, la cortina del santuario del templo se rasgó por la mitad.
Luc 23:46 Después Jesús gritó: «Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos!»*. Y con esas palabras dio su último suspiro.
Luc 23:47 Cuando el oficial romano* encargado de la ejecución vio lo que había sucedido, adoró a Dios y dijo: «Este hombre era inocente* de verdad».
Luc 23:48 Y, cuando todas las multitudes que habían venido a observar la ejecución vieron lo que había sucedido, regresaron a casa con gran dolor.*
Luc 23:49 Pero los amigos de Jesús, incluidas las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando de lejos.




 HEBREOS  10:19-39

Heb 11:1 La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.
Heb 11:2 Por su fe, la gente de antaño gozó de una buena reputación.
Heb 11:3 Por la fe entendemos que todo el universo fue formado por orden de Dios, de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles.
Heb 11:4 Fue por la fe que Abel presentó a Dios una ofrenda más aceptable que la que presentó Caín. La ofrenda de Abel demostró que era un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. Aunque Abel murió hace mucho tiempo, todavía nos habla por su ejemplo de fe.
Heb 11:5 Fue por la fe que Enoc ascendió al cielo sin morir, «desapareció porque Dios se lo llevó»*; porque antes de ser llevado, lo conocían como una persona que agradaba a Dios.
Heb 11:6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.
Heb 11:7 Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del mundo y recibió la justicia que viene por la fe.
Heb 11:8 Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba.
Heb 11:9 Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en tiendas. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa.
Heb 11:10 Abraham esperaba con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida por Dios.
Heb 11:11 Fue por la fe que hasta Sara pudo tener un hijo, a pesar de ser estéril y demasiado anciana. Ella creyó* que Dios cumpliría su promesa.
Heb 11:12 Así que una nación entera provino de este solo hombre, quien estaba casi muerto en cuanto a tener hijos; una nación con tantos habitantes que, como las estrellas de los cielos y la arena de la orilla del mar, es imposible contar.
Heb 11:13 Todas estas personas murieron aún creyendo lo que Dios les había prometido. Y aunque no recibieron lo prometido lo vieron desde lejos y lo aceptaron con gusto. Coincidieron en que eran extranjeros y nómadas aquí en este mundo.
Heb 11:14 Es obvio que quienes se expresan así esperan tener su propio país.
Heb 11:15 Si hubieran añorado el país del que salieron, bien podrían haber regresado.
Heb 11:16 Sin embargo, buscaban un lugar mejor, una patria celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.





PROVERBIOS 27:15-27

Pro 27:15 Una esposa que busca pleitos es tan molesta como una gotera continua en un día de lluvia.
Pro 27:16 Poner fin a sus quejas es como tratar de detener el viento o de sostener algo con las manos llenas de grasa.
Pro 27:17 Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo.
Pro 27:18 Como a los que cuidan de la higuera se les permite comer del fruto, así serán recompensados los empleados que protegen los intereses de su patrón.
Pro 27:19 Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es.
Pro 27:20 Así como la Muerte y la Destrucción* nunca se sacian, el deseo del hombre nunca queda satisfecho.
Pro 27:21 El fuego prueba la pureza del oro y de la plata, pero la persona es probada por las alabanzas que recibe.*
Pro 27:22 Es imposible separar al necio de su necedad, aunque lo muelas como al grano en un mortero.
Pro 27:23 Mantente al tanto del estado de tus rebaños y entrégate de lleno al cuidado de tus ganados,
Pro 27:24 porque las riquezas no duran para siempre, y tal vez la corona no pase a la próxima generación.
Pro 27:25 Cuando se haya cosechado el heno y aparezca la nueva cosecha y se recojan las hierbas de los montes,
Pro 27:26 tus ovejas proveerán la lana para vestirte, y tus cabras servirán para comprar un campo.
Pro 27:27 Y tendrás suficiente leche de cabra para ti, para tu familia y para tus criadas.
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LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 49-50

Isa 49:1 Escúchenme, todos ustedes en tierras lejanas; presten atención, ustedes que están muy lejos. El SEÑOR me llamó desde antes que naciera; desde el seno de mi madre me llamó por mi nombre.
Isa 49:2 Hizo que mis palabras de juicio fueran tan filosas como una espada. Me ha escondido bajo la sombra de su mano. Soy como una flecha afilada en su aljaba.
Isa 49:3 Él me dijo: «Israel, tú eres mi siervo y me traerás gloria».
Isa 49:4 Yo respondí: «¡Pero mi labor parece tan inútil! He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito. No obstante, lo dejo todo en manos del SEÑOR; confiaré en que Dios me recompense».
Isa 49:5 Y ahora habla el SEÑOR, el que me formó en el seno de mi madre para que fuera su siervo, el que me encomendó que le trajera a Israel de regreso. El SEÑOR me ha honrado y mi Dios me ha dado fuerzas.
Isa 49:6 Él dice: «Harás algo más que devolverme al pueblo de Israel. Yo te haré luz para los gentiles,* y llevarás mi salvación a los confines de la tierra».
Isa 49:7 El SEÑOR, el Redentor y Santo de Israel, le dice al que es despreciado y rechazado por las naciones, al que es el siervo de los gobernantes: «Los reyes se pondrán en posición de firmes cuando tú pases. Los príncipes se inclinarán hasta el suelo por causa del SEÑOR, el fiel, el Santo de Israel, que te ha escogido».
Isa 49:8 Esto dice el SEÑOR: «En el momento preciso te responderé;* en el día de salvación te ayudaré. Te protegeré y te daré a las naciones para que seas mi pacto con ellas. Por medio de ti restableceré la tierra de Israel y la devolveré a su propio pueblo.
Isa 49:9 Les diré a los prisioneros: “Salgan en libertad”, y a los que están en tinieblas: “Vengan a la luz”. Ellos serán mis ovejas, que se apacentarán en pastos verdes y en colinas que antes estaban desiertas.
Isa 49:10 No tendrán hambre ni sed y el sol ardiente ya no los alcanzará. Pues el SEÑOR en su misericordia los guiará; los guiará junto a aguas frescas.
Isa 49:11 Y convertiré mis montes en senderos llanos para ellos. Las carreteras se levantarán por encima de los valles.
Isa 49:12 ¡Miren! Mi pueblo regresará desde muy lejos; desde tierras del norte y del occidente, y desde tan al sur como Egipto».*
Isa 49:13 ¡Oh, cielos, canten de alegría! ¡Oh, tierra, gózate! ¡Oh montes, prorrumpan en cantos! Pues el SEÑOR ha consolado a su pueblo y le tendrá compasión en medio de su sufrimiento.
Isa 49:14 Sin embargo, Jerusalén* dice: «El SEÑOR me ha abandonado; el Señor me ha olvidado».
Isa 49:15 «¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidaría a ustedes.
Isa 49:16 Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos. En mi mente siempre está la imagen de las murallas de Jerusalén convertidas en ruinas.
Isa 49:17 Dentro de poco tus descendientes regresarán, y los que procuran destruirte se irán.
Isa 49:18 Mira a tu alrededor y observa, porque todos tus hijos volverán a ti. Tan cierto como que yo vivo —dice el SEÑOR—, ellos serán como joyas o adornos de novia para que tú los exhibas.
Isa 49:19 »Hasta los lugares más desolados de tu tierra abandonada pronto estarán repletos de tu gente. Tus enemigos que te esclavizaron estarán muy lejos.
Isa 49:20 Las generaciones nacidas en el destierro regresarán y dirán: “¡Necesitamos más espacio! ¡Este lugar está lleno de gente!”.
Isa 49:21 Entonces te preguntarás: “¿Quién me ha dado todos estos descendientes? Pues la mayoría de mis hijos fueron muertos, y los demás, llevados al destierro. Aquí me quedé solo. ¿De dónde viene toda esta gente? ¿Quién dio a luz a estos niños? ¿Quién los crió por mí?”».
Isa 49:22 Esto dice el SEÑOR Soberano: «Mira, les daré una señal a las naciones que no temen a Dios. Te traerán a tus hijos pequeños en sus brazos; traerán a tus hijas sobre los hombros.
Isa 49:23 Reyes y reinas te servirán y atenderán a todas tus necesidades. Se inclinarán hasta el suelo ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Entonces sabrás que yo soy el SEÑOR. Los que confían en mí nunca serán avergonzados».
Isa 49:24 ¿Quién puede arrebatar el botín de las manos de un guerrero? ¿Quién puede exigirle a un tirano* que deje en libertad a sus cautivos?
Isa 49:25 Pero el SEÑOR dice: «Los cautivos de los guerreros serán puestos en libertad, y se recuperará el botín de los tiranos. Pues yo pelearé contra quienes peleen contigo, y salvaré a tus hijos.
Isa 49:26 Alimentaré a tus enemigos con su propia carne y se embriagarán con ríos de su propia sangre. Todo el mundo sabrá que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor; el Poderoso de Israel».*
Isa 50:1 Esto dice el SEÑOR: «¿Despedí a la madre de ustedes porque me divorcié de ella? ¿Los vendí a ustedes como esclavos a mis acreedores? No, fueron vendidos a causa de sus propios pecados; su madre también fue llevada a causa de los pecados de ustedes.
Isa 50:2 ¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Se debe a que no tengo poder para rescatar? ¡No, no es esa la razón! ¡Pues yo puedo hablarle al mar y hacer que se seque! Puedo convertir los ríos en desiertos llenos de peces muertos.
Isa 50:3 Yo soy quien viste de tinieblas los cielos, y los cubro con ropajes de luto».
Isa 50:4 El SEÑOR Soberano me ha dado sus palabras de sabiduría, para que yo sepa consolar a los fatigados. Mañana tras mañana me despierta y me abre el entendimiento a su voluntad.
Isa 50:5 El SEÑOR Soberano me habló, y yo lo escuché; no me he rebelado, ni me he alejado.
Isa 50:6 Les ofrecí la espalda a quienes me golpeaban y las mejillas a quienes me tiraban de la barba; no escondí el rostro de las burlas y los escupitajos.
Isa 50:7 Debido a que el SEÑOR Soberano me ayuda, no seré avergonzado. Por lo tanto, he puesto el rostro como una piedra, decidido a hacer su voluntad. Y sé que no pasaré vergüenza.
Isa 50:8 El que me hace justicia está cerca. Ahora, ¿quién se atreverá a presentar cargos en mi contra? ¿Dónde están mis acusadores? ¡Que se presenten!
Isa 50:9 Miren, el SEÑOR Soberano está de mi lado. ¿Quién me declarará culpable? Todos mis enemigos serán destruidos como ropa vieja que ha sido comida por la polilla.
Isa 50:10 Entre ustedes, ¿quién teme al SEÑOR y obedece a su siervo? Si caminan en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíen en el SEÑOR y dependan de su Dios.
Isa 50:11 Pero tengan cuidado, ustedes que viven en su propia luz, y que se calientan en su propia fogata. Esta es la recompensa que recibirán de mí: pronto caerán en gran tormento.

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