APOSENTO ALTO

sábado, 16 de septiembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 16 DE SEPTIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    23:26-31

Luc 23:26 Cuando ellos se llevaban a Jesús, sucedió que un hombre llamado Simón, que era de Cirene,* venía del campo. Los soldados lo agarraron, pusieron la cruz sobre él y lo obligaron a cargarla detrás de Jesús.
Luc 23:27 Una gran multitud lo seguía, incluidas muchas mujeres que lloraban desconsoladas.
Luc 23:28 Pero Jesús se dio la vuelta y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.
Luc 23:29 Pues vienen días cuando dirán: “¡Dichosas las mujeres que no tienen hijos, los vientres que no dieron a luz y los pechos que no amamantaron!”
Luc 23:30 La gente suplicará a los montes: “¡Caigan sobre nosotros!” y rogará a las colinas: “¡Entiérrennos!”*.
Luc 23:31 Pues, si estas cosas suceden cuando el árbol está verde, ¿qué pasará cuando esté seco?»*.


 HEBREOS  9:11-28

Heb 9:11 Entonces Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido.* Él entró en ese tabernáculo superior y más perfecto que está en el cielo, el cual no fue hecho por manos humanas ni forma parte del mundo creado.
Heb 9:12 Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros —entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.
Heb 9:13 Bajo el sistema antiguo, la sangre de cabras y toros y las cenizas de una ternera podían limpiar el cuerpo de las personas que estaban ceremonialmente impuras.
Heb 9:14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas* para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.
Heb 9:15 Por eso él es el mediador de un nuevo pacto entre Dios y la gente, para que todos los que son llamados puedan recibir la herencia eterna que Dios les ha prometido. Pues Cristo murió para librarlos del castigo por los pecados que habían cometido bajo ese primer pacto.
Heb 9:16 Ahora bien, cuando alguien deja un testamento,* es necesario comprobar que la persona que lo hizo ha muerto.*
Heb 9:17 El testamento sólo entra en vigencia después de la muerte de la persona. Mientras viva el que lo hizo, el testamento no puede entrar en vigencia.
Heb 9:18 Por eso, aun el primer pacto fue puesto en vigencia con la sangre de un animal.
Heb 9:19 Pues después de que Moisés había leído cada uno de los mandamientos de Dios a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y las cabras* junto con agua, y roció tanto el libro de la ley de Dios como a todo el pueblo con ramas de hisopo y lana de color escarlata.
Heb 9:20 Entonces dijo: «Esta sangre confirma el pacto que Dios ha hecho con ustedes»*.
Heb 9:21 De la misma manera roció con la sangre el tabernáculo y todo lo que se usaba para adorar a Dios.
Heb 9:22 De hecho, según la ley de Moisés, casi todo se purificaba con sangre porque sin derramamiento de sangre no hay perdón.
Heb 9:23 Por esa razón, el tabernáculo y todo lo que en él había —que eran copias de las cosas del cielo —debían ser purificados mediante la sangre de animales. Pero las cosas verdaderas del cielo debían ser purificadas mediante sacrificios superiores a la sangre de animales.
Heb 9:24 Pues Cristo no entró en un lugar santo hecho por manos humanas, que era sólo una copia del verdadero, que está en el cielo. Él entró en el cielo mismo para presentarse ahora delante de Dios a favor de nosotros.
Heb 9:25 Y no entró en el cielo para ofrecerse a sí mismo una y otra vez, como lo hace el sumo sacerdote aquí en la tierra, que entra en el Lugar Santísimo año tras año con la sangre de un animal.
Heb 9:26 Si eso hubiera sido necesario, Cristo tendría que haber sufrido la muerte una y otra vez, desde el principio del mundo. Pero ahora, en el fin de los tiempos,* Cristo se presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio.
Heb 9:27 Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio,
Heb 9:28 así también Cristo murió en sacrificio una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas. Cristo vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados, sino para traer salvación a todos los que esperan con anhelo su venida.



PROVERBIOS 26:1-16

Pro 26:1 Como la nieve no es para el verano ni la lluvia para la cosecha tampoco el honor es para los necios.
Pro 26:2 Como gorrión que revolotea o golondrina que vuela sin rumbo, la maldición inmerecida no llegará a quien iba dirigida.
Pro 26:3 Guía al caballo con el látigo, al burro con el freno, ¡y al necio con la vara en la espalda!
Pro 26:4 No respondas a los argumentos absurdos de los necios o te volverás tan necio como ellos.
Pro 26:5 Responde a los argumentos absurdos de los necios o se creerán sabios en su propia opinión.
Pro 26:6 Confiarle a un necio que lleve un mensaje, ¡es como cortarse los pies o tomar veneno!
Pro 26:7 Un proverbio en boca de un necio es tan inútil como una pierna paralizada.
Pro 26:8 Honrar a un necio es tan absurdo como atar la piedra a la honda.
Pro 26:9 Un proverbio en boca de un necio es como una rama espinosa agitada por un borracho.
Pro 26:10 El patrón que contrata a un necio o a cualquiera que pasa es como un arquero que lanza su flecha al azar.
Pro 26:11 Así como el perro vuelve a su vómito, el necio repite su necedad.
Pro 26:12 Hay más esperanza para los necios que para los que se creen sabios.
Pro 26:13 El perezoso afirma: «¡Hay un león en el camino! ¡Sí, estoy seguro de que allí afuera hay un león!».
Pro 26:14 Así como la puerta gira sobre sus bisagras, el perezoso da vueltas en la cama.
Pro 26:15 Los perezosos toman la comida con la mano pero ni siquiera se la llevan a la boca.
Pro 26:16 Los perezosos se creen más listos que siete consejeros sabios.



LECTURA PARA LA NOCHE

ISAÍAS 42-43

Isa 42:1 »Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido, quien me complace. He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones.
Isa 42:2 No gritará, ni levantará su voz en público.
Isa 42:3 No aplastará a la caña más débil, ni apagará una vela que titila. Les hará justicia a todos los agraviados.
Isa 42:4 No vacilará ni se desalentará hasta que prevalezca la justicia en toda la tierra. Aun las tierras lejanas más allá del mar esperarán sus instrucciones».*
Isa 42:5 Dios, el SEÑOR, creó los cielos y los extendió; creó la tierra y todo lo que hay en ella. Él es quien da aliento a cada uno y vida a todos los que caminan sobre la tierra. Y es él quien dice:
Isa 42:6 «Yo, el SEÑOR, te he llamado para manifestar mi justicia. Te tomaré de la mano y te protegeré, y te daré a mi pueblo, los israelitas, como símbolo de mi pacto con ellos. Y serás una luz para guiar a las naciones.
Isa 42:7 Abrirás los ojos de los ciegos; pondrás a los cautivos en libertad, soltando a los que están en calabozos oscuros.
Isa 42:8 »¡Yo soy el SEÑOR; ese es mi nombre! No le daré mi gloria a nadie más, ni compartiré mi alabanza con ídolos tallados.
Isa 42:9 Todo cuanto profeticé se ha hecho realidad, y ahora profetizaré de nuevo; les diré el futuro antes de que suceda».
Isa 42:10 ¡Canten al SEÑOR un nuevo cántico! ¡Canten sus alabanzas desde los confines de la tierra! Canten, ustedes que navegan los mares, los que viven en las costas lejanas.
Isa 42:11 Únanse al coro, ciudades del desierto; que las aldeas de Cedar se alegren. Que el pueblo de Sela cante de alegría; que grite alabanzas desde las cumbres de los montes.
Isa 42:12 Que el mundo entero glorifique al SEÑOR; que cante su alabanza.
Isa 42:13 El SEÑOR marchará como un héroe poderoso; saldrá como guerrero lleno de furia. Lanzará su grito de batalla y aplastará a todos sus enemigos.
Isa 42:14 Dirá: «He guardado silencio por mucho tiempo; sí, me he contenido. Pero ahora, como una mujer que da a luz, gritaré, gemiré y jadearé.
Isa 42:15 Allanaré los montes y las colinas y arruinaré toda su vegetación. Convertiré los ríos en tierra seca y secaré todas las lagunas.
Isa 42:16 Guiaré al ciego Israel por una senda nueva, llevándolo por un camino desconocido. Iluminaré las tinieblas a su paso y allanaré el camino delante de ellos. Ciertamente yo haré estas cosas; no los abandonaré.
Isa 42:17 Pero los que confían en ídolos, los que dicen: “Ustedes son nuestros dioses”, se alejarán avergonzados.
Isa 42:18 »¡Escuchen ustedes, sordos! ¡Miren y vean, ciegos!
Isa 42:19 ¿Quién es tan ciego como mi propio pueblo, mi siervo? ¿Quién es tan sordo como mi mensajero? ¿Quién es tan ciego como mi pueblo elegido, el siervo del SEÑOR?
Isa 42:20 Ustedes ven y reconocen lo que es correcto, pero se niegan a hacerlo. Escuchan con sus oídos, pero en realidad no prestan atención».
Isa 42:21 Debido a que el SEÑOR es justo, él ha exaltado su ley gloriosa;
Isa 42:22 pero a su pueblo lo han robado y saqueado, lo han esclavizado, metido en prisión y atrapado. Es blanco fácil para cualquiera, y no tiene a nadie que lo proteja, a nadie que lo lleve de regreso a casa.
Isa 42:23 ¿Quién escuchará estas lecciones del pasado y verá la ruina que le espera en el futuro?
Isa 42:24 ¿Quién permitió que robaran e hirieran a Israel? Fue el SEÑOR, contra quien pecamos, porque los israelitas no quisieron andar por su camino, ni quisieron obedecer su ley.
Isa 42:25 Por lo tanto, él derramó su furia sobre ellos y los destruyó en batalla. Las llamas los envolvieron, pero aun así se negaron a entender. El fuego los consumió, pero no aprendieron su lección.
Isa 43:1 Pero ahora, oh Jacob, escucha al SEÑOR, quien te creó. Oh Israel, el que te formó dice: «No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío.
Isa 43:2 Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán.
Isa 43:3 Pues yo soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Yo di a Egipto como rescate por tu libertad; en tu lugar di a Etiopía* y a Seba.
Isa 43:4 Entregué a otros a cambio de ti. Cambié la vida de ellos por la tuya, porque eres muy precioso para mí. Recibes honra, y yo te amo.
Isa 43:5 »No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te reuniré a ti y a tus hijos del oriente y del occidente.
Isa 43:6 Les diré al norte y al sur: “Traigan a mis hijos e hijas de regreso a Israel desde los rincones más lejanos de la tierra.
Isa 43:7 Traigan a todo el que me reconoce como su Dios, porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé”».
Isa 43:8 Saquen a la gente que tiene ojos pero está ciega; que tiene oídos pero está sorda.
Isa 43:9 ¡Reúnan a las naciones! ¡Convoquen a los pueblos del mundo! ¿Cuál de sus ídolos acaso predijo cosas semejantes? ¿Cuál de ellos puede predecir lo que sucederá mañana? ¿Dónde están los testigos de tales predicciones? ¿Quién puede comprobar que han dicho la verdad?
Isa 43:10 «Pero tú eres mi testigo, Israel —dice el SEÑOR—, tú eres mi siervo. Tú has sido escogido para conocerme, para creer en mí y comprender que sólo yo soy Dios. No hay otro Dios; nunca lo hubo y nunca lo habrá.
Isa 43:11 Yo, sí, yo soy el SEÑOR, y no hay otro Salvador.
Isa 43:12 Primero predije tu rescate, y después te salvé y lo proclamé ante el mundo. Ningún dios extranjero jamás lo ha hecho. Tú, Israel, eres testigo de que yo soy el único Dios —dice el SEÑOR—.
Isa 43:13 Desde la eternidad y hasta la eternidad, yo soy Dios. No hay quien pueda arrebatar a nadie de mi mano; nadie puede deshacer lo que he hecho».
Isa 43:14 Esto dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: «Por tu bien, enviaré un ejército contra Babilonia y obligaré a los babilonios* a huir en esos barcos de los que están tan orgullosos.
Isa 43:15 Yo soy el SEÑOR, tu Santo, el Creador y Rey de Israel.
Isa 43:16 Yo soy el SEÑOR, que abrió un camino a través de las aguas, e hizo una senda seca a través del mar.
Isa 43:17 Yo llamé al poderoso ejército de Egipto con todos sus carros de guerra y sus caballos. Los sumergí debajo de las olas, y se ahogaron; su vida se apagó como mecha humeante.
Isa 43:18 »Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer.
Isa 43:19 Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía.
Isa 43:20 Los animales salvajes de los campos me darán las gracias, y también los chacales y los búhos, por darles agua en el desierto. Sí, haré ríos en la tierra árida y baldía, para que mi pueblo escogido pueda refrescarse.
Isa 43:21 Yo hice a Israel para mí mismo, y algún día me honrará delante del mundo entero.
Isa 43:22 »Sin embargo, querida familia de Jacob, tú te niegas a pedirme ayuda. ¡Oh Israel, te has cansado de mí!
Isa 43:23 No me has traído ovejas ni cabras para ofrendas quemadas. No me has honrado con sacrificios, aun cuando no te he agobiado ni fatigado con exigencias de ofrendas de granos y de incienso.
Isa 43:24 No me has traído el cálamo aromático, ni me has agradado con la grasa de los sacrificios. En cambio, me has agobiado con tus pecados y me has cansado con tus faltas.
Isa 43:25 »Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos.
Isa 43:26 Revisemos juntos la situación, y presenta tu defensa para demostrar tu inocencia.
Isa 43:27 Desde el principio, tu primer antepasado pecó contra mí; todos tus líderes quebrantaron mis leyes.
Isa 43:28 Por eso yo he avergonzado a tus sacerdotes; he decretado la destrucción total* de Jacob y la vergüenza para Israel.

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