APOSENTO ALTO

domingo, 23 de julio de 2017

LECTURA BÍBLICA 23 DE JULIO

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    12:22-34

Luc 12:22 Luego, dirigiéndose a sus discípulos, dijo: «Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento para comer o suficiente ropa para vestirse.
Luc 12:23 Pues la vida es más que la comida, y el cuerpo es más que la ropa.
Luc 12:24 Miren los cuervos. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque Dios los alimenta. ¡Y ustedes son para él mucho más valiosos que cualquier pájaro!
Luc 12:25 ¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?
Luc 12:26 Y, si por mucho preocuparse no se logra algo tan pequeño como eso, ¿de qué sirve preocuparse por cosas más grandes?
Luc 12:27 »Miren cómo crecen los lirios. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan hermoso como ellos.
Luc 12:28 Y, si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe?
Luc 12:29 »No se inquieten por lo que van a comer o lo que van a beber. No se preocupen por esas cosas.
Luc 12:30 Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos en todo el mundo, pero su Padre ya conoce sus necesidades.
Luc 12:31 Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten.
Luc 12:32 »Así que no se preocupe, pequeño rebaño. Pues al Padre le da mucha felicidad entregarles el reino.
Luc 12:33 »Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujerean. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo.
Luc 12:34 Donde esté su tesoro, allí estarán también los deseos de su corazón.




2 TESALONICENSES 3:1-5

2Ts 3:1 Finalmente, amados hermanos, les pedimos que oren por nosotros. Oren para que el mensaje del Señor se difunda rápidamente y sea honrado en todo lugar adonde llegue, así como cuando les llegó a ustedes.
2Ts 3:2 Oren, también, para que seamos rescatados de gente perversa y mala, porque no todos son creyentes.
2Ts 3:3 Pero el Señor es fiel; él los fortalecerá y los protegerá del maligno.*
2Ts 3:4 Y confiamos en el Señor que ustedes hacen y seguirán haciendo lo que les ordenamos.
2Ts 3:5 Que el Señor les guíe el corazón a un entendimiento total y a una expresión plena del amor de Dios, y a la perseverancia con paciencia que proviene de Cristo.




SALMO 148

Sal 148:1 ¡Alabado sea el SEÑOR! ¡Alaben al SEÑOR desde los cielos! ¡Alábenlo desde el firmamento!
Sal 148:2 ¡Alábenlo, todos sus ángeles! ¡Alábenlo, todos los ejércitos celestiales!
Sal 148:3 ¡Alábenlo, sol y luna! ¡Alábenlo, todas las estrellas brillantes!
Sal 148:4 ¡Alábenlo, los altos cielos! ¡Alábenlo, los vapores que están mucho más allá de las nubes!
Sal 148:5 Que toda cosa creada alabe al SEÑOR, pues él dio la orden y todo cobró vida.
Sal 148:6 Puso todo lo creado en su lugar por siempre y para siempre. Su decreto jamás será revocado.
Sal 148:7 Alaben al SEÑOR desde la tierra, ustedes, criaturas de las profundidades del océano,
Sal 148:8 el fuego y el granizo, la nieve y las nubes,* el viento y el clima que le obedecen,
Sal 148:9 ustedes, las montañas y todas las colinas, los árboles frutales y los cedros,
Sal 148:10 los animales salvajes y todo el ganado, los animales pequeños que corren por el suelo y las aves,
Sal 148:11 los reyes de la tierra y toda la gente, los gobernantes y los jueces de la tierra,
Sal 148:12 los muchachos y las jovencitas, los ancianos y los niños.
Sal 148:13 Que todos alaben el nombre del SEÑOR, porque su nombre es muy grande; ¡su gloria está muy por encima de la tierra y el cielo!
Sal 148:14 Dios hizo fuerte a su pueblo y honró a sus fieles: los del pueblo de Israel que están cerca de él. ¡Alabado sea el SEÑOR!


LECTURA PARA LA NOCHE

2 CRÓNICAS    28-29

2Cr 28:1 Acaz tenía veinte años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén dieciséis años. Él no hizo lo que era agradable a los ojos del SEÑOR, como sí lo había hecho su antepasado David.
2Cr 28:2 En cambio, siguió el ejemplo de los reyes de Israel. Fundió imágenes de metal para rendir culto a Baal.
2Cr 28:3 Ofreció sacrificios en el valle de Ben-hinom y hasta sacrificó a sus hijos en el fuego.* De esta manera, siguió las prácticas detestables de las naciones paganas que el SEÑOR había expulsado de la tierra al paso de los israelitas.
2Cr 28:4 Ofreció sacrificios y quemó incienso en los santuarios paganos, en las colinas y debajo de todo árbol frondoso.
2Cr 28:5 Por todo eso, el SEÑOR su Dios permitió al rey de Aram que derrotara a Acaz y que desterrara a Damasco a un gran número de habitantes de su pueblo. Los ejércitos del rey de Israel también derrotaron a Acaz y causaron muchas bajas en su ejército.
2Cr 28:6 En un solo día Peka, hijo de Remalías y rey de Israel, mató a ciento veinte mil soldados de Judá —todos ellos guerreros con experiencia—, porque habían abandonado al SEÑOR, Dios de sus antepasados.
2Cr 28:7 Luego Zicri, un guerrero de Efraín, mató a Maaseías, el hijo del rey; a Azricam, el comandante del palacio del rey; y a Elcana, el segundo en autoridad después del rey.
2Cr 28:8 Los ejércitos de Israel capturaron a mujeres y niños de Judá, un total de doscientos mil, también tomaron un enorme botín, y se llevaron todo a Samaria.
2Cr 28:9 Ahora bien, un profeta del SEÑOR llamado Obed estaba allí en Samaria cuando el ejército de Israel volvía. Salió a su encuentro y dijo: «El SEÑOR, Dios de sus antepasados, estaba enojado con Judá y por eso les permitió derrotarlos; pero ustedes se han excedido, los han matado sin compasión y todo el cielo está perturbado.
2Cr 28:10 Ahora planean hacer esclavos a esta gente de Judá y de Jerusalén. ¿Y qué de sus propios pecados contra el SEÑOR su Dios?
2Cr 28:11 Escúchenme y devuelvan a los prisioneros que han tomado, porque son sus propios parientes. ¡Tengan cuidado, porque ahora la ira feroz del SEÑOR se ha vuelto contra ustedes!».
2Cr 28:12 Entonces algunos líderes de Israel* —Azarías, hijo de Johanán; Berequías, hijo de Mesilemot; Ezequías, hijo de Salum y Amasa, hijo de Hadlai— estuvieron de acuerdo con esto y se enfrentaron a los hombres que regresaban de la batalla.
2Cr 28:13 «¡No deben traer aquí a los prisioneros! —exclamaron—. ¡De ninguna manera nos conviene aumentar nuestros pecados y culpas! Nuestra culpa ya es muy grande, y la ira feroz del SEÑOR ya se ha vuelto contra Israel».
2Cr 28:14 Entonces los guerreros pusieron en libertad a los prisioneros y entregaron el botín en presencia de los líderes y de todo el pueblo.
2Cr 28:15 Luego los cuatro hombres recién mencionados por nombre pasaron adelante y les repartieron ropa del botín a los prisioneros que estaban desnudos. Los proveyeron de ropa y sandalias, les dieron suficiente comida y bebida, y les cubrieron las heridas con aceite de oliva. A los que estaban débiles los montaron en burros y llevaron a todos los prisioneros de regreso a su propia gente en Jericó, la ciudad de las palmeras. Después regresaron a Samaria.
2Cr 28:16 En ese tiempo el rey Acaz de Judá pidió ayuda al rey de Asiria.
2Cr 28:17 Los ejércitos de Edom habían invadido nuevamente Judá y habían tomado prisioneros.
2Cr 28:18 Por su parte, los filisteos habían asaltado las ciudades de Judá situadas en las colinas* y en el Neguev. Ya habían tomado y ocupado Bet-semes, Ajalón, Gederot, Soco con sus aldeas, Timna con sus aldeas y Gimzo con sus aldeas.
2Cr 28:19 El SEÑOR estaba humillando a Judá por causa de Acaz, rey de Judá,* pues este había incitado a su pueblo a que pecara y le había sido totalmente infiel al SEÑOR.
2Cr 28:20 Así que cuando llegó Tiglat-pileser,* rey de Asiria, atacó a Acaz en lugar de ayudarlo.
2Cr 28:21 Acaz tomó objetos valiosos del templo del SEÑOR, del palacio real y de las casas de los funcionarios y se los entregó al rey de Asiria como tributo; pero no le sirvió de nada.
2Cr 28:22 Aun durante este tiempo de dificultades, el rey Acaz siguió rechazando al SEÑOR.
2Cr 28:23 Ofreció sacrificios a los dioses de Damasco que lo habían vencido, porque dijo: «Puesto que estos dioses ayudaron a los reyes de Aram, me ayudarán a mí también si les ofrezco sacrificios»; pero en lugar de ayudarlo, lo llevaron a la ruina a él y a todo Judá.
2Cr 28:24 El rey tomó varios objetos del templo de Dios y los hizo pedazos. Cerró las puertas del templo del SEÑOR para que allí nadie pudiera adorar y levantó altares a dioses paganos en cada esquina de Jerusalén.
2Cr 28:25 Construyó santuarios paganos en todas las ciudades de Judá para ofrecer sacrificios a otros dioses. De esa manera provocó el enojo del SEÑOR, Dios de sus antepasados.
2Cr 28:26 Los demás acontecimientos del reinado de Acaz y todo lo que hizo, desde el principio hasta el fin, están registrados en El libro de los reyes de Judá y de Israel .
2Cr 28:27 Cuando Acaz murió, lo enterraron en Jerusalén pero no en el cementerio de los reyes de Judá. Luego su hijo Ezequías lo sucedió en el trono.
2Cr 29:1 Ezequías tenía veinticinco años cuando subió al trono de Judá y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Abías, hija de Zacarías.
2Cr 29:2 Él hizo lo que era agradable a los ojos del SEÑOR, igual que su antepasado David.
2Cr 29:3 En el primer mes del primer año de su reinado, Ezequías reabrió las puertas del templo del SEÑOR y las reparó.
2Cr 29:4 Convocó a los sacerdotes y a los levitas a encontrarse con él en el atrio al oriente del templo.
2Cr 29:5 Les dijo: «¡Levitas, escúchenme! Purifíquense ustedes y purifiquen el templo del SEÑOR, Dios de sus antepasados. Quiten del santuario todos los objetos contaminados.
2Cr 29:6 Nuestros antepasados fueron infieles e hicieron lo malo a los ojos del SEÑOR nuestro Dios. Abandonaron al SEÑOR y al lugar donde él habita; le dieron la espalda.
2Cr 29:7 También cerraron las puertas de la antesala del templo y apagaron las lámparas. Dejaron de quemar incienso y de presentar ofrendas quemadas en el santuario del Dios de Israel.
2Cr 29:8 »Por eso el enojo del SEÑOR ha caído sobre Judá y Jerusalén. Él los hizo objeto de espanto, horror y ridículo, como ustedes pueden ver con sus propios ojos.
2Cr 29:9 Debido a eso, nuestros padres murieron en batalla, y nuestros hijos, hijas y esposas fueron capturados;
2Cr 29:10 pero ahora haré un pacto con el SEÑOR, Dios de Israel, para que su ira feroz se aparte de nosotros.
2Cr 29:11 Hijos míos, ¡no descuiden más sus responsabilidades! El SEÑOR los ha elegido para que estén en su presencia, le sirvan, dirijan al pueblo en la adoración y presenten a él sus ofrendas».
2Cr 29:12 Enseguida los siguientes levitas pusieron manos a la obra: del clan de Coat: Mahat, hijo de Amasai y Joel, hijo de Azarías; del clan de Merari: Cis, hijo de Abdi y Azarías, hijo de Jehalelel; del clan de Gersón: Joa, hijo de Zima y Edén, hijo de Joa;
2Cr 29:13 de la familia de Elizafán: Simri y Jeiel; de la familia de Asaf: Zacarías y Matanías;
2Cr 29:14 de la familia de Hemán: Jehiel y Simei; de la familia de Jedutún: Semaías y Uziel.
2Cr 29:15 Estos hombres reunieron a sus hermanos levitas, y todos se purificaron. Luego empezaron a purificar el templo del SEÑOR, tal como el rey lo había ordenado. Se aseguraron de seguir todas las instrucciones del SEÑOR al hacer su trabajo.
2Cr 29:16 Los sacerdotes entraron en el santuario del templo del SEÑOR para purificarlo y sacaron al atrio del templo todos los objetos contaminados que encontraron. De allí los levitas los llevaron al valle de Cedrón.
2Cr 29:17 Comenzaron a trabajar a principios de la primavera, en el primer día del nuevo año,* y en ocho días habían llegado hasta la antesala del templo del SEÑOR. Luego purificaron el templo del SEÑOR, lo cual llevó ocho días más. Así que terminaron toda la tarea en dieciséis días.
2Cr 29:18 Luego los levitas se presentaron ante el rey Ezequías y le dieron el siguiente informe: «Hemos purificado todo el templo del SEÑOR, el altar de las ofrendas quemadas con todos sus utensilios y la mesa del pan de la Presencia con todos sus utensilios.
2Cr 29:19 También recuperamos todos los objetos que había desechado el rey Acaz cuando, en su infidelidad, cerró el templo. Ahora están delante del altar del SEÑOR, purificados y listos para su uso».
2Cr 29:20 Temprano a la mañana siguiente, el rey Ezequías reunió a los funcionarios de la ciudad y fue al templo del SEÑOR.
2Cr 29:21 Llevaron siete toros, siete carneros y siete corderos como ofrenda quemada, junto con siete chivos como ofrenda por el pecado por el reino, por el templo y por Judá. El rey ordenó a los sacerdotes, descendientes de Aarón, que sacrificaran los animales en el altar del SEÑOR.
2Cr 29:22 Así que después de matar los toros, los sacerdotes tomaron la sangre y la rociaron sobre el altar. A continuación mataron los carneros y rociaron la sangre sobre el altar y por último, hicieron lo mismo con los corderos.
2Cr 29:23 Después, llevaron los chivos para la ofrenda por el pecado ante el rey y ante la asamblea, quienes pusieron sus manos sobre ellos.
2Cr 29:24 Luego los sacerdotes mataron los chivos como ofrenda por el pecado y rociaron su sangre sobre el altar para hacer expiación por los pecados de todo Israel. El rey había ordenado expresamente que esta ofrenda quemada así como la ofrenda por el pecado se hicieran por todo Israel.
2Cr 29:25 Luego el rey Ezequías ubicó a los levitas en el templo del SEÑOR provistos de címbalos, liras y arpas. Obedeció todos los mandatos que el SEÑOR le había dado al rey David por medio de Gad, el vidente del rey, y del profeta Natán.
2Cr 29:26 Después los levitas tomaron sus posiciones alrededor del templo con los instrumentos de David, y los sacerdotes tomaron sus posiciones con las trompetas.
2Cr 29:27 Entonces Ezequías ordenó que pusieran la ofrenda quemada sobre el altar. Mientras se presentaba la ofrenda quemada, comenzaron los cánticos de alabanza al SEÑOR, al son de las trompetas y de los demás instrumentos de David, rey anterior de Israel.
2Cr 29:28 Toda la asamblea adoró al SEÑOR mientras los cantores entonaban los cánticos y las trompetas sonaban, hasta que se terminaron todas las ofrendas quemadas.
2Cr 29:29 Luego el rey y todos los que estaban con él se inclinaron en adoración.
2Cr 29:30 El rey Ezequías y los funcionarios ordenaron a los levitas que alabaran al SEÑOR con los salmos escritos por David y por el vidente Asaf. De modo que ofrecieron alegres alabanzas y se inclinaron en adoración.
2Cr 29:31 Luego Ezequías exclamó: «Ahora que ustedes se han consagrado al SEÑOR, traigan sus sacrificios y ofrendas de acción de gracias al templo del SEÑOR». Entonces la gente llevó sus sacrificios y ofrendas de acción de gracias, y todos los que tenían el corazón dispuesto llevaron también ofrendas quemadas.
2Cr 29:32 El pueblo llevó al SEÑOR setenta toros, cien carneros y doscientos corderos para las ofrendas quemadas.
2Cr 29:33 También llevaron seiscientas cabezas de ganado y tres mil ovejas y cabras como ofrendas sagradas.
2Cr 29:34 Sin embargo, no había suficientes sacerdotes para preparar todas las ofrendas quemadas. Por eso sus parientes, los levitas, los ayudaron hasta terminar el trabajo, y hasta que se purificaran más sacerdotes, porque los levitas habían sido más cuidadosos en cuanto a purificarse que los sacerdotes.
2Cr 29:35 Hubo abundancia de ofrendas quemadas, junto con las ofrendas líquidas habituales, y una gran cantidad de grasa de las muchas ofrendas de paz. Así que se restituyó el servicio en el templo del SEÑOR.
2Cr 29:36 Ezequías y todo el pueblo se alegraron por lo que Dios había hecho por el pueblo, porque todo se había llevado a cabo con tanta rapidez.

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