APOSENTO ALTO

jueves, 20 de julio de 2017

LECTURA BÍBLICA 20 DE JULIO

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    11:37-54

Luc 11:37 Mientras Jesús hablaba, uno de los fariseos lo invitó a comer en su casa. Jesús fue y se sentó a la mesa.*
Luc 11:38 Su anfitrión se sorprendió de que se sentara a la mesa sin antes realizar la ceremonia de lavarse las manos que exigía la costumbre judía.
Luc 11:39 Entonces el Señor le dijo: «Ustedes, los fariseos, son tan cuidadosos para limpiar la parte exterior de la taza y del plato pero ustedes están sucios por dentro, ¡llenos de avaricia y perversidad!
Luc 11:40 ¡Necios! ¿No hizo Dios tanto el interior como el exterior?
Luc 11:41 Por lo tanto, limpien el interior dando de sus bienes a los pobres, y quedarán completamente limpios.
Luc 11:42 »¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas,* pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios. Es cierto que deben diezmar, pero sin descuidar las cosas más importantes.
Luc 11:43 »¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas.
Luc 11:44 ¡Sí, qué aflicción les espera! Pues son como tumbas escondidas en el campo. Las personas caminan sobre ellas sin saber de la corrupción que están pisando».
Luc 11:45 —Maestro —le dijo un experto en la ley religiosa—, nos has insultado a nosotros también con lo que has dicho.
Luc 11:46 —Sí —dijo Jesús—, ¡qué aflicción les espera también a ustedes, expertos en la ley religiosa! Pues aplastan a la gente bajo el peso de exigencias religiosas imposibles insoportables y jamás mueven un dedo para aligerar la carga.
Luc 11:47 ¡Qué aflicción les espera! Pues levantan monumentos a los profetas que sus propios antepasados mataron tiempo atrás.
Luc 11:48 Pero, de hecho, ustedes quedan como testigos que aprueban lo que hicieron sus antepasados. Ellos mataron a los profetas ¡y ustedes se convierten en cómplices al edificar los monumentos!
Luc 11:49 Esto es lo que Dios en su sabiduría dijo acerca de ustedes:* “Les enviaré profetas y apóstoles, pero ellos matarán a unos y perseguirán a otros”.
Luc 11:50 »Como consecuencia, a esta generación se le hará responsable del asesinato de todos los profetas de Dios desde la creación del mundo,
Luc 11:51 desde el asesinato de Abel hasta el de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el santuario. Sí, de verdad se culpará a esta generación.
Luc 11:52 »¡Qué aflicción les espera a ustedes, expertos en la ley religiosa! Pues le quitan a la gente la llave del conocimiento. Ustedes mismos no entran al reino e impiden que otros entren.
Luc 11:53 Mientras Jesús se retiraba, los maestros de la ley religiosa y los fariseos se pusieron agresivos y trataron de provocarlo con muchas preguntas.
Luc 11:54 Querían tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra.





2 TESALONICENSES 1:8-12

2Ts 1:8 en llamas de fuego, y traerá juicio sobre los que no conocen a Dios y sobre los que se niegan a obedecer la Buena Noticia de nuestro Señor Jesús.
2Ts 1:9 Serán castigados con destrucción eterna, separados para siempre del Señor y de su glorioso poder.
2Ts 1:10 Aquel día cuando él venga, recibirá gloria de su pueblo santo y alabanza de todos los que creen. Esto también los incluye a ustedes, porque creyeron lo que les dijimos acerca de él.
2Ts 1:11 Así que seguimos orando por ustedes, pidiéndole a nuestro Dios que los ayude para que vivan una vida digna de su llamado. Que él les dé el poder para llevar a cabo todas las cosas buenas que la fe los mueve a hacer.
2Ts 1:12 Entonces el nombre de nuestro Señor Jesús será honrado por la vida que llevan ustedes, y serán honrados junto con él. Todo esto se hace posible por la gracia de nuestro Dios y Señor, Jesucristo.*





SALMO 145

Sal 145:1
*Salmo de alabanza de David.
Te exaltaré, mi Dios y Rey, y alabaré tu nombre por siempre y para siempre.
Sal 145:2 Te alabaré todos los días; sí, te alabaré por siempre.
Sal 145:3 ¡Grande es el SEÑOR! ¡El más digno de alabanza! Nadie puede medir su grandeza.
Sal 145:4 Que cada generación cuente a sus hijos de tus poderosos actos y que proclame tu poder.
Sal 145:5 Meditaré* en la gloria y la majestad de tu esplendor, y en tus maravillosos milagros.
Sal 145:6 Tus obras imponentes estarán en boca de todos; proclamaré tu grandeza.
Sal 145:7 Todos contarán la historia de tu maravillosa bondad; cantarán de alegría acerca de tu justicia.
Sal 145:8 El SEÑOR es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable.
Sal 145:9 El SEÑOR es bueno con todos; desborda compasión sobre toda su creación.
Sal 145:10 Todas tus obras te agradecerán, SEÑOR, y tus fieles seguidores te darán alabanza.
Sal 145:11 Hablarán de la gloria de tu reino; darán ejemplos de tu poder.
Sal 145:12 Contarán de tus obras poderosas y de la majestad y la gloria de tu reinado.
Sal 145:13 Pues tu reino es un reino eterno; gobiernas de generación en generación. El SEÑOR siempre cumple sus promesas; es bondadoso en todo lo que hace.*
Sal 145:14 El SEÑOR ayuda a los caídos y levanta a los que están agobiados por sus cargas.
Sal 145:15 Los ojos de todos buscan en ti la esperanza; les das su alimento según la necesidad.
Sal 145:16 Cuando abres tu mano, sacias el hambre y la sed de todo ser viviente.
Sal 145:17 El SEÑOR es justo en todo lo que hace; está lleno de bondad.
Sal 145:18 El SEÑOR está cerca de todos los que lo invocan, sí, de todos los que lo invocan de verdad.
Sal 145:19 Él concede los deseos de los que le temen; oye sus gritos de auxilio y los rescata.
Sal 145:20 El SEÑOR protege a todos los que lo aman, pero destruye a los perversos.
Sal 145:21 Alabaré al SEÑOR, y que todo el mundo bendiga su santo nombre por siempre y para siempre.

LECTURA PARA LA NOCHE

2 CRÓNICAS    20-21

2Cr 20:1 Después de esto, los ejércitos de los moabitas y de los amonitas, y algunos meunitas* le declararon la guerra a Josafat.
2Cr 20:2 Llegaron mensajeros e informaron a Josafat: «Un enorme ejército de Edom* marcha contra ti desde más allá del mar Muerto;* ya está en Hazezon-tamar» (este era otro nombre para En-gadi).
2Cr 20:3 Josafat quedó aterrado con la noticia y le suplicó al SEÑOR que lo guiara. También ordenó a todos en Judá que ayunaran.
2Cr 20:4 De modo que los habitantes de todas las ciudades de Judá fueron a Jerusalén para buscar la ayuda del SEÑOR.
2Cr 20:5 Josafat se puso de pie ante la comunidad de Judá en Jerusalén, frente al nuevo atrio del templo del SEÑOR,
2Cr 20:6 y oró diciendo: «Oh SEÑOR, Dios de nuestros antepasados, sólo tú eres el Dios que está en el cielo. Tú eres el gobernante de todos los reinos de la tierra. Tú eres fuerte y poderoso. ¡Nadie puede hacerte frente!
2Cr 20:7 Oh Dios nuestro, ¿acaso no expulsaste a los que vivían en esta tierra cuando llegó tu pueblo Israel? ¿Acaso no les diste esta tierra para siempre a los descendientes de tu amigo Abraham?
2Cr 20:8 Tu pueblo se estableció aquí y construyó este templo para honrar tu nombre.
2Cr 20:9 Ellos dijeron: “Cuando enfrentemos cualquier calamidad, ya sea guerra,* plagas o hambre, podremos venir a este lugar para estar en tu presencia ante este templo donde se honra tu nombre. Podremos clamar a ti para que nos salves y tú nos oirás y nos rescatarás”.
2Cr 20:10 »Ahora mira lo que los ejércitos de Amón, Moab y del monte Seir están haciendo. Tú no permitiste que nuestros antepasados invadieran esas naciones cuando Israel salió de Egipto, así que las rodearon y no las destruyeron.
2Cr 20:11 ¡Mira cómo nos pagan ahora, porque han venido para echarnos de tu tierra, la cual nos diste como herencia!
2Cr 20:12 Oh Dios nuestro, ¿no los vas a detener? Somos impotentes ante este ejército poderoso que está a punto de atacarnos. No sabemos qué hacer, pero en ti buscamos ayuda».
2Cr 20:13 Mientras todos los hombres de Judá estaban de pie ante el SEÑOR junto con sus esposas, sus hijos y aun los niños pequeños,
2Cr 20:14 el Espíritu del SEÑOR vino sobre uno de los hombres allí presentes. Se llamaba Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, un levita, quien era un descendiente de Asaf.
2Cr 20:15 Dijo: «¡Escuchen habitantes de Judá y de Jerusalén! ¡Escuche, rey Josafat! Esto dice el SEÑOR: “¡No tengan miedo! No se desalienten por este poderoso ejército, porque la batalla no es de ustedes sino de Dios.
2Cr 20:16 Mañana, marchen contra ellos. Los encontrarán subiendo por la cuesta de Sis al extremo del valle que da al desierto de Jeruel.
2Cr 20:17 Sin embargo, ustedes ni siquiera tendrán que luchar. Tomen sus posiciones; luego quédense quietos y observen la victoria del SEÑOR. Él está con ustedes, pueblo de Judá y de Jerusalén. No tengan miedo ni se desalienten. ¡Salgan mañana contra ellos, porque el SEÑOR está con ustedes!”».
2Cr 20:18 Entonces el rey Josafat se inclinó rostro en tierra y todo el pueblo de Judá y de Jerusalén hizo lo mismo en adoración al SEÑOR.
2Cr 20:19 Después los levitas de los clanes de Coat y de Coré se pusieron de pie para alabar a viva voz al SEÑOR, Dios de Israel.
2Cr 20:20 Temprano a la mañana siguiente, el ejército de Judá salió al desierto de Tecoa. De camino, el rey Josafat se detuvo y dijo: «¡Escúchenme, habitantes de Judá y de Jerusalén! Crean en el SEÑOR su Dios y podrán permanecer firmes. Créanles a sus profetas y tendrán éxito».
2Cr 20:21 Después de consultar con el pueblo, el rey nombró cantores que caminaran delante del ejército cantando al SEÑOR y alabándolo por su santo esplendor. Esto es lo que cantaban: «¡Den gracias al SEÑOR; su fiel amor perdura para siempre!».
2Cr 20:22 Cuando comenzaron a cantar y a dar alabanzas, el SEÑOR hizo que los ejércitos de Amón, de Moab y del monte Seir comenzaran a luchar entre sí.
2Cr 20:23 Los ejércitos de Moab y de Amón se volvieron contra sus aliados del monte Seir y mataron a todos y a cada uno de ellos. Después de destruir al ejército de Seir, empezaron a atacarse entre sí.
2Cr 20:24 De modo que cuando el ejército de Judá llegó al puesto de observación en el desierto, no vieron más que cadáveres hasta donde alcanzaba la vista. Ni un solo enemigo había escapado con vida.
2Cr 20:25 El rey Josafat y sus hombres salieron a recoger el botín. Encontraron una enorme cantidad de objetos, vestidos* y otros artículos valiosos, más de lo que podían cargar. ¡Había tanto botín que les llevó tres días sólo para juntarlo!
2Cr 20:26 Al cuarto día se reunieron en el valle de la Bendición,* el cual recibió ese nombre aquel día porque allí el pueblo alabó y agradeció al SEÑOR. Aún se conoce como valle de la Bendición hasta el día de hoy.
2Cr 20:27 Luego todos los hombres volvieron a Jerusalén, con Josafat a la cabeza, rebosando de alegría porque el SEÑOR les había dado la victoria sobre sus enemigos.
2Cr 20:28 Entraron a Jerusalén al son de arpas, liras y trompetas, y se dirigieron al templo del SEÑOR.
2Cr 20:29 Cuando todos los reinos vecinos oyeron que el SEÑOR mismo había luchado contra los enemigos de Israel, el temor de Dios se apoderó de ellos.
2Cr 20:30 Así que el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le había dado descanso por todo el territorio.
2Cr 20:31 De manera que Josafat gobernó la tierra de Judá. Tenía treinta y cinco años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén veinticinco años. Su madre era Azuba, hija de Silhi.
2Cr 20:32 Josafat fue un buen rey, quien siguió los caminos de su padre Asa. Hizo lo que era agradable a los ojos del SEÑOR.
2Cr 20:33 Sin embargo, durante su reinado no quitó todos los santuarios paganos, y la gente nunca se comprometió por completo a seguir al Dios de sus antepasados.
2Cr 20:34 Los demás acontecimientos del reinado de Josafat, desde el principio hasta el fin, están registrados en El registro de Jehú, hijo de Hananí , el cual está incluido en El libro de los reyes de Israel .
2Cr 20:35 Tiempo después, Josafat, rey de Judá, hizo una alianza con el rey Ocozías de Israel, quien era un hombre muy perverso.*
2Cr 20:36 Juntos construyeron una flota de barcos mercantes* en el puerto de Ezión-geber.
2Cr 20:37 Luego Eliezer, hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat y le dijo: «Por haberte aliado con el rey Ocozías, el SEÑOR destruirá tu labor». Así que los barcos naufragaron y nunca se hicieron a la mar.*
2Cr 21:1 Cuando murió Josafat, lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David. Después su hijo Yoram lo sucedió en el trono.
2Cr 21:2 Los hermanos de Yoram —los otros hijos de Josafat— fueron Azarías, Jehiel, Zacarías, Azaryahu, Micael y Sefatías; todos estos fueron hijos de Josafat, rey de Judá.*
2Cr 21:3 Su padre había dado a cada uno de ellos regalos valiosos de plata, oro y objetos costosos, y también les dio algunas de las ciudades fortificadas de Judá; pero designó a Yoram para que fuera el siguiente rey porque era el hijo mayor.
2Cr 21:4 Sin embargo, cuando Yoram se afianzó firmemente en el trono mató a todos sus hermanos y a algunos de los otros líderes de Judá.
2Cr 21:5 Yoram tenía treinta y dos años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén ocho años.
2Cr 21:6 Sin embargo, siguió el ejemplo de los reyes de Israel y fue tan perverso como el rey Acab, porque se había casado con una de las hijas de Acab. Así que Yoram hizo lo malo a los ojos del SEÑOR.
2Cr 21:7 No obtante, el SEÑOR no quiso destruir la dinastía de David, porque había hecho un pacto con David y le había prometido que sus descendientes seguirían gobernando, como una lámpara que brilla para siempre.
2Cr 21:8 Durante el reinado de Yoram, los edomitas se rebelaron contra Judá y coronaron a su propio rey.
2Cr 21:9 Entonces Yoram marchó con todo su ejército y todos sus carros de guerra. Los edomitas rodearon a Yoram y a los comandantes de sus carros, pero él los atacó* de noche al abrigo de la oscuridad.
2Cr 21:10 Aun así, Edom ha sido independiente de Judá hasta el día de hoy. La ciudad de Libna también se rebeló por ese mismo tiempo. Todo esto ocurrió porque Yoram había abandonado al SEÑOR, Dios de sus antepasados.
2Cr 21:11 Había construido santuarios paganos en la zona montañosa de Judá y había inducido a la gente de Jerusalén y de Judá a apartarse del buen camino y a entregarse a dioses paganos.
2Cr 21:12 Luego el profeta Elías le escribió la siguiente carta a Yoram: «Esto dice el SEÑOR, Dios de tu antepasado David: “Tú no has seguido el buen ejemplo de tu padre, Josafat, ni el de tu abuelo Asa, rey de Judá.
2Cr 21:13 En cambio, has sido tan perverso como los reyes de Israel. Has llevado al pueblo de Jerusalén y de Judá a rendir culto a los ídolos, tal como lo hizo el rey Acab en Israel. Incluso has matado a tus propios hermanos, hombres que eran mejores que tú.
2Cr 21:14 Por eso ahora el SEÑOR está a punto de herirte con un fuerte golpe a ti, a tu pueblo, a tus hijos, a tus esposas y a todo lo que te pertenece.
2Cr 21:15 Sufrirás una grave enfermedad abdominal que se empeorará cada día hasta que se te salgan los intestinos”».
2Cr 21:16 Después el SEÑOR incitó a los filisteos y a los árabes, pueblos que vivían cerca de los etíopes,* para que atacaran a Yoram.
2Cr 21:17 Marcharon contra Judá, derribaron sus defensas y se llevaron todo lo que había de valor en el palacio real, incluso a los hijos y a las esposas del rey. Sólo Ocozías,* el menor de sus hijos, quedó con vida.
2Cr 21:18 Después de todo esto, el SEÑOR afligió a Yoram con una grave enfermedad intestinal.
2Cr 21:19 Cada día empeoraba y, al cabo de dos años, se le salieron los intestinos por causa de la enfermedad y murió con terribles dolores. Su pueblo no hizo una gran hoguera funeraria para honrarlo, como se había hecho con sus antepasados.
2Cr 21:20 Yoram tenía treinta y dos años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén ocho años. Nadie sintió pena cuando murió. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en el cementerio de los reyes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario