APOSENTO ALTO

miércoles, 12 de julio de 2017

LECTURA BÍBLICA 12 DE JULIO

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    9:51-62

Luc 9:51 Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús salió con determinación hacia Jerusalén.
Luc 9:52 Envió mensajeros por delante a una aldea de Samaria para que se hicieran los preparativos para su llegada.
Luc 9:53 Pero los habitantes de la aldea no recibieron a Jesús porque iba camino a Jerusalén.
Luc 9:54 Cuando Santiago y Juan vieron eso, le dijeron a Jesús: «Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que los consuma?».*
Luc 9:55 Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió.*
Luc 9:56 Así que se siguieron de largo hacia otro pueblo.
Luc 9:57 Mientras caminaban, alguien le dijo a Jesús: —Te seguiré a cualquier lugar que vayas.
Luc 9:58 Pero Jesús respondió: —Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza.
Luc 9:59 Dijo a otro: —Ven, sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo: —Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre.
Luc 9:60 Pero Jesús le dijo: —¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos!* Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios.
Luc 9:61 Otro dijo: —Sí, Señor, te seguiré, pero primero deja que me despida de mi familia.
Luc 9:62 Pero Jesús le dijo: —El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios.




1 TESALONICENSES 2:10-20

1Ts 2:10 Ustedes mismos son nuestros testigos —al igual que Dios —de que fuimos consagrados, sinceros e intachables con todos ustedes, los creyentes.
1Ts 2:11 Y saben que tratamos a cada uno como un padre trata a sus propios hijos.
1Ts 2:12 Les rogamos, los alentamos y les aconsejamos que lleven una vida que Dios considere digna. Pues él los llamó para que tengan parte en su reino y gloria.
1Ts 2:13 Por lo tanto, nunca dejamos de darle gracias a Dios de que cuando recibieron su mensaje de parte nuestra, ustedes no consideraron nuestras palabras como sólo ideas humanas. Tomaron lo que dijimos como la misma palabra de Dios, la cual, por supuesto, lo es. Y esta palabra sigue actuando en ustedes los que creen.
1Ts 2:14 Y luego, amados hermanos, sufrieron persecución por parte de sus propios compatriotas. De esta manera imitaron a los creyentes de las iglesias de Dios en Judea, quienes por su fe en Cristo Jesús sufrieron a manos de su propio pueblo, los judíos.
1Ts 2:15 Pues algunos de los judíos mataron a los profetas, y otros incluso mataron al Señor Jesús. Ahora también nos han perseguido a nosotros. Ellos no agradan a Dios y actúan en contra de toda la humanidad
1Ts 2:16 al tratar de impedir que prediquemos la Buena Noticia de salvación a los gentiles.* Cuando hacen esto siguen amontonando sus pecados. Pero la ira de Dios por fin los ha alcanzado.
1Ts 2:17 Amados hermanos, después de estar separados de ustedes por un breve tiempo (aunque nuestro corazón nunca los dejó), hicimos todo lo posible por regresar, debido a nuestro intenso anhelo de volver a verlos.
1Ts 2:18 Teníamos muchas ganas de visitarlos de nuevo, y yo, Pablo, lo intenté una y otra vez, pero Satanás nos lo impidió.
1Ts 2:19 Después de todo, ¿qué es lo que nos da esperanza y alegría?, ¿y cuál será nuestra orgullosa recompensa y corona al estar delante del Señor Jesús cuando él regrese? ¡Son ustedes!
1Ts 2:20 Sí, ustedes son nuestro orgullo y nuestra alegría.




SALMO 137

Sal 137:1 Junto a los ríos de Babilonia, nos sentamos y lloramos al pensar en Jerusalén.*
Sal 137:2 Guardamos las arpas, las colgamos en las ramas de los álamos.
Sal 137:3 Pues nuestros captores nos exigían que cantáramos; los que nos atormentaban insistían en un himno de alegría: «¡Cántennos una de esas canciones acerca de Jerusalén!».
Sal 137:4 ¿Pero cómo podemos entonar las canciones del SEÑOR mientras estamos en una tierra pagana?
Sal 137:5 Si me olvido de ti, oh Jerusalén, que mi mano derecha se olvide de cómo tocar el arpa.
Sal 137:6 Que la lengua se me pegue al paladar si dejo de recordarte, si no hago de Jerusalén mi mayor alegría.
Sal 137:7 Oh SEÑOR, recuerda lo que hicieron los edomitas el día en que los ejércitos de Babilonia tomaron a Jerusalén. «¡Destrúyanla! —gritaron —. ¡Allánenla hasta reducirla a escombros!».
Sal 137:8 Oh Babilonia, serás destruida; feliz será el que te haga pagar por lo que nos has hecho.
Sal 137:9 ¡Feliz será el que tome a tus bebés y los estrelle contra las rocas!


LECTURA PARA LA NOCHE

1 CRÓNICAS    29

1Cr 29:1 Luego el rey David se dirigió a toda la asamblea y dijo: «Mi hijo Salomón, a quien Dios evidentemente ha elegido para ser el siguiente rey de Israel, es aún joven y sin experiencia. El trabajo que él tiene por delante es enorme, porque el templo que construirá no es para simples mortales, ¡es para el SEÑOR Dios!
1Cr 29:2 Usando cada recurso a mi alcance, he reunido todo lo que pude para construir el templo de mi Dios. Así que hay suficiente oro, plata, bronce, hierro y madera, al igual que grandes cantidades de ónice y otras joyas costosas, y todo tipo de piedras finas y mármol.
1Cr 29:3 »Ahora, debido a la devoción que tengo por el templo de mi Dios, entrego todos mis propios tesoros de oro y de plata para ayudar en la construcción. Esto es además de los materiales de construcción que ya he reunido para su santo templo.
1Cr 29:4 Dono más de ciento dos mil kilos de oro* de Ofir y doscientos treinta y ocho mil kilos de plata* refinada para recubrir las paredes de los edificios
1Cr 29:5 y para los demás trabajos en oro y plata que harán los artesanos. Ahora bien, ¿quiénes de ustedes seguirán mi ejemplo y hoy darán ofrendas al SEÑOR?».
1Cr 29:6 Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los generales y capitanes del ejército* y los funcionarios administrativos del rey, todos ofrendaron voluntariamente.
1Cr 29:7 Para la construcción del templo de Dios donaron alrededor de ciento setenta mil kilos de oro,* diez mil monedas* de oro, trescientos cuarenta mil kilos de plata,* seiscientos doce mil kilos de bronce* y tres millones cuatrocientos mil kilos de hierro.*
1Cr 29:8 También contribuyeron con gran cantidad de piedras preciosas, que se depositaron en el tesoro de la casa del SEÑOR al cuidado de Jehiel, un descendiente de Gersón.
1Cr 29:9 El pueblo se alegró por las ofrendas, porque había dado libremente y de todo corazón al SEÑOR, y el rey David se llenó de gozo.
1Cr 29:10 Luego David alabó al SEÑOR en presencia de toda la asamblea: «¡Oh, SEÑOR, Dios de nuestro antepasado Israel,* que seas alabado por siempre y para siempre!
1Cr 29:11 Tuyos, oh SEÑOR, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh SEÑOR, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas.
1Cr 29:12 La riqueza y el honor sólo vienen de ti, porque tú gobiernas todo. El poder y la fuerza están en tus manos, y según tu criterio la gente llega a ser poderosa y recibe fuerzas.
1Cr 29:13 »¡Oh Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre!
1Cr 29:14 ¿Pero quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte algo a ti? ¡Todo lo que tenemos ha venido de ti, y te damos sólo lo que tú primero nos diste!
1Cr 29:15 Estamos aquí sólo por un momento, visitantes y extranjeros en la tierra, al igual que nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son como una sombra pasajera, pasan pronto sin dejar rastro.
1Cr 29:16 »¡Oh SEÑOR nuestro Dios, aun estos materiales que hemos reunido para construir un templo para honrar tu santo nombre, vienen de ti! ¡Todo te pertenece!
1Cr 29:17 Yo sé, mi Dios, que tú examinas nuestro corazón y te alegras cuando encuentras en él integridad. Tú sabes que he hecho todo esto con buenas intenciones y he visto a tu pueblo dando sus ofrendas por voluntad propia y con alegría.
1Cr 29:18 »Oh SEÑOR, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, haz que tu pueblo siempre desee obedecerte. Asegúrate de que su amor por ti nunca cambie.
1Cr 29:19 Dale a mi hijo Salomón el deseo de obedecer de todo corazón tus mandatos, leyes y decretos, y de hacer todo lo necesario para edificar este templo, para el cual he hecho estos preparativos».
1Cr 29:20 Después, David le dijo a toda la asamblea: «¡Alaben al SEÑOR su Dios!». Y todos en la asamblea alabaron al SEÑOR, Dios de sus antepasados, y se inclinaron y se arrodillaron ante el SEÑOR y ante el rey.
1Cr 29:21 Al día siguiente trajeron mil toros, mil carneros y mil corderos como ofrendas quemadas para el SEÑOR. También trajeron ofrendas líquidas y muchos otros sacrificios en nombre de todo Israel.
1Cr 29:22 Ese día festejaron y bebieron en la presencia del SEÑOR con gran alegría. Nuevamente coronaron a Salomón, el hijo de David, como su nuevo rey. Lo ungieron delante del SEÑOR como su líder, y ungieron a Sadoc como sacerdote.
1Cr 29:23 Entonces Salomón subió al trono del SEÑOR en lugar de su padre David, y tuvo éxito en todo, y todo Israel lo obedeció.
1Cr 29:24 Todos los oficiales, los guerreros y los hijos del rey David juraron lealtad al rey Salomón.
1Cr 29:25 Así que el SEÑOR exaltó a Salomón a los ojos de todo Israel, y le dio un esplendor real aun mayor que a cualquier otro de los reyes anteriores de Israel.
1Cr 29:26 David, hijo de Isaí, reinó sobre todo Israel.
1Cr 29:27 Durante cuarenta años reinó sobre Israel, siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén.
1Cr 29:28 Murió en buena vejez, habiendo disfrutado de una larga vida, riquezas y honor. Después su hijo Salomón gobernó en su lugar.
1Cr 29:29 Todos los acontecimientos del reinado de David, de principio a fin, están escritos en El registro de Samuel el vidente , en El registro de Natán el profeta y en El registro de Gad el vidente .
1Cr 29:30 Entre estos relatos están los hechos poderosos de su reinado así como lo que le sucedió a él, a Israel y a todos los reinos vecinos.

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