APOSENTO ALTO

miércoles, 7 de febrero de 2018

LECTURA BÍBLICA 7 DE FEBRERO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    13:1-23

Mat 13:1 Más tarde ese mismo día, Jesús salió de la casa y se sentó junto al lago.
Mat 13:2 Pronto se reunió una gran multitud alrededor de él, así que entró en una barca. Se sentó allí y enseñó mientras la gente estaba de pie en la orilla.
Mat 13:3 Contó muchas historias en forma de parábola como la siguiente: «¡Escuchen! Un agricultor salió a sembrar.
Mat 13:4 A medida que esparcía las semillas por el campo, algunas cayeron sobre el camino y los pájaros vinieron y se las comieron.
Mat 13:5 Otras cayeron en tierra poco profunda con roca debajo de ella. Las semillas germinaron con rapidez porque la tierra era poco profunda.
Mat 13:6 Pero pronto las plantas se marchitaron bajo el calor del sol y, como no tenían raíces profundas, murieron.
Mat 13:7 Otras semillas cayeron entre espinos, los cuales crecieron y ahogaron los brotes.
Mat 13:8 Pero otras semillas cayeron en tierra fértil, ¡y produjeron una cosecha que fue treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!
Mat 13:9 Todo el que tenga oídos para oír, que escuche y entienda».
Mat 13:10 Sus discípulos vinieron y le preguntaron: —¿Por qué usas parábolas cuando hablas con la gente?
Mat 13:11 —A ustedes se les permite entender los secretos* del reino del cielo —les contestó—, pero a otros no.
Mat 13:12 A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más comprensión, y tendrán conocimiento en abundancia. Pero a los que no escuchan se les quitará aun lo poco que entiendan.
Mat 13:13 Por eso uso estas parábolas: Pues ellos miran, pero en realidad no ven. Oyen, pero en realidad no escuchan ni entienden.
Mat 13:14 »De esa forma, se cumple la profecía de Isaías que dice: “Cuando ustedes oigan lo que digo, no comprenderán. Cuando vean lo que hago, no entenderán.
Mat 13:15 Pues el corazón de este pueblo está endurecido, y sus oídos no pueden oír, y han cerrado los ojos, así que sus ojos no pueden ver, y sus oídos no pueden oír, y sus corazones no pueden entender, y no pueden volver a mí para que yo los sane”*.
Mat 13:16 »Pero benditos son los ojos de ustedes, porque ven; y sus oídos, porque oyen.
Mat 13:17 Les digo la verdad, muchos profetas y muchas personas justas anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron. Y anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.
Mat 13:18 »Escuchen ahora la explicación de la parábola acerca del agricultor que salió a sembrar:
Mat 13:19 Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden. Entonces viene el maligno y arrebata la semilla que fue sembrada en el corazón.
Mat 13:20 Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y de inmediato lo reciben con alegría;
Mat 13:21 pero, como no tienen raíces profundas, no duran mucho. En cuanto tienen problemas o son perseguidos por creer la palabra de Dios, caen.
Mat 13:22 Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen la palabra de Dios, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones de esta vida y el atractivo de la riqueza, así que no se produce ningún fruto.
Mat 13:23 Las semillas que cayeron en la buena tierra representan a los que de verdad oyen y entienden la palabra de Dios, ¡y producen una cosecha treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!


HECHOS 18:18-28

Hch 18:18 Después Pablo se quedó en Corinto un tiempo más, luego se despidió de los hermanos y fue a Cencrea, que quedaba cerca. Allí se rapó la cabeza según la costumbre judía en señal de haber cumplido un voto. Después se embarcó hacia Siria y llevó a Priscila y a Aquila con él.
Hch 18:19 Primero se detuvieron en el puerto de Éfeso, donde Pablo dejó a los demás. Mientras estuvo en Éfeso, fue a la sinagoga para razonar con los judíos.
Hch 18:20 Le pidieron que se quedara más tiempo, pero él se negó.
Hch 18:21 Al irse, sin embargo, dijo: «Si Dios quiere, regresaré».* Entonces zarpó de Éfeso.
Hch 18:22 La siguiente parada fue en el puerto de Cesarea. De allí subió y visitó a la iglesia de Jerusalén,* y luego regresó a Antioquía.
Hch 18:23 Después de pasar un tiempo en Antioquía, Pablo regresó por Galacia y Frigia, donde visitó y fortaleció a todos los creyentes.*
Hch 18:24 Mientras tanto, un judío llamado Apolos —un orador elocuente que conocía bien las Escrituras —llegó a Éfeso desde la ciudad de Alejandría, en Egipto.
Hch 18:25 Había recibido enseñanza en el camino del Señor y les enseñó a otros acerca de Jesús con espíritu entusiasta* y con precisión. Sin embargo, él sólo sabía acerca del bautismo de Juan.
Hch 18:26 Cuando Priscila y Aquila lo escucharon predicar con valentía en la sinagoga, lo llevaron aparte y le explicaron el camino de Dios con aún más precisión.
Hch 18:27 Apolos pensaba ir a Acaya, y los hermanos de Éfeso lo animaron para que fuera. Les escribieron a los creyentes de Acaya para pedirles que lo recibieran. Cuando Apolos llegó, resultó ser de gran beneficio para los que, por la gracia de Dios, habían creído.
Hch 18:28 Refutaba a los judíos en debates públicos con argumentos poderosos. Usando las Escrituras, les explicaba que Jesús es el Mesías.

SALMO 30

Sal 30:1
Salmo de David. Cántico para la dedicación del templo.
Te exaltaré, SEÑOR, porque me rescataste; no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí.
Sal 30:2 Oh SEÑOR, mi Dios, clamé a ti por ayuda, y me devolviste la salud.
Sal 30:3 Me levantaste de la tumba,* oh SEÑOR; me libraste de caer en la fosa de la muerte.
Sal 30:4 ¡Canten al SEÑOR, ustedes los justos! Alaben su santo nombre.
Sal 30:5 Pues su ira dura sólo un instante, ¡pero su favor perdura toda una vida! El llanto podrá durar toda la noche, pero con la mañana llega la alegría.
Sal 30:6 Cuando yo tenía prosperidad, decía: «¡Ahora nada puede detenerme!».
Sal 30:7 Tu favor, oh SEÑOR, me hizo tan firme como una montaña; después te apartaste de mí, y quedé destrozado.
Sal 30:8 A ti clamé, oh SEÑOR. Le supliqué al SEÑOR que tuviera misericordia, le dije:
Sal 30:9 «¿Qué ganarás si me muero, si me hundo en la tumba? ¿Acaso podrá mi polvo alabarte? ¿Podrá hablar de tu fidelidad?
Sal 30:10 Escúchame, SEÑOR, y ten misericordia de mí; ayúdame, oh SEÑOR».
Sal 30:11 Tú cambiaste mi duelo en alegre danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría,
Sal 30:12 para que yo te cante alabanzas y no me quede callado. Oh SEÑOR, mi Dios, ¡por siempre te daré gracias!

LECTURA PARA LA NOCHE

ÉXODO 19-20

Éxo 19:1 Exactamente dos meses después de haber salido de Egipto,* los israelitas llegaron al desierto de Sinaí.
Éxo 19:2 Después de levantar campamento en Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon al pie del monte Sinaí.
Éxo 19:3 Entonces Moisés subió al monte para presentarse delante de Dios. El SEÑOR lo llamó desde el monte y le dijo: «Comunica estas instrucciones a la familia de Jacob; anúncialas a los descendientes de Israel:
Éxo 19:4 “Ustedes vieron lo que hice con los egipcios. Saben cómo los llevé a ustedes sobre alas de águila y los traje hacia mí.
Éxo 19:5 Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece.
Éxo 19:6 Ustedes serán mi reino de sacerdotes, mi nación santa”. Este es el mensaje que debes transmitir a los hijos de Israel».
Éxo 19:7 Entonces Moisés regresó del monte y llamó a los ancianos del pueblo y les comunicó todo lo que el SEÑOR le había ordenando.
Éxo 19:8 Y todo el pueblo respondió a una voz: «Haremos todo lo que el SEÑOR ha ordenado». Entonces Moisés llevó al SEÑOR la respuesta del pueblo.
Éxo 19:9 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Yo me presentaré ante ti en una densa nube, para que el pueblo pueda oírme cuando hable contigo; así ellos siempre confiarán en ti». Moisés le dijo al SEÑOR lo que el pueblo había dicho.
Éxo 19:10 Después el SEÑOR le dijo a Moisés: «Desciende y prepara al pueblo para mi llegada. Conságralos hoy y mañana, y haz que laven sus ropas.
Éxo 19:11 Asegúrate de que estén preparados para el tercer día, porque ese día el SEÑOR descenderá sobre el monte Sinaí a la vista de todo el pueblo.
Éxo 19:12 Marca un límite alrededor del monte y dile al pueblo esta advertencia: “¡Tengan cuidado! No suban al monte, ni siquiera toquen los límites. Cualquiera que toque el monte, será ejecutado.
Éxo 19:13 Ninguna mano puede tocar a la persona o al animal que traspase el límite, sino que esa persona morirá apedreada o atravesada con flechas. Ellos tendrán que morir”. Sin embargo, cuando se oiga un toque prolongado del cuerno de carnero entonces el pueblo podrá subir al monte».*
Éxo 19:14 Así que Moisés descendió a donde estaba el pueblo. Consagró a la gente para la adoración, y ellos lavaron sus ropas. Les dijo:
Éxo 19:15 «Prepárense para el tercer día y, hasta entonces, absténganse de tener relaciones sexuales».
Éxo 19:16 En la mañana del tercer día, retumbaron truenos y destellaron relámpagos, y una nube densa descendió sobre el monte. Se oyó un fuerte y prolongado toque de cuerno de carnero, y todo el pueblo tembló.
Éxo 19:17 Moisés llevó a la multitud fuera del campamento para encontrarse con Dios, y todos se pararon al pie de la montaña.
Éxo 19:18 El monte Sinaí estaba totalmente cubierto de humo, porque el SEÑOR había descendido sobre él en forma de fuego. Nubes de humo subían al cielo como el humo que sale de un horno de ladrillos, y todo el monte se sacudía violentamente.
Éxo 19:19 A medida que el sonido del cuerno de carnero se hacía cada vez más fuerte, Moisés hablaba y Dios le respondía con voz de trueno.
Éxo 19:20 El SEÑOR descendió sobre la cumbre del monte Sinaí y llamó a Moisés a la cima. Así que Moisés subió al monte.
Éxo 19:21 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: —Baja de nuevo y advierte al pueblo que no traspase los límites para ver al SEÑOR, porque quien lo haga morirá.
Éxo 19:22 Incluso los sacerdotes que se acercan al SEÑOR con regularidad deben purificarse para que el SEÑOR no arremeta contra ellos y los destruya.
Éxo 19:23 —Pero, SEÑOR —protestó Moisés—, la gente no puede subir al monte Sinaí. Tú ya nos lo advertiste; me dijiste: “Marca un límite alrededor del monte para que quede apartado como santo”.
Éxo 19:24 Pero el SEÑOR dijo: —Baja ahora y trae a Aarón cuando vuelvas. Mientras tanto, no permitas que los sacerdotes ni el pueblo traspasen el límite para acercarse al SEÑOR; de lo contrario él arremeterá contra ellos y los destruirá.
Éxo 19:25 Entonces Moisés descendió a donde estaba el pueblo y les dijo lo que el SEÑOR había dicho.
Éxo 20:1 Luego Dios le dio al pueblo las siguientes instrucciones:*
Éxo 20:2 «Yo soy el SEÑOR tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.
Éxo 20:3 »No tengas ningún otro dios aparte de mí.
Éxo 20:4 »No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra, o en el mar.
Éxo 20:5 No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación.
Éxo 20:6 Pero derramo amor inagotable por mil generaciones sobre los* que me aman y obedecen mis mandatos.
Éxo 20:7 »No hagas mal uso del nombre del SEÑOR tu Dios. El SEÑOR no te dejará sin castigo si usas mal su nombre.
Éxo 20:8 »Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo.
Éxo 20:9 Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual,
Éxo 20:10 pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al SEÑOR tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, a tus siervos y siervas, a tus animales y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes.
Éxo 20:11 Pues en seis días el SEÑOR hizo los cielos, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos; pero el séptimo día descansó. Por eso el SEÑOR bendijo el día de descanso y lo apartó como un día santo.
Éxo 20:12 »Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
Éxo 20:13 »No cometas asesinato.
Éxo 20:14 »No cometas adulterio.
Éxo 20:15 »No robes.
Éxo 20:16 »No des falso testimonio contra tu prójimo.
Éxo 20:17 »No codicies la casa de tu prójimo. No codicies la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca».
Éxo 20:18 Cuando los israelitas oyeron los truenos y el toque fuerte del cuerno de carnero y vieron los destellos de relámpagos y el humo que salía del monte, se mantuvieron a distancia, temblando de miedo.
Éxo 20:19 Entonces le dijeron a Moisés: —¡Háblanos tú y te escucharemos, pero que no nos hable Dios directamente, porque moriremos!
Éxo 20:20 —¡No tengan miedo! —les respondió Moisés—, porque Dios ha venido de esta manera para ponerlos a prueba y para que su temor hacia él les impida pecar.
Éxo 20:21 Así que el pueblo se mantuvo a distancia, pero Moisés se acercó a la nube oscura donde estaba Dios.
Éxo 20:22 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Dile al pueblo de Israel lo siguiente: “Ustedes han visto con sus propios ojos que les hablé desde el cielo.
Éxo 20:23 Recuerden que no deben hacer ningún ídolo ni de plata ni de oro que compita conmigo.
Éxo 20:24 »Háganme un altar de tierra y ofrézcanme sus sacrificios: sus ofrendas quemadas y ofrendas de paz, sus ovejas y cabras y su ganado. Constrúyanme un altar donde yo determine que recuerden mi nombre, y allí me presentaré ante ustedes y los bendeciré.
Éxo 20:25 Si usan piedras para construir un altar, que sean piedras enteras y en su forma original. No den forma a las piedras con ninguna herramienta, pues eso haría que el altar fuera indigno de un uso santo.
Éxo 20:26 No suban escalones para acercarse a mi altar, si lo hacen, alguien podría mirarles bajo la ropa y ver su desnudez”.

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