APOSENTO ALTO

miércoles, 14 de febrero de 2018

LECTURA BÍBLICA 14 DE FEBRERO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    16:1-12

Mat 16:1 Cierto día, los fariseos y saduceos se acercaron a Jesús para ponerlo a prueba, exigiéndole que les mostrara una señal milagrosa del cielo para demostrar su autoridad.
Mat 16:2 Él respondió: «Ustedes conocen el dicho: “Si el cielo está rojo por la noche, mañana habrá buen clima;
Mat 16:3 si el cielo está rojo por la mañana, habrá mal clima todo el día”. Saben interpretar las señales del clima en los cielos, pero no saben interpretar las señales de los tiempos.*
Mat 16:4 Sólo una generación malvada y adúltera reclamaría una señal milagrosa, pero la única señal que les daré es la del profeta Jonás*». Luego Jesús los dejó y se fue.
Mat 16:5 Más tarde, cuando ya habían cruzado al otro lado del lago, los discípulos descubrieron que se habían olvidado de llevar pan.
Mat 16:6 «¡Atención! —les advirtió Jesús —. Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de los saduceos».
Mat 16:7 Al oír esto, comenzaron a discutir entre sí pues no habían traído nada de pan.
Mat 16:8 Jesús supo lo que hablaban, así que les dijo: «¡Tienen tan poca fe! ¿Por qué discuten los unos con los otros por no tener pan?
Mat 16:9 ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco mil que alimenté con cinco panes y de las canastas con sobras que recogieron?
Mat 16:10 ¿Ni los cuatro mil que alimenté con siete panes ni las grandes canastas con sobras que recogieron?
Mat 16:11 ¿Por qué no pueden entender que no hablo de pan? Una vez más les digo: “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos”».
Mat 16:12 Entonces, al fin, comprendieron que no les hablaba de la levadura del pan, sino de las enseñanzas engañosas de los fariseos y de los saduceos.



HECHOS 22

Hch 22:1 «Hermanos y estimados padres —dijo Pablo—, escuchen mientras presento mi defensa».
Hch 22:2 Cuando lo oyeron hablar en el idioma* de ellos, el silencio fue aún mayor.
Hch 22:3 Entonces Pablo dijo: «Soy judío, nacido en Tarso, una ciudad de Cilicia, y fui criado y educado aquí en Jerusalén bajo el maestro Gamaliel. Como estudiante de él, fui cuidadosamente entrenado en nuestras leyes y costumbres judías. Llegué a tener un gran celo por honrar a Dios en todo lo que hacía, tal como todos ustedes hoy.
Hch 22:4 Perseguí a los seguidores de El Camino, acosando a algunos hasta la muerte, y arresté tanto a hombres como a mujeres para arrojarlos en la cárcel.
Hch 22:5 El sumo sacerdote y todo el consejo de ancianos pueden dar fe de que esto es cierto. Pues recibí cartas de ellos, dirigidas a nuestros hermanos judíos en Damasco, las cuales me autorizaban a encadenar a los cristianos de esa ciudad y traerlos a Jerusalén para que fueran castigados.
Hch 22:6 »Cuando iba de camino, ya cerca de Damasco, como al mediodía, de repente una intensa luz del cielo brilló alrededor de mí.
Hch 22:7 Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”.
Hch 22:8 »“¿Quién eres, señor?” —pregunté. »Y la voz contestó: “Yo soy Jesús de Nazaret,* a quien tú persigues”.
Hch 22:9 La gente que iba conmigo vio la luz pero no entendió la voz que me hablaba.
Hch 22:10 Yo pregunté: “¿Qué debo hacer, Señor?”. Y el Señor me dijo: “Levántate y entra en Damasco, allí se te dirá todo lo que debes hacer”.
Hch 22:11 »Quedé ciego por la intensa luz y mis compañeros tuvieron que llevarme de la mano hasta Damasco.
Hch 22:12 Allí vivía un hombre llamado Ananías. Era un hombre recto, muy devoto de la ley y muy respetado por todos los judíos de Damasco.
Hch 22:13 Él llegó y se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, recobra la vista”. Y, en ese mismo instante, ¡pude verlo!
Hch 22:14 »Después me dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad y para que veas al Justo y lo oigas hablar.
Hch 22:15 Pues tú serás su testigo; les contarás a todos lo que has visto y oído.
Hch 22:16 ¿Qué esperas? Levántate y bautízate. Queda limpio de tus pecados al invocar el nombre del Señor”.
Hch 22:17 Después de regresar a Jerusalén y, mientras oraba en el templo, caí en un estado de éxtasis.
Hch 22:18 Tuve una visión de Jesús,* quien me decía: “¡Date prisa! Sal de Jerusalén, porque la gente de aquí no aceptará tu testimonio acerca de mí”.
Hch 22:19 »“Pero Señor —argumenté—, seguramente ellos saben que, en cada sinagoga, yo encarcelé y golpeé a los que creían en ti.
Hch 22:20 Y estuve totalmente de acuerdo cuando mataron a tu testigo Esteban. Estuve allí cuidando los abrigos que se quitaron cuando lo apedrearon”.
Hch 22:21 »Pero el Señor me dijo: “¡Ve, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles*!”».
Hch 22:22 La multitud escuchó hasta que Pablo dijo esta palabra. Entonces todos comenzaron a gritar: «¡Llévense a ese tipo! ¡No es digno de vivir!».
Hch 22:23 Gritaron, arrojaron sus abrigos y lanzaron puñados de polvo al aire.
Hch 22:24 El comandante llevó a Pablo adentro y ordenó que lo azotaran con látigos para hacerlo confesar su delito. Quería averiguar por qué la multitud se había enfurecido.
Hch 22:25 Cuando ataron a Pablo para azotarlo, Pablo le preguntó al oficial* que estaba allí: —¿Es legal que azoten a un ciudadano romano que todavía no ha sido juzgado?
Hch 22:26 Cuando el oficial oyó esto, fue al comandante y le preguntó: «¿Qué está haciendo? ¡Este hombre es un ciudadano romano!».
Hch 22:27 Entonces el comandante se acercó a Pablo y le preguntó: —Dime, ¿eres ciudadano romano? —Sí, por supuesto que lo soy —respondió Pablo.
Hch 22:28 —Yo también lo soy —dijo el comandante entre dientes—, ¡y me costó mucho dinero! Pablo respondió: —¡Pero yo soy ciudadano de nacimiento!
Hch 22:29 Los soldados que estaban a punto de interrogar a Pablo se retiraron velozmente cuando se enteraron de que era ciudadano romano, y el comandante quedó asustado porque había ordenado que lo amarran y lo azotaran.
Hch 22:30 Al día siguiente, el comandante ordenó que los sacerdotes principales se reunieran en sesión con el Concilio Supremo judío.* Quería averiguar de qué se trataba el problema, así que soltó a Pablo para presentarlo delante de ellos.


SALMO 37:1-22

Sal 37:1  No te inquietes a causa de los malvados ni tengas envidia de los que hacen lo malo.
Sal 37:2 Pues como la hierba, pronto se desvanecen; como las flores de primavera, pronto se marchitan.
Sal 37:3 Confía en el SEÑOR y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.
Sal 37:4 Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón.
Sal 37:5 Entrega al SEÑOR todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará.
Sal 37:6 Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía.
Sal 37:7 Quédate quieto en la presencia del SEÑOR, y espera con paciencia a que él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones.
Sal 37:8 ¡Ya no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso sólo trae daño.
Sal 37:9 Pues los perversos serán destruidos, pero los que confían en el SEÑOR poseerán la tierra.
Sal 37:10 Pronto los perversos desaparecerán; por más que los busques, no los encontrarás.
Sal 37:11 Los humildes poseerán la tierra y vivirán en paz y prosperidad.
Sal 37:12 Los malvados conspiran contra los justos; les gruñen de manera desafiante.
Sal 37:13 Pero el Señor simplemente se ríe, porque ve que el día de su juicio se acerca.
Sal 37:14 Los perversos sacan sus espadas y ponen cuerdas a sus arcos para matar al pobre y al oprimido, para masacrar a los que hacen lo correcto.
Sal 37:15 Pero sus espadas atravesarán su propio corazón, y se les quebrarán los arcos.
Sal 37:16 Es mejor ser justo y tener poco que ser malvado y rico.
Sal 37:17 Pues la fuerza de los malvados será destrozada, pero el SEÑOR cuida a los justos.
Sal 37:18 Día a día el SEÑOR cuida a los inocentes, y ellos recibirán una herencia que dura para siempre.
Sal 37:19 No serán avergonzados en tiempos difíciles; tendrán más que suficiente aun en tiempo de hambre.
Sal 37:20 Pero los perversos morirán; los enemigos del SEÑOR son como las flores del campo, desaparecerán como el humo.
Sal 37:21 Los perversos piden prestado y nunca pagan, pero los justos dan con generosidad.
Sal 37:22 Los bendecidos por el SEÑOR poseerán la tierra, pero aquellos a quienes él maldice, morirán.

LECTURA PARA LA NOCHE

ÉXODO 35-37

Éxo 35:1 Luego Moisés mandó llamar a toda la comunidad de Israel y dijo: «Estas son las instrucciones que el SEÑOR ha ordenado que obedezcan:
Éxo 35:2 tienen seis días en la semana para hacer su trabajo habitual, pero el séptimo será un día de descanso absoluto, un día santo, dedicado al SEÑOR. Cualquiera que trabaje ese día será ejecutado.
Éxo 35:3 Ni siquiera encenderán fuego en sus casas en el día de descanso».
Éxo 35:4 Luego Moisés le dijo a toda la comunidad de Israel: «Esto es lo que el SEÑOR ha ordenado:
Éxo 35:5 junten una ofrenda sagrada para el SEÑOR. Que todas las personas de corazón generoso presenten al SEÑOR las siguientes ofrendas: oro, plata y bronce;
Éxo 35:6 hilo azul, púrpura y escarlata; lino fino y pelo de cabra para tela;
Éxo 35:7 pieles de carnero curtidas y cuero de cabra de la mejor calidad; madera de acacia;
Éxo 35:8 aceite de oliva para las lámparas; especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático;
Éxo 35:9 piedras de ónice y otras piedras preciosas para incrustar en el efod y en el pectoral del sacerdote.
Éxo 35:10 »Vengan, todos los que sean hábiles artesanos y construyan todo lo que el SEÑOR ha ordenado:
Éxo 35:11 el tabernáculo y la carpa sagrada, la cubierta, los broches, los soportes, los travesaños, los postes y las bases;
Éxo 35:12 el arca y las varas para transportarla; la tapa del arca: el lugar de la expiación; la cortina interior que protege el arca;
Éxo 35:13 la mesa, con las varas para transportarla, y todos sus utensilios; el pan de la Presencia;
Éxo 35:14 para el alumbrado: el candelabro, sus accesorios, las copas para las lámparas y el aceite de oliva para la iluminación;
Éxo 35:15 el altar del incienso y las varas para transportarlo; el aceite de la unción y el incienso aromático; la cortina para la entrada del tabernáculo;
Éxo 35:16 el altar de las ofrendas quemadas, la rejilla de bronce del altar, las varas para transportarlo y sus utensilios; el lavamanos con su base;
Éxo 35:17 las cortinas para las paredes del atrio; los postes y sus bases; la cortina para la entrada del atrio;
Éxo 35:18 las estacas para el tabernáculo y el atrio, y sus cuerdas;
Éxo 35:19 las vestiduras finamente confeccionadas para los sacerdotes, las cuales usarán mientras sirvan en el Lugar Santo: las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras que sus hijos llevarán puestas cuando ministren como sacerdotes».
Éxo 35:20 Entonces, toda la comunidad de Israel se despidió de Moisés, y cada cual regresó a su carpa.
Éxo 35:21 Todos aquellos con el corazón motivado y el espíritu conmovido regresaron con ofrendas sagradas al SEÑOR. Trajeron todos los materiales que se necesitaban para levantar el tabernáculo,* para realizar las ceremonias y para confeccionar las vestiduras sagradas.
Éxo 35:22 Vinieron todos los que tenían el corazón dispuesto, tanto hombres como mujeres, y trajeron al SEÑOR sus ofrendas de oro: broches, aretes, anillos y collares. Presentaron toda clase de objetos de oro como una ofrenda especial para el SEÑOR.
Éxo 35:23 Todos los que poseían hilo azul, púrpura y escarlata; lino fino y pelo de cabra para tela; pieles de carnero curtidas y cuero de cabra de la mejor calidad, los traían voluntariamente.
Éxo 35:24 Además, todos los que tenían objetos de plata o de bronce los entregaron como una ofrenda sagrada al SEÑOR, y quienes tenían madera de acacia la dispusieron para que se usara en el proyecto.
Éxo 35:25 Todas las mujeres que tenían habilidades para la costura y el tejido prepararon hilo azul, púrpura y escarlata, y tela de lino fino, y los entregaron.
Éxo 35:26 Todas las mujeres de buena voluntad pusieron en práctica su habilidad para hilar el pelo de cabra.
Éxo 35:27 Los líderes entregaron piedras de ónice y otras piedras preciosas para incrustarlas en el efod y en el pectoral del sacerdote.
Éxo 35:28 También contribuyeron con especias y aceite de oliva para el alumbrado, el aceite de la unción y el incienso aromático.
Éxo 35:29 Así, todos los del pueblo de Israel —cada hombre y cada mujer con deseos de colaborar en la obra que el SEÑOR le había dado por medio de Moisés— presentaron sus ofrendas con generosidad al SEÑOR.
Éxo 35:30 Luego Moisés dijo al pueblo de Israel: «El SEÑOR ha escogido específicamente a Bezalel, el hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu de Judá.
Éxo 35:31 El SEÑOR llenó a Bezalel del Espíritu de Dios, y le dio gran sabiduría, capacidad y destreza en toda clase de artes manuales y oficios.
Éxo 35:32 Él es un maestro artesano, experto en trabajar el oro, la plata y el bronce.
Éxo 35:33 Es hábil en grabar, en incrustar piedras preciosas y en tallar madera. ¡Es un maestro en todo trabajo artístico!
Éxo 35:34 El SEÑOR les ha dado tanto a él como a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, la capacidad de enseñar a otros sus habilidades técnicas.
Éxo 35:35 El SEÑOR los ha dotado de un talento especial en el arte de grabar, de diseñar, de tejer y bordar en hilo azul, púrpura y escarlata de lino fino. Ellos se destacan como artesanos y diseñadores.
Éxo 36:1 »El SEÑOR ha dado sabiduría a Bezalel, a Aholiab y a los demás talentosos artesanos, y los ha dotado de habilidad para realizar todas las tareas relacionadas con la construcción del santuario. Que construyan y amueblen el tabernáculo tal como el SEÑOR ordenó».
Éxo 36:2 Así que Moisés mandó llamar a Bezalel y Aholiab y a todos los otros a quienes el SEÑOR había dotado de modo especial y que estaban ansiosos por ponerse a trabajar.
Éxo 36:3 Moisés les entregó los materiales que el pueblo de Israel había donado como ofrendas sagradas para completar la construcción del santuario. Sin embargo, el pueblo seguía entregando ofrendas adicionales cada mañana.
Éxo 36:4 Finalmente, los artesanos que trabajaban en el santuario dejaron su labor,
Éxo 36:5 fueron a ver a Moisés y le informaron: «¡La gente ha dado más de lo necesario para terminar la obra que el SEÑOR nos ha ordenado hacer!».
Éxo 36:6 Entonces Moisés dio una orden, y se envió el siguiente mensaje por todo el campamento: «Hombres y mujeres: no preparen más ofrendas para el santuario. ¡Ya tenemos lo suficiente!». Por lo tanto, la gente dejó de llevar sus ofrendas sagradas.
Éxo 36:7 Sus contribuciones fueron más que suficientes para completar todo el proyecto.
Éxo 36:8 Los hábiles artesanos hicieron diez cortinas de lino de tejido fino, para el tabernáculo. Luego, Bezalel* adornó las cortinas con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados.
Éxo 36:9 Las diez cortinas tenían exactamente la misma medida: doce metros con noventa centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.*
Éxo 36:10 Se juntaron cinco de estas cortinas para hacer una larga, y lo mismo se hizo con las otras cinco para formar una segunda cortina larga.
Éxo 36:11 Bezalel hizo cincuenta presillas de tejido azul y las puso a lo largo del borde de la última cortina de cada conjunto.
Éxo 36:12 Las cincuenta presillas a lo largo del borde de una cortina coincidían con las cincuenta presillas a lo largo del borde de la otra cortina.
Éxo 36:13 Luego hizo cincuenta broches de oro y los usó para sujetar las dos cortinas largas. De ese modo, el tabernáculo se formaba de una pieza completa.
Éxo 36:14 Además confeccionó once cortinas con tejido de pelo de cabra para que sirvieran de cubierta para el tabernáculo.
Éxo 36:15 Las once cortinas tenían exactamente la misma medida: trece metros con ochenta centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.*
Éxo 36:16 Bezalel juntó cinco de estas cortinas para formar una larga, y luego juntó las otras seis para formar una segunda cortina larga.
Éxo 36:17 Hizo cincuenta presillas para colocar en el borde de cada cortina larga
Éxo 36:18 y también hizo cincuenta broches de bronce para enganchar las dos cortinas largas. De ese modo, la cubierta se formaba de una pieza completa.
Éxo 36:19 También completó la cubierta con una capa de pieles de carnero curtidas y otra capa de cuero de cabra de la mejor calidad.
Éxo 36:20 Para el armazón del tabernáculo, Bezalel construyó soportes de madera de acacia.
Éxo 36:21 Cada soporte medía cuatro metros con sesenta centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho,*
Éxo 36:22 y tenía dos estacas debajo de cada soporte. Todos los soportes eran idénticos.
Éxo 36:23 Bezalel construyó veinte de estos soportes para sostener las cortinas del lado sur del tabernáculo.
Éxo 36:24 Hizo también cuarenta bases de plata —dos bases por cada soporte—, y las estacas encajaban firmemente en las bases.
Éxo 36:25 Para el lado norte del tabernáculo, construyó otros veinte soportes
Éxo 36:26 con sus cuarenta bases de plata (dos bases por cada soporte).
Éxo 36:27 Hizo seis soportes para la parte posterior —es decir, el lado occidental del tabernáculo—
Éxo 36:28 junto con dos soportes más para reforzar las esquinas de la parte posterior del tabernáculo.
Éxo 36:29 Los soportes de las esquinas estaban emparejados por abajo y firmemente sujetados por arriba con un solo anillo, esto formaba un solo esquinero. Ambos esquineros se hicieron de la misma manera.
Éxo 36:30 Así que había ocho soportes en la parte posterior del tabernáculo sobre dieciséis bases de plata (dos bases por cada soporte).
Éxo 36:31 Después hizo travesaños de madera de acacia para unir las estructuras: cinco travesaños para el lado norte del tabernáculo
Éxo 36:32 y cinco para el lado sur. Preparó también cinco travesaños para la parte posterior del tabernáculo, que da al occidente.
Éxo 36:33 Fijó el travesaño central a la mitad de la altura de los soportes, el cual pasaba de un extremo del tabernáculo al otro.
Éxo 36:34 Recubrió de oro los soportes e hizo anillos de oro para sostener los travesaños, y también recubrió de oro los travesaños.
Éxo 36:35 Para el interior del tabernáculo, Bezalel hizo una cortina especial, de lino de tejido fino. La adornó con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados.
Éxo 36:36 Para colgar la cortina, hizo cuatro postes de madera de acacia y cuatro ganchos de oro. También recubrió de oro los postes y los colocó en cuatro bases de plata.
Éxo 36:37 Luego confeccionó otra cortina, para la entrada de la carpa sagrada. La elaboró con lino de tejido fino y la bordó con diseños refinados, usando hilo azul, púrpura y escarlata.
Éxo 36:38 La cortina fue colgada de ganchos de oro que estaban sujetos a cinco postes. Los postes, con sus capiteles decorativos y ganchos, estaban recubiertos de oro, y las cinco bases eran de bronce fundido.
Éxo 37:1 Después, Bezalel construyó el arca de madera de acacia, un cofre sagrado de un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho, y sesenta y nueve centímetros de alto.*
Éxo 37:2 La recubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le puso una moldura de oro alrededor.
Éxo 37:3 Fundió cuatro anillos de oro y los fijó en las cuatro patas, dos anillos a cada lado.
Éxo 37:4 Luego hizo varas con madera de acacia y las recubrió de oro.
Éxo 37:5 Entonces metió las varas por los anillos que estaban a los costados del arca para transportarla.
Éxo 37:6 Después hizo la tapa del arca —el lugar de la expiación— de oro puro. Medía un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho.*
Éxo 37:7 Formó dos querubines de oro labrado a martillo y los colocó en los dos extremos de la tapa de la expiación.
Éxo 37:8 Moldeó los querubines a cada extremo de la tapa de la expiación, de modo que formaban una sola pieza de oro con la tapa.
Éxo 37:9 Los querubines estaban frente a frente, mirando hacia la tapa de la expiación; con las alas extendidas por encima de la tapa para protegerla.
Éxo 37:10 Luego, Bezalel* hizo la mesa con madera de acacia, que medía noventa y dos centímetros de largo, por cuarenta y seis centímetros de ancho, y sesenta y nueve centímetros de alto.*
Éxo 37:11 La recubrió de oro puro y le puso una moldura de oro alrededor del borde.
Éxo 37:12 La adornó con un reborde de ocho centímetros de ancho* y le puso una moldura de oro alrededor del reborde.
Éxo 37:13 Hizo cuatro anillos de oro para la mesa y los fijó en las cuatro esquinas, junto a las cuatro patas.
Éxo 37:14 Los anillos fueron fijados cerca del reborde para sostener las varas que se usaban para transportar la mesa.
Éxo 37:15 Bezalel hizo las varas con madera de acacia y las recubrió de oro.
Éxo 37:16 Después hizo recipientes especiales de oro puro para la mesa —tazones, cacerolas, frascos y jarras—, los cuales se usaban al derramar las ofrendas líquidas.
Éxo 37:17 Luego, Bezalel hizo el candelabro de oro puro labrado a martillo. Hizo todo el candelabro y sus decoraciones de una sola pieza: la base, el tronco, las copas para las lámparas, los capullos y los pétalos.
Éxo 37:18 El candelabro tenía seis ramas que salían del tronco, tres a cada lado.
Éxo 37:19 Cada una de las seis ramas tenía tres copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos.
Éxo 37:20 El tronco del candelabro estaba artesanalmente trabajado con cuatro copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos.
Éxo 37:21 Había un brote de almendro debajo de cada par de ramas, donde las seis ramas salían del tronco, todo hecho de una sola pieza.
Éxo 37:22 Los brotes de almendro y las ramas eran de una sola pieza con el tronco de oro puro labrado a martillo.
Éxo 37:23 También hizo siete lámparas para el candelabro, las despabiladeras de las lámparas y las bandejas, todo de oro puro.
Éxo 37:24 Para hacer el candelabro completo, junto con sus accesorios, se usaron treinta y cuatro kilos* de oro puro.
Éxo 37:25 Después, Bezalel construyó, con madera de acacia, el altar para quemar el incienso. Lo hizo cuadrado, de cuarenta y seis centímetros de largo y de ancho, y noventa y dos centímetros de alto,* con cuernos tallados en las esquinas de la misma pieza de madera del altar.
Éxo 37:26 Recubrió de oro puro la parte superior, los lados y los cuernos del altar, y le puso una moldura de oro alrededor de todo el altar.
Éxo 37:27 Hizo dos anillos de oro y los fijó en dos lados opuestos del altar, por debajo de la moldura de oro, para que sostuvieran las varas que servían para transportarlo.
Éxo 37:28 También hizo las varas con madera de acacia y las recubrió de oro.
Éxo 37:29 Luego elaboró el aceite sagrado de la unción y el incienso aromático con la misma técnica que emplea un experto fabricante de incienso.

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