APOSENTO ALTO

domingo, 4 de febrero de 2018

LECTURA BÍBLICA 4 DE FEBRERO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MATEO    12:1-21

Mat 12:1 Por ese tiempo, Jesús caminaba en el día de descanso por unos terrenos sembrados. Sus discípulos tenían hambre, entonces comenzaron a arrancar unas espigas de grano y a comérselas.
Mat 12:2 Pero algunos fariseos los vieron y protestaron: —Mira, tus discípulos violan la ley al cosechar granos en el día de descanso.
Mat 12:3 —¿No han leído en las Escrituras lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre?
Mat 12:4 Entró en la casa de Dios, y él y sus compañeros violaron la ley al comer los panes sagrados, que sólo a los sacerdotes se les permitía comer.
Mat 12:5 ¿Y no han leído en la ley de Moisés que los sacerdotes de turno en el templo pueden trabajar en el día de descanso?
Mat 12:6 Les digo, ¡aquí hay uno que es superior al templo!
Mat 12:7 Pero ustedes no habrían condenado a mis discípulos —quienes son inocentes —si conocieran el significado de la Escritura que dice: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”*.
Mat 12:8 Pues el Hijo del Hombre* es Señor, ¡incluso del día de descanso!
Mat 12:9 Luego Jesús entró en la sinagoga de ellos,
Mat 12:10 y allí vio a un hombre que tenía una mano deforme. Los fariseos le preguntaron a Jesús: —¿Permite la ley que una persona trabaje sanando en el día de descanso? (Esperaban que él dijera que sí para poder levantar cargos en su contra).
Mat 12:11 Él les respondió: —Si tuvieran una oveja y ésta cayera en un pozo de agua en el día de descanso, ¿no trabajarían para sacarla de allí? Por supuesto que lo harían.
Mat 12:12 ¡Y cuánto más valiosa es una persona que una oveja! Así es, la ley permite que una persona haga el bien en el día de descanso.
Mat 12:13 Después le dijo al hombre: «Extiende la mano». Entonces el hombre la extendió, y la mano quedó restaurada, ¡igual que la otra!
Mat 12:14 Entonces los fariseos convocaron a una reunión para tramar cómo matar a Jesús.
Mat 12:15 Pero Jesús sabía lo que ellos tenían en mente. Entonces salió de esa región, y mucha gente lo siguió. Sanó a todos los enfermos de esa multitud,
Mat 12:16 pero les advirtió que no revelaran quién era él.
Mat 12:17 Con eso se cumplió la profecía de Isaías acerca de él:
Mat 12:18 «Miren a mi Siervo, al que he elegido. Él es mi Amado, quien me complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y proclamará justicia a las naciones.
Mat 12:19 No peleará ni gritará, ni levantará su voz en público.
Mat 12:20 No aplastará la caña más débil ni apagará una vela que titila. Al final, hará que la justicia salga victoriosa.
Mat 12:21 Y su nombre será la esperanza de todo el mundo»*.


HECHOS 17:1-15

Hch 17:1 Más tarde, Pablo y Silas pasaron por las ciudades de Anfípolis y Apolonia y llegaron a Tesalónica donde había una sinagoga judía.
Hch 17:2 Como era su costumbre, Pablo fue al servicio de la sinagoga y, durante tres días de descanso seguidos, usó las Escrituras para razonar con la gente.
Hch 17:3 Explicó las profecías y demostró que el Mesías tenía que sufrir y resucitar de los muertos. Decía: «Este Jesús, de quien les hablo, es el Mesías».
Hch 17:4 Algunos judíos que escuchaban fueron persuadidos y se unieron a Pablo y Silas, junto con muchos hombres griegos temerosos de Dios y un gran número de mujeres prominentes.*
Hch 17:5 Pero ciertos judíos tuvieron envidia, entonces reunieron a unos alborotadores de la plaza del mercado para que formaran una turba e iniciaran un disturbio. Atacaron la casa de Jasón en busca de Pablo y Silas a fin de sacarlos a rastras y entregarlos a la multitud.*
Hch 17:6 Como no los encontraron allí, en su lugar sacaron arrastrando a Jasón y a algunos de los otros creyentes* y los llevaron al concejo de la ciudad. «Pablo y Silas han causado problemas por todo el mundo —gritaban—, y ahora están aquí perturbando también nuestra ciudad.
Hch 17:7 Y Jasón los ha recibido en su casa. Todos ellos son culpables de traición contra el César porque profesan lealtad a otro rey, llamado Jesús».
Hch 17:8 La gente de la ciudad y también los del concejo de la ciudad quedaron totalmente confundidos por esas palabras.
Hch 17:9 Así que los funcionarios obligaron a Jasón y a los otros creyentes a pagar una fianza y luego los soltaron.
Hch 17:10 Esa misma noche, los creyentes enviaron a Pablo y a Silas a Berea. Cuando llegaron allí, fueron a la sinagoga judía.
Hch 17:11 Y los de Berea tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad.
Hch 17:12 Como resultado, muchos judíos creyeron como también lo hicieron muchos griegos prominentes, tanto hombres como mujeres.
Hch 17:13 Pero, cuando unos judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo predicaba la palabra de Dios en Berea, fueron allá y armaron un alboroto.
Hch 17:14 Los creyentes enseguida tomaron medidas y enviaron a Pablo a la costa, mientras que Silas y Timoteo permanecieron allí.
Hch 17:15 Los que acompañaban a Pablo fueron con él hasta Atenas; luego regresaron a Berea con instrucciones para Silas y Timoteo de que se apresuraran a unirse a él.


SALMO 27

Sal 27:1 El SEÑOR es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El SEÑOR es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar?
Sal 27:2 Cuando los malvados vengan a devorarme, cuando mis enemigos y adversarios me ataquen, tropezarán y caerán.
Sal 27:3 Aunque un ejército poderoso me rodee, mi corazón no temerá. Aunque me ataquen, permaneceré confiado.
Sal 27:4 Lo único que le pido al SEÑOR —lo que más anhelo —es vivir en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del SEÑOR y meditando dentro de su templo.
Sal 27:5 Pues él me ocultará allí cuando vengan dificultades; me esconderá en su santuario. Me pondrá en una roca alta donde nadie me alcanzará.
Sal 27:6 Entonces mantendré mi cabeza en alto, por encima de los enemigos que me rodean. En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría, y con música cantaré y alabaré al SEÑOR.
Sal 27:7 Escúchame cuando oro, oh SEÑOR; ¡ten misericordia y respóndeme!
Sal 27:8 Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR».
Sal 27:9 No me des la espalda; no rechaces a tu siervo con enojo. Tú siempre has sido mi ayudador. No me dejes ahora; no me abandones, ¡oh Dios de mi salvación!
Sal 27:10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el SEÑOR me mantendrá cerca.
Sal 27:11 Enséñame cómo vivir, oh SEÑOR. Guíame por el camino correcto, porque mis enemigos me esperan.
Sal 27:12 No permitas que caiga en sus manos. Pues me acusan de cosas que nunca hice; cada vez que respiran, me amenazan con violencia.
Sal 27:13 Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del SEÑOR mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes.
Sal 27:14 Espera con paciencia al SEÑOR; sé valiente y esforzado; sí, espera al SEÑOR con paciencia.

LECTURA PARA LA NOCHE

ÉXODO 10-12

Éxo 10:1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Regresa a ver al faraón y vuelve a presentar tus demandas. Yo hice que él y sus funcionarios se pusieran tercos* con el fin de mostrar mis señales milagrosas en medio de ellos.
Éxo 10:2 También lo hice para que ustedes pudieran contarles a sus hijos y a sus nietos acerca de cómo puse en ridículo a los egipcios, acerca de las señales que realicé en medio de ellos, y para que ustedes sepan que yo soy el SEÑOR».
Éxo 10:3 Así que Moisés y Aarón fueron ante el faraón y le dijeron: «Esto dice el SEÑOR, Dios de los hebreos: ‘¿Hasta cuándo te negarás a someterte a mí? Deja ir a mi pueblo para que me adore.
Éxo 10:4 Si te niegas, ¡ten cuidado! Pues mañana mismo traeré sobre tu tierra una plaga de langostas.
Éxo 10:5 Cubrirán la tierra de tal manera que no podrás ver el suelo. Devorarán lo poquito que quedó después de la granizada, junto con todos los árboles que crecen en el campo.
Éxo 10:6 Invadirán tus palacios y los hogares de tus funcionarios y todas las casas de Egipto. ¡Jamás en la historia de Egipto vieron tus antepasados una plaga como ésta!’». Después de decir esas palabras, Moisés dio media vuelta y salió de la presencia del faraón.
Éxo 10:7 Esta vez los funcionarios del faraón se le acercaron y le suplicaron: «¿Hasta cuándo permitirás que este hombre nos tenga como rehenes? ¡Deja que los hombres se vayan a adorar al SEÑOR su Dios! ¿Acaso no te das cuenta de que Egipto está en ruinas?».
Éxo 10:8 Entonces hicieron volver a Moisés y a Aarón ante el faraón. —Está bien —les dijo—, vayan a adorar al SEÑOR su Dios. Pero ¿exactamente quiénes irán con ustedes?
Éxo 10:9 —Iremos todos —contestó Moisés—: jóvenes y mayores, nuestros hijos y nuestras hijas, y nuestros rebaños y nuestras manadas. Debemos unirnos todos para celebrar un festival al SEÑOR.
Éxo 10:10 El faraón replicó: —¡Verdaderamente necesitarán que el SEÑOR esté con ustedes si dejo que se lleven a sus hijos pequeños! Me doy cuenta de que tienen malas intenciones.
Éxo 10:11 ¡Jamás! Sólo los hombres pueden ir a adorar al SEÑOR, ya que eso es lo que pidieron. Entonces el faraón los echó del palacio.
Éxo 10:12 Así que el SEÑOR le dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para que vengan las langostas. Que cubran la tierra y devoren todas las plantas que sobrevivieron la granizada».
Éxo 10:13 Moisés extendió su vara sobre Egipto, y el SEÑOR hizo que un viento del oriente soplara sobre el territorio todo ese día y también durante toda la noche. A la mañana siguiente, el viento del oriente había traído las langostas.
Éxo 10:14 Estas invadieron toda la tierra de Egipto en densos enjambres, y se asentaron desde un extremo del territorio hasta el otro. Fue la peor plaga de langostas en la historia de Egipto, y jamás hubo otra igual;
Éxo 10:15 pues las langostas cubrieron todo el reino y oscurecieron la tierra. Devoraron todas las plantas del campo y todos los frutos de los árboles que sobrevivieron al granizo. No quedó ni una sola hoja en los árboles ni en las plantas en toda la tierra de Egipto.
Éxo 10:16 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón de inmediato. «He pecado contra el SEÑOR su Dios y contra ustedes —les confesó—.
Éxo 10:17 Perdonen mi pecado una vez más, y rueguen al SEÑOR su Dios para que aleje de mí esta muerte».
Éxo 10:18 Moisés salió del palacio del faraón y rogó al SEÑOR.
Éxo 10:19 El SEÑOR le respondió y cambió la dirección del viento, y el viento fuerte del occidente se llevó las langostas y las echó en el mar Rojo.* No quedó ni una sola langosta en toda la tierra de Egipto.
Éxo 10:20 Pero el SEÑOR nuevamente endureció el corazón del faraón, por lo cual no dejó salir al pueblo.
Éxo 10:21 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y la tierra de Egipto quedará en una oscuridad tan densa que podrá palparse».
Éxo 10:22 Entonces Moisés extendió su mano hacia los cielos, y una densa oscuridad cubrió toda la tierra de Egipto por tres días.
Éxo 10:23 Durante todo ese tiempo las personas no pudieron verse unas a otras ni se movieron. Sin embargo, la luz no faltó en ningún momento donde vivían los israelitas.
Éxo 10:24 Finalmente el faraón llamó a Moisés y le dijo: —Vayan a adorar al SEÑOR, pero dejen aquí sus rebaños y sus manadas. Sin embargo, pueden llevarse a sus hijos pequeños.
Éxo 10:25 —¡De ninguna manera! —respondió Moisés—. Tú debes proveernos de animales para los sacrificios y las ofrendas quemadas que presentaremos al SEÑOR nuestro Dios.
Éxo 10:26 Todos nuestros animales deberán ir con nosotros; ni una sola pezuña puede quedar atrás. Tendremos que seleccionar nuestros sacrificios para el SEÑOR nuestro Dios de entre esos animales, y sólo sabremos cómo vamos a adorar al SEÑOR una vez que estemos allí.
Éxo 10:27 Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón una vez más, y no quiso dejarlos salir.
Éxo 10:28 —¡Lárgate de aquí! —le gritó el faraón a Moisés—. Te advierto: ¡jamás regreses a verme! El día que me veas la cara, ¡morirás!
Éxo 10:29 —Muy bien —respondió Moisés—. ¡Nunca más volveré a verte!
Éxo 11:1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Heriré al faraón y a la tierra de Egipto con un golpe más. Después, el faraón los dejará salir de su territorio. De hecho, estará tan desesperado por librarse de ustedes que los obligará a irse de su tierra.
Éxo 11:2 Dile a todos los hombres y a todas las mujeres israelitas que pidan a sus vecinos egipcios objetos de plata y de oro».
Éxo 11:3 (El SEÑOR había hecho que los egipcios miraran con agrado al pueblo de Israel. Además, en la tierra de Egipto a Moisés se le consideraba ser un gran hombre, y tanto los funcionarios del faraón como el pueblo egipcio lo respetaban).
Éxo 11:4 Así que Moisés le dijo al faraón: «Esto dice el SEÑOR: “Hoy, a la medianoche, pasaré por el corazón de Egipto.
Éxo 11:5 Todo primer hijo varón de cada familia de Egipto morirá, desde el hijo mayor del faraón, el que se sienta en su trono, hasta el hijo mayor de la sirvienta más humilde que trabaja en el molino. Incluso la primera cría de todos los animales morirá”.
Éxo 11:6 Entonces se oirá un lamento desgarrador por toda la tierra de Egipto, un lamento como nunca antes hubo ni habrá después.
Éxo 11:7 Sin embargo, entre los israelitas habrá tal tranquilidad que ni siquiera un perro ladrará. Entonces sabrán que el SEÑOR hace una distinción entre los egipcios y los israelitas.
Éxo 11:8 Todos los funcionarios de Egipto correrán a buscarme y caerán al suelo ante mí y me suplicarán: “Por favor, vete. ¡Apresúrate! Y llévate a todos tus seguidores”. ¡Sólo hasta entonces me iré!». Luego Moisés, ardiendo de enojo, salió de la presencia del faraón.
Éxo 11:9 Ahora bien, ya antes, el SEÑOR le había dicho a Moisés: «El faraón no los escuchará, así que haré más milagros poderosos en la tierra de Egipto».
Éxo 11:10 Moisés y Aarón realizaron esos milagros en presencia del faraón, pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón, y no dejó salir de su territorio a los israelitas.
Éxo 12:1 Mientras los israelitas todavía estaban en la tierra de Egipto, el SEÑOR dio las siguientes instrucciones a Moisés y a Aarón:
Éxo 12:2 «A partir de ahora, este mes será el primer mes del año para ustedes.
Éxo 12:3 Anuncien a toda la comunidad de Israel que el décimo día de este mes cada familia deberá seleccionar un cordero o un cabrito para hacer un sacrificio, un animal por cada casa.
Éxo 12:4 Si una familia es demasiado pequeña para comer el animal entero, lo compartirá con una familia vecina. Dividan el animal según el tamaño de cada familia y la cantidad que cada uno pueda comer.
Éxo 12:5 El animal seleccionado deberá ser un macho de oveja o de cabra, de un año y que no tenga ningún defecto.
Éxo 12:6 »Cuiden bien al animal seleccionado hasta la tarde del día catorce de este primer mes. Entonces toda la asamblea de la comunidad de Israel matará su cordero o cabrito al anochecer.
Éxo 12:7 Después tomarán parte de la sangre y la untarán en ambos lados y en la parte superior del marco de la puerta de la casa donde comen el animal.
Éxo 12:8 Esa misma noche, asarán la carne al fuego y la comerán acompañada de hojas verdes y amargas, y pan sin levadura.
Éxo 12:9 No comerán nada de la carne ni cruda ni hervida en agua. Asarán al fuego el animal entero con la cabeza, las patas y las entrañas.
Éxo 12:10 No dejen ninguna sobra para el día siguiente. Quemen todo lo que no hayan comido antes de la mañana.
Éxo 12:11 »Estas son las instrucciones para cuando coman esa comida: estén totalmente vestidos,* lleven puestas las sandalias y tengan su bastón en la mano. Coman de prisa, porque es la Pascua del SEÑOR.
Éxo 12:12 Esa noche pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primer hijo varón y a la primera cría macho de los animales en la tierra de Egipto. Ejecutaré juicio contra todos los dioses de Egipto, ¡porque yo soy el SEÑOR!
Éxo 12:13 Pero la sangre sobre los marcos de las puertas servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo. Esa plaga de muerte no los tocará a ustedes cuando yo hiera la tierra de Egipto.
Éxo 12:14 »Este será un día para recordar. Cada año, de generación en generación, deberán celebrarlo como un festival especial al SEÑOR. Esta es una ley para siempre.
Éxo 12:15 Durante siete días, tendrán que preparar sin levadura todo el pan que coman. El primer día del festival, quiten de sus casas todo rastro de levadura. Cualquiera que coma pan con levadura en esos siete días del festival quedará excluido de la comunidad de Israel.
Éxo 12:16 El primer día del festival y también el séptimo, todo el pueblo celebrará un día oficial de asamblea santa. Está prohibido hacer cualquier tipo de trabajo en esos días excepto para la preparación de alimentos.
Éxo 12:17 »Celebren el Festival de los Panes sin Levadura, porque les recordará que este mismo día yo saqué a sus grandes multitudes de la tierra de Egipto. Ese festival será para ustedes una ley perpetua; celebren este día de generación en generación.
Éxo 12:18 Tendrán que preparar sin levadura todo el pan que coman desde la tarde del día catorce del primer mes hasta la tarde del día veintiuno del mismo mes.
Éxo 12:19 Durante esos siete días, no debe haber ni un rastro de levadura en sus casas. Cualquiera que coma algo preparado con levadura durante esta semana será excluido de la comunidad de Israel. Estas ordenanzas se aplican tanto a los extranjeros que viven entre ustedes como a los israelitas de nacimiento.
Éxo 12:20 Durante esos días, no coman nada que tenga levadura. Dondequiera que vivan, coman pan únicamente sin levadura».
Éxo 12:21 Luego Moisés mandó llamar a todos los ancianos de Israel y les dijo: «Vayan y seleccionen un cordero o un cabrito por cada una de sus familias y maten el animal para la Pascua.
Éxo 12:22 Dejen escurrir la sangre en una vasija, después tomen un manojo de ramas de hisopo y mójenlo en la sangre. Con el hisopo unten la sangre en la parte superior y en ambos lados del marco de la puerta de sus casas. Que nadie salga de la casa hasta la mañana,
Éxo 12:23 pues el SEÑOR pasará por la región para herir de muerte a los egipcios. Pero cuando él vea la sangre en la parte superior y en ambos lados del marco de la puerta, el SEÑOR pasará esa casa de largo. No permitirá que su ángel de la muerte entre en las casas de ustedes y los hiera de muerte.
Éxo 12:24 »Recuerden que estas instrucciones son una ley perpetua que ustedes y sus descendientes deberán obedecer para siempre.
Éxo 12:25 Cuando entren en la tierra que el SEÑOR ha prometido darles, seguirán celebrando esta ceremonia.
Éxo 12:26 Entonces sus hijos preguntarán: “¿Qué significa esta ceremonia?”.
Éxo 12:27 Y ustedes contestarán: “Es el sacrificio de la Pascua del SEÑOR, porque él pasó de largo las casas de los israelitas en Egipto. Y aunque hirió de muerte a los egipcios, salvó a nuestras familias”». Cuando Moisés terminó de hablar, todos los presentes se postraron hasta el suelo y adoraron.
Éxo 12:28 Así que el pueblo de Israel hizo tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés y Aarón.
Éxo 12:29 Esa medianoche, el SEÑOR hirió de muerte a todos los primeros hijos varones de la tierra de Egipto, desde el hijo mayor del faraón, el que se sentaba en su trono, hasta el hijo mayor del preso en el calabozo. Incluso mató a las primeras crías de todos sus animales.
Éxo 12:30 Entonces el faraón, sus funcionarios y todo el pueblo de Egipto se despertaron durante la noche, y se oyó un lamento desgarrador por toda la tierra de Egipto. No había ni una sola casa donde alguien no hubiera muerto.
Éxo 12:31 Esa noche el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo a gritos: «¡Lárguense! ¡Váyanse! ¡Dejen en paz a mi pueblo —les ordenó— y llévense a todos los demás israelitas con ustedes! Vayan y adoren al SEÑOR como han pedido.
Éxo 12:32 Llévense sus rebaños y sus manadas, como dijeron, y márchense ya. Váyanse, pero bendíganme al salir».
Éxo 12:33 Todos los egipcios apresuraban al pueblo de Israel a que abandonara la tierra cuanto antes, porque pensaban: «¡Todos moriremos!».
Éxo 12:34 Entonces los israelitas se llevaron su masa de pan sin agregarle levadura. Envolvieron las tablas de amasar en sus mantos y las cargaron sobre los hombros.
Éxo 12:35 Los israelitas hicieron lo que Moisés les había indicado: pidieron a los egipcios ropa y objetos de plata y de oro.
Éxo 12:36 Y el SEÑOR hizo que los egipcios miraran con agrado a los israelitas, y dieron al pueblo de Israel todo lo que pidió. ¡Así despojaron a los egipcios de sus riquezas!
Éxo 12:37 Esa noche el pueblo de Israel salió de Ramsés y emprendió viaje hacia Sucot. Eran unos seiscientos mil hombres,* además de las mujeres y los niños.
Éxo 12:38 Con ellos salió una gentuza que no era israelita, junto con grandes rebaños y manadas.
Éxo 12:39 Hornearon pan plano de la masa sin levadura que habían sacado de Egipto. La masa no tenía levadura porque los israelitas fueron expulsados de Egipto con tanto apuro que no tuvieron tiempo de preparar pan ni cualquier otro alimento.
Éxo 12:40 El pueblo de Israel había vivido cuatrocientos treinta años en Egipto.*
Éxo 12:41 De hecho, fue precisamente el día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años que toda esa gran multitud del SEÑOR salió de Egipto.
Éxo 12:42 Esa misma noche, el SEÑOR cumplió su promesa de sacar a su pueblo de la tierra de Egipto. Así que esa noche le pertenece a él y por eso todos los israelitas deberán conmemorarla cada año, de generación en generación.
Éxo 12:43 Luego el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: «Estas son las instrucciones para el festival de la Pascua: ninguna persona extranjera podrá comer la cena de Pascua,
Éxo 12:44 pero cualquier esclavo que haya sido comprado podrá comerla si está circuncidado.
Éxo 12:45 Los residentes temporales y los jornaleros tampoco podrán comerla.
Éxo 12:46 En cada casa se comerá un solo cordero de Pascua. No saquen nada de la carne fuera de la casa ni quiebren ninguno de los huesos.
Éxo 12:47 Toda la comunidad de Israel debe celebrar el festival de la Pascua.
Éxo 12:48 »Si los extranjeros que viven entre ustedes desean celebrar la Pascua del SEÑOR, que primero se circunciden todos sus varones. Sólo entonces podrán celebrar la Pascua con ustedes como cualquier israelita de nacimiento. Pero un varón incircunciso jamás comerá la cena de la Pascua.
Éxo 12:49 Esta instrucción se aplica a todos, tanto a israelitas de nacimiento como a extranjeros que vivan entre ustedes».
Éxo 12:50 Entonces todo el pueblo de Israel cumplió todos los mandatos del SEÑOR que les dio a Moisés y a Aarón.
Éxo 12:51 Ese mismo día el SEÑOR sacó de Egipto al pueblo de Israel como un ejército.

No hay comentarios:

Publicar un comentario