APOSENTO ALTO

martes, 6 de junio de 2017

LECTURA BÍBLICA 6 DE JUNIO

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    2:1-20

Luc 2:1 En esos días, Augusto, el emperador de Roma, decretó que se hiciera un censo en todo el Imperio Romano.
Luc 2:2 (Este fue el primer censo que se hizo cuando Cirenio era gobernador de Siria).
Luc 2:3 Todos regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo.
Luc 2:4 Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea.
Luc 2:5 Llevó consigo a María, su prometida, cuyo embarazo ya estaba avanzado.
Luc 2:6 Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el bebé.
Luc 2:7 María dio a luz a su primer hijo, un varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos.
Luc 2:8 Esa noche había unos pastores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas.
Luc 2:9 De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados,
Luc 2:10 pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo —dijo —. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente.
Luc 2:11 ¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor —ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!
Luc 2:12 Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre».
Luc 2:13 De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud —los ejércitos celestiales —que alababan a Dios y decían:
Luc 2:14 «Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace».
Luc 2:15 Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «¡Vayamos a Belén! Veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos anunció».
Luc 2:16 Fueron de prisa a la aldea y encontraron a María y a José. Y allí estaba el niño, acostado en el pesebre.
Luc 2:17 Después de verlo, los pastores contaron a todos lo que había sucedido y lo que el ángel les había dicho acerca del niño.
Luc 2:18 Todos los que escucharon el relato de los pastores quedaron asombrados,
Luc 2:19 pero María guardaba todas estas cosas en el corazón y pensaba en ellas con frecuencia.
Luc 2:20 Los pastores regresaron a sus rebaños, glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como el ángel les había dicho.



EFESIOS 3:14-21

Efe 3:14 Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre,*
Efe 3:15 el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra.*
Efe 3:16 Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu.
Efe 3:17 Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes.
Efe 3:18 Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor.
Efe 3:19 Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.
Efe 3:20 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.
Efe 3:21 ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén.




SALMO 119:41-48

Sal 119:41
Vav
SEÑOR, concédeme tu amor inagotable, la salvación que me prometiste.
Sal 119:42 Entonces podré responder a los que se burlan de mí, porque confío en tu palabra.
Sal 119:43 No arrebates de mí tu palabra de verdad, pues tus ordenanzas son mi única esperanza.
Sal 119:44 Seguiré obedeciendo tus enseñanzas por siempre y para siempre.
Sal 119:45 Caminaré en libertad, porque me he dedicado a tus mandamientos.
Sal 119:46 A los reyes les hablaré de tu ley, y no me avergonzaré.
Sal 119:47 ¡Cuánto me deleito en tus mandatos! ¡Cómo los amo!
Sal 119:48 Honro y amo tus mandatos; en tus decretos medito.




LECTURA PARA LA NOCHE

1 REYES    9-10

1Re 9:1 Así que Salomón terminó de construir el templo del SEÑOR y también el palacio real. Llevó a cabo todo lo que había pensado hacer.
1Re 9:2 Entonces el SEÑOR se le apareció a Salomón por segunda vez, como lo había hecho en Gabaón.
1Re 9:3 El SEÑOR le dijo: «He oído tu oración y lo que me pediste. He apartado este templo para que sea santo, este lugar que has construido, donde mi nombre será honrado para siempre. Lo vigilaré sin cesar, porque es muy preciado a mi corazón.
1Re 9:4 »En cuanto a ti, si me sigues con integridad y rectitud como lo hizo tu padre David y obedeces todos mis mandatos, decretos y ordenanzas,
1Re 9:5 entonces estableceré tu dinastía en el trono de Israel para siempre. Pues a tu padre David le prometí: “Siempre habrá uno de tus descendientes en el trono de Israel”.
1Re 9:6 »Pero si tú o tus descendientes me abandonan y desobedecen los mandatos y los decretos que les he dado, y sirven y rinden culto a otros dioses,
1Re 9:7 entonces desarraigaré a Israel de la tierra que le he dado. Rechazaré este templo que hice santo para honrar mi nombre. Haré que Israel sea objeto de burla y de ridículo entre las naciones.
1Re 9:8 Y aunque ahora este templo sea imponente, todos los que pasen por allí quedarán horrorizados y menearán la cabeza con asombro. Preguntarán: “¿Por qué habrá hecho el SEÑOR cosas tan terribles a esta tierra y a este templo?”.
1Re 9:9 »Y la respuesta será: “Porque los israelitas abandonaron al SEÑOR su Dios, quien sacó a sus antepasados de Egipto, y rindieron culto a otros dioses y se inclinaron ante ellos. Por esa razón el SEÑOR les envió tantas calamidades”».
1Re 9:10 Salomón tardó veinte años en construir el templo del SEÑOR y su propio palacio real. Al cabo de ese tiempo,
1Re 9:11 Salomón le dio a Hiram, rey de Tiro, veinte ciudades en la tierra de Galilea. (Hiram había provisto toda la madera de cedro y de ciprés y todo el oro que Salomón había pedido).
1Re 9:12 Sin embargo, cuando Hiram llegó desde Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, no le gustaron nada.
1Re 9:13 «¿Qué clase de ciudades son estas, hermano?», le preguntó. Por eso Hiram llamó a esa región Cabul (que significa «sin ningún valor»), y así se conoce hasta el día de hoy.
1Re 9:14 Sin embargo, Hiram le pagó* a Salomón cuatro mil kilos* de oro.
1Re 9:15 Este es el relato del trabajo forzado que el rey Salomón impuso para la construcción del templo del SEÑOR, el palacio real, los terraplenes,* la muralla de Jerusalén y las ciudades de Azor, Meguido y Gezer.
1Re 9:16 (El faraón, rey de Egipto, había atacado y conquistado Gezer, mató a la población cananea e incendió la ciudad. Luego se la dio a su hija como regalo de bodas cuando ella se casó con Salomón.
1Re 9:17 Así que Salomón reconstruyó la ciudad de Gezer). También fortificó las ciudades de Bet-horón de abajo,
1Re 9:18 Baalat y Tamar,* en el desierto que está dentro de su tierra.
1Re 9:19 Construyó ciudades como centros de almacenamiento así como ciudades para sus carros de guerra y sus caballos.* Construyó todo lo que quiso en Jerusalén, en el Líbano y por todo su reino.
1Re 9:20 En esa tierra todavía había habitantes que no eran israelitas, entre los cuales se encontraban amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.
1Re 9:21 Todos ellos eran descendientes de las naciones que el pueblo de Israel no había destruido por completo.* Entonces Salomón les impuso trabajo forzado y los hizo parte de sus trabajadores, y en esa condición trabajan hasta el día de hoy;
1Re 9:22 pero Salomón no obligó a ningún israelita para el trabajo forzado, sino que los puso a su servicio como soldados, funcionarios de gobierno, oficiales y capitanes en su ejército, y comandantes y conductores de sus carros de guerra.
1Re 9:23 Salomón designó a quinientos cincuenta de ellos para que supervisaran a los trabajadores de sus diversos proyectos.
1Re 9:24 Salomón trasladó a su esposa, la hija del faraón, de la Ciudad de David al palacio nuevo que le había edificado; luego construyó los terraplenes.
1Re 9:25 Tres veces al año Salomón presentaba ofrendas quemadas y ofrendas de paz sobre el altar que había construido para el SEÑOR. También quemaba incienso al SEÑOR. Finalmente terminó el trabajo de construir el templo.
1Re 9:26 El rey Salomón también construyó una flota de barcos en Ezión-geber, un puerto cerca de Elat* en la tierra de Edom, a la orilla del mar Rojo.*
1Re 9:27 Hiram envió tripulaciones de marineros expertos para navegar los barcos junto con los hombres de Salomón.
1Re 9:28 Navegaron hasta Ofir y regresaron con unos catorce mil kilos* de oro, que entregaron a Salomón.
1Re 10:1 Cuando la reina de Saba se enteró de la fama de Salomón, fama que honraba el nombre del SEÑOR,* fue a visitarlo para ponerlo a prueba con preguntas difíciles.
1Re 10:2 Llegó a Jerusalén con un gran séquito de asistentes y una enorme caravana de camellos cargados con especias, grandes cantidades de oro y piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, habló con él acerca de todo lo que ella tenía en mente.
1Re 10:3 Salomón tenía respuestas para todas sus preguntas; nada le resultaba demasiado difícil de explicar.
1Re 10:4 Cuando la reina de Saba se dio cuenta de lo sabio que era Salomón y vio el palacio que él había construido,
1Re 10:5 quedó atónita. También estaba asombrada por la comida que se servía en las mesas del rey, por la forma en que estaban organizados sus funcionarios y la ropa espléndida que usaban, por los coperos y por las ofrendas quemadas que ofrecía Salomón en el templo del SEÑOR.
1Re 10:6 Entonces la reina exclamó: «¡Todo lo que oí en mi país acerca de tus logros* y de tu sabiduría es cierto!
1Re 10:7 Yo no creía lo que se dijo hasta que llegué aquí y lo vi con mis propios ojos. De hecho, ¡lo que había oído no refleja ni la mitad! Tu sabiduría y prosperidad superan ampliamente lo que me habían dicho.
1Re 10:8 ¡Qué feliz debe estar tu pueblo!* ¡Qué privilegio para tus funcionarios estar aquí en tu presencia día tras día, escuchando tu sabiduría!
1Re 10:9 Alabado sea el SEÑOR tu Dios, quien se deleita en ti y te ha puesto en el trono de Israel. Debido al amor eterno del SEÑOR por Israel, él te ha hecho rey para que puedas gobernar con justicia y rectitud».
1Re 10:10 Luego le regaló al rey cuatro mil kilos* de oro, grandes cantidades de especias y de piedras preciosas. Nunca más entraron tantas especias en el reino como las que la reina de Saba le regaló al rey Salomón.
1Re 10:11 (Además, los barcos de Hiram trajeron oro desde Ofir, y también abundantes cargamentos de madera de sándalo rojo* y piedras preciosas.
1Re 10:12 Con el sándalo, el rey construyó barandas para el templo del SEÑOR y para el palacio real, e hizo liras y arpas para los músicos. Nunca antes ni después hubo tanta cantidad de madera de sándalo).
1Re 10:13 El rey Salomón le dio a la reina de Saba todo lo que ella pidió, además de todos los regalos de costumbre que ya le había entregado con tanta generosidad. Luego ella y todos sus acompañantes regresaron a su tierra.
1Re 10:14 Cada año Salomón recibía unos veintitrés mil kilos* de oro,
1Re 10:15 sin contar los ingresos adicionales que recibía de mercaderes y comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores de la tierra.
1Re 10:16 El rey Salomón fabricó doscientos escudos grandes de oro labrado a martillo; cada uno pesaba casi siete kilos.*
1Re 10:17 También hizo trescientos escudos más pequeños de oro labrado a martillo; cada uno pesaba casi dos kilos.* El rey colocó los escudos en el Palacio del Bosque del Líbano.
1Re 10:18 Luego el rey hizo un gran trono, decorado con marfil y revestido de oro fino.
1Re 10:19 El trono tenía seis escalones y un respaldo redondeado. A cada lado del asiento había apoyabrazos, y a cada lado del trono había una figura de león de pie.
1Re 10:20 Había también otros doce leones, uno en cada extremo de los seis escalones. ¡No había trono en todo el mundo que pudiera compararse con el de Salomón!
1Re 10:21 Todas las copas del rey Salomón eran de oro macizo, igual que todos los utensilios en el Palacio del Bosque del Líbano. No estaban hechos de plata porque en los tiempos de Salomón la plata no se consideraba de valor.
1Re 10:22 El rey tenía una flota de barcos mercantes* que navegaba con la flota de Hiram. Una vez cada tres años, los barcos regresaban cargados de oro, plata, marfil, simios y pavos reales.*
1Re 10:23 De modo que Salomón llegó a ser más rico y más sabio que cualquier otro rey de la tierra.
1Re 10:24 Gente de todas las naciones lo visitaba para consultarlo y escuchar la sabiduría que Dios le había dado.
1Re 10:25 Año tras año, cada visitante le llevaba regalos de plata y oro, ropa, armas, especias, caballos y mulas.
1Re 10:26 Salomón acumuló gran cantidad de carros de guerra y caballos;* tenía mil cuatrocientos carros y doce mil caballos. Los colocó en las ciudades designadas para guardar los carros y también cerca de él en Jerusalén.
1Re 10:27 El rey hizo que en Jerusalén la plata fuera tan abundante como las piedras. Además, la valiosa madera de cedro era tan común como la higuera sicómoro que crece en las colinas de Judá.*
1Re 10:28 Los caballos de Salomón se importaban de Egipto* y de Cilicia;* los mercaderes del rey los adquirían en Cilicia a precio de mercado.
1Re 10:29 En ese tiempo, un carro egipcio costaba seiscientas piezas de plata,* y los caballos se vendían a ciento cincuenta piezas de plata.* Después los exportaban a los reyes de los hititas y a los reyes de Aram.

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