APOSENTO ALTO

miércoles, 21 de junio de 2017

LECTURA BÍBLICA 21 DE JUNIO

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    6:17-22

Luc 6:17 Cuando descendieron del monte, los discípulos se quedaron con Jesús en un amplio lugar llano, rodeados de muchos seguidores y de las multitudes. Había gente de toda Judea y Jerusalén, y de lugares tan al norte como las costas de Tiro y Sidón.
Luc 6:18 Habían llegado para oírlo y para ser sanados de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus malignos* fueron sanados.
Luc 6:19 Todos trataban de tocarlo, porque de él salía poder sanador, y los sanó a todos.
Luc 6:20 Entonces Jesús se volvió hacia sus discípulos y les dijo: «Dios los bendice a ustedes, que son pobres, porque el reino de Dios les pertenece.
Luc 6:21 Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran, porque a su debido tiempo reirán.
Luc 6:22 »Qué bendiciones les esperan cuando la gente los odie y los excluya, cuando se burlen de ustedes y los maldigan, como si fuera gente maligna, porque siguen al Hijo del Hombre.



FILIPENSES 3:10-14

Flp 3:10 Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos. ¡Quiero sufrir con él y participar de su muerte,
Flp 3:11 para poder experimentar, de una u otra manera, la resurrección de los muertos!
Flp 3:12 No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección. Pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo.
Flp 3:13 No, amados hermanos, no lo he logrado,* pero me concentro sólo en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así
Flp 3:14 avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.





SALMO 119:161-168

Sal 119:161
Shin
Gente poderosa me acosa sin razón, pero mi corazón tiembla sólo ante tu palabra.
Sal 119:162 Me alegro en tu palabra como alguien que descubre un gran tesoro.
Sal 119:163 Odio y detesto toda falsedad, pero amo tus enseñanzas.
Sal 119:164 Te alabaré siete veces al día porque todas tus ordenanzas son justas.
Sal 119:165 Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz y no tropiezan.
Sal 119:166 Anhelo que me rescates, SEÑOR, por eso, he obedecido tus mandatos.
Sal 119:167 Obedecí tus leyes, porque las amo mucho.
Sal 119:168 Así es, obedezco tus leyes y tus mandamientos porque tú sabes todo lo que hago.






LECTURA PARA LA NOCHE

2 REYES    16-17

2Re 16:1 Acaz, hijo de Jotam, comenzó a gobernar Judá durante el año diecisiete del reinado de Peka en Israel.
2Re 16:2 Acaz tenía veinte años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén dieciséis años. Él no hizo lo que era agradable a los ojos del SEÑOR su Dios, como sí lo había hecho su antepasado David.
2Re 16:3 En cambio, siguió el ejemplo de los reyes de Israel, hasta sacrificó a su propio hijo en el fuego.* De esta manera, siguió las prácticas detestables de las naciones paganas que el SEÑOR había expulsado de la tierra del paso de los israelitas.
2Re 16:4 Ofreció sacrificios y quemó incienso en los santuarios paganos, en las colinas y debajo de todo árbol frondoso.
2Re 16:5 Entonces el rey Rezín de Aram y el rey Peka de Israel subieron hacia Jerusalén para atacarla. Sitiaron a Acaz pero no pudieron vencerlo.
2Re 16:6 En esos días, el rey de Edom* recuperó la ciudad de Elat para Edom.* Expulsó a la gente de Judá y mandó a edomitas* a habitar el lugar, y allí viven hasta el día de hoy.
2Re 16:7 El rey Acaz envió mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, con este mensaje: «Yo soy tu siervo y tu vasallo.* Sube a rescatarme de los ejércitos de Aram e Israel, que me atacan».
2Re 16:8 Después Acaz tomó la plata y el oro del templo del SEÑOR y del tesoro del palacio y envió todo como pago al rey de Asiria.
2Re 16:9 Entonces el rey de Asiria atacó Damasco, la capital aramea, se llevó cautivos a sus habitantes y los estableció en Kir. También mató al rey Rezín.
2Re 16:10 Luego el rey Acaz se dirigió a Damasco a encontrarse con Tiglat-pileser, rey de Asiria. Mientras estaba allí, observó detenidamente el altar y le envió un modelo del altar al sacerdote Urías, junto con el diseño bien detallado.
2Re 16:11 Urías siguió las instrucciones del rey y construyó uno igual, y lo tuvo listo antes de que el rey volviera de Damasco.
2Re 16:12 Cuando el rey regresó, inspeccionó el altar e hizo sacrificios sobre él.
2Re 16:13 Presentó una ofrenda quemada y una ofrenda de grano, derramó una ofrenda líquida y roció sobre el altar la sangre de ofrendas de paz.
2Re 16:14 Luego el rey Acaz quitó el antiguo altar de bronce de su lugar al frente del templo del SEÑOR, entre la entrada y el altar nuevo, y lo colocó en el lado norte del altar nuevo.
2Re 16:15 Le dijo al sacerdote Urías: «Usa el altar nuevo* para los sacrificios de las ofrendas quemadas matutinas, la ofrenda de grano vespertina, la ofrenda quemada y la ofrenda de grano del rey, y las ofrendas quemadas de todo el pueblo, así como sus ofrendas de grano y sus ofrendas líquidas. Rocía sobre el altar nuevo la sangre de todas las ofrendas quemadas y todos los sacrificios. El altar de bronce será únicamente para mi uso personal».
2Re 16:16 Así que el sacerdote Urías hizo todo tal como el rey Acaz le ordenó.
2Re 16:17 Luego el rey quitó los paneles laterales y los tazones de las carretas para llevar agua. También quitó de encima de los bueyes de bronce el gran tazón de bronce llamado el Mar y lo puso sobre el empedrado.
2Re 16:18 Por deferencia al rey de Asiria, también quitó una especie de cubierta que se había construido dentro del palacio para usar los días de reposo,* así como la entrada exterior del rey al templo del SEÑOR.
2Re 16:19 Los demás acontecimientos del reinado de Acaz y todo lo que hizo están registrados en El libro de la historia de los reyes de Judá .
2Re 16:20 Cuando Acaz murió, lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David. Luego su hijo Ezequías lo sucedió en el trono.
2Re 17:1 Oseas, hijo de Ela, comenzó a gobernar Israel durante el año doce del reinado de Acaz en Judá y reinó en Samaria nueve años.
2Re 17:2 Él hizo lo malo a los ojos del SEÑOR, aunque no tanto como los reyes de Israel que gobernaron antes que él.
2Re 17:3 Salmanasar, rey de Asiria, atacó al rey Oseas, por eso Oseas se vio obligado a pagar un elevado tributo a Asiria.
2Re 17:4 Sin embargo, Oseas dejó de pagar el tributo anual y conspiró contra el rey de Asiria al pedirle a So, rey de Egipto,* que lo ayudara a liberarse del poder del rey de Asiria. Cuando el rey de Asiria descubrió la traición, tomó a Oseas por la fuerza y lo metió en la cárcel.
2Re 17:5 Entonces el rey de Asiria invadió todo el territorio y sitió a la ciudad de Samaria durante tres años.
2Re 17:6 Finalmente, en el año nueve del reinado de Oseas, Samaria cayó y los israelitas fueron desterrados a Asiria, donde los establecieron en colonias en la región de Halah, en Gozán junto a la ribera del río Habor, y en las ciudades de los medos.
2Re 17:7 Semejante desgracia ocurrió a los israelitas porque rindieron culto a otros dioses. Pecaron contra el SEÑOR su Dios, quien los había sacado a salvo de Egipto y los había rescatado del poder del faraón, rey de Egipto.
2Re 17:8 Habían seguido las prácticas de las naciones paganas que el SEÑOR había expulsado de la tierra de su paso, así como las prácticas que los reyes de Israel habían introducido.
2Re 17:9 Los israelitas también habían hecho muchas cosas en secreto, que no eran agradables al SEÑOR su Dios. Se construyeron santuarios paganos en todas las ciudades, desde el puesto de avanzada más pequeño hasta la ciudad amurallada más grande.
2Re 17:10 Levantaron columnas sagradas y postes dedicados a la diosa Asera en la cima de cada colina alta y debajo de todo árbol frondoso.
2Re 17:11 Ofrecieron sacrificios en todas las cumbres de las colinas, tal como lo hacían las naciones que el SEÑOR había expulsado de la tierra de su paso. Así que el pueblo de Israel había hecho muchas cosas perversas, con lo que provocó el enojo del SEÑOR.
2Re 17:12 Efectivamente, rindieron culto a ídolos* a pesar de las advertencias específicas que el SEÑOR les hizo repetidamente.
2Re 17:13 Una y otra vez el SEÑOR envió a sus profetas y videntes para dar a Israel y a Judá la siguiente advertencia: «Apártense de sus malos caminos. Obedezcan mis mandatos y decretos, es decir, toda la ley que les ordené a sus antepasados que obedecieran y que les di a ustedes a través de mis siervos, los profetas».
2Re 17:14 Sin embargo, los israelitas no quisieron escuchar. Fueron tan tercos como sus antepasados, quienes se negaron a creer en el SEÑOR su Dios.
2Re 17:15 Rechazaron sus decretos y el pacto que él había hecho con sus antepasados, y despreciaron todas sus advertencias. Rindieron culto a ídolos inútiles, por lo cual ellos mismos se volvieron inútiles. Siguieron el ejemplo de las naciones vecinas, desobedeciendo el mandato del SEÑOR de no imitarlas.
2Re 17:16 Los israelitas rechazaron todos los mandatos del SEÑOR su Dios e hicieron dos becerros de metal. Levantaron un poste dedicado a la diosa Asera y rindieron culto a Baal y veneraron a todas las fuerzas del cielo.
2Re 17:17 Hasta sacrificaron a sus hijos y a sus hijas en el fuego.* Consultaron con adivinos, practicaron la hechicería y se entregaron por completo al mal, con lo cual provocaron el enojo del SEÑOR.
2Re 17:18 Como el SEÑOR estaba muy enojado con los israelitas, los barrió de su presencia. Sólo la tribu de Judá quedó en la tierra;
2Re 17:19 pero aun los de Judá se negaron a obedecer los mandatos del SEÑOR su Dios, ya que siguieron las prácticas perversas que Israel había introducido.
2Re 17:20 El SEÑOR rechazó a todos los descendientes de Israel. Los castigó entregándolos a sus agresores hasta expulsar a Israel de su presencia.
2Re 17:21 Pues cuando el SEÑOR* arrancó a Israel del reino de David, los israelitas escogieron a Jeroboam, hijo de Nabat, como su rey; pero Jeroboam alejó a Israel del SEÑOR y lo hizo cometer un gran pecado.
2Re 17:22 Los israelitas persistieron en seguir todos los caminos perversos de Jeroboam. No se apartaron de esos pecados
2Re 17:23 hasta que finalmente el SEÑOR los barrió de su presencia, tal como les habían advertido todos los profetas. En consecuencia, los israelitas fueron desterrados y deportados a Asiria, donde se encuentran hasta el día de hoy.
2Re 17:24 El rey de Asiria transportó grupos de gente desde Babilonia, Cuta, Ava, Hamat y Sefarvaim, y los reubicó en las ciudades de Samaria en reemplazo del pueblo de Israel. Ellos tomaron posesión de Samaria y habitaron sus ciudades;
2Re 17:25 pero ya que estos colonos extranjeros no adoraban al SEÑOR cuando recién llegaron, el SEÑOR envió leones, que mataron a algunos de ellos.
2Re 17:26 Por esa razón mandaron un mensaje al rey de Asiria en el cual le decían: «La gente que has mandado a habitar las ciudades de Samaria no conoce las costumbres religiosas del Dios de ese lugar. Él ha enviado leones a destruirlos, porque no lo adoraron como se debe».
2Re 17:27 Entonces el rey de Asiria ordenó: «Manden de regreso a Samaria a uno de los sacerdotes desterrados; que viva allí y les enseñe a los nuevos residentes las costumbres religiosas del Dios de ese lugar».
2Re 17:28 Entonces uno de los sacerdotes que había sido desterrado de Samaria regresó a Betel y les enseñó a los nuevos residentes cómo adorar al SEÑOR.
2Re 17:29 Sin embargo, los diversos grupos de extranjeros a la vez siguieron rindiendo culto a sus propios dioses. En todas las ciudades donde habitaban, colocaron sus ídolos en los santuarios paganos que la gente de Samaria había construido.
2Re 17:30 Los que eran de Babilonia rendían culto a ídolos de su dios Sucot-benot; los de Cuta rendían culto a su dios Nergal; los que eran de Hamat rendían culto a Asima;
2Re 17:31 los avitas rendían culto a sus dioses Nibhaz y Tartac; y la gente de Sefarvaim hasta quemaba a sus propios hijos en sacrificio a sus dioses Adramelec y Anamelec.
2Re 17:32 Los nuevos residentes adoraban al SEÑOR, pero también elegían de entre ellos a cualquiera y lo nombraban sacerdote para que ofreciera sacrificios en los lugares de culto.
2Re 17:33 Aunque adoraban al SEÑOR, seguían tras sus propios dioses según las costumbres religiosas de las naciones de donde provenían.
2Re 17:34 Todo esto sigue igual hasta el día de hoy. Ellos continúan con sus prácticas antiguas en vez de adorar verdaderamente al SEÑOR y obedecer los decretos, las ordenanzas, las instrucciones y los mandatos que él les dio a los descendientes de Jacob, a quien le cambió el nombre por el de Israel.
2Re 17:35 Pues el SEÑOR hizo un pacto con los descendientes de Jacob y les ordenó: «No rindan culto a otros dioses, ni se inclinen ante ellos, ni los sirvan, ni les ofrezcan sacrificios.
2Re 17:36 En cambio adoren sólo al SEÑOR, quien los sacó de Egipto con gran fuerza y brazo poderoso. Inclínense sólo ante él y ofrezcan sacrificios únicamente a él.
2Re 17:37 En todo momento, asegúrense de obedecer los decretos, las ordenanzas, las instrucciones y los mandatos que él escribió para ustedes. No deben rendir culto a otros dioses.
2Re 17:38 No olviden el pacto que hice con ustedes y no rindan culto a otros dioses.
2Re 17:39 Adoren sólo al SEÑOR su Dios. Él es quien los librará de todos sus enemigos».
2Re 17:40 Sin embargo, la gente no quiso escuchar y siguió con sus prácticas antiguas.
2Re 17:41 Así que, si bien los nuevos residentes adoraban al SEÑOR, también rendían culto a sus ídolos; y hasta el día de hoy, sus descendientes hacen lo mismo.

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