APOSENTO ALTO

viernes, 24 de noviembre de 2017

LECTURA BÌBLICA 24 DE NOVIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     13:18-30

Jua 13:18 »No les digo estas cosas a todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es para que se cumpla la Escritura que dice: “El que come de mi comida se ha puesto en mi contra”*.
Jua 13:19 Les aviso de antemano, a fin de que, cuando suceda, crean que YO SOY el Mesías.*
Jua 13:20 Les digo la verdad, todo el que recibe a mi mensajero me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió.
Jua 13:21 Entonces Jesús, muy angustiado,* exclamó: «Les digo la verdad, ¡uno de ustedes va a traicionarme!».
Jua 13:22 Los discípulos se miraron unos a otros sin saber a cuál se refería Jesús.
Jua 13:23 El discípulo a quien Jesús amaba estaba sentado a la mesa a su lado.*
Jua 13:24 Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería.
Jua 13:25 Entonces, ese discípulo se inclinó hacia Jesús y le preguntó: —Señor, ¿quién es?
Jua 13:26 Jesús le contestó: —Es aquel a quien le doy el pan que mojo en el plato. Y, después de mojar el pan, se lo dio a Judas, el hijo de Simón Iscariote.
Jua 13:27 Cuando Judas comió el pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: «Apresúrate a hacer lo que vas a hacer».
Jua 13:28 Ninguno de los demás que estaban a la mesa entendió lo que Jesús quiso decir.
Jua 13:29 Como Judas era el tesorero del grupo, algunos pensaron que Jesús le estaba diciendo que fuera a pagar la comida o que diera algo de dinero a los pobres.
Jua 13:30 Así que Judas se fue enseguida y se internó en la noche.




 JUDAS  8-16

Jud 1:8 De la misma manera, estos individuos —que pretenden tener autoridad por lo que reciben en sueños —llevan una vida inmoral, desafían a la autoridad y se burlan de los seres sobrenaturales.*
Jud 1:9 Pero ni siquiera Miguel, uno de los ángeles más poderosos,* se atrevió a acusar al diablo de blasfemia, sino que simplemente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!». (Esto ocurrió cuando Miguel disputaba con el diablo acerca del cuerpo de Moisés).
Jud 1:10 Pero esa gente se burla de cosas que no entiende. Como animales irracionales, hacen todo lo que les dictan sus instintos y de esta manera provocan su propia destrucción.
Jud 1:11 ¡Qué aflicción les espera! Pues siguen los pasos de Caín, quien mató a su hermano. Al igual que Balaam, engañan a la gente por dinero; y, como Coré, perecen en su propia rebelión.
Jud 1:12 Cuando estos individuos participan con ustedes en sus comidas de compañerismo —las cuales conmemoran el amor del Señor—, son como arrecifes peligrosos que pueden hacerlos naufragar.* Son como pastores que no tienen vergüenza y que sólo se preocupan por sí mismos. Son como nubes que pasan sobre la tierra sin dar lluvia. Son como árboles en el otoño, doblemente muertos, porque no dan fruto y han sido arrancados de raíz.
Jud 1:13 Son como violentas olas del mar que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son como estrellas que han perdido su rumbo, condenadas para siempre a la más negra oscuridad.
Jud 1:14 Enoc, quien vivió en la séptima generación después de Adán, profetizó acerca de estas personas. Dijo: «¡Escuchen! El Señor viene con incontables millares de sus santos
Jud 1:15 para ejecutar juicio sobre la gente de este mundo. Declarará culpables a los seres humanos por todos los actos perversos que cada uno haya hecho y a los pecadores rebeldes por todos los insultos que hayan dicho contra él»*.
Jud 1:16 Estos individuos son rezongones, se quejan de todo y viven sólo para satisfacer sus deseos. Son fanfarrones que se jactan de sí mismos y adulan a otros para conseguir lo que quieren.




JOB  21:22-34

Job 21:22 »Pero ¿quién podrá enseñarle algo a Dios, si es él quien juzga aun a los más poderosos?
Job 21:23 Una persona muere próspera, muy cómoda y segura,
Job 21:24 la viva imagen de la salud, en excelente forma y llena de vigor.
Job 21:25 Otra persona muere en amarga pobreza, sin haber saboreado nunca de la buena vida.
Job 21:26 Sin embargo, a los dos se les entierra en el mismo polvo; los mismos gusanos los comen a ambos.
Job 21:27 »Miren, yo sé lo que están pensando; conozco los planes que traman contra mí.
Job 21:28 Me hablarán de gente rica y malvada, cuyas casas desaparecieron a causa de sus pecados;
Job 21:29 pero pregunten a los que han visto mucho mundo y ellos les dirán la verdad.
Job 21:30 Los malvados se salvan en tiempos de calamidad y se les permite escapar del desastre.
Job 21:31 Nadie los critica abiertamente ni les dan su merecido por lo que hicieron.
Job 21:32 Cuando los llevan a la tumba, una guardia de honor vigila su sepultura.
Job 21:33 Un gran cortejo fúnebre va al cementerio. Muchos presentan sus respetos cuando los sepultan y descansan en paz bajo tierra.
Job 21:34 »¿Cómo podrán consolarme sus frases huecas? ¡Todas sus explicaciones son mentiras!».


LECTURA PARA LA NOCHE

DANIEL  9

Dan 9:1 Era el primer año del reinado de Darío, el medo, hijo de Asuero, quien llegó a ser rey de los babilonios.*
Dan 9:2 Durante el primer año de su reinado, yo, Daniel, al estudiar la palabra del SEÑOR, según fue revelada al profeta Jeremías, aprendí que Jerusalén debía quedar en desolación durante setenta años.*
Dan 9:3 Así que dirigí mis ruegos al Señor Dios, en oración y ayuno. También me puse ropa de tela áspera y arrojé cenizas sobre mi cabeza.
Dan 9:4 Oré al SEÑOR mi Dios y le confesé: «¡Oh SEÑOR, tú eres un Dios grande y temible! Siempre cumples tu pacto y tus promesas de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos;
Dan 9:5 pero hemos pecado y hemos hecho lo malo. Nos hemos rebelado contra ti y hemos despreciado tus mandatos y ordenanzas.
Dan 9:6 Nos hemos rehusado a escuchar a tus siervos, los profetas, quienes hablaron bajo tu autoridad a nuestros reyes, príncipes, antepasados y a todo el pueblo de la tierra.
Dan 9:7 »Señor, tú tienes la razón; pero como ves, tenemos el rostro cubierto de vergüenza. Esto nos sucede a todos, tanto a los que están en Judá y en Jerusalén, como a todo el pueblo de Israel disperso en lugares cercanos y lejanos, adondequiera que nos has mandado por nuestra deslealtad a ti.
Dan 9:8 Oh SEÑOR, nosotros y nuestros reyes, príncipes y antepasados estamos cubiertos de vergüenza porque hemos pecado contra ti.
Dan 9:9 Pero el Señor, nuestro Dios, es misericordioso y perdonador, a pesar de habernos rebelado contra él.
Dan 9:10 No hemos obedecido al SEÑOR nuestro Dios, porque no hemos seguido las instrucciones que nos dio por medio de sus siervos, los profetas.
Dan 9:11 Todo Israel ha desobedecido tus instrucciones, te ha dado la espalda y ha rehusado escuchar tu voz. »Entonces ahora, a causa de nuestro pecado, se han derramado sobre nosotros las maldiciones solemnes y los juicios escritos en la ley de Moisés, siervo de Dios.
Dan 9:12 Tú cumpliste tu palabra e hiciste con nosotros y nuestros gobernantes tal como habías advertido. Nunca hubo una calamidad tan grande como la que ocurrió en Jerusalén.
Dan 9:13 Se han cumplido todas las maldiciones de la ley de Moisés escritas contra nosotros. Sin embargo, nos hemos rehusado a buscar la misericordia del SEÑOR nuestro Dios al no reconocer su verdad ni abandonar nuestros pecados.
Dan 9:14 Por lo tanto, el SEÑOR nos ha enviado la calamidad que había preparado. El SEÑOR nuestro Dios tuvo razón en hacer todas esas cosas, porque no lo obedecimos.
Dan 9:15 »Oh Señor nuestro Dios, al rescatar a tu pueblo de Egipto con gran despliegue de poder, le diste honor perpetuo a tu nombre; pero hemos pecado y estamos llenos de maldad.
Dan 9:16 En vista de tus fieles misericordias, por favor, Señor, aparta tu enojo y furor de tu ciudad, Jerusalén, tu monte santo. Todas las naciones vecinas se burlan de Jerusalén y de tu pueblo por causa de nuestros pecados y de los pecados de nuestros antepasados.
Dan 9:17 »¡Oh Dios nuestro, oye la oración de tu siervo! Escucha mientras te hago mis ruegos. Por amor a tu nombre, Señor, vuelve a sonreírle a tu desolado santuario.
Dan 9:18 »Oh Dios mío, inclínate y escúchame. Abre tus ojos y mira nuestra desesperación. Mira cómo tu ciudad —la ciudad que lleva tu nombre— está en ruinas. Esto rogamos, no porque merezcamos tu ayuda, sino debido a tu misericordia.
Dan 9:19 »Oh Señor, óyenos. Oh Señor, perdónanos. ¡Oh Señor, escúchanos y actúa! Por amor a tu nombre, no te demores, oh mi Dios, porque tu pueblo y tu ciudad llevan tu nombre».
Dan 9:20 Yo seguí orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo, rogándole al SEÑOR mi Dios por Jerusalén, su monte santo.
Dan 9:21 Mientras oraba, Gabriel, a quien había visto en la visión anterior, se me acercó con rapidez a la hora del sacrificio de la tarde.
Dan 9:22 Él me explicó: «Daniel, he venido hasta aquí para darte percepción y entendimiento.
Dan 9:23 En cuanto comenzaste a orar, se dio una orden y ahora estoy aquí para decírtela, porque eres muy precioso para Dios. Presta mucha atención, para que puedas entender el significado de la visión.
Dan 9:24 »Un período de setenta conjuntos de siete* se ha decretado para tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a su rebelión, para terminar con su pecado, para obtener perdón por su culpa, para traer justicia eterna, para confirmar la visión profética y para ungir el lugar santísimo.*
Dan 9:25 ¡Ahora escucha y entiende! Pasarán siete conjuntos de siete más sesenta y dos conjuntos de siete* desde el momento en que se dé la orden de reconstruir Jerusalén hasta que venga un gobernante, el Ungido.* Jerusalén será reconstruida con calles y fuertes defensas,* a pesar de los tiempos peligrosos.
Dan 9:26 »Después de este período de sesenta y dos conjuntos de siete,* matarán al Ungido sin que parezca haber logrado nada y surgirá un gobernante cuyos ejércitos destruirán la ciudad y el templo. El fin llegará con una inundación; guerra, y la miseria que acarrea, está decretada desde ese momento hasta el fin.
Dan 9:27 El gobernante firmará un tratado con el pueblo por un período de un conjunto de siete,* pero al cumplirse la mitad de ese tiempo, pondrá fin a los sacrificios y a las ofrendas. Como punto culminante de todos sus terribles actos,* colocará un objeto sacrílego que causa profanación* hasta que el destino decretado para este profanador finalmente caiga sobre él».

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