APOSENTO ALTO

martes, 21 de noviembre de 2017

LECTURA BÍBLICA 21 DE NOVIEMBRE

LECTURA PARA LA MAÑANA

JUAN     12:37-50

Jua 12:37 Pero, a pesar de todas las señales milagrosas que Jesús había hecho, la mayoría de la gente aún no creía en él.
Jua 12:38 Eso era precisamente lo que el profeta Isaías había predicho: «SEÑOR, ¿quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha revelado el SEÑOR su brazo poderoso?»*.
Jua 12:39 Pero la gente no podía creer, porque como también dijo Isaías:
Jua 12:40 «El Señor les ha cegado los ojos y les ha endurecido el corazón, para que sus ojos no puedan ver y sus corazones no puedan entender y ellos no puedan regresar a mí para que yo los sane»*.
Jua 12:41 Isaías se refería a Jesús cuando dijo esas palabras, porque vio el futuro y habló de la gloria del Mesías.
Jua 12:42 Sin embargo, hubo muchos que sí creyeron en él, entre ellos, algunos líderes judíos; pero no lo admitían por temor a que los fariseos los expulsaran de la sinagoga;
Jua 12:43 porque amaban más la aprobación humana que la aprobación de Dios.
Jua 12:44 Jesús le gritó a la multitud: «Si confían en mí, no confían sólo en mí, sino también en Dios, quien me envió.
Jua 12:45 Pues, cuando me ven a mí, están viendo al que me envió.
Jua 12:46 Yo he venido como una luz para brillar en este mundo de oscuridad, a fin de que todos los que pongan su confianza en mí no queden más en la oscuridad.
Jua 12:47 No voy a juzgar a los que me oyen pero no me obedecen, porque he venido para salvar al mundo y no para juzgarlo.
Jua 12:48 Pero todos los que me rechazan a mí y rechazan mi mensaje serán juzgados el día del juicio por la verdad que yo he hablado.
Jua 12:49 Yo no hablo con autoridad propia; el Padre, quien me envió, me ha ordenado qué decir y cómo decirlo.
Jua 12:50 Y sé que sus mandatos llevan a la vida eterna; por eso digo todo lo que el Padre me indica que diga».

 2 JUAN  1-13

2Jn 1:1 Yo, Juan, el anciano,* les escribo esta carta a la señora elegida y a sus hijos,* a quienes amo en la verdad —y no sólo yo sino también todos los que conocen la verdad—,
2Jn 1:2 porque la verdad vive en nosotros y estará con nosotros para siempre.
2Jn 1:3 La gracia, la misericordia y la paz que provienen de Dios Padre y de Jesucristo —el Hijo del Padre —permanecerán con nosotros, los que vivimos en la verdad y el amor.
2Jn 1:4 ¡Qué contento me puse al encontrarme con algunos de tus hijos y ver que viven de acuerdo con la verdad, tal como el Padre lo ordenó!
2Jn 1:5 Les escribo para recordarles, queridos amigos,* que nos amemos unos a otros. Este mandamiento no es nuevo, sino que lo hemos tenido desde el principio.
2Jn 1:6 El amor consiste en hacer lo que Dios nos ha ordenado, y él nos ha ordenado que nos amemos unos a otros, tal como ustedes lo oyeron desde el principio.
2Jn 1:7 Les digo esto, porque muchos engañadores han salido por el mundo. Ellos niegan que Jesucristo vino* en un cuerpo humano. Tales personas son engañadores y anticristos.
2Jn 1:8 Tengan cuidado de no perder lo que hemos* logrado con tanto trabajo. Sean diligentes para que reciban una recompensa completa.
2Jn 1:9 Todo el que se desvía de esta enseñanza no tiene ninguna relación con Dios; pero el que permanece en la enseñanza de Cristo tiene una relación tanto con el Padre como con el Hijo.
2Jn 1:10 Si a sus reuniones llegara alguien que no enseña la verdad acerca de Cristo, no lo inviten a su casa ni le den ninguna clase de apoyo.
2Jn 1:11 Cualquiera que apoye a ese tipo de gente se hace cómplice de sus malas acciones.
2Jn 1:12 Tengo mucho más que decirles, pero no quiero hacerlo con papel y tinta. Pues espero visitarlos pronto y hablarles cara a cara. Entonces nuestra alegría será completa.
2Jn 1:13 Recibe saludos de los hijos de tu hermana,* la elegida por Dios.



JOB  19

Job 19:1 Entonces Job volvió a hablar:
Job 19:2 «¿Hasta cuándo me torturarán? ¿Hasta cuándo intentarán aplastarme con sus palabras?
Job 19:3 Ya me han insultado diez veces. Deberían avergonzarse de tratarme tan mal.
Job 19:4 Aunque yo hubiera pecado, eso es asunto mío y no de ustedes.
Job 19:5 Creen que son mejores que yo al usar mi humillación como prueba de mi pecado;
Job 19:6 pero es Dios quien me hizo daño cuando me atrapó en su red.*
Job 19:7 »Yo clamo: “¡Socorro!” pero nadie me responde; protesto, pero no hay justicia.
Job 19:8 Dios ha cerrado mi camino para que no pueda moverme; hundió mi senda en oscuridad.
Job 19:9 Me ha despojado del honor y ha quitado la corona de mi cabeza.
Job 19:10 Por todos lados me ha destruido, y estoy acabado. Arrancó de raíz mi esperanza como un árbol caído.
Job 19:11 Su furia arde contra mí; me considera un enemigo.
Job 19:12 Sus tropas avanzan y construyen caminos para atacarme; acampan alrededor de mi carpa.
Job 19:13 »Mis familiares se mantienen lejos, y mis amigos se han puesto en mi contra.
Job 19:14 Mi familia se ha ido y mis amigos íntimos se olvidaron de mí.
Job 19:15 Mis sirvientes y mis criadas me consideran un extraño; para ellos soy como un extranjero.
Job 19:16 Cuando llamo a mi sirviente, no viene, ¡tengo que rogarle!
Job 19:17 Mi aliento le da asco a mi esposa; mi propia familia me rechaza.
Job 19:18 Hasta los niños me menosprecian; cuando me levanto para hablar, me vuelven la espalda.
Job 19:19 Mis amigos íntimos me detestan; los que yo amaba se han puesto en mi contra.
Job 19:20 Quedé reducido a piel y huesos y he escapado de la muerte por un pelo.
Job 19:21 »Tengan misericordia de mí, amigos míos, tengan misericordia; porque la mano de Dios me ha golpeado.
Job 19:22 ¿Me perseguirán ustedes también como lo hace Dios? ¿Ya no me han despellejado bastante?
Job 19:23 »Oh, que mis palabras fueran grabadas; oh, que quedaran escritas en un monumento,
Job 19:24 talladas con cincel de hierro y rellenas de plomo, y labradas en la roca para siempre.
Job 19:25 »Pero en cuanto a mí, sé que mi Redentor vive, y un día por fin estará sobre la tierra.
Job 19:26 Y después que mi cuerpo se haya descompuesto, ¡todavía en mi cuerpo veré a Dios!*
Job 19:27 Yo mismo lo veré; así es, lo veré con mis propios ojos. ¡Este pensamiento me llena de asombro!
Job 19:28 »¿Cómo se atreven a seguir persiguiéndome, diciendo: “Es su propia culpa”?
Job 19:29 Ustedes mismos deben tener temor al castigo, pues su actitud lo merece. Entonces sabrán que de verdad hay un juicio».

LECTURA PARA LA NOCHE

DANIEL  3-4

Dan 3:1 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro que medía veintisiete metros de altura y dos metros y medio de ancho* y la levantó sobre la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.
Dan 3:2 Luego envió mensajes a los altos funcionarios, autoridades, gobernadores, asesores, tesoreros, jueces y magistrados y a todos los funcionarios provinciales para que asistieran a la dedicación de la estatua que había levantado.
Dan 3:3 De modo que todas estas autoridades* vinieron y se pusieron de pie ante la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.
Dan 3:4 Entonces un vocero proclamó: «¡Gente de todas las razas, naciones y lenguas escuchen el mandato del rey!
Dan 3:5 Cuando oigan tocar la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, la zampoña y otros instrumentos musicales,* inclínense rostro en tierra y rindan culto a la estatua de oro del rey Nabucodonosor.
Dan 3:6 ¡Cualquiera que se rehúse a obedecer, será arrojado inmediatamente a un horno ardiente!».
Dan 3:7 Así que al sonido de los instrumentos musicales,* toda la gente, de cualquier raza, nación o lengua, se inclinó rostro en tierra y rindió culto a la estatua de oro que había levantado el rey Nabucodonosor.
Dan 3:8 Sin embargo, algunos de los astrólogos* se presentaron ante el rey y denunciaron a los judíos.
Dan 3:9 Dijeron al rey Nabucodonosor: «¡Qué viva el rey!
Dan 3:10 Usted emitió un decreto que exige a todo el pueblo inclinarse y rendir culto a la estatua de oro al oír tocar la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, la zampoña y otros instrumentos musicales.
Dan 3:11 Ese decreto también establece que quienes se rehúsen a obedecer serán arrojados dentro de un horno ardiente.
Dan 3:12 Pues hay algunos judíos —Sadrac, Mesac y Abed-nego— a los que usted puso a cargo de la provincia de Babilonia que no le prestan atención, su Majestad. Se niegan a servir a los dioses de su Majestad y no rinden culto a la estatua de oro que usted ha levantado».
Dan 3:13 Entonces Nabucodonosor se enfureció y ordenó que trajeran ante él a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Cuando los trajeron,
Dan 3:14 Nabucodonosor les preguntó: —¿Es cierto, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que ustedes se rehúsan a servir a mis dioses y a rendir culto a la estatua de oro que he levantado?
Dan 3:15 Les daré una oportunidad más para inclinarse y rendir culto a la estatua que he hecho cuando oigan el sonido de los instrumentos musicales.* Sin embargo, si se niegan, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente y entonces, ¿qué dios podrá rescatarlos de mi poder?
Dan 3:16 Sadrac, Mesac y Abed-nego contestaron: —Oh Nabucodonosor, no necesitamos defendernos delante de usted.
Dan 3:17 Si nos arrojan al horno ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de su poder, su Majestad;
Dan 3:18 pero aunque no lo hiciera, deseamos dejar en claro ante usted que jamás serviremos a sus dioses ni rendiremos culto a la estatua de oro que usted ha levantado.
Dan 3:19 Entonces Nabucodonosor se enfureció tanto con Sadrac, Mesac y Abed-nego que el rostro se le desfiguró a causa de la ira. Mandó calentar el horno siete veces más de lo habitual.
Dan 3:20 Entonces ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abed-nego y los arrojaran al horno ardiente.
Dan 3:21 Así que los ataron y los arrojaron al horno, totalmente vestidos con sus pantalones, turbantes, túnicas y demás ropas.
Dan 3:22 Ya que el rey, en su enojo, había exigido que el horno estuviera bien caliente, las llamas mataron a los soldados mientras arrojaban dentro a los tres hombres.
Dan 3:23 De esa forma Sadrac, Mesac y Abed-nego, firmemente atados, cayeron a las rugientes llamas.
Dan 3:24 De pronto, Nabucodonosor, lleno de asombro, se puso de pie de un salto y exclamó a sus asesores: —¿No eran tres los hombres que atamos y arrojamos dentro del horno? —Sí, su Majestad, así es —le contestaron.
Dan 3:25 —¡Miren! —gritó Nabucodonosor—. ¡Yo veo a cuatro hombres desatados que caminan en medio del fuego sin sufrir daño! ¡Y el cuarto hombre se parece a un dios!*
Dan 3:26 Entonces Nabucodonosor se acercó tanto como pudo a la puerta del horno en llamas y gritó: «¡Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salgan y vengan aquí!». Así que Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron del fuego.
Dan 3:27 Entonces los altos funcionarios, autoridades, gobernadores y asesores los rodearon y vieron que el fuego no los había tocado. No se les había chamuscado ni un cabello, ni se les había estropeado la ropa. ¡Ni siquiera olían a humo!
Dan 3:28 Entonces Nabucodonosor dijo: «¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego! Envió a su ángel para rescatar a sus siervos que confiaron en él. Desafiaron el mandato del rey y estuvieron dispuestos a morir en lugar de servir o rendir culto a otro dios que no fuera su propio Dios.
Dan 3:29 Por lo tanto, yo decreto: si alguien, cualquiera sea su raza, nación o lengua, habla en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, será despedazado y su casa será reducida a un montón de escombros. ¡No hay otro dios que pueda rescatar de esta manera!».
Dan 3:30 Luego el rey ascendió a Sadrac, Mesac y Abed-nego a puestos aún más altos en la provincia de Babilonia.
Dan 4:1 * El rey Nabucodonosor envió el siguiente mensaje a la gente de todas las razas, naciones y lenguas del mundo: «¡Paz y prosperidad a todos!
Dan 4:2 Quiero que todos conozcan las señales milagrosas y las maravillas que el Dios Altísimo ha realizado en mi favor.
Dan 4:3 ¡Cuán grandiosas son sus señales y cuán poderosas sus maravillas! Su reino durará para siempre, y su dominio por todas las generaciones.
Dan 4:4 * »Yo, Nabucodonosor, vivía en mi palacio con comodidad y prosperidad.
Dan 4:5 Una noche tuve un sueño que me asustó; mientras estaba en la cama vi visiones que me aterraron.
Dan 4:6 Así que emití una orden llamando a todos los sabios de Babilonia para que me explicaran el significado de mi sueño.
Dan 4:7 Cuando se presentaron los magos, los brujos, los astrólogos* y los adivinos, les conté el sueño, pero no pudieron explicarme el significado.
Dan 4:8 Finalmente Daniel se presentó ante mí y le conté el sueño. (Daniel lleva el nombre de mi dios, Beltsasar. El espíritu de los dioses santos vive en él).
Dan 4:9 »Le dije: “Beltsasar, jefe de los magos, sé que el espíritu de los dioses santos vive en ti y que ningún misterio es demasiado profundo para que lo resuelvas. Dime ahora el significado de mi sueño.
Dan 4:10 »”Mientras estaba acostado en mi cama, soñé esto: vi un enorme árbol en medio de la tierra.
Dan 4:11 El árbol creció muy alto y se hizo fuerte y se elevó hacia los cielos para que todo el mundo lo viera.
Dan 4:12 Sus hojas eran verdes y nuevas, y tenía abundancia de fruta para que todos comieran. Los animales salvajes vivían bajo su sombra y las aves anidaban en sus ramas. Todo el mundo se alimentaba de ese árbol.
Dan 4:13 »”Luego mientras soñaba, vi a un mensajero,* un santo que descendía del cielo.
Dan 4:14 El mensajero gritó: ‘¡Talen el árbol y córtenle las ramas! ¡Sacúdanle las hojas y desparramen su fruta! Espanten los animales salvajes que están bajo su sombra y las aves que están en sus ramas.
Dan 4:15 Pero dejen en la tierra el tocón con las raíces, sujeto con una faja de hierro y bronce y rodeado por la hierba tierna. Que lo moje el rocío del cielo, y que viva con los animales salvajes entre las plantas del campo.
Dan 4:16 Durante siete períodos de tiempo que tenga la mente de un animal salvaje, en lugar de una mente humana.
Dan 4:17 Pues esto es lo que decretaron los mensajeros;* es lo que ordenan los santos, para que todos sepan que el Altísimo gobierna los reinos del mundo y los entrega a cualquiera que él elija, incluso a las personas más humildes’.
Dan 4:18 »”Beltsasar, ése fue el sueño que tuve yo, el rey Nabucodonosor. Ahora dime qué significa, porque ninguno de los sabios de mi reino ha podido hacerlo. Sin embargo, tú puedes decírmelo porque el espíritu de los dioses santos vive en ti”.
Dan 4:19 »Al oír el relato, Daniel (también llamado Beltsasar) se quedó agobiado por un rato, atemorizado por el significado del sueño. Entonces el rey le dijo: “Beltsasar, no te alarmes por el sueño y lo que significa”. »Beltsasar respondió: “¡Mi señor, quisiera que los sucesos anticipados en este sueño ocurrieran a sus enemigos y no a usted!
Dan 4:20 El árbol que usted vio crecía alto y se hacía fuerte y se elevaba hacia los cielos para que todo el mundo lo viera.
Dan 4:21 Sus hojas eran verdes y nuevas, y tenía abundancia de fruta para que todos comieran. Los animales salvajes vivían bajo su sombra y las aves anidaban en sus ramas.
Dan 4:22 Ese árbol es usted, su Majestad. Pues usted ha crecido y se ha hecho fuerte y poderoso; su esplendor llega hasta el cielo y su gobierno hasta los confines de la tierra.
Dan 4:23 »”Luego usted vio a un mensajero, un santo que descendía del cielo y decía: ‘Talen el árbol y destrúyanlo, pero dejen en la tierra el tocón con las raíces, sujeto con una faja de hierro y bronce, y rodeado por la hierba tierna. Que lo moje el rocío del cielo. Que viva con los animales del campo durante siete períodos de tiempo’.
Dan 4:24 »”Esto es lo que significa el sueño, su Majestad, y lo que el Altísimo ha declarado que le sucederá a mi señor, el rey.
Dan 4:25 Usted será expulsado de la sociedad humana y vivirá en el campo con los animales salvajes. Comerá pasto como el ganado y el rocío del cielo lo mojará. Durante siete períodos de tiempo vivirá de esta manera hasta que reconozca que el Altísimo gobierna los reinos del mundo y los entrega a cualquiera que él elija.
Dan 4:26 Sin embargo, quedaron en la tierra el tocón y las raíces del árbol. Esto significa que usted recibirá nuevamente el reino cuando haya reconocido que es el cielo el que gobierna.
Dan 4:27 »”Rey Nabucodonosor, por favor, acepte mi consejo. Deje de pecar y haga lo correcto. Apártese de su perverso pasado y sea compasivo con los pobres. Quizá, entonces, pueda seguir prosperando”.
Dan 4:28 »Sin embargo, todas estas cosas le ocurrieron al rey Nabucodonosor.
Dan 4:29 Doce meses más tarde, el rey caminaba sobre la terraza del palacio real en Babilonia
Dan 4:30 y mientras contemplaba la ciudad, dijo: “¡Miren esta grandiosa ciudad de Babilonia! Edifiqué esta hermosa ciudad con mi gran poder para que fuera mi residencia real a fin de desplegar mi esplendor majestuoso”.
Dan 4:31 »Mientras estas palabras aún estaban en su boca, se oyó una voz desde el cielo que decía: “¡Rey Nabucodonosor, este mensaje es para ti! Ya no eres gobernante de este reino.
Dan 4:32 Serás expulsado de la sociedad humana. Vivirás en el campo con los animales salvajes y comerás pasto como el ganado. Durante siete períodos de tiempo vivirás de esta manera hasta que reconozcas que el Altísimo gobierna los reinos del mundo y los entrega a cualquiera que él elija”.
Dan 4:33 »En ese mismo momento se cumplió la sentencia y Nabucodonosor fue expulsado de la sociedad humana. Comió pasto como el ganado y lo mojó el rocío del cielo. Vivió de esa manera hasta que el pelo le creció tan largo como las plumas de las águilas y las uñas como las garras de un ave.
Dan 4:34 »Cuando se cumplió el tiempo, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al cielo. Recuperé la razón, alabé y adoré al Altísimo y di honra a aquel que vive para siempre. Su dominio es perpetuo, y eterno es su reino.
Dan 4:35 Todos los hombres de la tierra no son nada comparados con él. Él hace lo que quiere entre los ángeles del cielo y entre la gente de la tierra. Nadie puede detenerlo ni decirle: “¿Por qué haces estas cosas?”.
Dan 4:36 »Cuando recobré la razón, también recuperé mi honra, mi gloria y mi reino. Mis asesores y nobles me buscaron y fui restituido como cabeza de mi reino, con mayor honra que antes.
Dan 4:37 »Ahora, yo, Nabucodonosor, alabo, glorifico y doy honra al Rey del cielo. Todos sus actos son justos y verdaderos, y es capaz de humillar al soberbio».

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