APOSENTO ALTO

miércoles, 24 de mayo de 2017

LECTURA BÍBLICA 24 DE MAYO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MARCOS    15:42-47

Mar 15:42 Todo eso sucedió el viernes —el día de preparación* —anterior al día de descanso. Al acercarse la noche,
Mar 15:43 José de Arimatea se arriesgó y fue a ver a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. (José era miembro honorable del Concilio Supremo y esperaba la venida del reino de Dios).
Mar 15:44 Pilato no podía creer que Jesús ya hubiera muerto, así que llamó al oficial romano y le preguntó si ya había muerto.
Mar 15:45 El oficial lo confirmó, así que Pilato le dijo a José que podía llevarse el cuerpo.
Mar 15:46 José compró un largo lienzo de lino. Luego bajó el cuerpo de Jesús de la cruz, lo envolvió en el lienzo y lo colocó en una tumba que había sido tallada en la roca. Después hizo rodar una piedra en la entrada.
Mar 15:47 María Magdalena y María, la madre de José, vieron dónde ponían el cuerpo de Jesús.



GÁLATAS 5:13-26

Gál 5:13 Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad. Pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor.
Gál 5:14 Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»*.
Gál 5:15 Pero, si están siempre mordiéndose y devorándose unos a otros, ¡tengan cuidado! Corren peligro de destruirse unos a otros.
Gál 5:16 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.
Gál 5:17 La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones.
Gál 5:18 Pero, cuando los guía el Espíritu, ya no están obligados a cumplir la ley de Moisés.
Gál 5:19 Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales,
Gál 5:20 idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones,
Gál 5:21 envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios.
Gál 5:22 Pero la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad,
Gál 5:23 humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!
Gál 5:24 Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí.
Gál 5:25 Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida.
Gál 5:26 No nos hagamos vanidosos ni nos provoquemos unos a otros ni tengamos envidia unos de otros.


SALMO 117

Sal 117:1 Alaben al SEÑOR, todas ustedes, las naciones. Todos los pueblos de la tierra, alábenlo.
Sal 117:2 Pues nos ama con amor inagotable; la fidelidad del SEÑOR permanece para siempre. ¡Alabado sea el SEÑOR!

LECTURA PARA LA NOCHE

2 SAMUEL    22

2Sa 22:1 David entonó este cántico al SEÑOR el día que el SEÑOR lo rescató de todos sus enemigos y de Saúl.
2Sa 22:2 Cantó así: «El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi salvador;
2Sa 22:3 mi Dios, mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro. Él es mi refugio, mi salvador, el que me libra de la violencia.
2Sa 22:4 Clamé al SEÑOR, quien es digno de alabanza, y me salvó de mis enemigos.
2Sa 22:5 »Las olas de la muerte me envolvieron; me arrasó una inundación devastadora.
2Sa 22:6 La tumba* me envolvió con sus cuerdas; la muerte me tendió una trampa en el camino.
2Sa 22:7 Pero en mi angustia, clamé al SEÑOR; sí, clamé a Dios por ayuda. Él me oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos.
2Sa 22:8 »Entonces la tierra se estremeció y tembló; se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo.
2Sa 22:9 De su nariz salía humo a raudales, de su boca saltaban violentas llamas de fuego; carbones encendidos se disparaban de él.
2Sa 22:10 Abrió los cielos y descendió; había oscuras nubes de tormenta debajo de sus pies.
2Sa 22:11 Voló montado sobre un poderoso ser angelical,* remontándose* sobre las alas del viento.
2Sa 22:12 Se envolvió con un manto de oscuridad y ocultó su llegada con densas nubes de lluvia.
2Sa 22:13 Un gran resplandor brilló alrededor de él, y carbones encendidos* se dispararon.
2Sa 22:14 El SEÑOR retumbó desde el cielo; la voz del Altísimo resonó.
2Sa 22:15 Disparó flechas y dispersó a sus enemigos; destelló su relámpago, y ellos quedaron confundidos.
2Sa 22:16 Luego, a la orden del SEÑOR, a la ráfaga de su aliento, pudo verse el fondo del mar, y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto.
2Sa 22:17 »Él extendió la mano desde el cielo y me rescató; me sacó de aguas profundas.
2Sa 22:18 Me rescató de mis enemigos poderosos, de los que me odiaban y eran demasiado fuertes para mí.
2Sa 22:19 Me atacaron en un momento de angustia, pero el SEÑOR me sostuvo.
2Sa 22:20 Me condujo a un lugar seguro; me rescató porque en mí se deleita.
2Sa 22:21 El SEÑOR me recompensó por hacer lo correcto; me restauró debido a mi inocencia.
2Sa 22:22 Pues he permanecido en los caminos del SEÑOR; no me he apartado de mi Dios para seguir el mal.
2Sa 22:23 He seguido todas sus ordenanzas, nunca he abandonado sus decretos.
2Sa 22:24 Soy intachable delante de Dios; me he abstenido del pecado.
2Sa 22:25 El SEÑOR me recompensó por hacer lo correcto; ha visto mi inocencia.
2Sa 22:26 »Con los fieles te muestras fiel; a los íntegros les muestras integridad.
2Sa 22:27 Con los puros te muestras puro, pero te muestras hostil con los perversos.
2Sa 22:28 Rescatas al humilde, pero tus ojos observan al orgulloso y lo humillas.
2Sa 22:29 Oh SEÑOR, tú eres mi lámpara; el SEÑOR ilumina mi oscuridad.
2Sa 22:30 Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro.
2Sa 22:31 »El camino de Dios es perfecto. Todas las promesas del SEÑOR demuestran ser verdaderas. Él es escudo para todos los que buscan su protección.
2Sa 22:32 Pues, ¿quién es Dios aparte del SEÑOR? ¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida?
2Sa 22:33 Dios es mi fortaleza firme, y hace perfecto mi camino.
2Sa 22:34 Me hace andar tan seguro como un ciervo, para que pueda pararme en las alturas de las montañas.
2Sa 22:35 Entrena mis manos para la batalla; fortalece mi brazo para tensar un arco de bronce.
2Sa 22:36 Me has dado tu escudo de victoria; tu ayuda* me ha engrandecido.
2Sa 22:37 Has trazado un camino ancho para mis pies a fin de evitar que resbalen.
2Sa 22:38 »Perseguí a mis enemigos y los destruí; no paré hasta verlos derrotados.
2Sa 22:39 Los consumí; los herí de muerte para que no pudieran levantarse; cayeron debajo de mis pies.
2Sa 22:40 Me has armado de fuerza para la batalla; has sometido a mis enemigos debajo de mis pies.
2Sa 22:41 Pusiste mi pie sobre su cuello; destruí a todos los que me odiaban.
2Sa 22:42 Buscaron ayuda, pero nadie fue a rescatarlos. Hasta clamaron al SEÑOR, pero él se negó a responder.
2Sa 22:43 Los molí tan fino como el polvo de la tierra; los pisoteé* dentro de la zanja como si fueran mugre.
2Sa 22:44 »Me diste la victoria sobre los que me acusaban. Me preservaste como gobernante de naciones; ahora me sirve gente que ni siquiera conozco.
2Sa 22:45 Naciones extranjeras se arrastran ante mí; en cuanto oyen hablar de mí, se rinden.
2Sa 22:46 Todas pierden el valor y salen temblando* desde sus fortalezas.
2Sa 22:47 »¡El SEÑOR vive! ¡Alabanzas a mi Roca! ¡Exaltado sea Dios, la Roca de mi salvación!
2Sa 22:48 Él es el Dios que da su merecido a los que me dañan; él derriba a las naciones y las pone bajo mi control
2Sa 22:49 y me libra de mis enemigos. Tú me mantienes seguro, lejos del alcance de mis enemigos; me salvas de violentos oponentes.
2Sa 22:50 Por eso, oh SEÑOR, te alabaré entre las naciones; cantaré alabanzas a tu nombre.
2Sa 22:51 Le das grandes victorias a tu rey; le muestras inagotable amor a tu ungido, a David y a todos sus descendientes para siempre».

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