APOSENTO ALTO

martes, 16 de mayo de 2017

LECTURA BÍBLICA 16 DE MAYO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MARCOS    14:12-31

Mar 14:12 El primer día del Festival de los Panes sin Levadura, cuando se sacrifica el cordero de la Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».
Mar 14:13 Así que Jesús envió a dos de ellos a Jerusalén con las siguientes instrucciones: «Al entrar en la ciudad, se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo.
Mar 14:14 En la casa donde él entre, díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ‘¿Dónde está el cuarto de huéspedes para que pueda comer la cena de Pascua con mis discípulos?’ ”.
Mar 14:15 Él los llevará a un cuarto grande en el piso de arriba, que ya está listo. Allí deben preparar nuestra cena».
Mar 14:16 Entonces los dos discípulos entraron en la ciudad y encontraron todo como Jesús les había dicho y allí prepararon la cena de Pascua.
Mar 14:17 Por la noche, Jesús llegó con los doce discípulos.*
Mar 14:18 Mientras estaban a la mesa,* comiendo, Jesús dijo: «Les digo la verdad, uno de ustedes que está aquí comiendo conmigo me traicionará».
Mar 14:19 Ellos, muy afligidos, le preguntaron uno por uno: «¿Seré yo?».
Mar 14:20 Él contestó: «Es uno de ustedes doce que come de este plato conmigo.
Mar 14:21 Pues el Hijo del Hombre* tiene que morir, tal como lo declararon las Escrituras hace mucho tiempo. Pero qué aflicción le espera a aquel que lo traiciona. ¡Para ese hombre sería mucho mejor no haber nacido!».
Mar 14:22 Mientras comían, Jesús tomó un poco de pan y lo bendijo. Luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos y dijo: «Tómenlo, porque esto es mi cuerpo».
Mar 14:23 Y tomó en sus manos una copa de vino y dio gracias a Dios por ella. Se la dio a ellos, y todos bebieron de la copa.
Mar 14:24 Y les dijo: «Esto es mi sangre, la cual confirma el pacto* entre Dios y su pueblo. Es derramada como sacrificio por muchos.
Mar 14:25 Les digo la verdad, no volveré a beber vino hasta el día en que lo beba nuevo en el reino de Dios».
Mar 14:26 Luego cantaron un himno y salieron al Monte de los Olivos.
Mar 14:27 En el camino, Jesús les contó: «Todos ustedes me abandonarán, porque las Escrituras dicen: “Dios golpeará* al Pastor, y las ovejas se dispersarán”.
Mar 14:28 Pero, después de ser levantado de los muertos, iré delante de ustedes a Galilea y allí los veré».
Mar 14:29 Pedro le dijo: —Aunque todos te abandonen, yo jamás lo haré.
Mar 14:30 Jesús respondió: —Te digo la verdad, Pedro: esta misma noche, antes de que cante el gallo dos veces, negarás tres veces que me conoces.
Mar 14:31 —¡No! —exclamó Pedro enfáticamente —. Aunque tenga que morir contigo, ¡jamás te negaré! Y los demás juraron lo mismo.



2 CORINTIOS 13

2Co 13:1 Esta es la tercera vez que los visito (y, como dicen las Escrituras: «Los hechos de cada caso deben ser establecidos por el testimonio de dos o tres testigos»*).
2Co 13:2 Ya puse sobre aviso a los que andaban en pecado cuando estuve ahí durante mi segunda visita. Ahora les advierto de nuevo a ellos y a todos los demás, tal como lo hice antes, que la próxima vez no tendré compasión de ellos.
2Co 13:3 Les daré todas las pruebas que quieran de que Cristo habla por medio de mí. Cristo no es débil cuando trata con ustedes; es poderoso entre ustedes.
2Co 13:4 Aunque fue crucificado en debilidad, ahora vive por el poder de Dios. Nosotros también somos débiles, al igual que Cristo lo fue, pero, cuando tratemos con ustedes, estaremos vivos con él y tendremos el poder de Dios.
2Co 13:5 Examínense para saber si su fe es genuina. Pruébense a sí mismos. Sin duda saben que Jesucristo está entre ustedes;* de no ser así, ustedes han reprobado el examen de la fe genuina.
2Co 13:6 Al ponerse a prueba, espero que reconozcan que nosotros no hemos reprobado el examen de la autoridad apostólica.
2Co 13:7 Pedimos a Dios en oración que ustedes no hagan lo malo al rechazar nuestra corrección. Espero que no sea necesario demostrar nuestra autoridad cuando lleguemos. Hagan lo correcto antes de nuestra llegada, aun si eso hace que parezca que no hemos demostrado nuestra autoridad.
2Co 13:8 Pues no podemos oponernos a la verdad, más bien siempre debemos defender la verdad.
2Co 13:9 Nos alegramos de parecer débiles si esto ayuda a mostrar que ustedes en realidad son fuertes. Nuestra oración es que lleguen a ser maduros.
2Co 13:10 Les escribo todo esto antes de ir a verlos, con la esperanza de no tener que tratarlos con severidad cuando finalmente llegue. Pues mi deseo es usar la autoridad que el Señor me ha dado para fortalecerlos, no para destruirlos.
2Co 13:11 Amados hermanos, termino mi carta con estas últimas palabras: estén alegres. Crezcan hasta alcanzar la madurez. Anímense unos a otros. Vivan en paz y armonía. Entonces el Dios de amor y paz estará con ustedes.
2Co 13:12 Salúdense unos a otros con amor cristiano.*
2Co 13:13 Todo el pueblo de Dios que está aquí les envía sus saludos.
2Co 13:14 *Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.



SALMO 109

Sal 109:1
Para el director del coro: salmo de David.
Oh Dios, a quien alabo, no te quedes distante y callado
Sal 109:2 mientras los perversos me calumnian y dicen mentiras acerca de mí.
Sal 109:3 Me rodean con palabras de odio y sin razón pelean contra mí.
Sal 109:4 Yo los amo, pero ellos tratan de destruirme con acusaciones, ¡incluso mientras oro por ellos!
Sal 109:5 Me devuelven mal por bien y odio a cambio de mi amor.
Sal 109:6 Dicen:* «Consigan a un malvado para que se ponga en su contra; envíen a un acusador para que lo lleve a juicio.
Sal 109:7 Cuando llegue el momento de juzgar su caso, que lo declaren culpable. Tomen como pecados sus oraciones.
Sal 109:8 Que sean pocos sus años; que otro tome su lugar.
Sal 109:9 Que sus hijos queden huérfanos de padre, y su esposa quede viuda.
Sal 109:10 Que sus hijos vaguen como mendigos y que los echen de sus hogares destruidos.
Sal 109:11 Que los acreedores se apoderen de toda su propiedad, y que los extraños se lleven todo lo que ha ganado.
Sal 109:12 Que nadie sea amable con él; que ninguno tenga piedad de sus hijos sin padre.
Sal 109:13 Que toda su descendencia muera; que el nombre de su familia quede borrado en una sola generación.
Sal 109:14 Que el SEÑOR jamás olvide los pecados de su padre; que los pecados de su madre nunca se borren de los registros.
Sal 109:15 Que el SEÑOR siempre recuerde estos pecados, y que su nombre desaparezca de la memoria humana.
Sal 109:16 Pues rehusó mostrar bondad a los demás; persiguió al pobre y al necesitado, y acosó hasta la muerte a los de corazón quebrantado.
Sal 109:17 Le encantaba maldecir a otros; ahora, maldícelo tú a él. Jamás bendijo a nadie; ahora, no lo bendigas a él.
Sal 109:18 Maldecir le resulta tan natural como la ropa que usa, o el agua que bebe o los alimentos deliciosos que come.
Sal 109:19 Ahora, que sus maldiciones se vuelvan en su contra y se le peguen como la ropa; que le aprieten como un cinturón».
Sal 109:20 Que esas maldiciones sean el castigo del SEÑOR para los acusadores que hablan mal de mí.
Sal 109:21 Pero a mí trátame bien, Soberano SEÑOR, ¡por el honor de tu propia fama! Rescátame porque eres tan fiel y tan bueno.
Sal 109:22 Pues soy pobre y estoy necesitado, y mi corazón está lleno de dolor.
Sal 109:23 Me desvanezco como una sombra al anochecer; Me quitan de encima como una langosta.
Sal 109:24 Mis rodillas están débiles de tanto ayunar y estoy reducido a piel y huesos.
Sal 109:25 Soy objeto de burla para la gente; cuando me ven, menean la cabeza en señal de desprecio.
Sal 109:26 ¡Ayúdame, SEÑOR mi Dios! Sálvame a causa de tu amor inagotable.
Sal 109:27 Haz que vean que esto proviene de ti, que tú mismo lo has hecho, SEÑOR.
Sal 109:28 Entonces que me maldigan si quieren, ¡pero tú me bendecirás! Cuando me ataquen, ¡serán deshonrados! ¡Pero yo, tu siervo, seguiré alegrándome!
Sal 109:29 Que mis acusadores se vistan de vergüenza; que la humillación los cubra como un manto.
Sal 109:30 Pero yo daré gracias al SEÑOR una y otra vez, lo alabaré ante todo el mundo.
Sal 109:31 Pues él está junto al necesitado, listo para salvarlo de quienes lo condenan.



LECTURA PARA LA NOCHE

2 SAMUEL    5-7

2Sa 5:1 Luego todas las tribus de Israel fueron a David en Hebrón y le dijeron: «Somos de la misma sangre.
2Sa 5:2 En el pasado,* cuando Saúl era nuestro rey, en realidad era usted quien dirigía a las fuerzas de Israel. Y el SEÑOR le dijo: “Tú serás el pastor de mi pueblo Israel; tú serás el líder de Israel”».
2Sa 5:3 De modo que allí en Hebrón el rey David hizo un pacto ante el SEÑOR con todos los ancianos de Israel, y lo ungieron rey de Israel.
2Sa 5:4 David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años.
2Sa 5:5 Había reinado sobre Judá desde Hebrón siete años y seis meses, y desde Jerusalén reinó sobre todo Israel y Judá por treinta y tres años.
2Sa 5:6 Luego David guió a sus hombres a Jerusalén para pelear contra los jebuseos, los habitantes originarios de esa tierra, que vivían allí. Los jebuseos se mofaban de David: «¡Jamás entrarás aquí! ¡Hasta los ciegos y los cojos pueden impedir que ingreses!». Pues los jebuseos pensaban que estaban a salvo.
2Sa 5:7 Pero David tomó la fortaleza de Sión, la que ahora se llama Ciudad de David.
2Sa 5:8 El día del ataque, David les dijo a sus tropas: «Odio a esos jebuseos “ciegos” y “cojos”.* Todo el que ataque la ciudad, que haga su entrada por el túnel de agua».* Este es el origen del dicho: «Ni el ciego ni el cojo pueden entrar en la casa».*
2Sa 5:9 Así que David hizo de la fortaleza su casa y la llamó la Ciudad de David. Extendió la ciudad, comenzando desde los terraplenes, y continuó hacia adentro.*
2Sa 5:10 David se hacía cada vez más poderoso, porque el SEÑOR Dios de los Ejércitos Celestiales estaba con él.
2Sa 5:11 Luego Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, junto con madera de cedro, así como carpinteros y canteros, quienes construyeron un palacio para David.
2Sa 5:12 Entonces David se dio cuenta de que el SEÑOR lo había confirmado como rey de Israel y que había bendecido su reino por amor a su pueblo Israel.
2Sa 5:13 Después de mudarse de Hebrón a Jerusalén, David tomó más concubinas y esposas, y ellas tuvieron más hijos e hijas.
2Sa 5:14 Estos son los nombres de los hijos de David que nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,
2Sa 5:15 Ibhar, Elisúa, Nefeg, Jafía,
2Sa 5:16 Elisama, Eliada y Elifelet.
2Sa 5:17 Cuando los filisteos se enteraron de que David había sido ungido rey de Israel, movilizaron todas sus fuerzas para capturarlo; pero le avisaron a David que venían, así que entró en la fortaleza.
2Sa 5:18 Los filisteos llegaron y se desplegaron por todo el valle de Refaim.
2Sa 5:19 Entonces David le preguntó al SEÑOR: —¿Debo salir a pelear contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos? El SEÑOR le contestó a David: —Sí, adelante. Te aseguro que te los entregaré.
2Sa 5:20 Entonces David fue a Baal-perazim y allí derrotó a los filisteos. «¡El SEÑOR lo hizo! —exclamó David—. ¡Él irrumpió en medio de mis enemigos como una violenta inundación!». Así que llamó a ese lugar Baal-perazim (que significa «El Señor que irrumpe»).
2Sa 5:21 Los filisteos abandonaron allí sus ídolos, y David y sus hombres los confiscaron.
2Sa 5:22 Pero poco tiempo después, los filisteos volvieron y de nuevo se desplegaron en el valle de Refaim.
2Sa 5:23 De nuevo David le preguntó al SEÑOR qué debía hacer. «No los ataques de frente —le contestó el SEÑOR—. En cambio, rodéalos y, cerca de los álamos,* atácalos por la retaguardia.
2Sa 5:24 Cuando oigas un sonido como de pies que marchan en las copas de los álamos, ¡mantente alerta! Esa será la señal de que el SEÑOR va delante de ti para herir de muerte al ejército filisteo».
2Sa 5:25 Entonces David hizo lo que el SEÑOR le ordenó e hirió de muerte a los filisteos desde Gabaón* hasta Gezer.
2Sa 6:1 Entonces David volvió a reunir a las tropas más selectas de Israel, un total de treinta mil.
2Sa 6:2 Y las llevó a Baala de Judá* para traer de regreso el arca de Dios, que lleva el nombre del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales,* quien está entronizado entre los querubines.
2Sa 6:3 Así que pusieron el arca de Dios en una carreta nueva y la retiraron de la casa de Abinadab, que estaba en una colina. Al salir de la casa, Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta
2Sa 6:4 que cargaba el arca de Dios. Ahío caminaba delante del arca.
2Sa 6:5 David y todo el pueblo de Israel celebraban ante el SEÑOR, entonando canciones* y tocando todo tipo de instrumentos musicales: liras, arpas, panderetas, castañuelas y címbalos.
2Sa 6:6 Cuando llegaron al campo de trillar de Nacón, los bueyes tropezaron, y Uza extendió la mano para sujetar el arca de Dios.
2Sa 6:7 Entonces se encendió el enojo del SEÑOR contra Uza, y Dios lo hirió de muerte debido a lo que hizo.* Así fue como Uza murió allí mismo junto al arca de Dios.
2Sa 6:8 Entonces David se enojó porque la ira de Dios se había desatado contra Uza y llamó a ese lugar Pérez-uza (que significa: «desatarse contra Uza»), nombre que conserva hasta el día de hoy.
2Sa 6:9 Ahora David tenía miedo del SEÑOR y preguntó: «¿Cómo podré regresar el arca del SEÑOR para que esté bajo mi cuidado?».
2Sa 6:10 Por lo tanto, David decidió no trasladar el arca de Dios a la Ciudad de David, sino que la llevó a la casa de Obed-edom, en Gat.
2Sa 6:11 El arca del SEÑOR permaneció en la casa de Obed-edom por tres meses, y el SEÑOR bendijo a Obed-edom y a los de su casa.
2Sa 6:12 Entonces le dijeron al rey David: «El SEÑOR ha bendecido a los de la casa de Obed-edom y a todo lo que tiene a causa del arca de Dios». Luego David fue y llevó el arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David con gran celebración.
2Sa 6:13 Cuando los hombres que llevaban el arca del SEÑOR dieron apenas seis pasos, David sacrificó un toro y un ternero engordado.
2Sa 6:14 Y David danzó ante el SEÑOR con todas sus fuerzas, vestido con una vestidura sacerdotal.*
2Sa 6:15 David y todo el pueblo trasladaron el arca del SEÑOR entre gritos de alegría y toques de cuernos de carnero.
2Sa 6:16 Entonces, cuando el arca del SEÑOR entraba a la Ciudad de David, Mical, hija de Saúl, se asomó por la ventana. Cuando vio que el rey David saltaba y danzaba ante el SEÑOR, se llenó de desprecio hacia él.
2Sa 6:17 Así que trasladaron el arca y la colocaron en su lugar dentro de la carpa especial que David le había preparado. David sacrificó al SEÑOR ofrendas quemadas y ofrendas de paz.
2Sa 6:18 Cuando terminó de ofrecer los sacrificios, David bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.
2Sa 6:19 Después repartió a todos los israelitas que estaban allí reunidos, tanto hombres como mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles* y un pastel de pasas de uva. Luego todos regresaron a su casa.
2Sa 6:20 Cuando David regresó a su hogar para bendecir a su propia familia, Mical, la hija de Saúl, salió a su encuentro y le dijo indignada: —¡Qué distinguido se veía hoy el rey de Israel, exhibiéndose descaradamente delante de las sirvientas tal como lo haría cualquier persona vulgar!
2Sa 6:21 David le replicó a Mical: —¡Estaba danzando delante del SEÑOR, quien me eligió por encima de tu padre y de su familia! Él me designó como el líder de Israel, el pueblo del SEÑOR, y de este modo celebro delante de él.
2Sa 6:22 ¡Así es, y estoy dispuesto a quedar en ridículo e incluso a ser humillado ante mis propios ojos! Pero esas sirvientas que mencionaste, ¡de seguro seguirán pensando que soy distinguido!
2Sa 6:23 Y Mical, la hija de Saúl, nunca tuvo hijos en toda su vida.
2Sa 7:1 Una vez que David se instaló en el palacio, y el SEÑOR le dio descanso de los enemigos que lo rodeaban,
2Sa 7:2 el rey mandó llamar al profeta Natán. —Mira —le dijo David—, yo vivo en un hermoso palacio de cedro,* ¡mientras que el arca de Dios está allá afuera en una carpa!
2Sa 7:3 Natán le respondió al rey: —Adelante, haz todo lo que tienes pensado porque el SEÑOR está contigo.
2Sa 7:4 Pero esa misma noche el SEÑOR le dijo a Natán:
2Sa 7:5 «Ve y dile a mi siervo David: “Esto ha declarado el SEÑOR: ¿acaso eres tú el que me debe construir una casa en la que yo viva?
2Sa 7:6 Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, nunca he vivido en una casa. Siempre fui de un lugar a otro con una carpa y un tabernáculo como mi morada.
2Sa 7:7 Sin embargo, donde quiera que fui con los israelitas, ni una sola vez me quejé ante los jefes de las tribus de Israel, los pastores de mi pueblo Israel. Nunca les pregunté: ‘¿Por qué no me han construido una hermosa casa de cedro?’ ”.
2Sa 7:8 »Ahora ve y dile a mi siervo David: “Esto ha declarado el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: te saqué de cuidar ovejas en los pastos y te elegí para que fueras el líder de mi pueblo Israel.
2Sa 7:9 He estado contigo dondequiera que has ido y destruí a todos tus enemigos frente a tus propios ojos. ¡Ahora haré que tu nombre sea tan famoso como el de los grandes que han vivido en la tierra!
2Sa 7:10 Le daré una patria a mi pueblo Israel y lo estableceré en un lugar seguro donde nunca será molestado. Las naciones malvadas no lo oprimirán como lo hicieron en el pasado,
2Sa 7:11 cuando designé jueces para que gobernaran a mi pueblo Israel; y te daré descanso de todos tus enemigos. »”Además, el SEÑOR declara que construirá una casa para ti, ¡una dinastía de reyes!
2Sa 7:12 Pues cuando mueras y seas enterrado con tus antepasados, levantaré a uno de tus hijos de tu propia descendencia y fortaleceré su reino.
2Sa 7:13 Él es quien edificará una casa —un templo— para mi nombre, y afirmaré su trono real para siempre.
2Sa 7:14 Yo seré su padre, y él será mi hijo. Si peca, lo corregiré y lo disciplinaré con vara, como lo haría cualquier padre.
2Sa 7:15 Pero no le retiraré mi favor como lo retiré de Saúl, a quien quité de tu vista.
2Sa 7:16 Tu casa y tu reino continuarán para siempre delante de mí,* y tu trono estará seguro para siempre”».
2Sa 7:17 Entonces Natán regresó adonde estaba David y repitió todo lo que el SEÑOR le había dicho en la visión.
2Sa 7:18 Entonces el rey David entró y se sentó delante del SEÑOR y oró: «¿Quién soy yo, oh Soberano SEÑOR, y qué es mi familia para que me hayas traído hasta aquí?
2Sa 7:19 Y ahora, Soberano SEÑOR, sumado a todo lo demás, ¡hablas de darle a tu siervo una dinastía duradera! ¿Tratas a todos de esta manera, Soberano SEÑOR?*
2Sa 7:20 »¿Qué más puedo decirte? Tú sabes cómo es realmente tu siervo, Soberano SEÑOR.
2Sa 7:21 Debido a tu promesa y según tu voluntad hiciste todas estas grandes cosas y las diste a conocer a tu siervo.
2Sa 7:22 »¡Qué grande eres, oh Soberano SEÑOR! No hay nadie como tú. ¡Nunca hemos oído de otro Dios como tú!
2Sa 7:23 ¿Qué otra nación sobre la tierra es como tu pueblo Israel? ¿Qué otra nación, oh Dios, has redimido de la esclavitud para que sea tu pueblo? Te hiciste un gran nombre cuando redimiste a tu pueblo de Egipto. Realizaste imponentes milagros y expulsaste a las naciones y a los dioses que le impidieron el paso.*
2Sa 7:24 Hiciste de Israel tu pueblo para siempre y tú, oh SEÑOR, llegaste a ser su Dios.
2Sa 7:25 »Y ahora, oh SEÑOR Dios, yo soy tu siervo; haz lo que prometiste respecto a mí y a mi familia. Confírmalo como una promesa que durará para siempre.
2Sa 7:26 Que tu nombre sea honrado para siempre, de modo que todos digan: “¡El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales es Dios sobre Israel!”. Que la casa de tu siervo David permanezca delante de ti para siempre.
2Sa 7:27 »¡Oh SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, yo me he atrevido a elevarte esta oración porque le revelaste todo esto a tu siervo con las siguientes palabras: “Construiré una casa para ti, ¡una dinastía de reyes!”.
2Sa 7:28 Pues tú eres Dios, oh Soberano SEÑOR; tus palabras son verdad, y le has prometido estas cosas buenas a tu siervo.
2Sa 7:29 Ahora que te complazca bendecir la casa de tu siervo para que permanezca para siempre delante de ti. Has hablado, y cuando concedes una bendición a tu siervo, oh Soberano SEÑOR, ¡es una bendición eterna!».

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