APOSENTO ALTO

viernes, 19 de mayo de 2017

LECTURA BÍBLICA 19 DE MAYO

LECTURA PARA LA MAÑANA

MARCOS    14:53-65

Mar 14:53 Llevaron a Jesús a la casa del sumo sacerdote, donde se habían reunido los principales sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley religiosa.
Mar 14:54 Mientras tanto, Pedro lo siguió de lejos y entró directamente al patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias para calentarse junto a la fogata.
Mar 14:55 Adentro, los principales sacerdotes y todo el Concilio Supremo* intentaban encontrar pruebas contra Jesús para poder ejecutarlo, pero no pudieron encontrar ninguna.
Mar 14:56 Había muchos falsos testigos que hablaban en contra de él, pero todos se contradecían.
Mar 14:57 Finalmente unos hombres se pusieron de pie y dieron el siguiente falso testimonio:
Mar 14:58 «Nosotros lo oímos decir: “Yo destruiré este templo hecho con manos humanas y en tres días construiré otro, no hecho con manos humanas”».
Mar 14:59 ¡Pero aun así sus relatos no coincidían!
Mar 14:60 Entonces el sumo sacerdote se puso de pie ante todos y le preguntó a Jesús: «Bien, ¿no vas a responder a estos cargos? ¿Qué tienes que decir a tu favor?».
Mar 14:61 Pero Jesús se mantuvo callado y no contestó. Entonces el sumo sacerdote le preguntó: —¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?
Mar 14:62 Jesús dijo: —YO SOY.* Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado en el lugar de poder, a la derecha de Dios,* y viniendo en las nubes del cielo.*
Mar 14:63 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras en señal de horror y dijo: «¿Para qué necesitamos más testigos?
Mar 14:64 Todos han oído la blasfemia que dijo. ¿Cuál es el veredicto?». «¡Culpable! —gritaron todos —. ¡Merece morir!».
Mar 14:65 Entonces algunos comenzaron a escupirle, y le vendaron los ojos y le daban puñetazos. «¡Profetízanos!» —se burlaban. Y los guardias lo abofeteaban mientras se lo llevaban.





GÁLATAS 3:1-14

Gál 3:1 ¡Ay gálatas tontos! ¿Quién los ha hechizado? Pues el significado de la muerte de Jesucristo se les explicó con tanta claridad como si lo hubieran visto morir en la cruz.
Gál 3:2 Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo.
Gál 3:3 ¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado a vivir la vida cristiana en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos?
Gál 3:4 ¿Acaso han pasado por tantas experiencias* en vano? ¡No puede ser que no les hayan servido para nada!
Gál 3:5 Vuelvo a preguntarles: ¿acaso Dios les da al Espíritu Santo y hace milagros entre ustedes porque obedecen la ley? ¡Por supuesto que no! Es porque creen el mensaje que oyeron acerca de Cristo.
Gál 3:6 Del mismo modo, «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe»*.
Gál 3:7 Así que los verdaderos hijos de Abraham son los que ponen su fe en Dios.
Gál 3:8 Es más, las Escrituras previeron este tiempo en el que Dios declararía justos a los gentiles* por causa de su fe. Dios anunció esa Buena Noticia a Abraham hace tiempo, cuando le dijo: «Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti»*.
Gál 3:9 Así que todos los que ponen su fe en Cristo participan de la misma bendición que recibió Abraham por causa de su fe.
Gál 3:10 Pero los que dependen de la ley para hacerse justos ante Dios están bajo la maldición de Dios, porque las Escrituras dicen: «Maldito es todo el que no cumple ni obedece cada uno de los mandatos que están escritos en el libro de la Ley de Dios»*.
Gál 3:11 Queda claro, entonces, que nadie puede hacerse justo ante Dios por tratar de cumplir la ley, ya que las Escrituras dicen: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida»*.
Gál 3:12 El camino de la fe es muy diferente del camino de la ley, que dice: «Es mediante la obediencia a la ley que una persona tiene vida»*.
Gál 3:13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»*.
Gál 3:14 Mediante Cristo Jesús, Dios bendijo a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham, a fin de que los creyentes pudiéramos recibir por medio de la fe al Espíritu Santo prometido.*



SALMO 112

Sal 112:1 *¡Alabado sea el SEÑOR! Qué felices son los que temen al SEÑOR y se deleitan en obedecer sus mandatos.
Sal 112:2 Sus hijos tendrán éxito en todas partes; toda una generación de justos será bendecida.
Sal 112:3 Ellos mismos serán ricos, y sus buenas acciones durarán para siempre.
Sal 112:4 La luz brilla en la oscuridad para los justos; son generosos, compasivos y rectos.
Sal 112:5 Les va bien a los que prestan dinero con generosidad y manejan sus negocios equitativamente.
Sal 112:6 A estas personas no las vencerá el mal; a los rectos se les recordará por mucho tiempo.
Sal 112:7 Ellos no tienen miedo de malas noticias; confían plenamente en que el SEÑOR los cuidará.
Sal 112:8 Tienen confianza y viven sin temor, y pueden enfrentar triunfantes a sus enemigos.
Sal 112:9 Comparten con libertad y dan con generosidad a los necesitados; sus buenas acciones serán recordadas para siempre. Ellos tendrán influencia y recibirán honor.
Sal 112:10 Los perversos lo verán y se pondrán furiosos. Rechinarán los dientes de enojo; se escabullirán avergonzados con sus esperanzas frustradas.

LECTURA PARA LA NOCHE

2 SAMUEL    13

2Sa 13:1 Ahora bien, Absalón, hijo de David, tenía una hermana muy hermosa llamada Tamar; y Amnón, su medio hermano, se enamoró perdidamente de ella.
2Sa 13:2 Amnón se obsesionó tanto con Tamar que se enfermó. Ella era virgen, y Amnón pensó que nunca podría poseerla.
2Sa 13:3 Pero Amnón tenía un amigo muy astuto, su primo Jonadab, quien era hijo de Simea, hermano de David.
2Sa 13:4 Cierto día Jonadab le dijo a Amnón: —¿Cuál es el problema? ¿Por qué debe el hijo de un rey verse tan abatido día tras día? Entonces Amnón le dijo: —Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón.
2Sa 13:5 —Bien —dijo Jonadab—, te diré lo que tienes que hacer. Vuelve a la cama y finge que estás enfermo. Cuando tu padre venga a verte, pídele que le permita a Tamar venir y prepararte algo de comer. Dile que te hará sentir mejor si ella prepara los alimentos en tu presencia y te da de comer con sus propias manos.
2Sa 13:6 Entonces Amnón se acostó y fingió estar enfermo. Cuando el rey fue a verlo, Amnón le pidió: «Por favor deja que mi hermana Tamar venga y me prepare mi comida preferida* mientras yo observo, así podré comer de sus manos».
2Sa 13:7 Entonces David aceptó la propuesta y envió a Tamar a la casa de Amnón para que le preparara algo de comer.
2Sa 13:8 Cuando Tamar llegó a la casa de Amnón, fue a donde él estaba acostado para que pudiera verla mientras preparaba la masa. Luego le horneó su comida preferida,
2Sa 13:9 pero cuando ella le llevó la bandeja, Amnón se negó a comer y les dijo a sus sirvientes: «Salgan todos de aquí». Así que todos salieron.
2Sa 13:10 Entonces él le dijo a Tamar: —Ahora trae la comida a mi dormitorio y dame de comer aquí. Tamar le llevó su comida preferida,
2Sa 13:11 pero cuando ella comenzó a darle de comer, la agarró y le insistió: —Ven, mi amada hermana, acuéstate conmigo.
2Sa 13:12 —¡No, hermano mío! —imploró ella—. ¡No seas insensato! ¡No me hagas esto! En Israel no se hace semejante perversidad.
2Sa 13:13 ¿Adónde podría ir con mi vergüenza? Y a ti te dirán que eres uno de los necios más grandes de Israel. Por favor, sólo habla con el rey, y él te permitirá casarte conmigo.
2Sa 13:14 Pero Amnón no quiso escucharla y, como era más fuerte que ella, la violó.
2Sa 13:15 De pronto, el amor de Amnón se transformó en odio, y la llegó a odiar aún más de lo que la había amado. —¡Vete de aquí! —le gruñó.
2Sa 13:16 —¡No, no! —gritó Tamar—. ¡Echarme de aquí ahora es aun peor de lo que ya me has hecho! Pero Amnón no quiso escucharla.
2Sa 13:17 Entonces llamó a su sirviente y le ordenó: —¡Echa fuera a esta mujer y cierra la puerta detrás de ella!
2Sa 13:18 Así que el sirviente la sacó y cerró la puerta detrás de ella. Tamar llevaba puesta una hermosa túnica larga,* como era costumbre en esos días para las hijas vírgenes del rey.
2Sa 13:19 Pero entonces, ella rasgó su túnica y echó ceniza sobre su cabeza y, cubriéndose la cara con las manos, se fue llorando.
2Sa 13:20 Su hermano Absalón la vio y le preguntó: «¿Es verdad que Amnón ha estado contigo? Bien, hermanita, quédate callada por ahora, ya que él es tu hermano. No te angusties por esto». Así pues, Tamar vivió como una mujer desconsolada en la casa de su hermano Absalón.
2Sa 13:21 Cuando el rey David se enteró de lo que había sucedido, se enojó mucho.*
2Sa 13:22 Absalón nunca habló de esto con Amnón, sin embargo, lo odió profundamente por lo que le había hecho a su hermana.
2Sa 13:23 Dos años después, cuando se esquilaban las ovejas de Absalón en Baal-hazor, cerca de Efraín, Absalón invitó a todos los hijos del rey a una fiesta.
2Sa 13:24 Él fue adonde estaba el rey y le dijo: —Mis esquiladores ya se encuentran trabajando. ¿Podrían el rey y sus siervos venir a celebrar esta ocasión conmigo?
2Sa 13:25 El rey contestó: —No, hijo mío. Si fuéramos todos, seríamos mucha carga para ti. Entonces Absalón insistió, pero aun así el rey dijo que no iría, aunque le dio su bendición.
2Sa 13:26 —Bien —le dijo al rey—, si no puedes ir, ¿por qué no envías a mi hermano Amnón con nosotros? —¿Por qué a Amnón? —preguntó el rey.
2Sa 13:27 Pero Absalón siguió insistiendo hasta que por fin el rey accedió y dejó que todos sus hijos asistieran, entre ellos Amnón. Así que Absalón preparó un banquete digno de un rey.*
2Sa 13:28 Absalón les dijo a sus hombres: —Esperen hasta que Amnón se emborrache; entonces, a mi señal, ¡mátenlo! No tengan miedo. Yo soy quien da la orden. ¡Anímense y háganlo!
2Sa 13:29 Por lo tanto, cuando Absalón dio la señal, mataron a Amnón. Enseguida los otros hijos del rey montaron sus mulas y huyeron.
2Sa 13:30 Mientras iban de regreso a Jerusalén, a David le llegó este informe: «Absalón mató a todos los hijos del rey, ¡ninguno quedó con vida!».
2Sa 13:31 Entonces el rey se levantó, rasgó su túnica y se tiró al suelo. Sus consejeros también rasgaron sus ropas en señal de horror y tristeza.
2Sa 13:32 Pero justo en ese momento, Jonadab el hijo de Simea, hermano de David, llegó y dijo: —No, no crea que todos los hijos del rey están muertos, ¡solamente Amnón! Absalón había estado tramando esto desde que Amnón violó a su hermana Tamar.
2Sa 13:33 No, mi señor el rey, ¡no todos sus hijos están muertos! ¡Sólo murió Amnón!
2Sa 13:34 Mientras tanto, Absalón escapó. En ese momento, el centinela que estaba sobre la muralla de Jerusalén vio a una multitud descendiendo de una colina por el camino desde el occidente. Entonces corrió y le dijo al rey: —Veo a una multitud que viene por el camino de Horonaim por la ladera de la colina.*
2Sa 13:35 —¡Mire! —le dijo Jonadab al rey— ¡allí están! Ya vienen los hijos del rey, tal como dije.
2Sa 13:36 Pronto llegaron, llorando y sollozando. Entonces el rey y todos sus siervos lloraron amargamente con ellos.
2Sa 13:37 Y David hizo duelo por su hijo Amnón por muchos días. Absalón huyó adonde estaba su abuelo Talmai, hijo de Amiud, rey de Gesur.
2Sa 13:38 Se quedó en Gesur por tres años.
2Sa 13:39 Y el rey David,* ya resignado de la muerte de Amnón, anhelaba reencontrarse con su hijo Absalón.*

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