1Co 2:6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
1Co 2:7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la
sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra
gloria,
1Co 2:8 la que ninguno de los príncipes de este siglo
conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de
gloria.
1Co 2:9 Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó,
Ni han subido en
corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
1Co 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
1Co 2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció
las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido,
1Co 2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas
por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual.
Aunque a los corintios no se les predicó con sabiduría
humana, Pablo aclara que, sí les había hablado con sabiduría de Dios al
explicarles el “misterio”, es decir, el plan de salvación por el cual “los
gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la
promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio” Efesios 3:6. Los
gentiles, son coherederos juntamente con los judíos y miembros del mismo
cuerpo. Esta era la unidad de la cual debían gozar los de la iglesia de corinto,
por lo cual no debía caber las divisiones entre ellos.
Por todo esto, la sabiduría de Dios entendida por los que
han alcanzado madurez, trae la unidad del cuerpo que es la iglesia, pero muchos
de los de Corinto no la habían alcanzado y por ello había divisiones entre
ellos.
En cuanto a los príncipes de
este siglo que se mencionan en el versículo 8, se refiere a los líderes
religiosos y políticos que no entendieron el “misterio” pues vieron a Jesús a través de la sabiduría humana. Para los judíos el ungido
esperado debía restaurar la gloria del reino de Israel, por tanto, vieron a
Jesús como un falso mesías. Para los romanos lo más importante era mantener la
estabilidad del imperio y así mantener sus cargos políticos, así que Pilato
entrega a Jesús a la crucifixión para agradar a los judíos y se mantuviera la
paz.
Tanto judíos como romanos habían visto a Jesús a través de
la sabiduría y razonamiento humano y no pudieron ver en Jesús el “misterio” del
que hablaba a los corintios.
Para poder comprender todas las cosas que Dios ha preparado
a los que le aman tenía que ser revelado por el Espíritu Santo. En la
regeneración o nuevo nacimiento se recibe el Espíritu Santo y es Él quien reveló
a Pablo las “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de
hombre”; 1 corintios 2:9.
Pablo entonces habiendo recibido el Espíritu Santo y por
ello el conocimiento del “misterio” hablaba con sabiduría de Dios y no
sabiduría humana.
Es por esto que la sabiduría oculta de Dios
- Es revelada por el Espíritu Santo
- Se puede comprender solo cuando se ha alcanzado madurez espiritual
- Nos muestra que la voluntad de Dios es que haya unidad en la iglesia, ya que somos coherederos y miembros del mismo cuerpo.
- Las divisiones en la iglesia son consecuencia de falta de madurez espiritual o no haber nacido de nuevo.
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