1Co 5:6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis
que un poco de levadura leuda toda la masa?
1Co 5:7
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura
como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por
nosotros.
1Co 5:8 Así que
celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y
de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.
1Co 5:9 Os he
escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;
1Co 5:10 no
absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los
ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del
mundo.
1Co 5:11 Más
bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere
fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el
tal ni aun comáis.
1Co 5:12 Porque
¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a
los que están dentro?
1Co 5:13 Porque
a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre
vosotros.
Mientras los corintios estaban envanecidos porque cada
grupo creía que tenía la mejor doctrina por seguir al mejor maestro, habían
descuidado la pureza de la iglesia y no daban importancia al caso de
fornicación del hombre que tenía a la mujer de su padre.
Cabe mencionar que el hombre que andaba en fornicación, era
un practicante de dicho pecado y no quería corregir su conducta. No era un
pecado pasajero, sino que vivía en pecado.
Pablo pasa a decirles que su orgullo no es bueno, porque al
descuidar y tolerar el pecado al interior de la iglesia, iría provocando que se
toleraran más y más pecados, así como la levadura leuda toda la masa, el pecado
se iba a extender haciéndoles ver la vida en pecado como algo normal.
Es por esto que debían limpiar a la iglesia de la vieja
levadura, es decir, quitar de entre ellos al pecador y ser nueva masa sin
levadura, dicho de otra manera, Cristo en la cruz los había librado de la
esclavitud del pecado, de tal manera que ahora podían rechazar la vida
pecaminosa y vivir en santidad.
Como personas redimidas por Cristo, debían vivir su vida en
el Señor no en malicia ni en maldad, sino en pureza y de acuerdo a la verdad
del evangelio.
Por lo anterior el autor pasa a decirles que les había
escrito antes que no se juntaran con aquellos que se hacen llamar hermanos,
pero que son practicantes de fornicación, de idolatría, de avaricia, de la
difamación, de borracheras, de robos, es decir, de aquellos en que el pecado es
su estilo de vida. Pablo dice, con estos ni siquiera se junten a comer.
Pablo les aclara que no les está hablando de los no
creyentes, ni que se alejaran del mundo, puesto que a éstos había que
evangelizarlos.
También les aclara que a ellos como iglesia les tocaba
juzgar la conducta de los miembros de la congregación, por lo mismo debían
expulsar al que andaba con la mujer de su padre.
Podemos concluir que limpiarse de la vieja levadura
I.
Es expulsar a la persona que practica el pecado,
y no quiere arrepentirse
II.
Es quitar las viejas prácticas pecaminosas de
nuestra vida, como la fornicación, la avaricia, las borracheras, la idolatría,
la difamación, el robo etc.
III.
Es alejarnos de los hipócritas, es decir, los
que se hacen llamar hijos de Dios, pero viven en pecado
IV.
Es vivir en pureza, apegados a la vida del
evangelio
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