APOSENTO ALTO

martes, 16 de mayo de 2023

LA META DE LA DISCIPLINA

 

1Co 5:1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.

1Co 5:2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?

1Co 5:3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.

1Co 5:4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo,

1Co 5:5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.

Pablo pasa a decirles a los corintios que están tolerando un pecado considerado muy grave en el ámbito judío y entre los gentiles. La persona que está en fornicación tiene, al parecer, a la madrastra como amante.

Estos hechos no están desconectados de las divisiones que se tratan en los primeros cuatro capítulos de 1 corintios, ya que mientras las divisiones atentan contra la iglesia rompiendo la unidad de la misma, el pecado atenta contra ella manchándola y alejándola de la pureza. Recordemos que el autor les dice a los corintios “el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo1 corintios 1:8

Los corintios, lejos de lamentarse por este hecho, lo toleran mientras están ocupados en sus divisiones en grupo por seguir “al mejor predicador”

Pablo los amonesta diciéndoles que se juzgue al pecador, y debe ser entregado satanás, en otras palabras, debe ser expulsado de la congregación a fin de que, al estar solo frente a su pecado, y terminando como el hijo pródigo reaccionara para proceder al arrepentimiento.

El autor busca lograr dos cosas muy importantes para la iglesia con la expulsión del pecador, proteger a la iglesia de contaminación y lograr la restauración de esta persona. La disciplina siempre tendrá como fin la restauración, no la destrucción.

Como dijo el Señor Jesús: “Misericordia quiero y no sacrificio” Mateo 9:3

Podemos decir que la meta de la disciplina

                                 I.            No es la destruir a la persona

                               II.            No es cobrar venganza

                             III.            Es que el pecador se arrepienta

                            IV.            Es cuidar a la iglesia para mantenerla en irreprensible

No hay comentarios:

Publicar un comentario