APOSENTO ALTO

miércoles, 14 de junio de 2023

LAS RELACIONES SEXUALES EN EL MATRIMONIO: UNA BENDICIÓN DE DIOS

 

1Co 7:1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer;

1Co 7:2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.

1Co 7:3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.

1Co 7:4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

1Co 7:5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

1Co 7:6 Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento.

1Co 7:7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.

1Co 7:8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo;

1Co 7:9 pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.

 

Al parecer los corintios ya habían hecho preguntas a Pablo en alguna carta anterior, no tenemos más detalles, pero Pablo recomienda, que, ante la fornicación, la abstinencia no es la mejor manera de enfrentarla sino el matrimonio.

El sexo ha sido y sigue siendo tabú en muchísimas iglesias, a tal grado que se habla muy poco de ello y cuando se trata este tema, casi siempre se busca enseñar “cómo tener relaciones sexuales santas” a tal grado que dicha enseñanza se transforme en una lista de lo que no se puede hacer sexualmente en el matrimonio “para no ofender a Dios”. Con todo esto, lo que se ha logrado es crear una imagen impura, pecaminosa de la sexualidad, pero muy alejada a lo que dice la biblia.

Pablo les dice, que tanto el hombre como la mujer tienen una responsabilidad sexual con su esposa/o. Esa responsabilidad es la de la satisfacción sexual plena de su cónyuge. Una vida sexual plena disminuye la probabilidad de caer en relaciones sexuales fuera del matrimonio. De ahí que Pablo exhorta tanto a hombres y mujeres a juntarse en uno inmediatamente después de separarse voluntariamente para dedicarse a la oración.

Cumplir el deber conyugal no es la satisfacción propia, sino procurar la satisfacción de su pareja, para lograr esto, no debe verse el sexo (en el matrimonio) como algo prohibido o peor aun pecaminoso, ya que esto es lo que traerá falta de comunicación tanto del hombre hacia la mujer como de la mujer hacia el hombre.

Por esto en el versículo siete, Pablo aclara que la autoridad sobre el cuerpo del hombre lo tiene su esposa, y sobre el cuerpo de la mujer lo tiene su esposo, les da la libertad para lograr la satisfacción mutua.

Las prohibiciones que se han impuesto o autoimpuesto los matrimonios debido a malas enseñanzas que vienen desde el catolicismo romano y filtrado en el cristianismo han entorpecido en muchas ocasiones que la sexualidad se disfrute a plenitud.

También podemos decir que las relaciones sexuales traen unidad, de tal manera que en la escritura es tratada como análoga de la relación íntima entre Dios y su pueblo.

La soltería, se deja bien claro, es para personas que tengan el dominio propio y puedan estar solas sin necesidad de tener relaciones sexuales, esto incluye por supuesto la autosatisfacción. Por esto, nadie está obligado u obligada a la soltería. “mejor es casarse que estarse quemando”

 

Podemos afirmar que las relaciones sexuales dentro del matrimonio son una bendición

  1.                                            Porque fue creación de Dios y no del hombre
  2.                                          Porque traen mutua satisfacción a la pareja
  3.                                          Porque Traen unidad
  4.                                       .  Porque son un blindaje contra la fornicación

 

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