1Co 4:1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.
1Co 4:2 Ahora bien, se requiere de los administradores,
que cada uno sea hallado fiel.
1Co 4:4 Porque, aunque de nada tengo mala conciencia, no
por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.
1Co 4:5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta
que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y
manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su
alabanza de Dios.
1Co 4:6 Pero esto, hermanos, lo he presentado como
ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis
a no pensar más de lo que está escrito, no sea que, por causa de uno, os
envanezcáis unos contra otros.
En 1 corintios 4:3 Debido a las divisiones existentes
en la iglesia de Corinto, Pablo pasa a decirles que a los predicadores del
evangelio se les considere como siervos sometidos a Cristo, y también como
administradores de los misterios de Dios, es decir, los encargados de enseñar
el evangelio del Señor y esto, con suma responsabilidad y fidelidad a la
palabra de Él.
Los corintios estaban juzgando a Pablo y a Apolos con juicio
según el razonamiento humano, según algunos, era Pablo quien mejor enseñaba. Para
otros era Apolos quien tenía mejor elocuencia, es por esto que pasa a decirles,
“Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y
ni aun yo me juzgo a mí mismo” 1 corintios 4:3. Pablo no se
consideraba perfecto, pero esperaba el juicio del señor y no el humano. Algunos
miembros de esta iglesia se sentían orgullosos por seguir a Pablo y
menospreciaban a Apolos, y otros se sentían orgullosos de seguir a Apolos y
menospreciaban a Pablo, menospreciándose así, un grupo al otro.
Es el propio Señor quien evaluaría el trabajo de Pablo y el
de Apolos, por esto no debían juzgar qué predicador era mejor o peor, ya que
eso era trabajo de Dios.
Pablo les explica en los primeros cuatro capítulos quién es
él y quién es Apolos:
En 1 corintios 1:1 Apóstol, ἀπόστολος, comisionado o enviado
En 1 corintios 3:5 Diácono, διάκονος, servidor, ministro
En 1 corintios 3:9 sunergós συνεργός, colaborador en la obra
de Dios
En 1 corintios 4:1 juperétes, ὑπηρέτης, Que está al servicio de alguien superior
El apóstol es un enviado, no hay nada de misterioso en la
palabra, todos hemos sido enviados a predicar el evangelio, por ende, somos
apóstoles, no para ostentar un título, sino que debemos entender que debemos
cumplir la encomienda. La diferencia con Pablo es que él fue comisionado
directamente por Cristo y nosotros por medio del evangelio. Nadie puede decir
hoy que fue enviado directamente por Cristo a predicar el evangelio.
El diácono es alguien que desempeña un servicio, predicando,
limpiando etc. todos los que prestamos un servicio en la iglesia de cualquier
tipo (incluye los predicadores) están desempeñándose como diáconos. Esto
tampoco se trata de nombrar personas con el título de “diácono”
El sunergós es alguien que colabora con otros. Todos los que
colaboran en la iglesia para lograr un objetivo son sunergós
El juperétes es un servidor subordinado a otro. Todos
debemos servir en subordinación a Dios.
Entonces, Pablo dice sí mismo, en los primeros cuatro
capítulos, soy comisionado por Cristo para desempeñarme como diácono predicando
las buenas nuevas, colaborando con Apolos en la obra de Dios, sirviendo en
subordinación al Señor
Podemos afirmar que los servidores en la iglesia
- 1. Son quienes sirven enseñando las buenas nuevas del evangelio
- 2. Son responsables de llevar la palabra fiel a la iglesia
- 3. Serán juzgados por Dios para darles su recompensa de acuerdo a su labor
- 4. No debían ser admirados a tal grado de menospreciar a los demás
- 5. No deben ser menospreciados sino respetados como trabajadores de Dios
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