APOSENTO ALTO

jueves, 7 de junio de 2018

LECTURA BÍBLICA 7 DE JUNIO

LECTURA PARA LA MAÑANA

LUCAS    2:21-40

Luc 2:21 Ocho días después, cuando el bebé fue circuncidado, le pusieron por nombre Jesús, el nombre que había dado el ángel aun antes de que el niño fuera concebido.
Luc 2:22 Luego llegó el tiempo para la ofrenda de purificación, como exigía la ley de Moisés después del nacimiento de un niño; así que sus padres lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.
Luc 2:23 La ley del Señor dice: «Si el primer hijo de una mujer es varón, habrá que dedicarlo al SEÑOR»*.
Luc 2:24 Así que ellos ofrecieron el sacrificio requerido en la ley del Señor, que consistía en «un par de tórtolas o dos pichones de paloma»*.
Luc 2:25 En ese tiempo, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él
Luc 2:26 y le había revelado que no moriría sin antes ver al Mesías del Señor.
Luc 2:27 Ese día, el Espíritu lo guió al templo. De manera que, cuando María y José llegaron para presentar al bebé Jesús ante el Señor como exigía la ley,
Luc 2:28 Simeón estaba allí. Tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios diciendo:
Luc 2:29 «Soberano Señor, permite ahora que tu siervo muera en paz, como prometiste.
Luc 2:30 He visto tu salvación,
Luc 2:31 la que preparaste para toda la gente.
Luc 2:32 Él es una luz para revelar a Dios a las naciones, ¡y es la gloria de tu pueblo Israel!».
Luc 2:33 Los padres de Jesús estaban asombrados de lo que se decía de él.
Luc 2:34 Entonces Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre del bebé: «Este niño está destinado a provocar la caída de muchos en Israel, pero también será la alegría de muchos otros. Fue enviado como una señal de Dios, pero muchos se le opondrán.
Luc 2:35 Como resultado, saldrán a la luz los pensamientos más profundos de muchos corazones, y una espada atravesará tu propia alma».
Luc 2:36 En el templo también estaba Ana, una profetisa muy anciana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Su esposo había muerto cuando sólo llevaban siete años de casados.
Luc 2:37 Después ella vivió como viuda hasta la edad de ochenta y cuatro años.* Nunca salía del templo, sino que permanecía allí de día y de noche adorando a Dios en ayuno y oración.
Luc 2:38 Llegó justo en el momento que Simeón hablaba con María y José, y comenzó a alabar a Dios. Habló del niño a todos los que esperaban que Dios rescatara a Jerusalén.
Luc 2:39 Una vez que los padres de Jesús cumplieron con todas las exigencias de la ley del Señor, regresaron a su casa en Nazaret de Galilea.
Luc 2:40 Allí el niño crecía sano y fuerte. Estaba lleno de sabiduría, y el favor de Dios estaba sobre él.




EFESIOS 4:1-16

Efe 4:1 Por lo tanto, yo, prisionero por servir al Señor, les suplico que lleven una vida digna del llamado que han recibido de Dios, porque en verdad han sido llamados.
Efe 4:2 Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor.
Efe 4:3 Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz.
Efe 4:4 Pues hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, tal como ustedes fueron llamados a una misma esperanza gloriosa para el futuro.
Efe 4:5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
Efe 4:6 y un solo Dios y Padre de todos, quien está sobre todos y en todos, y vive por medio de todos.
Efe 4:7 No obstante, él nos ha dado a cada uno de nosotros un don* especial mediante la generosidad de Cristo.
Efe 4:8 Por eso las Escrituras dicen: «Cuando ascendió a las alturas, se llevó a una multitud de cautivos y dio dones a su pueblo»*.
Efe 4:9 Fíjense que dice «ascendió». Sin duda, eso significa que Cristo también descendió a este mundo inferior.*
Efe 4:10 Y el que descendió es el mismo que ascendió por encima de todos los cielos, a fin de llenar la totalidad del universo con su presencia.
Efe 4:11 Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros.
Efe 4:12 Ellos tienen la responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo.
Efe 4:13 Ese proceso continuará hasta que todos alcancemos tal unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios que seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo.
Efe 4:14 Entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad.
Efe 4:15 En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia.
Efe 4:16 Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor.



SALMO 119:49-56

Sal 119:49
Zain
Recuerda la promesa que me hiciste; es mi única esperanza.
Sal 119:50 Tu promesa renueva mis fuerzas; me consuela en todas mis dificultades.
Sal 119:51 Los orgullosos me tratan con un desprecio total, pero yo no me aparto de tus enseñanzas.
Sal 119:52 Medito en tus antiguas ordenanzas; oh SEÑOR, ellas me consuelan.
Sal 119:53 Me pongo furioso con los perversos, porque rechazan tus enseñanzas.
Sal 119:54 Tus decretos han sido el tema de mis canciones en todos los lugares donde he vivido.
Sal 119:55 De noche reflexiono sobre quién eres, SEÑOR; por lo tanto, obedezco tus enseñanzas.
Sal 119:56 Así paso mis días: obedeciendo tus mandamientos.




LECTURA PARA LA NOCHE

1 REYES    11

1Re 11:1 Ahora bien, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras. Además de la hija del faraón, se casó con mujeres de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y de los hititas.
1Re 11:2 El SEÑOR había instruido claramente a los israelitas cuando les dijo: «No se casen con ellas, porque les desviarán el corazón hacia sus dioses». Sin embargo, Salomón se empecinó en amarlas.
1Re 11:3 En total, tuvo setecientas esposas de cuna real y trescientas concubinas. En efecto, ellas apartaron su corazón del SEÑOR.
1Re 11:4 Cuando Salomón ya era anciano, ellas le desviaron el corazón para que rindiera culto a otros dioses en lugar de ser totalmente fiel al SEÑOR su Dios, como lo había sido David su padre.
1Re 11:5 Salomón rindió culto a Astoret, la diosa de los sidonios, y a Moloc,* el detestable dios de los amonitas.
1Re 11:6 De ese modo, Salomón hizo lo malo a los ojos del SEÑOR; se negó a seguir al SEÑOR en forma total y absoluta, como lo había hecho David, su padre.
1Re 11:7 Incluso construyó un santuario pagano para Quemos, el detestable dios de Moab, y otro para Moloc, el detestable dios de los amonitas, en el monte de los Olivos al oriente de Jerusalén.*
1Re 11:8 Salomón construyó esos santuarios para que todas sus esposas extranjeras quemaran incienso e hicieran sacrificios a sus dioses.
1Re 11:9 El SEÑOR estaba muy enojado con Salomón, porque su corazón se había apartado del SEÑOR, Dios de Israel, quien se le había aparecido dos veces.
1Re 11:10 Le había advertido a Salomón específicamente que no rindiera culto a otros dioses, pero Salomón no hizo caso al mandato del SEÑOR.
1Re 11:11 En consecuencia, el SEÑOR le dijo: «Ya que no has cumplido mi pacto y has desobedecido mis decretos, ciertamente te arrancaré el trono y se lo daré a uno de tus siervos;
1Re 11:12 pero por amor a tu padre David, no lo haré mientras vivas, sino que le quitaré el trono a tu hijo.
1Re 11:13 Y aun así, no le quitaré el reino entero; lo dejaré ser rey de una tribu por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén, mi ciudad escogida».
1Re 11:14 Entonces el SEÑOR levantó a Hadad, el edomita, quien era miembro de la familia real de Edom, para que fuera adversario de Salomón.
1Re 11:15 Sucedió que años atrás, David había derrotado a Edom, y Joab, el comandante del ejército, se había quedado para enterrar a unos soldados de Israel que habían muerto en batalla. Mientras estaban allí, mataron a todos los varones de Edom.
1Re 11:16 Joab y el ejército de Israel se quedaron durante seis meses hasta que acabaron con todos.
1Re 11:17 Sin embargo, Hadad y unos cuantos funcionarios de la corte de su padre lograron escapar y se dirigieron a Egipto. (Hadad era apenas un niño en ese tiempo).
1Re 11:18 Salieron de Madián y se fueron a Parán, donde otros se les unieron. Luego viajaron a Egipto y se presentaron ante el faraón, quien les dio casa, comida y tierras.
1Re 11:19 El faraón se encariñó con Hadad y le dio en matrimonio a su cuñada, la hermana de la reina Tahpenes.
1Re 11:20 Ella le dio un hijo, a quien llamaron Genubat. Tahpenes lo crió* en el palacio del faraón entre los propios hijos del faraón.
1Re 11:21 Cuando le llegó la noticia a Hadad en Egipto de que tanto David como su comandante Joab habían muerto, le dijo al faraón: —Permíteme regresar a mi país.
1Re 11:22 —¿Por qué? —le preguntó el faraón—. ¿Qué te falta aquí que deseas regresar a tu tierra? —Nada —contestó él—, pero aun así, te pido que me dejes regresar.
1Re 11:23 Dios también levantó a Rezón, hijo de Eliada, como adversario de Salomón. Rezón había huido de su amo, el rey Hadad-ezer de Soba,
1Re 11:24 y había llegado a ser el líder de una banda de rebeldes. Después de que David venció a Hadad-ezer, Rezón y sus hombres huyeron a Damasco, donde él llegó a ser rey.
1Re 11:25 Rezón fue enemigo a muerte de Israel por el resto del reinado de Salomón y generó conflictos como lo había hecho Hadad. Rezón odió a Israel profundamente y siguió reinando en Aram.
1Re 11:26 Otro líder rebelde fue Jeroboam, hijo de Nabat, uno de los propios funcionarios de Salomón. Provenía de la ciudad de Sereda, en Efraín, y su madre era una viuda llamada Zerúa.
1Re 11:27 Esta es la historia que explica su rebelión: Salomón estaba reconstruyendo los terraplenes* y reparando las murallas de la ciudad de su padre David.
1Re 11:28 Jeroboam era un joven muy capaz. Cuando Salomón vio lo diligente que era, lo puso a cargo de los trabajadores de las tribus de Efraín y Manasés, los descendientes de José.
1Re 11:29 Cierto día, mientras Jeroboam salía de Jerusalén, el profeta Ahías de Silo se encontró con él en el camino. Ahías tenía puesta una capa nueva. Los dos estaban solos en un campo
1Re 11:30 cuando Ahías tomó la capa nueva que llevaba puesta y la rompió en doce pedazos.
1Re 11:31 Luego le dijo a Jeroboam: «Toma diez de estos pedazos, porque el SEÑOR, Dios de Israel, dice: “¡Estoy a punto de arrancar el reino de manos de Salomón y te daré a ti diez de las tribus!
1Re 11:32 Pero le dejaré una tribu a Salomón por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén, la ciudad que he escogido entre todas las tribus de Israel.
1Re 11:33 Pues Salomón se ha* apartado de mí y rindió culto a Astoret, diosa de los sidonios; a Quemos, dios de Moab; y a Moloc, dios de los amonitas. Salomón no ha seguido mis caminos ni ha hecho lo que me agrada. Tampoco ha obedecido mis decretos y ordenanzas como lo hizo su padre David.
1Re 11:34 »”Sin embargo, no le quitaré todo el reino a Salomón por ahora. Por amor a mi siervo David, a quien yo escogí y quien obedeció mis mandatos y decretos, mantendré a Salomón como líder el resto de sus días,
1Re 11:35 pero le quitaré el reino a su hijo y te daré a ti diez de las tribus.
1Re 11:36 Su hijo tendrá una tribu para que los descendientes de David, mi siervo, sigan reinando y, como una lámpara, brillen en Jerusalén, la ciudad que he escogido para que sea el lugar para mi nombre.
1Re 11:37 Te pondré a ti en el trono de Israel, y gobernarás todo lo que tu corazón desee.
1Re 11:38 Si prestas atención a lo que te digo y sigues mis caminos y haces todo lo que yo considero correcto, y si obedeces mis decretos y mandatos, como lo hizo mi siervo David, entonces siempre estaré contigo. Estableceré una dinastía duradera para ti, como lo hice con David, y te entregaré Israel.
1Re 11:39 Por causa del pecado de Salomón, castigaré a los descendientes de David, aunque no para siempre”».
1Re 11:40 Salomón intentó matar a Jeroboam, pero él huyó a Egipto, donde reinaba Sisac, y se quedó allí hasta la muerte de Salomón.
1Re 11:41 Los demás acontecimientos del reinado de Salomón, con todos sus logros y su sabiduría, están registrados en El libro de los hechos de Salomón .
1Re 11:42 Salomón gobernó en Jerusalén a todo Israel durante cuarenta años.
1Re 11:43 Cuando murió, lo enterraron en la Ciudad de David, la cual llevaba ese nombre por su padre. Luego su hijo Roboam lo sucedió en el trono.

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