La expiación es la obra que Cristo hizo en su vida y
muerte para ganar nuestra salvación
Causa de la
expiación
La
causa de que Cristo viniera a este mundo a dar su vida es el amor y la justicia
de Dios.
Por amor:
Juan 3:16
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Por justicia
Romanos 3:25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;
Romanos 3:26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo
para manifestar su justicia. De este
modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en
Jesús.
Dios no estaba obligado a salvarnos
2Pedro 2:4
Dios no
perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio.
2Pedro 2:5
Tampoco
perdonó al mundo antiguo cuando mandó un diluvio sobre los impíos, aunque protegió a ocho personas, incluyendo a Noé, predicador de la justicia.
En la decisión soberana de salvarnos, fue
absolutamente necesario que Dios enviara a su Hijo a morir por nosotros.
Mateo 26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro,
orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea
como yo quiero, sino como tú.
Hechos 17:3 declarando y exponiendo por medio de las Escrituras,
que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que
Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo.
Necesidades que los seres humanos tenemos como
pecadores:
1. Merecemos
morir como castigo por el pecado.
Sacrificio
Hebreos 9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer
muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los
siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para
quitar de en medio el pecado.
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva
de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
2.
Nosotros
merecemos sufrir la ira de Dios en contra del pecado.
Propiciación
1Jn 4:10
En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
3.
Estamos separados
de Dios por causa de nuestros pecados.
Reconciliación
2Corintios 5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió
consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
2Corintios 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a
nosotros la palabra de la reconciliación.
4.
Estamos esclavizados
al pecado y al
reino de
Satanás.
Redención
Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario